Partida Rol por web

El instituto Lincoln es el mas importante de la ciudad, hay mas institutos, pero este es el mejor equipado y mas moderno de la ciudad. Cuenta con grandes y modernas instalaciones para el uso por todos sus alumnos.

La entrada del instituto esta formada por una gran zona de aparcamiento la cual tiene una curva justo en la puerta del centro para que los coches no vayan demasiado rapido al llegar.

Un edificio de color anaranjado. Varios caminos llevan a las diversas puertas de forma que no es necesario pisar el cuidado cesped de la entrada del cual se ocupan los eficientes jardineros y el conserje del instituto

Día: 21 de Septiembre de 2014

Hora: 07.45

Es el primer día del curso, como era de esperar el instituto es un hervidero de chicos y chicas que van de un lugar para otro. Los alumnos de nuevo ingreso emocionados o los que ya llevan algo mas allí resignado en cierta forma a que tendrán que pasar un curso mas allí.

El día aun tenía una temperatura agradable, unos agradables 25 grados se estimaba que sería la temperatura del día en general, pero en ese momento hacia algo más de frio, podrían estar a 18 grados lo cual hacia que aunque fuera de día ya con el sol saliendo la temperatura fuera agradable.

Como era costumbre en el instituto tendría que ir al gimnasio allí a las 08.00 se daría un discurso de bienvenida a los nuevos alumnos y de inicio del curso para el resto, sin embargo, no era de asistencia obligatorio aunque si recomendable. 

Morgan  se despertó como de costumbre antes de lo normal, un par de abdominales y flexiones y para la ducha, aun tenia cajas y cajas apiladas es su habitación, de una tomó unos vaqueros, de otra la opa interior y una camiseta y se fue a la ducha.

Cereales con leche y zumo de naranja de una botella de 5L que había en la nevera (casi lo único) una nota en la servilleta y unos dólares al lado.

Da igual la puta ciudad que las cosas no cambian.

Se puso la chaqueta del equipo de rugby del instituto, aunque a el le gustaba mas el hockey y se fue en su ranchera a su primer día de clase, uno mas de tantos que a tenido en estos años, suerte que esta vez parece para mas largo tiempo. 

David no está muy emocionado de volver a empezar en el instituto. ¿La buena noticia? Si todo va bien en la temporada de fútbol de este año, el año que viene estará en la universidad pateándoles el culo a los equipos de fútbol regionales.

Levantarse esa mañana no había sido difícil, puesto que su madre le había puesto un cubito de hielo en la planta del pie. No se había enfadado... ¿para qué? Su madre era sí, no la iba a cambiar nadie. 

Se miró en el espejo y se repasó el peinado como cuatro veces antes de ponerse la ropa que se había comprado el día antes para ese momento. "Todo el mundo sabe que hay que ir de estreno al primer día de tu último año de instituto..." O al menos eso decían las animadoras, y parecía irles muy bien. 

Sabía que este año no iba ser muy diferente al anterior. Solo tenía que gandulear un año más. La universidad estaba cerca y allí sería más libre-o eso creo...- Bajó a la cocina, cogió su barrita de cereales de la encimera y se la metió en la boca mientras se dirigía a la puerta y agarraba su cartera de mensajero, en la que llevaba su cuaderno y sus materiales. Ese año se llevaban las carteras de mensajero, así que no tuvo más remedio que comprarse una aunque su mochila del año pasado seguía estando perfecta.-Bueno, siempre podrá heredarla el peque- Salió de su casa corriendo y empezó a caminar. El instituto no estaba lejos, aunque le incordiaba tener que caminar hasta él. ¿Es que sus padres no sabían que era un suicidio social no tener coche en el último año de instituto? ¿Cómo pretendían que tuviera citas así?

Estaba irritado por el primer día de clase, eso era todo. Por el camino se encuentra a Amber que, como siempre, va con sus auriculares.

Al pasar por al lado de ella le da un tirón de uno de ellos y cuando ella lo mira él le hace un gesto con la mano "la L de looser", luego le guiña un ojo y solo moviendo los labios le dice -"Nos vemos en clase"

Sigue caminando por la acera hasta que llegue al instituto. 

Andrew se levantó algo tarde, perezoso, el despertador no había sonado y... aunque llegara a haberlo hecho, solo se hubiera ganado el ser estampado contra la pared. No le apetecía volver al instituto, quizás por un par de clases si que le echaría huevos pero por las demás.. 

Año nuevo... Vida nueva... Se vistió con lo primero que vio, una sudadera y unos pantalones de potra, fue al baño y se lavó los dientes para luego "peinarse".

Su padre estaba en el salón, viendo la televisión antes de irse a trabajar y su madre ya se había ido. Adiós pa', nos vemos por la noche... 

Salió por la puerta antes siquiera de que su padre le respondiera.

Cogió el camino mas largo, no tenia prisa, miraba el reloj. Joder, tampoco quiero llegar muy pronto... Hmm.. Pa' llegar tarde ya ni voy a la presentación... Después de un rato llegó a la entrada. Que ilusión le hacia.

Se sienta en una de las escaleras y se saca su bolsa de tabaco de liar, chester, lo que fuma el obrero. Mira a ambos lados, tampoco le hacia ilu' encontrarse con el mítico profesor toca huevos. Esparce un puñadito de tabaco sobre su mano y saca un pegote de hachís -No hay nada mejor para empezar el curso... Ojala estuvieran mis viejos colegas, y no hubieran dejado los estudios.. Con su Clipper le pasa un poco la llama y lo mezcla todo para liar el peta de forma rápida con uno de sus últimos papeles.

Se lleva el porro a los labios y lo enciende, dandole una larga calada. Ahora que lo piensa, no le apetece nada saber con quien le tocará este curso, se imagina que seran todos unos cretinos o unos payasos, ya se ve teniendo que insultar a mas de uno. Exhala el humo con un largo suspiro.

Menuda mierda.

 Amber se despierta, se enciende un cigarrillo y abre la ventana para dejar salir el humo. Sería mejor que su madre no se diera cuenta de que había fumado si no quería tener otra absurda discusión con ella.

 Mientras se fuma el cigarro, enciende el reproductor de su habitación y empieza a sonar un discurso motivador, con música de fondo. -Este año lo voy a empezar mejor que bien, joder-.  

 Termina de vestirse y fumarse el cigarro en lo que acaba la reproducción, airea un poco la habitación y baja a la cocina a desayunar. Ya recogerá el cuarto al volver de clase. Como siempre, su madre malcriando y comiéndose a besos a su hermano ante su primer día de clase -Pobre Eric, en momentos así me alegra que mamá pase de mi-

 Finalmente la chica coge la maleta y sus auriculares y se dirige al instituto, escuchando heavy y rock, inmersa en su música. Pero, ¿Es que Amber no podía caminar tranquila? Tiempo le había faltado para encontrarse con el tocanarices de David. De todas formas tampoco es que le importase mucho su feo gesto, así que se limita a colocarse de nuevo el auricular y levantarle el dedo corazón con el resto del puño cerrado y una sonrisa divertida. 

 -Que te den, machoman.

 Lo mejor era reírse de ese tipo de idioteces, Amber no solía hacer mucho caso de esas tonterías.

Cuando sonó el despertador lo apague rápidamente. Me frote los ojos y me senté encima de la cama. Estaba a un año de graduarme y salir de aquí. Una Universidad. Sin mis padres y mi hermana.

-Mi hermana. Todavía no he hablado con ella desde que me vio en la piscina. Siempre era muy cuidadosa pero ese día me deje llevar y para una vez que lo hice ahí estaba mi estúpida hermana. Lo peor es que aunque salí detrás de ella se marcho rápidamente y no la alcance y en casa había sido imposible nunca se quedaba sola y cuando lo hacia cerraba la puerta de su cuarto con candado. Si contaba lo que vio tendría muchos problemas.

Me puse en pie y fue al baño que compartía precisamente con mi querida hermana. Abrí la puerta y vi la que daba a su cuarto abierta.

-¿Pero ya se a ido? Suspire. Seguro que se había marchado para no coincidir.

Sin mas metí en la ducha y me vestí con ropa cómoda. Lo bueno de ser guapa es que prácticamente todo te quedaba bien. Cogí mi Cámara y baje a desayunar.

Mis padres ya estaban ahí y después de pagar el peaje en el que te decían lo importante que era el ultimo año. Un dato que obviamente conocía. Se marcharon a trabajar una al hospital y el otro a comisaria. Disfrute de mis escasos minutos de paz mientras terminaba los cereales. Recogí las cosas y salí al patio allí estaba aparcado mi coche.

Tenia veinte años pero me encantaba lo primero por que era un descapotable y lo segundo por que era mio. Trabajar de socorrista el un coñazo pero al menos me permitía cierta independencia y tener coche era una de ellas. Ademas lo conseguí a buen precio gracias a papa. El coche estaba casi nuevo y lo había comprado en una subasta de la policía por un embargo.

Llegue con puntualidad al instituto el cual ya estaba muy concurrido la verdad. Aparque el coche y fui caminando tranquilamente .

David llega por fin a la puerta del instituto y ve todos los coches aparcados. Se siente abochornado y espera que nadie le haya visto llegando a pie-¡Gracias papá, gracias mamá, sois los mejores...!-Mira a su alrededor a ver si coincide con alguno de sus compañeros del año anterior. Cuando ve a Morgan se entusiasme y camina rápidamente hacia él.

-¡Tío!-Lo saluda chocándole el hombro, hacía un tiempo que no se veían. El verano había sido muy largo-¿Listo para un año más de tortura?

El instituto.

Al fin. El verano ha sido una mierda, pero por fin llega mi época, mi ambiente, mi mundo. Ahora, porque esta mañana la casa estaba tan vacía y fría como siempre. De mi padre no se nada desde hace como mes y medio, que me llamó por teléfono y ya se estaba disculpando porque estaba hasta arriba de curro y encima tenía varios viajes pendientes, por lo que era probable que, tal como ha sido, estuviera ausente un tiempo. ¿Mi madre? Pfff... ni idea de donde anda, seguramente ha madrugado para una de esas súper sesiones de "chapa y pintura" relajante que tanta pasta le cuestan, tan bien le hacen sentir, y nadie nota en absoluto.

Me he levantado eufórico y se me ha pasado mientras desayunaba completamente solo en la cocina, desganado. Al final me he vestido, he cogido los libros y las gafas de sol, y he venido en coche hasta el instituto.

Y aquí estoy, una vez más. Al menos aquí hay gente que saluda, gente con quien hablar, puedo sentirme parte de algo más que una familia desmembrada y desaparecida. Joder, ya tengo ganas de montar una fiesta...

¡¡Hey, Robin!! -Saludo efusivamente en cuanto la veo, mientras me acerco sonriente- ¡¡Feliz primer día de curso!!

Iba caminando tranquilamente hasta que escuche mi nombre. Me gire y vi a Jayden sonriente.

-¡¡¡ Jayden!!! me acerque sonriente. Había gente que pensaba que era un presumido y egocéntrico pero la verdad es que a mi me caía bien. Peor era la gente que lo pensaba y luego se bebían su cerveza. ¿te has escapado de una sesión fotográfica? Comente en broma. La verdad es que siempre llevaba un look muy cuidado. Feliz primer día a ti también. Bueno en un año estaremos en la Universidad un mundo nuevo. Pero todavía queda este curso.

Me quito las gafas en cuanto llego hasta ella, y empieza a bromear con mi look. No pierdo la sonrisa mientras me abro la cazadora mirándome la camiseta, blanca sin adornos, como si no entendiera el comentario.

¿Una sesión...? Eso son cosas de mi madre, yo sólo me visto con cuatro trapitos y trato de enderezar los pelos enmarañados con que me levanto por la mañana -Cosa que me lleva casi un cuarto de hora y siempre termino echándome algún producto de mi madre para no acabar con el pelo a lo afro- Yo no pienso en la universidad, así que no me ralles con ese tema, jajaja. Tengo intención de disfrutar este curso a tope, que para eso este año somos los mayores de por aquí.

Miro alrededor por si veo a alguien más conocido. parece que se les están pegando las sábanas, será que no tienen tantas ganas como yo de empezar bien el curso.

El curso escolar no, el curso de lo que a mí me mola, jajaja.

Por cierto, hay que inaugurar el curso como se merece, que la primera semana es la más dura del año ¿Propuestas?

Jennifer estaba releyendo una de su novelas de misterio (como de costumbre) cuando sonó la alarma del despertador. En aquel momento recordó que hoy era el primer día de clase, así que siguió leyendo hasta terminar el capítulo sin darle mucha importancia. Tras esto se quitó el pijama que llevaba desde hacía dos días, fue al baño y tras darse una rápida ducha cogió ropa interior limpia, unos pantalones cómodos y una sudadera de su cuarto. Se vistió y salió de su dormitorio.

En ese momento decidió tomar algo antes de ir a clase, así que fue a la cocina y se preparó un apetitoso bocadillo de queso, el cual comió tranquilamente para finalmente comprobar el reloj y darse cuenta de que ya era la hora. Entonces cogió un cuaderno y su estuche, la cartera con unos cien dólares y el teléfono móvil. En cuanto estuvo preparada llamó a un taxi, el cual llegó a los dos minutos. Al instituto Lincoln-dijo Jennifer mirando fijamente al taxista una vez subió al taxi.
Durante los diez minutos de trayecto estuvo pensando. Otro año más desperdiciando mi tiempo en ese lugar. A ver si me gradúo rápido y empiezo a hacer algo más útil.
Finalmente el taxi llegó a su destino, aunque algunos minutos más tarde de la hora óptima. Jennifer pagó la cantidad exacta que indicaba el taxímetro y bajo del taxi, caminando lentamente hacia la entrada sin prestar mucha atención a lo que hay a su alrededor.

Andrew estaba ya matando el peta cuando vio a Jennifer llegar, como reflejo la saludo con la cabeza y soltó un : Hola.. Para arrepentirse al momento, ¿Para qué coño la saludas? Si pasa de todo el mundo.. Y tu de ella.

Al verla entrar, le echó un vistazo a su reloj y por aburrimiento o curiosidad, decidió entrar a la presentación a ver que se cocía. No sin mirarse antes en la pantalla de su movil, tenia los ojos algo rojos, a ver si nadie se daba cuenta.

Rei cuando Jayden dijo que eso eran cosas de su madre y solo vestía con trapitos.

-jajajaja. Claro claro trapitos y el pelo te levantas así con el de la cama. Sonreí cuando dijo que no pensaba en la universidad y que eramos los mayores. Vale nada de universidad. Y es cierto somos los mayores. Buff me acuerdo cuando empezamos el curso y mira el gran día a llegado. Así que tienes razón hay que aprovechar el curso a tope. Y le di una palmadita en la espalda.

¿Empezar bien? Claro no queriendo abusar te diría que una buena fiesta de inicio de curso estaría muy bien. Algo chulo en plan temático.

Mire a jennifer pasar. 

-Que chica mas rara.

Jajajaja... -Me río de su comentario sobre mi pelo, pero no respondo. ¿Para qué? Es una discusión que voy a perder de todos modos... Veo pasar a esa chica, Jennifer, y me la quedo mirando con una sonrisa esperando a ver si mira para saludarla. Sin embargo, pasa de largo sin mirar, así que...- ¿Una...? -Miro hacia arriba, poniendo una mano en mi barbilla con aire pensativo exagerado- "Fiesta de inicio de curso"... Interesante ocurrencia... Jajaja -Bromeo, porque es evidente para todo el que me conozca que estaba pensando precisamente en eso- A ver, no escurras el bulto... -Abro un cuaderno de los que llevo por la primera página, guiñándole un ojo mientras le muestro una lista de cosas que hacen falta para la fiesta. Se nota a la legua que llevo tiempo preparándola- Me falta la temática y espero que aportéis ideas ¿sabes?

Me desperté realmente temprano. Mi madre había insistido en desayunar juntas aquel día, como si el primer día en un nuevo instituto fuera algo que hubiera que celebrar. Me desperecé aún sentada sobre la cama, y me apresuré a asearme y vestirme antes de dirigirme al Sandy Diner.

Suspiré profundamente al abrir el armario y saqué la chaqueta de punto de mi padre y la dejé sobre la cama mientras escogía el resto de la ropa. No puse mucho empeño en la decisión, salvo en lo referido a la camiseta*. Unos vaqueros claros pegados, las converse grises, una camiseta en honor a las mates y la chaqueta de mi padre, que me puse sin abotonar y con las mangas remangadas; me quedaba visiblemente grande, pero aquello no me importaba.

Al llegar a la cafetería en seguida vi a mi madre esperándome tras el mostrador, con un gran desayuno frente a ella. A aquellas horas el lugar estaba tranquilo, se notaba que el verano había terminada, y no había más que algunas personas tomando un rápido desayuno, probablemente antes de dirigirse a sus trabajos.

-Batido de fresas, tu preferido. – me dijo mi madre mientras me aproximaba a la barra, tras la cual ella secaba algunos cacharros, y me senté en uno de los taburetes. – Y tortitas con sirope de arce, un cachito del nuevo pastel de cerezas, huevos revueltos… - continuó presentándome el desayuno, mientras iba señalando cada uno de los platos.

-Para el carro. – le dije, mostrándole las palmas de mis manos, en un gesto para que frenara. – No voy a comerme todo esto. Eres consciente de que esto equivale a tres o cuatro desayunos, ¿No? Tres y tres cuartos, diría más bien.

Mi madre se echó a reír, ante lo cual solo pude mostrarme confundida.

-Claro cariño, tres y tres cuartos… - sonrió. – No tienes que comerte todo, sólo quería que tuvieras un desayuno digno de este gran día. ¿O me vas a decir que este cerebrito no necesita alimentarse? – se acercó a mí a través de la barra, estirándose para darme un beso en la frente. – Tú ve tranquila, no te pongas nerviosa, y se amable.

Suspiré y cogí el batido con ambas manos, acercándome ala pajita para beberlo poco a poco, mientras pensaba en qué me encontraría en el nuevo instituto. El lugar tenía buena fama, lo que parecía prometer en cuanto a las clases, respecto a los alumnos… Cualquiera sabía. Sin embargo, eso no me ponía nerviosa, al contrario de lo que mi madre pudiera pensar. Estaba acostumbrada a burlas y malas caras, además últimamente había estado mucho más metida en “mi mundo”. De pronto mi madre mi alejó de mis pensamientos.

-¿Es esa la chaqueta de papá? – dijo poniendo cara de preocupación.

Asentí mientras acababa de sorber aquel manjar de fresas y posé el vaso sobre la mesa y me bajé del taburete.

-Sí, no pongas esa cara, está bien así. Todo está bien, ¿Vale? – cogí la mochila y me la cargué al hombro. – Luego te cuento que tal el primer día. – sonreí a mi madre y salí del Sandy.

Fui dando un paseo hasta llegar al instituto. Aún no conocía mucho la ciudad, pero me había asegurado de estudiarme el recorrido hasta el instituto desde el Sandy y desde mi casa. Me quedé parada unos minutos antes de acercarme a la entrada, observando el panorama. No estaba nerviosa, no; pero los primeros días no solían ser especialmente agradables, y una parte de mi intentaba aplazar ese momento.

Finalmente me decidí a acercarme a la puerta, pero antes deje la mochila en el suelo un momento y me quité la chaqueta, llevándola en la mano. La temperatura había subido, y se estaba mejor en manga corta.

Al aproximarme vi a dos chicos hablando, uno era el amigo de John, y el otro… No sabía cómo se llamaba, pero prefería retirar mi mirada cuanto antes y seguir de frente hacia la puerta, no fuera a ganarme alguna bonita palabra por su parte; y eso sería todo un record teniendo en cuenta que ni siquiera había sonado la campana. Otro chico se encontraba cerca de allí, fumando algo que me temía era ilegal, y hablando con otra chica, así que preferí dejarle con sus asuntos. Y por último vi que Jayden y Robin se encontraban allí, hablando animadamente.

-Hola chicos. – les saludé, haciendo un gesto con la mano que tenía libre, y continué caminando.

Me situé cerca de la entrada a esperar el timbre de inicio de las clases o que hicieran algún tipo de aviso para el comienzo de la presentación. No quería llegar tarde, y dado que no conocía el lugar, sería mejor asegurarme una pronta entrada.

Llego al Instituto abrazada a Zack que me llevaba en su moto, eso sí, cantando a todo volumen y a capella Aneurysm de Nirvana, era una de mis locas formas de ejercitar la voz por la mañana además de tener una energía que salía de mi control al ser muy activa e inquieta. -A ver si te suena esta... - tarareo el solo inicial de guitarra con sus variantes rítmicas.

Acercándome al oído de mi amigo entono la primer parte de la canción: Come on over and do the twist ... Over do it and have a fit ...Love you so much it makes me sick...Come on over and do the twist! - para luego continuar levantando mis brazos simulando que toco la guitarra distorsionando el sonido hasta que el estribillo me incita nuevamente a su oído cantando de forma dulce y sensual, muy diferente a la voz de Kurt.-he keeps it pumpin' straight to my heart ...he keeps it pumpin' straight to my heart....he keeps it pumpin' straight to my. 

Una vez que pisamos el suelo del instituto me bajo de la moto contenta, tenía ganas de escaquearme en algunas horas y en otras divertirme con mis amigos en el aula. En definitiva era un nuevo año y tenía planeado que sea el mejor. - Zack, mira allí está Noah. - corro hacia mi otro mejor amigo para abrazarlo con fuerza. - Hola tontín. No sabes, Zeta me pasó a buscar. - era obvio que no sabía que el bajista se quedaba en mi casa, era algo que manteníamos oculto. - en su moto y en todo el viaje estuve cantando Aneurysm, no me vas a decir que no es una gran forma de comenzar la mañana a pleno. Venga, vamos a liarla un poco o directamente nos ponemos en modo popular y montamos show en el recreo. - le propongo a mis amigos eufórica. 

Ya ubicada en el centro con Noah y zack a los costados, muy al estilo banda famosa nos disponemos a ingresar. 

Mientras hablo con Morgan miro con sorna la "Entrada Triunfal" de Jayden. Y no puedo evitar oír su conversación sobre la fiesta. Tenía una buena idea al respecto. Pero no lo conocía TANTO como para atreverme a interrumpir su conversación. David supuso que, simplemente se adaptaría a la decisión de aquellos dos.

-¿Tú irás a la fiesta esa, Morgan?-Se acerca un poco al oído de su colega para que nadie se entere-Jayden es un poco fanfarrón, pero nadie puede negar que hace buenas fiestas.

-¿Has visto a la chica nueva?-Dije dándole un codazo a mi colega-Es mona... pero esas gafas la hacen parecer empollona-Sonrío aunque soy consciente de que lo que acabo de decir no es precisamente un piropo-¿Crees que deberíamos... ya sabes... enseñarle el instituto?

Yo sabía que Morgan iba a mirarme con mala cara y a asumir que estaba bromeando, o eso esperaba. Por eso se lo había dicho a él y no a otros que podrían haberse tomado bien en serio la proposición. Sí... el instituto es un lugar cruel... y mucho más para los nuevos.

A las siete y cuarto más o menos, el joven empezó a escuchar algo de movimiento en el piso inferior de su casa de dos plantas, bajo su dormitorio. Entonces, volvió a destinar el 100% de su atención a lo que verdaderamente le estaba costando trabajo.

Unos instantes después, que en realidad se trataban de casi veinte minutos, GamerPro escuchó la voz de su madre llamándolo por su nombre de pila. Las paredes y los cascos de gamer que llevaba ahogaban las palabras, pero él sabía de qué se trataba el aviso; había estado resistiéndose a la llegada de aquel último día con toda su voluntad, pero un año más, perdió la batalla contra el tiempo.

Suspirando malhumorado, GamerPro cerró de mala gana la sesión en "Holy Knights", un juego que se había hecho popular hace varios años y que acabó por evaporarse tras la irrupción en el mercado de otros más potentes en su mismo estilo. Como todos cada medio año. En realidad, él estaba intentando pasarse por cuarta vez la campaña de los gnomos del Ártico, pero obteniendo una puntuación que nada tuviera que envidiar al ránking mundial de los 10 mejores.

Se echó para atrás con fuerza, gracias a las ruedas de su silla gamer. Cuando se despegó del respaldo, el crujir de la tabla posterior le sacó un poco del atontamiento de llevar unas seis horas seguidas sin parar de jugar. Por supuesto, ningún despertador fue necesario para quitarle nada de sueño.

Como de costumbre, su oscura habitación estaba bastante recogida, ya que su hábito común al volver a casa era encender el ordenador o la consola, y pasar el día hasta quizá dormir algo sobre su cama. ¿Para qué iba a tocar nada más del mobiliario? Como no durmió tampoco esa noche, salió a la cocina con la misma ropa que el anterior día; no más que una camiseta corta de un logo de cierto juego famoso, un pantalón sencillo con trazas de camuflaje, y unas desgastadas zapatillas de marca blanca. Al bajar, su madre había terminado de preparar la leche con las tortitas esponjosas, más el sirope de caramelo al lado. Después de convertir las palabras de su madre en silencio, gracias a un filtro natural que desarrolló con los años, se levantó de la mesa de cristal con el último bocado aún asomando entre los dientes, y salió sin más. Por acto reflejo, recogió la fiambrera con el almuerzo, y ya. No lo sabía, pero su previsora madre ya le metió una libreta y un par de bolígrafos en el recipiente de plástico, porque sabía que era capaz de olvidarse la mochila.

GamerPro salió andando sin más, recibiendo el golpe molesto tan característico del exterior. Aquella sensación tan alejada de su tranquilo y acogedor claustro. Y total, para encaminarse un año más a la misma odiosa rutina, siempre tan molesta para sus verdaderos sueños y aspiraciones.

No vivía ni muy cerca ni muy lejos del instituto, y además tenía buenas piernas (nadie se explicaba jamás el porqué, sabiendo todos lo sedentario extremo que era). De repente, se maldijo a sí mismo por un error que cometió ya casi llegando a su destino; se olvidó sus cascos gamer en la mesa del ordenador, y aquello dejaba inutilizada la principal función de su móvil, que no era otra que reproducir bandas sonoras de videojuegos. Para él, un último escudo del que disponer para protegerse ante la realidad a la que a veces era forzado a encarar.

Empezó a ver a bastantes jóvenes llegar a las puertas del centro. Eran ya casi las 8 en punto, y tendrían que acudir en breves a la recepción que el instituto les tenía preparada, aunque el bueno de GamerPro no sabía nada de aquello. Tan sólo seguía a la masa, cual borrego.

Alguno le sonaba la cara. Estaba Jayden, por supuesto (hasta él le conocía), y también escuchó a una rubia reírse cada dos menos tres por algo que desconocía, y le pareció que le sonaba de algo. -¿Molly? ¿Robin? Ah, como "Ronin". El caracter bastardo que te puedes elegir en el "Shogun's Rage", a medio camino entre el sámurai y el ninja...

Un segundo después de identificar a Robin, sin darse ni cuenta de su nuevo peinado, volvía tranquilamente a su burbuja particular. Hasta que, sin saber muy bien ni como, se dio cuenta de algo desde el exterior:

-¡Hey, Morgans! -le saludó al prominente jugador del equipo de rugby del instituto, con su característica voz grave y algo ronca. -¡Hola!

De repente se sintió algo mejor. Encontró a alguien familiar para su entorno, una de las más de 400 personas que tenía agregadas como amigos en Steam, y que además podía verla físicamente.