Partida Rol por web

Ya casi cae la noche y el viaje ha sido arduo y agotador, sus raciones de comida se han agotado y sus caballos están hambrientos y cansados.

Finalmente, están frente a la puerta de una gran muralla que abre hacia las calles de la villa. A los lados de la puerta se pueden apreciar dos torres que le sobrepasan por más de 40´.

Varios guardias de aspecto aburrido vigilan esta entrada y no demoran en dirigir la mirada hacia ustedes  examinándolos de pies a cabeza buscando algo que les alertara para estar listos a atacar.

Dos de ellos se acercan a detallarlos más de cerca y luego de un par de segundos les preguntan con vos fuerte ¿Quiénes son y a que han venido?

Finalmente hemos llegado, aquí comenzará todo y aquí concluirá. Las puertas de la ciudad están ante nosotros, pero unos guardias son el último escollo para poder ingresar. Me adelanto un paso y hablo con firmeza y tranquilidad. - Solo somos un grupo de gente con hambre y sed que quiere un buen trago de cerveza y un plato del cual comer. - Hablo con cierta franquesa, dado que ambas cosas son verdad, pero no es todo lo que en verdad deseamos. ¿Pero quién dice todo lo que desea todo el tiempo?

Las palabras parecen llegar con escepticismo a los guardias, quienes una vez terminaron de escuchar, dieron 5 pasos hacia atrás y se ubicaron frente el uno del otro y con un gesto muy serio dieron inicio al  debate de su evaluación sobre los recién llegados.

Esto no duro mucho, los pasos firme de un imponente oficial dio fin a la conversación y en un gesto rápido de respeto, rindieron su saludo a quien era su capitán.

El nuevo miembro de la guardia, era un Elfo de aspecto tranquilo, al juzgar por su vestimenta daba la impresión de ser todo un veterano de guerra,  los observa sin preocupación y luego le pide a sus subordinados que le den informe de la situación, parecía extrañado de que sus soldados estén tan tensos frente a los visitantes.

Guardia 1: Señor  estos sujetos parecen peligrosos, no se ven como viajeros ordinarios.

El capitán continuó tranquilo, mientras siguió reparándolos con la mirada. Finalmente camina en dirección hacia ustedes sin quitarles de encima su fija mirada, la cual parecía ser tan profunda que se sentían sumergidos en ella, al estar lo suficientemente cerca, solo atina a sonreírles.

Capitán: Bienvenidos a Aguas Fuertes! Nuestra villa los saluda... ¿En que les puedo servir?- Parecía complacido de su presencia aquí.

Es muy tedioso poneros a charlar con toda esta gente cuestiones no importantes para ellos. Con respeto y un poco de sumisión por su presencia me acerco a el y le digo: Señor, Con el respeto que veo que vos merecéis os digo lo mismo que mi amable compañero le dijo a sus nobles guardias, que con mucha cautela no han visto de fiar en nosotros.

Solo somos un grupo de gente con hambre y sed que quiere un buen trago de cerveza y un plato del cual comer, puesto que nuestro viaje no a sido muy grato y siendo muchos los peligros que se nos han atravesado, nuestros caballos están cansados y nuestras barrigas están que nos comen, solo os pedimos un breve y humilde descanso.

Capitán: mmm Comida y descanso… JAJAJA – Y llevándose la mano a la cabeza se da un suave golpe – Claro, ¿Quien no viene a Aguas Fuertes por un poco de eso? Les pido disculpas en nombre de mis hombres, son jóvenes y aun sus corazones no saben ver más que los que sus ojos le revelan, soy Stilf, pero todos acá me llaman el capitán Hojaflecha por mi versatilidad con el arco y la espada, espero no tener algún día que demostrárselos – Diciendo esto ultimo en un tono muy serio.

Pero bueno ya deben estar desesperados por encontrar lo que buscan ¿No es así? – Dando por entendido que sabia de sobra que habían mas razones  de las que mencionaban para estar aquí.

Deberían ir al El Pichel a descansar un poco y tratar de comer algo, en la mañana podrán ir por provisiones al mercado del pueblo. Si quieren dejar sus caballos en los establos tendrán que ir hasta el extremo Este – Diciendo esto dio por terminada la conversación y tomo rumbo por el único camino que se veía frente a ustedes.

Guardia 1: Vamos! mi turno aquí ha terminado, los invito unas copas en son de tregua por lo sucedido, si mi capitán asegura que no son peligrosos, yo no tengo porque dudar de ustedes, si prefieren los puedo llevar primero a los establos, pero decidan rápido que la noche es joven y me muero de ganas por ir a la taberna JAJAJA – Una risa tosca resuena en este joven guardia, como queriendo ocultar que aun seguía preocupado por su presencia, son claras las intenciones de que solo quiere ganarse su confianza para vigilarlos.

Guardia 1: ¿Se van a quedar todo el día hay o será que podemos llegar antes de que se acaben toda la cerveza? Ya veremos que hacer con sus caballos cuando lleguemos a la taberna, de seguro encontraremos algún lacayo que los lleve hasta los establos - Montó su caballo y luego dio orden a sus compañeros de abrir una cerca que se encontraba a lado derecho de ustedes, después de la torre de vigilancia. –

Deben considerarse privilegiados, solo los miembros de la guardia pueden usar estos caminos, pero hoy hare una excepción con ustedes.

A pesar de que las intenciones de aquel guardia no eran de fiar, no les quedo mas remedio que aceptar su invitación, al fin y al cabo él era quien conocía la zona y no representaba ningún peligro aparentemente más allá del que podría producir su insensata curiosidad.

Arvandar acepto a regañadientes y con una sonrisa hacia sus compañeros.

- Estaremos encantados de aceptar su oferta. Ayudara a que algunos de nosotros refresquemos nuestros gaznates y aligerar el polvo que se a pegado a nuestros labios. Os seguimos. - tal vez fuera su mejor oportunidad de introducirnos en el pueblo y averiguar algo sobre nuestro compañero. Les hace una seña a sus compañeros para que avancen tambien y no llamemos mas la atencion.

Acepto semejante ofrecimiento que se vuelve algo que no se puede rechazar, siguiendo el paso que pone el guardia y poniéndome a la par. - Y dime, si me permites tratarte de vos. ¿Qué tal las cosas aquí? - Queriendo sacar algo de información mundana y simple del guardia, para romper el hielo y ver algo de su persona.

Mientras estudio el camino que tomamos y tomo nota mental de lo que nos rodea, para ver si algo interesante o que nos pueda servir en algún momento de necesidad (callejones sin salida, si estamos huyendo, no sería bueno terminar en uno).

Se trataba de un estrecho camino que daba hacia la parte trasera de las casas y establecimientos cercanos, no había nada asombro en ese pasaje mas que el hecho de que obviamente era un atajo que cortaba el paso entre la entrada y el lado sur de la villa.

Ante las preguntas realizadas al guardia este solo atino a decir que ya habría tiempo de sobra para hablar en la taberna, que con los tragos las conversaciones se hacen mas interesantes, continuando con su tosca carcajada.

Siguiendo el estrecho camino que el guardia había revelado finalmente dan un giro a la izquierda y llegan a una taberna, un pichel verde de cerveza pintado proclama la naturaleza de este establecimiento, mientras se deja ver salir a lugareños ya algo pasados de trago.

El guardia desmonta y echa un vistazo a sus alrededores y encontrando lo que buscaba da un grito llamando a un joven enano que se encontraba al otro lado de la calle.

Guardia 1: Drer, mi viejo amigo, podrías tener la gentileza de llevar nuestros caballos a los establos.

Drer: Claro, serian 2 monedas de plata por bestia y agradece que no te cobro mas por tener que llevarlos hasta allá – Con una sonrisa picara acompañando sus palabra.

El guardia abraza el cuello de Drer con sutileza, mientras se lo lleva a caminar y continuar con el arreglo por los caballos, de su conversación solo se deja escuchar lago relacionado con el puerto y con los hermanos y el padre del enano, al parecer este ultimo punto dio fin a la discusión entre el guardia y Drer, la situación dio a entender que se trataba de alguna especie de chantaje al juzgar por el rostro molesto de este ultimo. 

Arvandar observo la situacion, notando claramente que no era de su agrado, aunque habian hecho sus compañeros cosas similares que eran necesarias para lograr sus objetivos. Aun asi que en esa situacion no requiriera de esas "molestias" no eran de su buen hacer.

- Maese Drer, podeis acercaros un momento por favor. Creo que a mi montura le sucede algo en los cascos. - le comenta mientras se agacha y observa los cascos. Cuando el enano este cerca, le pasa disimuladamente 1PO susurrandole que eran por las molestias ocasionadas.

Dejando de lado al Guardia y al Señor drer entro en la taberna del pichel verde.

Describeme que veo

Drer acepta de muy buena gana la moneda de oro, se podía notar que no había nada que le gustara más que el dinero, trato de ocultar cuanto pudo su alegría y al mismo tiempo la intranquilidad que le producía aquel extraño cerca de él.

El guardia, que aun se encontraba a la distancia que tomo de ustedes en su conversación con Drer, resuelve dirigirse hacia la puerta para entrar a la taberna, una vez hay les hace una señal con la mano para que entren.

Shargoth, que ya se encontraba hace unos segundo dentro de la taberna observa un gran sala con muchas mesas y una cantidad de personal que mas sorprende por su variedad que por su numero, deduciendo de su modo de vestir que se trata de mercaderes, pescadores, granjeros y lugareños comunes, fuera de esto el ambiente es bastante alegre, alguno cantan, otros ríen y uno que otro se encuentra callado y silencioso como esperando la hora de que algo emocionante suceda. 

Entro me siento en una mesa y pido vino y algo de comer. Observo a la gente que hay en la taberna, mis ojos tratan de fijar la atencion en algun sujeto peculiar.

Guardia 1: Bueno, yo era quien pensaba invitar, pero si insistes… – y con una sonrisa restringida da por aceptada la invitación.

En el camino hacia la mesa pueden ver en la esquina Izquierda, diagonal a la entrada, la figura de un singular hombre de vestimenta excéntrica, de barba larga y sombrero puntiagudo, que se encuentra tal vez meditando en silencio mirando hacia el tejado como si hubiese a encontrar hay sus pensamientos. Muy seguramente se trate de un estudioso de la magia arcana, pero su extraña forma de vestir se escapa a la de cualquier mago que hallan visto antes. A su mano derecha sobresale un bastón completamente exótico, es amorfo, no es recto ni uniforme como los bastones normales y lleva por punta la cabeza de un cuervo.

A unos 20 pasos de la puerta a mano derecha se puede apreciar como vocifera un enano de porte juvenil, con ciertos rasgos que recuerdan a Drer, pero sin embargo este se nota bastante ostentoso y prepotente, ven como un grupo de hombres que están a su alrededor se encuentran fascinados escuchando la historia que el enano grita a los 4 vientos, como queriendo imponer su poderío y valía.

Habla de cómo sobrevivió al ataque de unos bandidos a las afueras del pueblo y que a pesar de que todos sus hombres murieron él no tubo oponente y acabo con sus atacantes. Daba los detalles, con gestos simulando la batalla, pero cualquiera que no estuviera bajo los efectos del alcohol, se daría cuenta de que solo estaba sobreactuando. 

La noche se hacia cada vez mas densa y fría, sus estómagos ya le pedían a gritos algo que probar.

Adentrándose en la taberna, el guardia le indica a Baal y a los demás que deberían sentarse en la mesa junto a Shargoth mientras él movía sus influencias para que les brindaran la atención apropiada ya que sabia que en aquel lugar no acostumbra a servir comida durante la noche. Una vez hecho esto volvió a la mesa con uno de los empleados para que tomara sus pedidos que eran necesariamente platillos sencillos. En unos pocos minutos ya estaban listos para comer.

No habían terminado sus platos cuando un fuerte sonido le dio una sacudida a todo el lugar, seguido de fuertes gritos que no dejaban de sonar desde afuera de la taberna.

El guardia se puso en pie y se dispuso a salir de la taberna lo más rápido que pudo para ver que era lo que pasaba. 

Arvandar observaba la escena del interior de la taberna, no muy interesado en tomar gran cantidad de alcohol. Cuadno observo al extraño mago y al portentoso enano con grandes aventuras. Pero le distrajo el estruendo que surgio del exterior. Cuando vio al guardia salir corriendo, Arvandar se dispuso a seguirlo para ver que habia ocurrido.

El Guardia se moviliza hasta la puerta de la taberna y observan como apenas sus ojos miran lo que esta ocurriendo afuera, un gesto de sorpresa lo invade por competo, desenvaina su espada en un acto desesperado de emprender un ataque, pero antes de que pudiera hacer algo una jabalina atraviesa su pecho y cae al suelo malherido, ahora el pánico no solo era afuera, los mas incautos se espantan ante lo sucedido incluso aquel enano que blofeaba de su poder queda perplejo ante lo sucedido. 

No tengo miedo, salgo a fuera a la calle esperando encontrar algo de accion.

bueno ya que no he terminado la comida continuo y hacelero un poco para terminar de comer, mientras continuo atento a cualquier cosa que se mueva de manera muy sospechosa.

termino y camino a la salida de la taberna y trato de ovserbar todo lo que esta de redor, y viendo el guardia herido trato de atenderlo.