Partida Rol por web

En esta zona hay un escenario donde a veces se organizan eventos, tambien varios tipos de lugares donde comer:

- Restaurante Chino

- Restaurante español

- Restaurante italiano

- McDonalds y Burger King

- Pizza Hut

- Asador

- Bocateria

- Cafeteria

- Pub

Jayden repasó por encima los locales de comida que podíamos encontrar y se ofreció a invitarnos, como ya parecía que tenía costumbre de hacer. Me quedé pensativa, sin tener muy claro qué quería comer, cuando Amber comentó que le daba igual.

Nos adentramos en la zona de restauración y fui echando un vistazo a los diferentes locales, hasta que algo en uno de ellos llamó mi atención.

-¿Qué tal el Mc? – les pregunté acercándome algo a este. – De repente me están dando ganas de un Happy Meal. – dije riendo, mirando los juguetes que regalaban con este.

¡¡Hamburguesas!! Sí, no está mal una hamburguesa ahora. Siempre me han gustado, pero eso sí, con patatas y cocacola bien grandes. Me quedo mirando los cartelones retroiluminados, con las manos en los bolsillos, tratando de decidir. Habitualmente suelo cogerme el Big Mac, que trae dos hamburguesas, aunque ahora hacen unas hamburguesas con pan tipo artesano y carne más consistente que también están bien...

Sorprendido, me giro para ver a Diana ensimismada mirando los juguetes que regalan con los Happy Meals. Sonrío al ver su cara risueña, esa expresión de niña pequeña capaz de disfrutar con cosas sencillas. Vuelvo a mirar los cartelones. Bah, tampoco tengo tanta hambre.

Otro para mí. ¿Coca cola para beber? -Digo, pensando más en que Diana tenga dos muñecos de esos en lugar de uno, que en comerme esa mini hamburguesa de dos bocados- ¿Amber? ¿Tú qué quieres?

 -El pingüino, tío. -Digo mirando la foto del muñeco casi con brillo en los ojos, sin prestar mucha atención al resto de menús. Siempre pedía un menú McPollo, pero después del sándwich y las pescopapas ya no había tanta hambre. Sabía que podía comer más con mucho gusto, pero eso sería suficiente, lo demás sería gula.

 Sacudo la cabeza un poco tras darme cuenta de mi respuesta. -Osea, un Happy Meal con un Nestea.- Rectifico, esperando que no se dieran mucha cuenta de mi despiste de hoy. -Gracias, Jay- Termino un poco cortada por que me vuelva a invitar.

Jayden nos preguntó que queríamos, pero antes de responderle comencé a partirme de risa cuando escuché la respuesta de Amber.

-Jajaja, sí, ¡El pingüino mola mucho! Quiero ese o el del tubo. – dije mirando a Amber con una sonrisa, y me volví hacia Jayden. – Cola light, por favor. Y el Happy Meal con Nuggets y los gajos de manzana. Vamos cogiendo sitio, ¿Vale? – le dije a este y me dirigí con Amber hacia una de las mesas.

Las chicas empiezan a flipar con los juguetes, y a mí se me escapa una sincera carcajada mientras debaten sobre qué juguetes infantiles les gustan más. Cuando Diana me confirma lo que quiere, me dirijo a la cola de la caja a pedir.

Tres Happy Meals, uno de ellos con Nuggets y los gajos de manzana. Uno con cola, otro con cola light, otro con Nestea. Dos muñecos de Mario disfrazado de pingüino y uno saliendo del tubo.

Con todo el pedido en una bandeja, pago con la tarjeta y busco al girarme la mesa que hayan cogido, dirigiéndome hacia ellas con una sonrisa.

Niñas... A comer...

Diana me contagia su risa respecto a mi comentario despistado, y espero impaciente a que llegue Jayden con los menús. No se si tengo más ganas de comer o de tener el muñeco de Mario.

Abro el Happy Meal y saco la hamburguesa, el refresco al que doy un trago y por último el muñeco, dejando las patatas dentro. Esto es lo que me apetecía hoy, comida basura y porquerías de estas, esta tarde cae un helado, me voy a hinchar.

Doy un bocado a la hamburguesa y sin espera me dispongo a abrir el plástico que contiene el juguete, pero no estoy muy acertada y se me resbala de las manos un par de veces, así que acabo por dejarlo para luego discretamente al lado de la bandeja y doy otro bocado a la hamburguesa mientras miro de reojo a los chicos, esperando que no me hayan visto cometer tales torpezas. -Estás empanada, al final se van a dar cuenta- Qué bueno, joder.-

Nuestro benefactor se acercó a la mesa bromeando e hicimos espacio para que posara la bandeja.

-¡Gracias! – respondí a este y le saqué la lengua.

Cogí mi menú y lo abrí, olvidándome completamente de la comida y buscando la figura. La abrí con rapidez, ajena a lo que hacían los demás, y tras observarla algunos segundos desde toda perspectiva, sosteniéndola entre mis dedos, coloqué aquel Mario saliendo del tubo sobre la mesa.

-¿Dónde quedaría bien? – pensé en voz alta, mientras repasaba mentalmente los espacios disponibles de mi habitación. - Pobre Luigi, ¿No? - dije de repente, cayendo en la cuenta de que hasta Peach y Yoshi contaban con figura, y levanté la vista para mirar a Jayden y Amber. - Quizás... Debería ir comiendo, ¿No? - sonreí avergonzada, al darme cuenta de que estos ya estaban en ello, y saqué los nuggets y empecé a comer.

Mientras las chicas empiezan a juguetear con los muñequitos, abro mi mini hamburguesa y le echo las salsas de kétchup y mostaza, aplastando el pan encima y comparando su tamaño con el de los sandwiches del Sandy. La hamburguesa sale perdiendo.

Cojo el pequeño bocado entre los dedos, mirando de reojo a Diana cuando comenta que debería empezar a comer. Con una sonrisa, cojo mi muñeco, un Mario pingüino igual que el de Amber, y lo dejo junto a sus naggets.

Y me llevo la hamburguesa a la boca.

Cogía el segundo nugget cuando vi la mano de Jayden acercarse, dejando aquel Mario-Pingüino junto a mi comida.

-¿Para mí? ¿En serio? – dije mirándole y soltando el nugget, para limpiarme las manos rápidamente y mirar la figura de cerca. - ¡Que guay! ¡Gracias! – hice el amago de ir a darle un beso en la mejilla, pero me detuve al ver que comía.

Lo puse junto al otro y los miré un par de segundos antes de volver a tomar el nugget. No era mucho lo que tenía que comer, cuatro trozos de aquel sucedáneo de pollo y cuatro o cinco gajos de manzana. Tomé un trago a la coca cola y terminé con los nuggets, cuando eché un rápido vistazo al móvil, quedándome blanca al leer el mensaje que tenía.

¿Yooo? Ufff…

Respondí tras pensarme mucho que decir, y en seguida obtuve una respuesta; al parecer no había sido clara del todo. Volví a escribir y guardé el teléfono, algo nerviosa.

-P-perdonar... - les dije a los chicos, y me llevé un trozo de manzana a la boca.

 -Luigi era el Mario verde ese del jugador dos, ¿No?- Digo mirando la imagen en la que sale el catálogo de muñecos y ver que no sale nadie más además de la princesa y el dinosaurio. La seta tampoco está, pero que yo recuerde se llamaba Toad.

 Jayden regala su muñeco a Diana con un gesto amable, el cual no percibo hasta que no escucho el agradecimiento de Diana hacia el chico para levantar la mirada de la comida y mirarlos. -Qué envidia. Qué ciego. Qué hambre. -Qué guay- Les sonrío a ambos con sinceridad, era envidia tontainas.

 Termino de comerme la pequeña hamburguesa y saco las patatas, volcándolas sobre el cartón de la hamburguesa. Luego abro un sobre de ketchup y lo echo sobre las patatas. Voy a dar otro trago al refresco cuando veo a Diana con cara rara, que luego se disculpa.

 -¿Hm? ¿Qué pasa? -Y ahora si bebo, mientras la miro curiosa, sin especial preocupación.

Me ruborizo ligeramente cuando Diana me da las gracias por el juguete, sonriendo de forma un poco tonta con la boca llena, masticando la hamburguesa. Por un instante parece que va a acercarse, pero se detiene y sigue comiendo. Aunque con esa sonrisa suya, tan graciosa.

Pero la sonrisa desaparece al mirar el móvil. Me doy cuenta de ello, precisamente porque la estoy mirando cuando sucede. Responde a un mensaje, espera un instante a recibir respuesta y vuelve a responder. La veo nerviosa. Y eso me pone nervioso a mí.

¿P-problemas? -Pregunto justo después de que Amber le pregunte qué pasa- ¿En casa, o así?

O así. ¿Quién podría ser? Inmediatamente pienso en David, en esa conversación que han mantenido antes en el Sandy, aparte. No tengo ni idea del motivo, ¿tendrá algo que ver?

Con mi forma de actuar no era de extrañar que los chicos preguntaran que sucedía, pero no podía hablar de eso, no se trataba sólo de mí.

-No, no son problemas. Una noticia inesperada. – respondí de forma ambigua, sin querer profundizar.

Terminé el trozo de manzana que tenía en las manos y eché el último trago. Aún me quedaban un par de gajos, pero ya no me apetecían. Cogí las figuras y volví a mirarlas, antes de volver a envolverlas en sus respectivas bolsitas de plástico, para que estuvieran bien protegidas, y meterlas en la bandolera.

-¿Y sabes donde podemos mirar bikinis? – pregunté a Amber, mientras ellos terminaban de comer.

 Diana nos asegura que no hay ningún problema sino una noticia inesperada. Si ella lo dice prefiero dejarlo estar. Termino las patatas y vuelvo a la carga con la bolsa de los muñecos, haciendo fuerza con el dedo para estirar y forzar el plástico hasta el máximo para que se rompa y mirándolo con miedo de que se me vaya la mano y golpee a alguien, o a mí misma, pero me controlo y consigo abrirlo normalmente.

 -Puff... Ahora mismo sólo se me ocurren Zara... Springfield y... H&M, -Listaba las pocas que se me iban ocurriendo mientras cerraba la caja de la hamburguesa para jugar con el pingüino sobre esta, dando vueltas.- no soy muy de fijarme en las tiendas de ropa, pero seguro que en las galerías hay muchas más. -¿Seguro que su madre se ha quedado tranquila mandándola a comprar ropa conmigo?-  

La ambigua respuesta de Diana no disipa mi preocupación. Al contrario, el hecho de que evite el tema hace que me preocupe más. Sin embargo, si ella no quiere hablar de ello no puedo hacer nada al respecto. Me quedo unos instantes pensando en ello, mientras bebo la coca cola viendo a la gente pasear de aquí para allá para no quedarme mirándolas con cara de preocupación. Puede que un día lo sepa todo de Diana, pero de momento tiene sus secretos.

Todos los tenemos.

Este puto pueblo está lleno de ellos.

También los hay en las tiendas de deportes, creo. -Añado en referencia a los bikinis, cogiendo el móvil para revisar los mensajes, y enviando uno. Dejo el vaso y empiezo a comer patatas por pura inercia. Están saladas, así que no les echo kétchup. Las prefiero así.

Me quedé mirando como Amber jugaba con el pingüino, sonriendo, mientras los chicos comentaban donde creían que podíamos encontrar bikinis. Aún seguía algo desconcertada, pero esperaba que se me pasara pronto.

Cogí una patata de Jayden y le saqué la lengua antes de comérmela; tras lo cual volví a echar mano al teléfono.

-¿Vamos y miramos por los escaparates? – les sugerí.

Parecieron estar de acuerdo, así que nos pusimos en pie y nos dirigimos nuevamente a la galería.