Partida Rol por web

A nadie le sobran. -Digo sin pensar, dándome cuenta en seguida de que no tiene mucho sentido- Quiero decir, que nadie tiene muchos en realidad. Incluso los que sacan pecho dándoselas de populares, lo más que tienen son muchos conocidos, pero amigos de verdad... -Muevo los dedos de una mano delante de mi cara, dando a entender la cifra que manejo. En estos momentos, de hecho, sólo pienso en un par de nombres.

Sentado en el sofá con ella, me siento de lo más relajado. Tanto que hasta me atrevo a seguir el hilo de lo que ha comentado sobre el instituto. Tanto, que creo que acabaré diciéndole lo que he venido a decirle.

El instituto es... raro. No se, supongo que nunca he terminado de encajar del todo. Pero a la peña le gustan mis fiestas, así que eso me ha hecho llevarme bien con mucha gente, supongo. Hasta ahora, al menos. -Desvío la mirada, nervioso- En fin, de todos modos me da igual. Es el último año, y haciendo recuento de estos años se con qué me quedo y con qué no. -Venga, va, deja de dar vueltas que no llegas a ninguna parte- Ejem, y hablando de eso... -De quedar- ¿Eh?

De repente, tocan a la puerta, interrumpiendome en el peor momento. Sonrío nervioso, incómodo.

Supongo que será Amber, jeje.

Me sorprendieron un poco las palabras de Jayden. Realmente le ubicaba entre los populares, por mucho que se llevara bien con todos, y di por echo que tendría un centenar de amigos. Pero pensándolo detenidamente, tenía razón. Una cosa eran los colegas y otra los amigos de verdad.

Aún así, estaría bien tener algún conocido más…

Agaché la mirada al mencionar que ”hasta ahora” se llevaba bien con todos. Justo ahora que había llegado yo, y Sam me ha había amenazado de esa manera por no gustarle que me relacionara con él.

Es culpa mía.

Quise intervenir, pero entonces desvió la mirada, diciendo que le daba igual por estar ya en el último año.

De todas formas, no puedo dejar esto así…

Justo cambió de tema,  pero no llegué a saber de qué quería hablar, ya que tocaron a la puerta.

-Sí, debe ser ella. – dije poniéndome en pie, y corriendo hacia la cocina para precalentar el horno.

Volví, igualmente corriendo, pero pasando por detrás del sofá hasta llegar a la puerta.

Tras un par de minutos abrí la puerta, mientras recolocaba mi pelo tras las prisas.

-¡Hola, Amber! - la saludé animadamente, levantando mi mano, y abrí la puerta algo más para dejarla pasar. - Al final no comemos solas... - le dije haciéndole una seña para que entrara.

Nada más entrar se encontraba el salón, en cuyo sofá estaba sentado Jayden.

-Voy a ir preparando la comida, poned la tele si queréis. - les dije antes de meterme en la cocina.

-Hoola. Levanté mi mano con una sonrisa.

 Entré a su señal mirando de lado a lado cada esquina de la casa, curiosa, y me quedé mirando sus llamativas zapatillas, esbozando una sonrisa divertida.

 -Llegará el día en el que no me sorprenda de lo que me gusta tu ropa. 

 Luego me acerqué a Jayden para saludarlo. -

 -¿Qué tal, Jay? Por lo que veo tú tampoco eres capaz de decir que no a una buena comida. -Sonrío y me siento en el sofá con Jayden, cojo el mando y enciendo la tele. -¿Te apetece ver algo?

Me levanto del sofá cuando Amber entra en la sala, saludando con la mano.

Hola, Amber. Ya ves, jaja, venía para una visita rápida y al final me quedo a comer. ¿Vas luego a las pruebas deportivas? -Pregunto sentándome de nuevo- Ya os veo a vosotras, no creo que por la tele echen nada mejor. -Le guiño un ojo sacándole la lengua- ¿Qué tal te ha ido la mañana, por cierto?

Metí el pastel de carne al horno para calentarlo y mientras tanto preparé una ensalada de col. Jayden y Amber hablaban en el salón, pero a pesar de tener la puerta abierta no les escuchaba desde la cocina.

Di varios viajes de esta al salón, que también servía de comedor, para poner la mesa para los tres. Finalmente llevé la ensalada y algunas salsas.

-Cuando queráis comemos, esto ya estará. – les dije sonriendo, invitándoles a que se sentaran.

Volví a la cocina, cogiendo un par de trapos y apresurándome en llevarlo a la mesa, ya que estaba muy caliente.

-¡Quema, quema, quema! – me quejé mientras lo ponía rápidamente sobre la mesa.

Lo solté y comencé a repartir porciones.

-Siento daros sobras para comer. – sonreí algo avergonzada. – Pero está muy rico, os lo aseguro.

Serví a cada uno una rodaja de pastel y algo de ensalada, sirviéndome únicamente un pequeño trozo de pastel de carne. Terminé sirviéndoles el agua y me senté a la mesa.

-Maadre mía Jay, cuánto peloteo... - Sonrío, negando con la cabeza-Papá, moñitas mío, ¿Cuándo has poseído a Jayden? - 

 -He tenido una mañana... rara, además al final creo que no me presentaré a las pruebas, no quiero saturarme demasiado... Al menos me lesionaré menos en teatro que en hockey. -Bromeo. -¿Qué tal la tuya?

 Me levanté cuando vi a Di aproximarse con la comida, y me senté en la mesa, riéndome por lo bajini cuando trae el pastel caliente quemándose y se disculpa.

 -Podríamos haberte ayudado a traer las cosas, mujer... Pero no te preocupes, no puede tener mejor pinta.

 -Gracias, Di. Que aproveche.

 Y empecé a comer. -Mmm- Estaba riquísimo.

¿Rara? Pues si supieras la mía... Entre lo de Robin, lo de Kitty, lo de David, lo de...

A mi me han pinchado las ruedas del coche. -Digo encogiéndome de hombros, resaltando únicamente lo ultimo y mas evidente de cuanto me ha pasado hoy, justo antes de que Diana nos avise de que está la comida.

Cuando veo a Diana trayendo la fuente con el pastel de carne, quejándose del calor, aparto las sillas de la mesa de comedor para que no le estorben al posar la fuente. Empieza a repartir las raciones y tomo asiento yo también.

Yo iba a comer un sándwich de la cafetería del insti, de modo que esto me va a saber a gloria. -Agradezco así la invitación de Diana, acercando el rostro al plato para olerlo- Guau, huele que alimenta... ¡Que aproveche!

Y comienzo a comer.

Ambos comenzaron a comer, agradecidos por la comida.

-Gracias, chicos. No os preocupéis, ya que el pastel es obra de mi madre que menos que poner yo la mesa, jeje. – comencé a trocear la comida. – Que metedura de pata esta mañana con Robin… Menos mal que ya lo hemos aclarado. Si ella misma me dijo que la apuntara en la lista, no sé en qué estaría pensando. – comí un trozo y seguí dándole vueltas a la comida. – Como si no te buscaran ya las cosquillas en este instituto como para buscarse una misma problemas. – reí resignada. – Por cierto, no os he enseñado la casa… Luego os la enseño si nos da tiempo. Y ya de paso te doy Tronos para que la tengas. – Dije a Jayden con una sonrisa. – Amber, ¿Al final hockey? Entre el baloncesto de Jayden, la natación de Robin y tus partidos de hockey… Acabaré aficionándome al deporte. – reí.

Trago la comida mirando a Jayden con los ojos como platos cuando dice eso.

 -¿Qué?¿En serio?¿Y sabes quién ha sido? Creo que mañana iré al insti en bicicleta... 

  Luego miro a Diana.

 -Y que lo digas, Di... - Asiento a su comentario sobre el instituto. -Y bueno, por el hockey no te vas a tener que preocupar, creo que haré algo menos movido, pero más arriesgado... -Me río - Lo mismo acabo de vocalista del grupo de Berta, Maggy y Maddison.  Entre eso y el grupo de teatro, no creo que vaya a tener tiempo para estudiar y jugar también al hockey. 

La radio estaba puesta pero bastante flojita, entonces suena en la emisora una canción en francés que se había puesto de moda el año pasado en algunas zonas, cuando el cantante empieza a cantar en francés casualmente Diana empieza a sentir un poco de fatiga, parece que la comida le había sentado un poco mal y notaba como tenía bastante ardor repentino, incluso tenía ganas de vomitar y se le notaba en la cara ya que se puso totalmente blanca y con muy mala cara

La comida está deliciosa, y Diana no tarda en atribuirle el mérito a su madre, que es una cocinera excelente. Aún con comida en la boca trato de hablar, pero decido tragar apresuradamente antes de hacerlo, casi ahogándome.

Al final voy a tener que pedirle a tu madre que me adopte, jaja -Bromeo- Total, no creo que a mi madre le importe mucho... -Si es que se da cuenta, claro. Ni siquiera se donde anda esta semana, ni me ha llamado.

Espera, qué gilipollez. Si Martha me adoptara... Diana y yo seríamos hermanos...

No lo se seguro, Amber -Cambio de tema siguiendo la pregunta sobre mi coche- Aunque tengo mis sospechas...

Esa zorra y sus esbirros. ¿Quién más?

Espera, ¿de vocalista en el grupo de esas chicas? -Mi sorpresa es evidente, aunque para nada negativa. Al contrario que muchos, yo no juzgo a esas tres ni me hago eco de los rumores sobre ellas. Aunque sí me preocupa mi amiga. Si esas tres ya aguantan bastantes palos y habladurías, no me hace gracia que Amber tenga que soportar estar en el punto de mira por andar con ellas- Eso sí que no me lo esperaba, Amber ¿de quién ha sido la idea? Que no me parece mala, ojo...

Estoy a punto de continuar con mi exposición, de preguntarle si está segura de lo que va a hacer y de las consecuencias de hacerlo. A pesar de no ser el más adecuado para aconsejar al respecto, no puedo quedarme callado si creo que una amiga va a meterse en problemas. Como mínimo debo asegurarme de que lo hace a sabiendas, siendo plenamente consciente de lo que hace. Pero en ese momento veo a Diana ponerse pálida, con la frente sudada y muy mala cara, como si fuera a vomitar.

¡Hey! -Digo alargando la mano y cogiendo la suya. Está helada- ¿T-te encuentras bien, Diana? ¿Qué te pasa?

Al hacer el comentario sobre que mi madre le adoptara, Jayden terminó mostrándose algo decaído. La verdad es queno entendía que tenían sus padres en la cabeza para estar tan ausentes.

-¿Adoptarte? Seguro que estaría encantada, de hecho, seguro que aceptaría un trueque y te cambiaría por mí.  – bromeé, tratando de animarle.

Amber nos contó que renunciaba al hockey, ya que a lo mejor se convertía en la vocalista del grupo de chicas asiáticas. Jayden se mostró preocupado por el tema, del mismo modo que lo hice yo. Curiosamente a mí no me importaba mostrarme tal cual era, a pesar de las consecuencias, pero cuando eran otros las que tenían que padecerlas lo de mostrarse “tal cual es uno”, no me parecía tan buena idea.

Como ahora le pasa a Jayden…

Iba a comentar algo sobre el tema de cantar con aquellas chicas cuando empecé a sentirme fatigada. Me llevé la mano al pecho, al sentir unos fuertes ardores y me puse a sudar en frío.

-No, no me siento muy bien… - respondí a Jayden, poniéndome en pie – Creo que…

Antes de acabar la frase, salí corriendo al aseo, aguantando las ganas de vomitar; hasta que por fin pude hacerlo en el baño.

-Lo mismo yo también se lo pido, que la mía es una pesada. - Bromeo para dar otro bocado-

-Ha sido cosa del profe de música, Jay... Ya se que no son las más populares, pero no estuvieron mal, y la fama de medio bollera ya la tengo. - Me rio - Total, paso de la gente, me vale con estar bien con... Con mis amigos. - Termino la frase un poco nerviosa.

Mientras me llevaba otro trozo de pastel a la boca, me di cuenta del malestar de Diana. Tragué ayudándome con un poco de agua casi sin masticar para apresurarme a preguntarle con preocupación si estaba bien tras Jayden, seria.

-Diana, ¿Estás bien?

Casi sin mediar palabra, la chica sale hacia el baño, y yo tras ella, me levanto y la sigo casi sin pensarlo hasta el baño, donde empezó a vomitar. Le aparté el pelo de delante de la cara y miré hacia otra parte, intentando con poco éxito disimular mi expresión de asco y preocupación.

-Ehh.... ¿Necesitas algo...? -Pregunté cuando terminó aun sin mirarla, sin tener muy claro qué decir o hacer.

Diana suelta mi mano precipitadamente, poniéndose en pie. De repente, sale corriendo, y yo me pongo de pie desconcertado, tirando la silla al suelo. Me agacho para recogerla y ponerla en pie, y veo a Amber salir corriendo tras ella. Las sigo corriendo hasta la puerta del baño, donde me encuentro a Diana arrodillada frente a la taza, vomitando. A su lado, Amber le sujeta el pelo con una mueca de asco.

Lleva toda la mañana mal, y ha ido a peor. Se puede vomitar porque te haya sentado mal una comida, pero ¿por algo tomado en el desayuno? Lo dudo. No, tiene que tener algo...

Habrá que llevarte al médico... -Propongo, decidido- Voy a llamar a tu madre.

Aún tosía cuando Amber me preguntó si necesitaba algo, haciéndole un gesto con la mano de que todo estaba bien, que seguramente no comprendería; pero en ese momento no tenía otra forma de hablarle.

Comencé a levantarme y me arrimé al lavabo para lavarme, y cuando estaba terminando escuché a Jayden decir que llamaría a mi madre.

-No, no, no… De eso nada… - me negué en rotundo, acercándome a él, aún con malestar. – No me pasa nada, no es grave, me pondré bien… - miré a Jayden y después a Amber, con una cara pálida muy poco convincente. – Está bien, iré al médico, pero no le digáis nada a mi madre, por favor. Se preocupa demasiado… Vosotros… ¿Estáis bien? – pregunté, pensando en que quizás hubiera podido ser cosa de la carne, aunque apenas había comido un par de trozos. – El pastel de carne es lo primero que como hoy… Igual no me han sentado bien los analgésicos… - suspiré.

Con lo lista que eres para unas cosas...

 Me aparté mirando hacia abajo para dejarle espacio para moverse en el baño. 

 -Déjala que vaya al médico... Seguramente sea sólo una gastroenteritis tonta... Si come blando estará bien, y algunas madres se ponen muy pesadas. -Dije apoyada en el borde del marco de la puerta con el hombro, mirando la esquina del marco de la parte en la que me dejaba caer con rostro serio, preocupada por Diana, y porque sabía que la madre de Jayden podía ser de todo menos pesada. Nadie montaría esas fiestas si no fuera así.

 - Yo me encuentro bien... -Me palpo el estómago, como si así fuera a asegurarme- Algunos medicamentos no sientan bien al estómago, Di. Lo mismo deberías mirar eso si los tomas con frecuencia...  

 -¿Quieres que te traiga agua, te dejemos sola, nos quedemos contigo, o te compre un bikini a mi gusto? -Sonrío intentando romper el hielo con eso último. -Aunque temo que no esté a la altura del resto de tu ropa si lo elijo yo... -Aparto la mirada del marco de la puerta para mirarla a ella con una sonrisa.

Frunzo el ceño, con el morro torcido, mientras Diana insiste en que no avise a su madre. Amber la apoya, y es cierto que algunas madres son bastante pesadas. Supongo que yo no se lo que es eso, por eso envidio que los demás tengan madres que estén encima de ellos y se preocupen.

Está bieeeeeen... -Claudico, finalmente, lanzando un sonoro suspiro- Supongo que sí, será una de esas dos cosas. O gastroenteritis o que te hayan sentado mal los medicamentos en ayunas. Pero si no te pones bien pronto tendrás que ir al médico ¿Vale? -Le guiño un ojo, volviendo a sonreír mientras me apoyo en el marco de la puerta. Amber le pregunta lo que quiere hacer, presentando varias opciones- Lo que no debes hacer es quedarte sola, por si acaso te pones peor. -Digo, poniéndome serio, aunque hablar de los gustos en cuanto a ropa me arranca una sonrisa. Sí, estoy seguro de que el gusto de las dos es MUY diferente- Yo tendría que ir a las pruebas del equipo de basket. Pero en cuanto las termine puedo volver por aquí... si quieres.

Amber me apoyó en lo de no avisar a mi madre y Jayden acabó aceptándolo, eso sí, pidiéndome que fuera al médico sino mejoraba.

Ellos parecían sentirse bien y me ofrecieron su ayuda. Amber me sacó una sonrisa con el comentario del bikini.

-No te creas que es mala idea, mi madre no quería que fuera sola porque no se fía nada de mi gusto.

Jayden comentó que no podía quedarme sola, ante lo que pensé negarme, pero la seriedad en su rostro me decía que no cedería en eso, así que ni me molesté.

-Chicos, os lo agradezco mucho… De verdad. – sonreí a ambos. – Ve tranquilo a las pruebas. - dije a Jayden y me volví a Amber. - ¿Puedes quedarte un rato, Amber? Jayden puede relevarte después, - le miré - podemos trasladar el plan de sitio… - sugerí a Jayden, haciendo mención a lo que ya habíamos hablado varias veces.