Partida Rol por web

Una exclamación ahogada escapó de los labios de Riahnna al sentir en impacto en el pecho, sintiendo luego su espalda en la puerta y caer sobre sus manos al suelo. Jadeó, estaba adolorida pero sabía que quedarse allí era ser un blanco fácil para Navok. -Busca cobertura.- Dijo en dirección a Kyle mientras tomaba el fusil de asalto. Su mirada buscó rápidamente a su enemigo, logrando ubicarlo un poco más alejado de donde lo había visto en un primer momento.

Hizo entonces tres disparos rápidos, segura de que dos de ellos habían llegado a acertar. Se apoyó en la pared del edificio para poder ponerse en pie e intentó correr hasta donde pudiera cubrirse de un segundo ataque, quizás no tuviera tanta suerte para resistir un segundo disparo de aquel malnacido.

Cuando veo a los chicos siento un alivio parcial. Pero no era tiempo de ponerse blanditos. Cuando la puerta se cierra y todos nos quedamos en posición, hago con la mano gestos a los recién llegados para que mantengan la concentración. Podemos hablar luego, si sobrevivimos. De momento, tocaba mantenerse en silencio.

Sin perder mucho el tiempo, en cuanto puedo, y con toda la discreción que me permiten mis piernas, me alejo de la cobertura, y recordando los esquemáticos que me había estudiado, empiezo a buscar los puntos de acceso al complejo. Eran la vía más corta hasta la jungla, donde podíamos recoger al resto del equipo. Luego, necesitaba llegar a un ordenador con acceso a la red, descargar los datos, buscar al doctor, y asegurar la ruta de escape.

No sé si lo conseguiremos, pero no nos queda más alternativa que intentarlo.

La búsqueda de un punto de acceso parecía que daría sus frutos, cuando encuentro un trozo de pared con marcas de haberse movido alguna vez. Quizás un acceso oculto, o una marca de algún golpe en la pared mientras se movían las cajas del almacén.

Las ráfagas de Riahnna destrozan la vegetación por encima y detrás de Nakov, que no deja de moverse para evitar la mortífera lluvia mientras ríe como un demente.

¡TENÍAS MEJOR PUNTERÍA CUANDO TRABAJABAS PARA EL U.B.C.S., NENA! - su lanzagranadas dispara un proyectil hacia la zona donde se ha movido Riahnna - ¡Y TAMBIÉN HAY PARA TÍ, CHAVAL! - dice antes de disparar una larga ráfaga de fuego automático...

Even se dirige a la trastienda y empieza a observar las vitrinas y estanterías hasta encontrar lo que buscaba: unos raíles horizontales al pie de una de las vitrinas de mayor tamaño, repleta de explosivo plástico.

El mover la vitrina hacia un lado aparece una puerta doble acorazada con un panel electrónico a su lado. En la parte de arriba del panel puede leerse la palabra "Cerrada" en brillantes letras azules.

Qué cabrones - comenta Lana - Así es como reponen los suministros sin cruzarse con los infectados...

Un poderoso golpe contra la puerta de entrada hace parpadear las luces de las trastienda.

No... no creeréis que el de la máscara ha acabado tan rápido con el otro monstruo ¿Verdad? - pregunta la mujer con voz temblorosa...

Mientras Evan se pone a rebuscar vete a saber que yo me centro en encontrar armas y munición que pudiera ser útil. Las balas no valían para mi rifle pero quizás encontraba munición para la pistola y además los explosivos siempre eran útiles. No que hubiera usado nunca ningunos, al fin y al cabo para eso estaban los artificieros pero tampoco debía ser tan difícil poner una trampa en el sitio si por algún casual el maldito B.O.W nos alcan...- Genial, antes lo digo...

- Ya viste lo que podía hacer su gatling en cuanto tuviera alcance el otro infectado tuvo que terminar siendo picadillo. Doctor Tailor espero que seas capaz de abrir la puerta, mientras tanto va ser mejor prepararle un regalo de despedida, ¿alguno sabe algo de explosivos?- termino por preguntar mientras abro la vitrina y saco algunos de ellos.

Me tranquilizo al ver que la sargento aún puede ponerse en pie y me dispongo a seguir sus órdenes, quedándome cerca de la zona de vegetación, preparado para la siguiente ráfaga. Eso sí, esta viene con regalito. ¡¿Chaval?! ¡Por fin alguien que lo reconoce, joder! ¡Los treinta no son la ruina! Con un repentino buen humor, echo a rodar a través de los helechos, evitando la nueva ráfaga de balas y terminando perfectamente posicionado para la nueva ráfaga de balas.

- Me parece perfecto que quieras intentar caerme bien... Pero lo siento, la Sargento es irremplazable y va a estar mejor sin tanto gilipollas cerca. - apretando los dientes en una sonrisa, disparo de nuevo hacia el lugar del que ha llegado la ráfaga y la granada, esperando que por lo menos algo le duela. Aunque sea un poquito.

El golpetazo contra la puerta principal hizo que Akira se girara rápidamente, en guardia. Las palabras de Lana eran lógicas, al final uno de los dos B.O.W saldría victorioso de aquel encontronazo. Pero el otro... el otro vendría para hacer al equipo de soldados papilla. O intentarlo.

Una gran compuerta que podría ser de ayuda al equipo se encontraba ante ellos, pero Akira era consciente de que poco podría hacer para poder abrirla. Su material era rígido y resistente, era una caja fuerte en condiciones, lo que hizo que el soldado desistiera en el intento de abrirla con éxito.

Akira ya había localizado una entrada alternativa al edificio utilizando las persianas metálicas para trepar hasta las ventanas del primer piso cuando el pestillo de la puerta se abre con un chasquido.

- Al entrar pude ver que se podría entrar por el primer piso. Por tanto, también se debería poder salir. Si lo hacemos con sigilo podríamos despistar a aquella criatura y poder escapar. Aunque la verdad, hacernos con el interior de la caja sería algo positivo.

El japonés se quedó sopesando la idea y la respuesta de sus compañeros^1.

Akira se rascó la barbilla unos segundos, pensativo. La idea de poder escapar por la ventana la aparcó durante unos segundos.

- Un segundo, podríamos probar algo... - dijo mientras miraba a los explosivos que había sobre la vitrina - recuerdo como se usaba esto, podría volar la puerta acorazada, o al menos, intentarlo.

El japonés sopesó los paquetes de explosivos.

- A no ser que tengas la manera de hacerlo por las buenas, Even - preguntó, esperando su actuación.

-Shh...-Les digo a todos para que mantengan el silencio debido. Tras ello, susurro-Esas puertas nos hacen más favor como están... y ciertamente esos explosivos no le harían ni cosquillas a esa cosa que os persigue.-Niego con la cabeza.-Este lugar nos hace falta. Necesitaremos reaprovisionarnos. Y estas puertas de aquí-Señalo a las cerradas-Mantendrán a esa cosa a raya. No se atreverá a cruzarlas. Están fuera de los límites que tiene marcados-Me acerco a aquella puerta oculta, y miro con detenimiento el mecanismo. Las puertas electrónicas funcionaban con frecuencias eléctricas. El panel le daba al cierre una descarga de un voltaje concreto para soltar la cerradura. Aquello no era imposible de emular en las condiciones actuales. Sólo necesitaba algo eléctrico, cuyo voltaje pudiese manipular. Miro a mi alrededor entre las armas. Debía haber alguna porra eléctrica. Y si no, una metálica haría la misma función, si la conectaba a las luces.

- ¡ARGH! - Kyle no llega a ver dónde impactan las balas a Nakov, pero tras sus disparos se escucha un grito de dolor y el sonido de un cuerpo al caer al suelo. Riahnna y Kyle aguardan unos segundos pero Nakov no hace ningún movimiento.

En ese momento empiezan a escucharse a lo lejos los rugidos del Tirano...

Even tarda poco tiempo en localizar una porra eléctrica con las baterías cargadas. Quizá el regulador de potencia podría utilizarse para simular la corriente de apertura de la puerta, pero sigue siendo una apuesta arriesgada.

El asalto sobre la puerta cesa durante unos momentos, pero poco después un infectado es estrellado contra la persiana metálica con fuerza suficiente para doblarla hacia adentro y hacer aparecer una pequeña telaraña de grietas en el cristal. Segundos más tarde el mismo infectado, ya inerte, es vuelto a utilizar como garrote improvisado para golpear la persiana.

Los golpes siguen mientras los demás infectados empiezan a golpear y a tirar de la persiana. Unos pocos consiguen introducir sus deformadas manos y arañar el cristal produciendo chirridos estremecedores...

Cuando encuentro la porra eléctrica me sonrío y abro la parte de atrás para poder modular la frecuencia de la descarga. Aquello era una puerta, no un ser vivo que quisiéramos aturdir. No necesitaba un shock, sino una corriente estable y continua, de una potencia muy determinada. Los golpes en las persianas están haciendo la tarea algo más difícil, y en más de una ocasión acabo por darme un chispazo que me deja los dedos atolondrados. La situación se pone más y más tensa, a medida que las manos de muertos se abrían paso entre las persianas. Sabía que si conseguía abrir la puerta y pasar al interior estaríamos a salvo, y aquellas cosas acabarían por rendirse, sin perder un punto importante en el que poder recargar munición y descansar con cierta seguridad. No hay muchos de esos aquí abajo. No podemos permitirnos ir perdiéndolos en dramáticas explosiones que además sólo servían para ponernos en peligro a todos. Conozco las habilidades de mis compañeros, y no se puede decir que ninguno sea experto en demoliciones... al menos, no los que están presentes.

-Coged algunas granadas y cargas explosivas, pero no las usaremos ahora. Confiad en mí...-

Veo en sus ojos atisbos de duda, cuando las persianas empiezan a doblarse, con el panel de la puerta abierto, aprieto los dientes, buscando el cable de entrada de comando de apertura. Rechino y compruebo el tipo de cable. Era de baja corriente y amperaje. Con suerte, frecuencia estándar. 

Suspiro, al tiempo que se oye otro cristal romperse, y la mujer desconocida da un respingo. Entonces saco el cable de comandos y lo conecto a la porra.

La conexión chisporrotea, y la puerta hace un sonido de acceso denegado. Era mucho pedir que usara una frecuencia estándar. La bajo un poco, con el mismo resultado, y luego la aumento, y el cierre suena.

¡Estamos salvados!

La puerta empieza a abrirse, y azuzo a mis compañeros para que corran al interior. Me aseguro de coger también algunas cargas explosivas, además de las armas que ya llevo. Por desgracia no llevaba ninguna protección. Tendría que extremar las precauciones.

-¡Vamos, vamos!-Susurro, haciendo gestos con las manos para que el resto se apresure.

Aún con el arma levantada aguanto la respiración unos segundos después del grito, sin ver más movimiento entre los árboles. Levanto la cabeza cuando vuelve a escucharse al Tirano de fondo. Ni un momento de respiro podemos tener... Sin perder más tiempo y arriesgándome, echo a correr al lugar hacia el que se supone que ha caído Nakov. Más le vale no habernos mentido.

- Sargento, no sé si tiene alguna orden en especial para él pero... Lo suyo sería asegurarnos de que queda bien muerto.

A menos que la sargento diga otra cosa, mi intención es ir donde esté, darle un último balazo en la cabeza y registrar su cuerpo para encontrar la dichosa llave o cualquier otra cosa interesante.

La idea de Kurosawa era más que decente en caso de que el doctor Tailor no pudiera abrir la puerta. El rifle que llevaba ocupaba demasiado para permitirme cargar con otro por lo que lo único que busco es munición para la pistola. Pues parecía que mi plan con los explosivos no les convencía.

Sin más me mantengo vigilante a la entrada con el arma lista aunque fuese para distraer al infectado, en caso de que todo saliera mal. Afortunadamente no es el caso, así que empiezo a retroceder aún apuntando a la entrada procurando ser la última en entrar y cubrir al resto.

Akira apretó los labios cuando Tailor explicó el plan que tenía en mente, pues la verdad no le hacía mucha gracia tener que volar aquella puerta. Había tenido experiencia con demoliciones, pero no bajo una presión tan constante y peligrosa. La puerta, que estaba a punto de caer, resonaba fuerte por el metal, haciendo de esas cuatro paredes algo ensordecedor.

-Coged algunas granadas y cargas explosivas, pero no las usaremos ahora. Confiad en mí...

- A sus órdenes, doctor - contestó Akira contento, pues si no era ahora, quizás podría usarlas más adelante.

Se armó de todo lo que pudo¹ y cubrió la entrada mientras Tailor comenzaba a puntear la puerta. Los golpes eran cada vez más constantes y amenazadores, pero finalmente, el talento del doctor hizo que la puerta se abriera.

- Vamos, Saunders, ¡adentro! - gritó mientras la empujaba del brazo mientras Sasha cubría la puerta por si finalmente caía.

Mezclando ingenio, habilidad y suerte Even consigue puentear la cerradura electrónica de la puerta y abrirla justo en el momento en el que Tirano consigue derribar la persiana metálica y los infectados entran en horda destrozándolo todo a su paso. Los humanos cruzan las puertas y Even localiza el botón de cierre de emergencia al otro lado. El brusco e implacable cierre amputa la mano de un infectado que había logrado meter el brazo. Los gritos y golpes de los infectados se convierten en un suave murmullo al otro lado.

No podemos quedarnos aquí - dice Lana - Alguien podría abrir la puerta desde arriba ¡Vámonos!

Aunque tampoco era necesario que lo dijera. Al otro lado hay unas escaleras con una rampa a un lado que terminan en un pequeño andén. El aire es fresco y limpio, movido por enormes maquinarias de ventilación cuyos ecos llegan desde la distancia. Unos raíles se extienden a uno y otro lado hasta más allá de donde alcanza la vista.

Sobre las vías se encuentran dos vagones blindados cuyas puertas se abren automáticamente cuando el equipo se acerca a ellas. El interior es un espacio de carga limpio y seco que en estos momentos contiene varias cajas de raciones militares y agua. No hay señal alguna de criaturas infectadas. El cuadro de mandos es sencillo: apenas unos pocos controles de ajuste de luz y velocidad y una palanca para la marcha adelante o atrás...

No te entretengas - ordena Riahnna. La sargento mete otra granada incendiaria en su lanzagranadas por si al Tirano le diera por aparecer.

Kyle llega hasta donde se encuentra el cadáver medio decapitado de Nakov: la bala entró por el hombro derecho y salió por el lado izquierdo del cuello, dejando a su paso un grotesco túnel de carne picada y hueso destrozado. Sin embargo aún sujeta el pesado rifle de asalto. A Kyle sólo le hace falta echarle un vistazo para descubrir que no es un modelo estándar y que seguramente sea más potente que los de la B.S.A.A. La tarjeta-llave cuelga del cinturón de Nakov: un rectángulo de plástico naranja con la fotografía y datos de empleado de Nakov, una banda magnética y el logo de Gentek estampado en negro.

Un nuevo rugido del Tirano llega a través de la densa maleza, mucho más cercano.

¡Kyle!...

La mirada de Riahnna iba del punto por donde había visto desaparecer al piloto, al punto por donde podía escuchar el rugido del Tirano. Colocó una carga de la incendiarias al lanzagranadas, pero esperaba que no fuera necesario usarlo.

-Joderjoderjoder.- El temor a que el chico hubiera sido emboscado por Novak en los pocos instantes que llevaba desaparecido dentro de la maleza le provocaba ansiedad. -Joder, con lo mucho que habla en el puto helicóptero y el HUMVEE... ¡Kyle!- Masculló primero antes de llamarlo por segunda vez. Si tardaba dos segundos más sin responder iría a por él.