Partida Rol por web

La mujer sonríe y dice:

- Si claro, pero no lo hacéis al revés? normalmente es el quien te regalaría bombones hija mía, pero bueno si así vas bien no tengo problemas

La mujer parecía bastante contenta y entonces parece que se da cuenta de algo y dice:

- Por cierto...si quieres antes de que vayas podemos ir a comprarte un poco de ropa, seguro que podemos encontrarte un par de cosas monas 

Levanté la cabeza cuando mi madre dijo aquello sobre los bombones.

-¿Normalmente? Mamá, ¿No creerás que…? Jajaja, au… - reí por su ocurrencia, cesando por el dolor de cabeza. – Es una pequeña broma, nada más.

Comentó algo de comprar ropa antes de ir, parecía realmente contenta.

-No sé, tampoco creo que haga falta… La idea era ir a su casa y ver la serie desde la piscina. Es que tiene un proyector en la parte trasera. – me apresuré a explicar, ante lo peculiar del plan. – Aunque hace tiempo que no vamos de compras juntas… – Principalmente porque nuestros gustos coinciden bastante poco. – Así que si quieres… - acepté al verla tan contenta.

La mujer sonríe y dice:

- Entonces lo que necesitas es un bañador bien mono que ya me conozco tu forma de comprarte bañadores y siempre terminas comprándote los que no te favorecen para nada

Apunta algo en su teléfono y dice:

- Después de clases si quieres me llamas ... espera

Mira en el móvil y dice:

- Mierda, hoy no puede ser, no podrías ir con una amiga? si, claro ve con una amiga, te doy dinero y vas y cómprate algo bonito porque si no no te dejo entrar hoy en casa así que ya sabes

Todo indicaba que iríamos esa tarde a comprar, al menos un bañador por lo que dijo mi madre, pero de pronto le dio la vuelta a todo el planteamiento, diciendo que estaba ocupada y fuera con una amiga.

¿Qué amigas? Si sabe perfectamente que no tengo amigos aquí…

Me llevé la mano a la cara, en parte en gesto de desesperación y en parte por el dolor de cabeza.

-Creo que tenías todo esto planeado desde el inicio… - le dije cogiendo el dinero que me ofrecía. – Me compraré un bonito buzo de neopreno, tranquila. – bromeé poniéndome en pie y yendo a comprobar por mí misma si había algo para el dolor.

Cogí una pastilla y me la tomé, junto a un trago de zumo de naranja, esperando que esta me ayudara. Sin decir nada más di un beso a mi madre y me despedí de ella, volviendo a mi habitación.

Me duché en primer lugar, animándome incluso a cantar bajo el agua después de que el dolor e cabeza remitiera un poco. A pesar de los contratiempos del día anterior estaba contenta. Había conocido a gente maja, Naoko seguramente estaría ya bien o en proceso de estarlo, y hoy tocaban dos de las clases que más me gustaban. Sólo tendría que intentar evitar a esas animadoras y al gracioso de David, y todo iría sobre ruedas.

Tras terminar se asearme escogí una camiseta, que suponía en parte una declaración de intenciones, y terminé de prepararme. Al bajar las escaleras vi que mi madre ya no estaba, pero que me había dejado algo para comer en una bolsa de papel marrón. Cogí esta y la mochila y salí en dirección al instituto.

Llegamos a casa de Diana, y salgo del coche de un salto para abrirle la puerta. El comentario de Remy, sin respuesta de momento, me ha dejado descolocado. Parece que Diana le ha gustado, también.

También.

Soy tan gilipollas que me cuesta incluso admitir que me gusta Diana. Al menos, hasta que aclare mi situación con ella. A fin de cuentas, no se si siquiera tengo posibilidades. Nos llevamos bien, y eso, pero... En fin, también me llevo bien con Robin, eso no significa nada.

Bueno, Diana, en casa como te prometí, aunque haya sido un trayecto algo más accidentado de lo que esperaba. Después de las pruebas del equipo iré a mi casa, de modo que... si te encuentras mejor... y te apetece... Ya sabes, piscina y Juego de Tronos. -Le guiño un ojo- Y si no, pues ya hablaremos, ¿no? -Me acerco a ella y la doy un beso en la mejilla, que me parece mucho más que una simple despedida amistosa- Hasta luego, Diana.

Entran Jayden, Diana y Remy.

Salen Jayden y Remy.

Menuda mañana tan rara…

Tras tanto contratiempo conseguimos llegar finalmente hasta mi casa. La verdad es que ya me encontraba algo mejor, y me hubiera gustado poder charlar un rato con Jayden, pero supuse que tendría cosas que hablar con su amigo. A fin de cuentas, ya había mencionado algo al respecto, y a pesar de decirme antes que tenía tiempo de sobra ahora parecía tener prisa.

Me quedé un poco parada al recibir el beso, incluso me sonrojé un poco, no estaba acostumbrada a ello.

Lo tendrá por costumbre… Además se refirió a mí como su amiga al presentarme a Remy, no como una compañera de clase…

-Gracias por salvarme de las garras de Samantha, y por hacer que me traigan hasta casa, aunque no me gusta haber tenido que molestar a tu amigo. Debí coger un taxi. – dije algo avergonzada. – Claro, si tengo tiempo te digo algo, que he quedado con Amber para ir de compras. – dije al respecto de la idea de ver juntos la serie, y me cargué la mochila al hombro. – Hasta luego, ¡Y suerte con esas pruebas! – le dije sonriendo y haciendo el signo de la victoria con mi mano. – Gracias por traerme, Remy. – dije acercándome a la ventanilla del coche. – Y no… No sería para nada irrespetuoso… - respondí escuetamente a su pregunta anterior, que había quedado en el aire. - ¡Nos vemos, chicos! – me despedí de ambos agitando la mano, mientras me dirigía a la puerta de casa.

Entré en casa y subí directamente a mi habitación, dejando la mochila en el suelo nada más entrar y dejándome caer sobre la cama.

Debería descansar un rato…

Pero antes de ello, decidí sacar el teléfono y escribir a Amber, así que tal y como estaba tumbada, alcé el teléfono entre mis manos y le escribí.

A ver que le parece, y me organizo, que tendré que estudiar un rato por lo menos.

Dejé caer el teléfono sobre la cama, y me subí en esta por completo, acurrucándome sobre la almohada.

Remy me deja frente a la casa. Le doy las gracias por el viaje y por los consejos, y me bajo del coche. Espero a que se aleje en su coche antes de acercarme a la puerta de la casa, con la bolsa de deportes al hombro.

Al llegar a la puerta, dudo unos instantes. No tengo claro qué decir, o que hacer exactamente. Ni siquiera he pensado una excusa, o la cara que voy a poner si esto sale mal. ¿Realmente me hace falta? No lo se, pero no puedo darme la vuelta sin más. Ahora no.

Toco el timbre y espero de espaldas a la puerta, respirando profundamente.

Me había quedado dormida después de mensajearme con Amber. Ni tan siquiera recordaba el momento en el que me había quitado las gafas, pero ahí estaban, sobre la cama junto a mí. Me las puse y me levanté de un salto, tras lo cual me fijé en la hora. Se acercaba la hora de comer, así que decidí bajar a preparar algo, no sin antes peinarme un poco y cambiar aquellos vaqueros por los pantalones cortos del pijama. Me encontraba poniéndome las zapatillas de casa* cuando escuché el timbre.

¡Amber!

Terminé rápidamente de calzarme y bajé las escaleras, abriendo la puerta sin tan siquiera mirar de quién se trataba.

-Hola Am… - me detuve, al darme cuenta de que no se trataba de Amber. - ¿Jayden? H-hola… - dije al verle de espaldas, sorprendida.

Me doy la vuelta cuando oigo la puerta abrirse, sonriendo ante la perspectiva de verla. Aunque al hacerlo comienza a saludar, deteniéndose sorprendida de que sea yo.

Hola, Diana... -La idea de interrumpir algo hace que mire a un lado, frotándome la nuca- ¿Esperabas a alguien? Yo... venía a ver que tal te encontrabas, pero si molesto...

Se giró enseguida, sonriendo como acostumbraba a hacer, pero al saludarme y pensar que podía estar interrumpiendo cambió algo de actitud.

-¡No, no, para nada! – me apresuré a responder, negando también con mis manos. - ¿Cómo vas a molestar? Es que he quedado con Amber en que vendría a comer, pero no concretamos la hora. Me alegra que hayas venido. – le sonreí, antes de hablarle sobre cómo me encontraba. – Me siento mejor, la verdad, he dormido un rato y me ha sentado fenomenal. ¿Tienes prisa? ¿Te apetece pasar? Así voy preparando algo para comer…

Me ajusto la bolsa de deportes al hombro mientras se apresura a negar, haciendo un divertido gesto con las manos.

Me alegra que estés mejor. -Digo algo más contento. Entonces me habla de la comida que va a preparar, y me doy cuenta de que debería haber comido algo en casa antes de venir. Bueno, supongo que puedo coger un sándwich de la cafetería antes de la prueba, para no hacerla en ayunas- Claro, puedo hacerte compañía hasta que ella llegue, luego me cojo un taxi al instituto para hacer las pruebas del equipo de basket. Por cierto... -Miro al suelo con una pícara sonrisa- ...bonitas zapatillas.

Abrí la puerta del todo, dejándole sitio para pasar.

-Gracias. – dije ante el comentario de las zapatillas, y reí. – Son un poco cursis, pero me gustan. – Pasó dentro y cerré la puerta. – Puedes quedarte a comer con nosotras si quieres, además Amber tiene que ir también a hacer las pruebas deportivas antes de irnos al centro comercial. – me adelanté un poco al poner rumbo a la cocina, indicándole por dónde se encontraba. - ¿Y tú que tal? ¿Habéis hecho muchos planes? – pregunté en referencia a las cosas que tenía que hablar con Remy, adentrándome en la cocina. – Mmm a ver que hay por aquí… - dije abriendo el frigorífico y echando un vistazo dentro.

¿Cursis? -Niego con la cabeza, mirándolas de nuevo- A mí no me lo parecen. Vamos, yo no me las pondría, pero a ti te quedan bien.

Y ahora es cuando me pregunto qué he querido decir y qué puede entender ella.

De modo que ¿vais a ir juntas al centro comercial? Vaya, parece que os habéis hecho muy amigas... -Entro en la casa mirando alrededor, esperando junto a la entrada hasta que me guía a la cocina- ¿Planes, Remy y yo? Ideas, más bien. Aunque las de Remy suelen ser muy radicales, tendré que sopesar detenidamente si es lo que más me interesa ahora mismo. -Es una guerra abierta que no estoy seguro de poder ganar- Pero bueno, al menos está bien saber con quién puedes contar, quienes son tus amigos.

Me doy cuenta de que puede haber sonado algo enigmático, pero no creo conveniente contarle todo el asunto. Al menos, de momento.

Bueno, y... -Empieza a mirar en la nevera lo que va a preparar de comida- ¿Cómo lo llevas? El maravillo ambiente del instituto, quiero decir. -Me acerco a la nevera, dejando mi bolsa donde no moleste- ¿Te echo una mano?

A mí me quedan bien…

Sonreí ante aquel comentario, que si bien sería un cumplido inocente, me hizo recordar cuan peculiar podía llegar a ser yo.

Hablamos algo más, hasta que me preguntó por mi periplo en el instituto y me ofreció su ayuda. No quise preguntarle por lo de Remy, ya que no parecía querer dar muchos detalles.

-¿Una mano solo? Que poco solidario te veo hoy…- bromeé, cogiendo una fuente y ofreciéndosela. – Mejor échame las dos. – reí dándosela. – Porque te gusta el pastel de carne, ¿No? – dije volviendo a mirar en el frigorífico y cogiendo un par de cosas más. – Yo creo que con esto… Puedo hacer algo para acompañar si queréis. – Dije volviendo a mirarle, con una sonrisa. – Déjalo por ahí y cuando venga Amber lo metemos un poco en el horno.

Dejé también lo que yo había sacado y le hice un gesto para que me siguiera a la sala. Me senté en el sofá, instándole también a hacerlo.

-En el instituto… - comencé retomando el tema. – No sé muy bien que decirte. – respondí pensando en Samantha. – David se ha convertido en el menor de mis problemas. – reí, aunque se notaba que sin muchas ganas. – Pero he conocido a gente genial, como Robin y Amber… y como tú. – sonreí un poco avergonzada, y recuperé el tema del centro comercial. – Como decías he hecho buenas migas con Amber, aunque la verdad es que le dije para ir de compras por la pesada de mi madre, me lió para que fuera a comprarme el bañador con una amiga. Como si me sobraran aquí los amigos… - suspiré.