Partida Rol por web

Yrian tiró las espadas, y se puso en pie con el arco en la mano, apuntando al enemigo. Este recibia sendos ataques de Nico y de Marissa, pero el único ataque que acertó fue el del pícaro, que le ensartó la hoja en uno de los costados.

Entonces, el hombre respondió con la misma violencia, atacando al picaro, y errando. Después, visto que estaba rodeado, se preparó para recular.

Layla tenía claro que este era el enemigo más peligroso de todos cuantos se había enfrentado, por lo que decidió no escatimar recursos y usar nuevamente sus poderes innatos. Ya que a pesar de que tenía una cantidad limitada de estos, eran más poderosos. Y mejor usarlos contra ese clérigo malvado que morir, o matase a alguno de sus compañeros, sin haberlos usado.

No obstante, después de ver como su rayo de fuego se dirigía al techo no se quedó tan convencida.

Marissa respiró hondo.

—¡Por Milani, te juro maldito que morirás!— gritó golpeándole en el cráneo con el espadón.

Por fin notó como su espada se manchaba de la sangre de su principal enemigo. Era algo horrible pero a la vez necesario.

Yrian se levantó rápidamente para disparar contra el enemigo. El ansia de acabar con él mermó su precisión y le hizo precipitarse clavando la flecha en el marco de la puerta.

- ¡Mierda!, qué no escape. ¡La próxima vez no fallaré!

Aunque alegre de ver que su primer golpe habia tenido efecto, el ansia de sangre que sentia el picaro en ese momento era muy poderosa. Nico no dudaria en propinar todos los ataques necesarios hasta ver reducido a ese hombre. Esta vez descargo un golpe frontal aprovechando de nuevo la posicion de su compañera, pero no tuvo exito en su ataque.

Tan solo el golpe de Marissa fue certero, haciendo una fea herida en la mujer. Iba a atacar de nuevo a Nico, el clérigo dio un paso hacia atrás, estaba herido y la ira crecía en él. No le gustaba nada aquella nueva situación... maldito Vrixx, tenia que haberle matado cuando tuvo ocasión.

Soltó la espada y dijo:

- Alto. Por favor no me ataqueis. - el hombre parecia ahora más inofensivo, ¿Serian solo apariencias? - Fue Izoze, es vuestro verdadero enemigo. Me forzó a mi y a mis hombres a colaborar con ella.

Después de todo lo que les había hecho, a Layla no le cuadraba que el tipo fuera legal. Es más, había intentado matar a Nico justo antes de rendirse.
No definitivamente no le cuadraba nada, y le gustaba aun menos. Por lo que la hechicera preparó un dardo ácido, y si le veía hacer cualquier acción mínimamente sospechosa se lo arrojaría a la cara.

¿Por qué habríamos de creerte? Has lanzado a no muertos contra nosotros y has intentado matarnos.

Yrian al igual que sus compañeros desconfiaba de aquel hombre que les había atacado. Aunque la aparición del misterioso ser que les había salvado y quizá la posibilidad de encontrar respuesta a algunas preguntas que desde que partieron de Heldren habían ido surgiendo, hizo que el guerrero se tomase un momento antes de actuar.

Con su arco tensado y apuntando a la cabeza para disparar ante la posibilidad de cualquier movimiento extraño del clérigo, Yrian se dirigió a él:

- Empieza a explicarte mejor o no saldrás vivo de aqui. ¿Quién es Izoze? Y más importante aún, ¿qué está ocurriendo en este bosque?

Nico no podia contener las ganas de acabar con el maldito cabron que ahora se postraba desarmado ante el... pero el recuerdo de la posible recompensa de su mision le hizo calmarse. Lo primero era rescatar a la noble, ya que en su visión Nico se imaginaba frotandose con las montañas de oro de la ricachona, una vez obtenida esa información habría que provocar al hombre. Cualquier excusa que este les diera sería buena para ponerle la cara como un mapa cartografico, de esos que enseñan rios y cordilleras.

- Y no tenemos por que creerle Layla. Primero que entre en la habitación y ahi por lo menos escuchemosle. ¿Donde esta la noble a la que habeis secuestrado? ¿Quien o que es Izoze? Y lo mas importante, ¿porque coño hace tanto frío? Este invierno no es natural.

—Si claro y por eso reanimaste muertos vivientes y trataste de matarnos...— dijo Marissa levantando su espadón.

Sin embargo, todos sus votos iban en contra de golpear a un hombre desarmado, con lo que lo bajó señalando la habitación.

—Pasa y pon las manos en la cabeza, como te vea sujetar un símbolo sacrílego te corto la cabeza.

- No... No tengo símbolo sacrílego. Soy un mago, un nigromante. Mi nombre es Rohkar - dijo haciendo lo que le decían - No se que está pasando en el bosque, el invierno vino con ellas. Las hadas frias me forzaron. Izoze, Izoze es una criatura extraña. Es fría como el hielo. Nos atacaron en los bosques hará unos dias, me tuve que rendir porque mis hombres no eran rival contra las hadas y los trolls que les acompañaban. Nos hicieron explorar junto a ellos los bosques, enseñarles la zona. La razón por la que os ataqué fue porque vosotros vinisteis a mi morada a matar a mis compañeros y a mis hombres.

Hizo una pausa. Y después maldijo, para continuar hablando.

Consegui capturar a una de las hadas haciendole creer a Izoze que habia muerto, pero ese cabronazo de Vrixx ha conseguido escapar, supongo que porque vosotros le ayudariais. No sabeis en que lio os habeis metido. Ese hada conocia todo sobre la zona, y cuando le informe a sus superiores... seguramente acaben con todos nosotros. 

¿¿Nos estaba tomando por tontos?? El clerigo habia evadido la cuestion mas importante, la que nos habia hecho embarcarnos en esta aventura... ¿y esperaba ke con unos relatos de unas hadas del bosque se nos olvidara?

- Responde a mi pregunta, ¿Donde esta la noble? ¿Por que la secuestrasteis?

- Ella está aquí. Hay un sótano. Se accede a través del suelo. Pero os estoy diciendo que ella no es importante, no entiendo por qué razón la querrian.

Las palabras del hombre parecían sinceras. ¿Qué serían aquellas hadas? ¿Por qué querrían secuestrar a la mujer y traer el invierno a Borderwood?

Demasiadas preguntas asaltaban la mente del guerrero, pero deberían actuar deprisa, no sabían cuanto tardarían en regresar aquellas criaturas y cuáles serían sus verdaderas intenciones.

- ¡Llevanos hasta la mujer! Después nos ocuparemos de las hadas. Quizá podamos llegar a un acuerdo, si es que quieres salvar tu vida.

Bueno. Parecia que por fin habían conseguido encontrar a la noble. Lo suyo había costado, de hecho más de una vez parecia que no lo iban a conseguir.
De hecho, Layla se recordó que todavía no lo habían conseguido. Y además, no recordaba haber visto ningún sotano en la planta baja. Por lo que quizás estuviese mintiendo.

Bueno, bueno. Tú llevanos hasta ella y dejate ahora de tonterias.

La hechicera no se fiaba del tipo para nada. Un nigromante portando una espada y rompiendo una puerta a fuerza bruta. No, desde luego que había algo que no cuadraba.

Nico no se fiaba ni un pelo del hombre, por lo que decidio tomar todas las precauciones posibles.

- Asique el asalto al carruaje de la noble fue un encargo de las hadas... Pues si las hadas la querían esta claro que ella es relevante en el asunto. ~ Nico hizo una pausa, miro al hombre y comenzo a ponerse en marcha ~ Rohkar, hazme el favor de quitarte la armadura y quedarte solo con la ropa necesaria para no congelarte. Quiero correr los minimos riesgos posibles contigo. Despues, llevanos al sotano. Y por supuesto avisanos de todas las trampas y triquiñuelas que habeis colocado en la zona. Estoy harto de acabar con el espinazo partido a estacas.

Pudiera ser que le hubieran vencido, pero el hombre no era idiota. O al menos no demasiado.

- Esta bien. Yo os ayudaré con eso. Pero quiero vuestra palabra de que si os ayudo me dejareis marchar. Vosotros confiais en mi y yo confio en vosotros.  - dijo. Por alguna razón, miraba más a las chicas cuando decia aquello.