Siguiendo el rumor de un paso de montaña a traves del macizo de las Montañas Muralla, llegais hasta el pequeño pueblo de Halvo.
Halvo crecio hace decadas con los enanos que se quedaron fuera de su reino, enterrado bajo toneladas de roca en una ultima batalla contra las tropas no-muertas de Onyxsablet. El pueblo tiene ahora un prospero comercio de manufacturas enanas, armas y armaduras de gran valor artesanal.
La informacion que habeis podido reunir antes de llegar es que un clan de enanos utilizaba una ruta para pasar mercancias por la montañas sin tener que pagar los aranceles de Kharum. Este clan tenia el nombre de Forjahierro.
Uno de los ultimos integrantes de ese clan tiene una forja en este pueblo, tal vez el sepa algo.
Vamos a la taberna, compañeros! Ya huelo la cerveza! Quien sabe, quizá nos enteremos de algo sobre ese herrero...
A la taberna pues! Un buen vino aguado y un taburete astillado también tienen su encanto tras largos días de viaje. Y, ¿quién sabe? Quizá conozcamos a alguien interesante.
Margil después de escuchar al elfo y al enano, se le escapo un soplido y añadió.
- En fin, solo espero no estar mucho en la civilización no suelo estar cómodo en ella. Supongo que la taberna también podemos encontrar algo de información adicional que no sea útil para el viaje.
Asito con la cabeza y les acompaño, mientras ellos hablan pienso en la panda de borrachos que abra con bolsas de oro en esa taberna, dispuestas a ingresar en mi cuenta, se me dibuja una sonrisa de oreja a oreja tan solo de pensarlo.
La posada mas grande que hay en Halvo tiene como nombre " La Bella Dama". Es un edificio de madera y piedra de tres plantas. Al entrar os llega un olor a asado que inunda todo el salon desde la cocina. Detras de una vieja barra de madera oscurecida por la cerveza derramada durante años, hay un humano entrado en años. Los parroquianos son otros tres humanos, que parecen habitantes del pueblo y que os miran con desconfianza sobre todo al ver vuestras armas. Hay muchas mesas vacias y unas escaleras al fondo que llevan a las plantas superiores.
El tabernero os mira con curiosidad: - ¿Que desean tomar los señores? Tengo cerveza, vino y brandy.
Para mi cerveza, una jarra grande, y pongame un buen plato de ese asado que estoy oliendo.
A mi sírvame una copa de vino y también un plato de asado.
-Yo prefiero Agua, quisiera tener mi mente en su sitio y no desbocada, a también querría asado por favor.
Miro a mí alrededor, observando a la clientela, miro hacia el tabernero nuevamente.
-Disculpe mi atrevimiento señor, pero no está demasiado vacío, ..... , ocurre algo que necesitemos saber unos forasteros como nosotros, ah y ya puesto podría decirme dónde encontrar un herrero enano, que arregle mis armas, están algo deterioradas y necesitan las manos de un buen herrero.
Cerveza, gracias Camino hacia la mesa más cercana al grupo de clientes habituales y tomo asiento quedando de cara a ellos Buenas, compañeros ¿Cómo van las cosas por aquí? ¿Muchos muertos vivientes y eso? Dirijo mi mirada hacia el cantinero Por favor, añada también un poco de estofado, amigo.
Al oir al elfo hablar sobre muertos vivientes los lugareños hacen signos sagrados con sus manos y se vuelven a sus consumiciones con cara de susto.
El cantinero lo mira con enfado.
-Mucha gente murio cerca de aqui, en la Costa Quebrada, para hablar con ligereza sobre las tropas del Dragon Oscuro. Tenga presente eso la proxima vez que hable del tema.
Se vuelve hacia la cocina para preparar vuestra comanda.
Cuando comienza a servir en vuestra mesa, mira hacia Dastan.
-Aqui hay muchos herreros enanos, ¿tal vez busquen alguno en especial?
Dastan se queda pensativo mirando hacia al techo durante unos segundos y responde.
Ahora que lo mencionáis, de camino vi a un viejo amigo y el me hablo de uno, que le reparo las armas, no recuerdo el nombre pero si su clan Forjahierro, creo recordar.
Me limito a catar la copa de vino mientras Dastan mantien una conversación con el cantinero. observo al grupo de personas que hay.
Ante el vaso de agua que he pedido y que permanece sin tocar, entono una corta oración por el descanso de los muertos de Costa Quebrada, mientras sostengo en mis manos el símbolo sagrado
de mi diosa Arael.
Después miro a los ojos del cantinero que habla con Dastan.
La muerte nos alcanza a todos, buen hombre. A ti también. Así que guíanos hacia la fragua de Forjahierro.
Nuestra sagrada misión debe continuar sin retrasos...
Margil mira a la concurrencia y ve que son gente comun y corriente. Granjeros y artesanos del pueblo con pocos recursos.
El cantinero escucha la premisa del padre Harlow y las indicaciones de Dastan.
-¿Forjahierro decis?, umm...aqui solo hay un Forjahierro. Dragath Forjahierro tiene su fragua cerca del pozo norte, a unas cuatro calles de aqui, saliendo hacia la derecha. Es un enano muy huraño, pero es un buen herrero.
Mmm... creo que será suficiente, no, Dastan? Gracias por la información, iremos cuando acabemos de comer a ver a ese herrero. Por cierto, cuánto es esto... todo?
Tras dar un largo trago a su cerveza Pues visitemos a ese joven encantador que ha de ser Dragath Forjahierro volviendo la mirada hacia los aldeanos Que vuestros dioses os sonrían y los de los demás os dejen tranquilos! pego un largo trago de cerveza, tras lo cual giro la cabeza hacia el posadero Sea bondadoso con la cuenta, amigo y suelto una larga carcajada.
Como se atreva a cobrarle el vaso de agua a mi sacerdote, vamos a tener un problema...
;)
Escucho impasivo la conversación de mis compañeros con el cantinero, cuando ellos terminaron de hablar.
Dígame buen señor, supongo que la gente que viaja por estos lares, abra echo parada es su taberna y alguno le abra contado algo, puede decirnos que rumores hay sobre los caminos cercanos a esta ciudad, pronto continuaremos nuestro viaje y no quisiera caer en emboscadas.
Miro hacia Iglak y le quiño el ojo en un gesto de complicidad, cuando Elodin se dirige al posadero y suelta una carjadada no puedo evitar sonreir.