Partida Rol por web

La galeria del centro comercial es bastante grande, en ella pueden encontrarse practicamente cualquier tipo de tienda:

- Tienda de ropa y complemento

- Tiendas de joyas

- Perfumerias

- Juegeteria

- Tiendas de moviles y ordenadores

- Optoca

- Tienda de regalos

El centro comercial se encontraba alejado del centro, así que cogimos unos de los autobuses que llevaba hasta allí. Durante el trayecto charlamos un poco y aproveché para mandar algún mensaje.

Aquel era otro de esos lugares que aún no había visitado. No era muy dada a ir de compras, pero en aquellos lugares siempre había tiendas interesantes, y comprar ropa era algo inevitable aunque no fuera mi mayor pasión; sin embargo, hasta el momento, no había visto la necesidad de ello.

-¡Guau! Esto parece aún más grande por dentro. – dije al observar la larga galería, que se bifurcaba más adelante. - ¿Alguna recomendación? – pregunté a los chicos, cuando noté que me sonaban las tripas, y es que al final no había comido nada durante la reunión. - ¿Os importa si vamos a comprar algo para comer? – pregunte algo avergonzada. – Con todo ese lío no he probado bocado…

Vamos hasta el centro comercial en autobús. Lo cierto es que, durante el camino, medito un poco sobre todo lo que ha pasado, percatándome de algunas cosas y dándole vueltas a otras. Al margen de la burrada de Alexia, no termino de comprender lo de David ni lo de Morgan. David parece estar centrado en otras cosas distintas, juntándose con John para no-se-qué de colarse en el instituto, todo el asunto del club de teatro parece que se la trae al pairo y se aburre, pero luego no quiere disolver la reunión e insiste en que nos quedemos. Y aún tengo pendiente ese asunto de la publicidad del club y la jugada con Samantha, que sigo sin comprender. Menos mal que Robin estaba ahí para echarnos un cable. Otra cosa más por la que tengo que agradecer tener amigos de verdad.

Y luego está el tema de Morgan, y su reacción. Primero habla sin tacto alguno, y luego se pone así, echo una furia y diciendo gilipolleces sobre marines. Si sólo me levanté para ir al baño, joder, ¿eso a qué venía? No entiendo nada. Y luego, al marcharse, ¿se disculpa con Diana y Amber? Yo ya no se qué pensar...

Para tratar de olvidarme de ese tema, me dedico a whatsappear sobre unos asuntos pendientes, y en nada llegamos al centro comercial. Lo habré visto mil veces, pero para Diana es la primera, y me hace gracia verla sorprenderse por el tamaño de la galería. Sin embargo, lo primero que dice querer hacer es comer algo. No me extraña, ya que durante la reunión no la vi probar bocado. Yo, la verdad, tampoco he comido mucho. Un sandwich, un par de nuggets, y algunas patatas.

La zona de restauración está por ahí. Hay hamburgueserías, bocatería, algunos restaurantes ya para comer más en condiciones... No se, depende del hambre que tengáis -Me encojo de hombros, mirando alternativamente a las dos chicas- Yo invito, y no acepto un no por respuesta.

Es lo menos que puedo hacer...

 Me distraigo durante todo el camino mirando por la ventana a mi rollo con la mirada perdida y hablando con los chicos, pensando en lo de Jayden, Morgan, Diana y David entre otras mil cosas hasta que llegamos al centro comercial, donde toca moverse y presto de nuevo a los chicos la atención que se merecen tras estirarme al bajar del autobús. Diana quiere comer algo, y Jayden se empeña en invitar.

-¿Qué problema tiene la gente con que pague mis cosas? Bueno, tampoco me voy a quejar... - Qué poderío chicos, así da gusto... -Comento tras las continuadas invitaciones de los chicos- Yo con unas patatas, un café o algo me apaño, que ya comí algo en el Sandys, -Aunque todavía me comería una vaca- pero que diga Diana qué le apetece, que ella no ha comido nada.- Termino mirándola.

Salimos de la zona de restauración para volver a la galería. Estoy contento, me lo estoy pasando bien con las chicas y ya he dejado de lado todas las cosas que me preocupaban y me quitaban el ánimo. Ahora sólo pienso en recorrer con ellas las tiendas, ver escaparates, y disfrutar viéndolas pasarlo bien.

Sin embargo, veo en el led del móvil que tengo una notificación. La abro y... me quedo petrificado. Es apenas un instante, en que me detengo sin reaccionar mirando la pantalla, lo justo para darme cuenta de lo evidente de mi acción y seguir caminando. Frunzo el ceño, Enarco una ceja, vuelvo a fruncir el ceño, aprieto los labios y los libero sacando la lengua un momento, para quedar finalmente con los ojos muy abiertos y una expresión todo lo neutra que puedo. Pulso la pantalla una vez, otra, y la bloqueo.

Ni siquiera se cómo debería hacerme sentir esto. Es decir, es lógico, ¿no? O sea, lo mismo que veo yo pueden verlo otros. Pero...

Trato de no mirar a las chicas, de parecer despistado mirando otras cosas, otros escaparates, para que no me vean la cara. ¿Esto es lo que yo creo que es? Sí, probablemente. Nunca lo había sentido, pero esta clarísimo.

Noto el vibrador del móvil y vuelvo a abrirlo, leyendo el mensaje. En esta ocasión me detengo ante una tienda de móviles como si estuviera interesado en algo del escaparate, para leerlo sin que presten atención a mi reacción. Pero esta vez, la reacción es justo la contraria. Lo que leo me arranca una amplia sonrisa, y me giro inmediatamente comprobando donde se encuentran las chicas. Respondo al mensaje a toda velocidad y corro para alcanzarlas de nuevo.

Nada más sentirlo vibrar, volví a sacar el móvil y lo miré de inmediato. Era Jayden, que ya me había respondido. Miré hacia atrás, buscándole, y le vi acercarse corriendo; se encontraba sonriendo ampliamente, tal y como me gustaba verle.

Esbocé una gran sonrisa mientras le miraba, en respuesta a sus mensajes, y rocé ligeramente su mano cuando nos dio alcance, de manera que Amber no se diera cuenta.

Si, las cosas estaban volviendo a su cauce. Todos parecíamos pasarlo bien, pero ahora llegaba lo peor, ¡Las compras! Sí, me gustaba ir de compras, pero la ropa no era precisamente mi artículo preferido en cuando a compras se trataba; a menos que se tratara de camisetas frikis u otras prendas por el estilo. Pero afortunadamente no había necesidad de buscar y rebuscar entre decenas de cosas, lo que era mucho peor cuando no hallabas tu talla, y aún peor cuando veías que la forma de tu cuerpo no encajaba con nada de lo que ahí había, no, bastaba con una conexión a internet y una tarjeta de crédito, y a veces ni eso.

-¿Qué tal esa? – dije señalando H&M. – Debería haber variedad… ¿No? Y si Jayden se aburre puede mirar algo para él. ¿Entramos?

 Volvimos a las galerías con el estómago lleno y el ánimo crecido. Miro el móvil tras recibir un par de mensajes que contesto rápidamente con menos entusiasmo a cada cual. -¿Y a este qué le pasa?- No me apetece continuar chateando, así que dejo el smartphone en silencio, estaré más tranquila sin prestarle atención.

 Jayden se queda atrás mirando móviles, y Diana señala la primera tienda a visitar. 

 -Vamos a esta, va. -Asiento para ir entrando y buscar la parte de los bikinis. Ni idea de qué mirar, nunca he sido una entusiasta de las compras, ni se me da bien conjuntar o imaginar cómo queda la ropa en mi ni en los demás, igual Jayden ayuda más que yo, él si que tiene pinta de saber lo que es ir de compras por derecho. -¿Te gustan de algún color en especial o algo? -No creo que aquí haya ropa friki del estilo de Di.

Finalmente, Diana propone entrar en H&M, a ver si con un poco de variedad encuentra algo que le guste. Miro el escaparate, viendo que las propuestas son de la temporada otoño-invierno. No creo que vaya a haber excesiva variedad en ropa de baño a estas alturas. Como mucho, sobrantes y saldos.

¿Yo? Tengo el armario petado, no cabe un alfiler. -Digo lanzando un resoplido que mece mi flequillo, recordando cómo se llenó este verano- Mi madre se gastó un sueldo en ropa conmigo antes de irse de vacaciones, le encantan esas cosas... -Lo de comprarme cosas de moda, y lo de largarse de vacaciones sin mí- Además, hemos venido a por lo tuyo, ¿o es que te quieres librar de mí? -Le digo guiñándole un ojo, bromeando- Tranquilas, al probador me abstendré de entrar... -Me encojo de hombros, cerrando los ojos con una sonrisa.

Nos adentramos en la tienda, buscando la zona de ropa de baño para mujeres.

-¿Cómo me gustan? Creo que eso no interesa hoy. – reí, y me expliqué. – Mi madre quiere que me compre “algo bonito”. – dije marcando las comillas con mis dedos. – No algo que me compraría normalmente, por eso no quería que fuera sola, jaja.

Procuraba tomármelo a broma, pero la verdad es que a veces ese tipo de apreciaciones de mi madre me llegaban a molestar.

Jayden explicó que él ya tenía ropa más que suficiente, bromeando con si pretendía librarme de él.

-¿Librarnos de ti? Es para que te muevas y no te confundan con un maniquí, con ese pelo y dientes perfectos. – bromeé yo también.

Aunque no tuviera ropa de sobra, dudo que compre en sitios como este con ese coche y casa que tiene… Seguro que esa camisa cuesta más que toda mi ropa de verano.

-¿Eh? – me quede algo cortada ante la broma del probador. – Sí, será lo mejor… A ver si van a darte ganas de comprarte un bikini a ti también... - eché una mirada cómplice a Amber y reí, antes de acercarme donde se encontraban los bikinis.

 -Hm, con que no se fía de ti, ¿Eh?- Esbozo una pequeña sonrisa y me pongo a mirar los bikinis por encima. -Podrías probarte alguno negro, que pega con todo, ¿No?- Saco el primer bikini negro que veo y se lo enseño, esperando su opinión.

 Levanto la mirada del bikini que acabo de coger para echar a Jayden un vistazo de arriba a abajo tras el comentario del maniquí, dejando escapar una sonrisa asombrada al terminar con mi escaner visual. - ¡Jaja! ¡Hostia, es verdad! Tienes cara de modelo o algo así, Jay. 

 Amplio mi sonrisa cuando termina su último comentario y la miro divertida, con lo que acerco a Jayden el bikini que tengo entre manos para ver como le quedaría por encima, vacilona.

 -Seguro que no tienes nada así en tu armario por lleno que esté, je... - 

Las chicas me sorprenden devolviéndome la pelota, vacilándome con mi aspecto. Me quedo con los ojos como platos oyendo a Diana definirme como un maniquí.

¿D-dientes...? ¿Pe-pelo?

Amber se une a la fiesta, carcajeándose y diciendo que tengo cara de modelo. Frunzo el ceño mirando hacia arriba, tocándome el flequillo. ¿Qué le pasa a mi pelo?

Bueno, vale, dejadlo ya, ¿no? -Fijo estar indignado con las bromas, pero en seguida me echo a reír con ellas también. Sólo dejo de hacerlo cuando Amber me lo e encima un bikini y empiezan a bromear con que me lo compre.

Bueno, pues feo no es... -Digo sonriendo como si fuera lo más natural del mundo- Igual debería comprarlo, no se. Así cuando vengan de visita a casa tengo algo que ofrecer para quien quiera bañarse. Pero me tendréis que decir vuestras tallas... -Culmino con picardía.

Jayden parecía sorprendido e indignado con nuestras apreciaciones, pero finalmente también se echó a reír. Sin embargo, al sugerirle Amber uno de los modelos entró al trapo, lejos de hacerse el ofendido.

-¿Nuestras tallas? – dije cogiendo el bikini y mirándolo. A mi esto no me sirve ni por asomo. – Ve empezando por Amber. – le dije y reí, empujando a mi amiga contra él.

Me acerqué a mirar algunos de los modelos, la verdad es que no había demasiada variedad.

-Uno negro… - murmuré, buscando uno de ese color, tal y como me había sugerido Amber. - ¿Qué os parecen estos? – dije enseñándoles dos que había cogido, para después señalar uno de rayas.

 Miraba a Jayden sonriendo tras su reacción, e incrédula cuando termina. -Venga ya, no te lo crees n...- Voy a seguir bromeando cuando sin esperarlo Diana me empuja hacia el rubio. -¡¿Eh?! ¿Yo? ¿Qué?- Me quejo mientras me empuja y giro el cuello para mirar hacia atrás, a Di. -Os habéis equivocado de tía, la que sabe de esto es Robin, eh. -Intento cambiar de tema para salvarme de la broma. -Además, el plan era que TÚ llevaras el bikini, listo.- Doy a Jay un golpecito con mi puño en su hombro, sonriendo.

 Diana acepta mi idea, busca y nos muestra unos modelitos en base a lo que le he dicho, que miro unos segundos tratando de decidirme mientras me acaricio la barbilla, pensativa.

 -Pues... El del corazón tiene ese toque gracioso, y el de las rayas también está chulo. El otro no es feo, pero parece muy simplón, ¿No? Así a ojo, yo me quedaría con uno de esos dos.- 

Me echo a reír cuando Diana empuja a Amber contra mí, y sigo haciéndolo cuando esta insiste en que el bikini me lo ponga yo. Estoy a punto de proponer que si yo me pongo un bikini de esos ellas tienen que ponerse un bañador de tío, exclusivamente, pero me corto. Igual es pasarse ya. Además, Diana está ya pidiéndonos opinión sobre varios modelos.

Estoy de acuerdo con Amber, el negro entero es un poco soso, el del corazón al menos tiene una gracia... -Aunque me fijo en la parte superior, que tiene una forma rara. De esas que no parecen sujetar mucho y son más para chicas con muy poco pecho. Creo yo, que tampoco es que entienda mucho de esto- ...pero el de rallas me gusta más, es otra cosa, no se. Hasta que no te lo vea puesto... -Termino con picardía, sacándole la lengua como ella siempre hace.

Me quedé pensativa ante las opiniones de los chicos. A mí también me habían llamado más la atención aquellos dos modelos, como a Amber; mientras que a Jayden le hizo más gracia el de rayas.

-¿Vérmelo puesto? Para eso tendría que ir a una de tus fiestas, cosa que no ha pasado hasta ahora. – reí y cogí ambos modelos. – Me probaré ambos, a ver qué tal…

Nos acercamos ala zona de probadores, y me dirigí a uno de estos.

-No os alejéis, ¿Vale? – les dije, por si fuera a necesitar otra talla o algo. – B-bueno, iba por ella. – dije señalando a Amber, temiendo otra broma de Jayden, y me metí en el probador.

Me quité el vestido y el sujetador y me probé la parte superior del bikini del corazoncito. En realidad me gustaba más la parte de arriba del rayado, pero la braguita de este era mucho más mona. Sin embargo, pronto comprobé que la parte superior no me quedaba del todo bien.

-Amber, - dije asomándome por la cortina. - ¿Me traes una talla más, por favor? De el del corazón.

-Pero a la de este finde vendrás a estrenar bikini, ¿No? - Apoyo a Jayden mientras mi amiga se dirige a probarse las prendas.

-Claro. - Asentí a Diana cuando se metió en los probadores para quedarme cerca, buscando con la vista desde la zona de los probadores alguna chaqueta o pantalón que pudiera gustarme, curiosa.

 Cesé mi búsqueda de ropa que pudiera gustarme cuando Diana pidió otra talla del bikini del corazón. -Voy- Asentí para empezar a buscarlo. Encontré el bikini y me quedé un momento frente a su probador. -Entro, Di- La avisé.

 Entré en el probador abriendo la cortina lo mínimo posible cerrándola de nuevo tras de mi, y le ofrecí el bikini que acababa de pedir. -Eh... ¿Quieres... que te busque más o algo?- Pregunté apoyándome contra la pared lateral, con las manos en la espalda y mirando hacia la cortina.