Partida Rol por web

Sin más que lo que llevabais encima y con la esperanza de Marvin de encontrar aún a la señorita Reeves en el fuerte llamado Ironscream, os sentásteis a desayunar algo con el frío del amanecer calado en vuestros huesos. Lo que más molestaba era que sabiais que a lo largo del día el calor sería insoportable en aquel lugar y la cantidad de agua que llevabais entre todos podría no duraros todo el día. Con suerte en Ironscream podríais comprar provisiones, si decidiais ir hasta allí, pues el único que parecía tener verdadero interés en ir era Marvin.

Will solo quería paz y Santana era un espíritu libre no tenía claro donde acabaría su vida, pero sabía que Tombstone no era su destino.

— Frío de mierda... — mascullaba Marvin dándole mordiscos intermitentes a un frío trozo de carne seca. Lanzaba miradas rencorosas hacia el humo que provenía del lugar donde estaban acampados los de la Cuadrilla Kane. El pistolero estaba enfadado. Tenía frío, y no tenía café. — Panda de tarados... Capullos... Mierda de desierto... Mierda de todo...

Pero pronto tendría dinero, mucho dinero, y eso le mejoraba un poco el humor.

— Venga, vamos a desayunar rápido, a ver si en marcha se nos quita este frío de mierda. Tengo ganas de llegar por fin a Tombstone cambiar la mierda de niña por la mierda de recompensa. Bueno, aunque mierda del todo la recompensa no es... es bastante jugosa, a decir verdad.

Una vez comió comida rancia y bebió caldo del suyo, preparó su caballo para el tramo de desierto que les quedaba por delante hasta el fuerte de los soldados -de mierda, seguramente-.

- Si, hace frío... - Confirmó Rivers. - ¡Coño que sí! - Exclamó con una sonrisa. 

Will se puso en pie de forma enérgica y dio una palmada al aire. Miró a sus compañeros y vio como Levine comía. Nunca tendría que haberle hecho caso a Jesse y tendría que haberse parado a comprar provisiones antes de salir de Tombstone. Un error que no cometería nunca más. Miró a Santana hambriento, realmente hambriento.

- Oye Santana... - Esperó a que el mejicano le correspondiera con una mirada. - ¿Tienes algo para echarse a la boca? - Le preguntó. - Si vamos a ir al fuerte y podemos comprar provisiones, te recompensaré con creces por estos días... - Sonrió. - ¿Nos vamos?

Y dicho aquello se acercó a Zorro para prepararlo para el viaje.

Frío de narices, sí... así se resfriaba la gente en aquel lugar, durmiendo con el culo al aire y sin una fogata cercana para calentarse; la guardia había sido tranquila... vamos, una mierda, y se la había pasado moviéndose para no quedarse pajarito perdido y que encontrasen su cadáver helado como el de un pollo.

-Sí, vamos a comer algo; el día será largo y... bueno, en el fuerte podremos conseguir algo.

Metió la mano en el zurrón y sacó un paquete, que extendió a Will; algo de comida para pasar el día. No era gran cosa... carne seca, galleta...

-Que te dure todo el día; no queda demasiada comida, al menos a mí.

Se estiró tras roer un poco de galleta... por llamarlo de algún modo, porque cruce de una noche loca entre un pan mohoso y una piedra, también sería una buena descripción; el sol tardaría en calentar.

-Si nos movemos pronto... evitaremos algo de calor, y eso irá bien a los caballos, que tendrán menos sed.

La puesta en marcha no se hizo esperar y antes de que el sol comenzase a derretiros el cerebro, comenzasteis vuestro viaje hacia el fuerte. Marvin iba feliz, pensando en el dinero por el rescate de la moza, aunque Santana y Will no parecían tan convencidos de que fuese buena idea. Pero quizás les diesen algo por decir el paradero de Curtis Kane y con quienes estaba huyendo... quien sabía, pues esa información era valiosa, pero sin duda lo sería más en Tomstone.

El sol comenzaba a alzarse pero el calor no, así esas primeras horas matutinas las llevabais muy bien, sobre todo con el frío de la noche aún en el cuerpo. Los caballos estaban nerviosos y sabíais que querían correr un poco. Ellos notaban ese frescor y la necesidad de correr era innata en ellos.

A vuestro alrededor no había más que tierra seca, llena de grietas y algún cactus que alegraba un poco el devastador paisaje desértico que se abría ante vuestros ojos y tardaríais en cruzar.

William le dio brío a Zorro. Se notaba que quería correr y no le privaría de ello. Al fin y al cabo, cuanto antes llegaran al fuerte, comprobaran lo que tenían que comprobar y por supuesto, comprase provisiones suficientes para el viaje, partiría en dirección a quien sabe donde en busca de una nueva vida, que era en realidad lo único que le importaba en ese momento.

Dejar atrás a la loca de Jesse, a Kane y a todos esos malintencionados llaneros, era su principal interés. Will no quería problemas y no quería mezclarse con gente problemática, aunque ciertamente iba con un mejicano y los de su raza solían "llamar al mal tiempo" y con un forajido como era "Rata", al que sólo le importaba el dinero y poca cosa más. No obstante, ambos le habían demostrado ser bastante más leales y bienintencionados que los que a priori debían erigirse como sus compañeros.

- ¡Vamos a galopar hasta que el sol esté en lo alto! - Gritó. - ¡Luego hará demasiado calor y nuestros caballos pararán solos! - Argumentó.

Marvin iba al trote, silbando una melodía desafinada. Una vez pasados los primeros instantes tras despertarse, la imagen de la recompensa por llevar la cría de Reeves fue suficiente para ponerle de buen humor y olvidarse del frío que le había calado hasta los huesos. Iba tan distraído pensando en dólares que ni se daba cuenta de que su caballo quería correr. Simplemente tiraba de las riendas para frenarlo, sin darse cuenta.

— ¿Eh? — Marvin salió del ensimismamiento y miró al cielo, para comprobar lo que decía Rivers. — ¡Ah! ¡Me parece bien, así llegaremos antes! ¿Pero tienes idea de por donde es, Rivers? ¡Yo creo que es por allí! — señaló otro punto del horizonte, no muy lejos de donde señaló Will. Joder, desde luego ese desierto era la misma mierda se mirara por donde se mirara.

-De acuerdo... si los caballos además lo piden, lo mejor es hacerlo, ¡pero procurando no cansarlos!!

Un trote alegre o un galope de vez en cuando, les venía bien, pero no de contínuo. Se fió del sentido de la orientación de los otros; por su parte, iba pensando en sus cosas... y mirando a ver si había huellas recientes; no sería de recibo que no saliese una mísera patrulla del Fuerte en varios días. Sería raro.

Las marcas en el suelo eran la mejor guía que teníais. Si no os salíais del camino, hecho por las pisadas y rodadas de carretas, no os perderíais nunca. De hecho, William pudo ver que recientemente un grupo de caballos pasó por allí en dirección al fuerte, quizás con un día de ventaja a lo sumo, lo que cuadraba con la idea de que la mujer que Marvin ansiaba encontrar para cobrar tan suculenta recompensa, podría estar en el fuerte.

No habían pisadas de regreso, por lo tanto, quienes fuesen o bien se quedaron en el fuerte o se marcharon a Tombstone por el otro camino. De hecho, las pisadas se superponían a las de ida a algún lugar, por lo tanto el pequeño batallón había regresado al fuerte hacía poco.

El día amenazaba caluroso y con ambiente seco a juzgar por las pocas nubes y la zona en la que estábais. Con suerte alcanzaríais el fuerte antes de las horas de más calor y allí podríais descansar.

— ¿Ves? — dijo Marvin, aunque él no había hecho nada — ¡Te lo dije, Rivers! Era por aquí... — y señaló en la dirección que William había señalado la primera vez.

Miró el cielo poniendo cara de haber chupado un limón agrio.

— Más vale que nos demos prisa, no quiero asarme el culo. Bastante he tenido con congelármelo esta noche. Además, quiero llegar allí pronto para ver a la moza con mis propios ojos. Jejeje, — se frotó las manos — ya huelo el dinero... ¡Arre bicho! — exclamó, espoleando un poco más a su sufrido caballo.

- Si, avancemos a buen ritmo antes de que caiga el bochorno del calor sobre nuestros sombreros. - Respondió William sin darle importancia al hecho de que "Rata" se atribuyera su descubrimiento a él.

Lo importante era seguir el camino correcto, llegar al fuerte, comprobar si todo estaba bien, armarse de provisiones y salir de aquella zona del mundo para no volver nunca o en su defecto, pasado el suficiente tiempo como para que nadie se acordara de ellos, salvo quizás sus familias.

- ¡Vamos Zorro! - Le espoleó. - Pronto podrás descansar en un establo y comer buen forraje. - Le dijo, aunque no guardaba demasiadas esperanzas en ese sentido. Por alguna razón tenía muy claro que lo que hallarían en el fuerte no iba a gustarles.

Se mantuvo en silencio; meditaba sobre las huellas... un grupo que recientemente había ido al fuerte... extraño, dada la situación que conocían bien en Tombstone: se le antojaba improbable que aquel fuese su origen; en cuanto a otras opciones... ¿quien querría ir al fuerte?, algo no le encajaba.

Y por eso se mantenía tacirurno, en silencio, sintiendo como el calor iba apretando progresivamente

A lo lejos pronto pudisteís contemplar la empalizada del fuerte, hecha de madera resistente a casi todo en aquel lugar salvo al fuego. Pero para que este pudiese hacer mella en sus muros, muchas horas tendrían que estar ardiendo los gruesos troncos que se usaron para alzar las defensas del lugar.

Lo malo es que en lo alto, sobre el cielo azul, ya cálido y despejado de nubes, una bandada de aves negras como la noche sobrevolaba el lugar. Aquello no os resultaba desconocido, pero lo que no os quedaba claro era si volaban sobre el mismo fuerte o sobre el exterior, en alguna zona cercana. Solo sabíais que estaban allí, no muy lejos de Ironscream.

Marvin arrugó la cara más. Los malditos carroñeros sobrevolando la zona eran una mala señal. Una señal de mierda, a decir verdad. Pero... ¿era posible que los putos muertos hubieran conseguido entrar al fuerte? Se suponía que los soldados sabían disparar, y él mismo había abatido unos cuantos mierdas de esos sin esfuerzo ninguno. Pero claro, no todo el mundo tenía la misma jodida buena puntería que él.

— ¿Habéis visto? — dijo señalando los pajarracos — Quisiera pensar que se están arremolinando alrededor del cagadero de los soldados... Pero me da en la nariz que no, ¿eh? ¿Tenéis balas suficientes?

Y tanto que no le gustaba. Joder, era posible que se estuvieran merendando su maldita recompensa en esos momentos...

- Ir hasta allí en estos momentos quizás no sea le mejor opción. - Comentó William. - Si los muertos vivos están dentro del fuerte, ya no quedará nadie con vida, ni siquiera a chica de Reeves. - Razonó. - Si los muertos vivos están fuera y los soldados se han atrincherado en el fuerte, tampoco será fácil llegar al interior y una vez dentro, volver a salir será una locura. - Resopló. - En cualquiera de los dos supuestos, conseguir provisiones no será fácil, aunque... - Se encogió de hombros. - ...podría ser que los soldados se hayan cargado a los muertos vivos y estén amontonados fuera y de ahí los buitres, aunque... yo habría quemado los cuerpos. - Inspiró profundamente. - En fin... que podemos acercarnos con cautela, pero ésto no pinta nada bien...

Azuzó entonces a Zorro. No iría al galope cuando se acercara al fuerte, no quería llamar la atención y a la mínima que se percataran de que los muertos vivos podían ser una amenaza, se alejaría. No quería sobresaltos y realmente, nada le picaba de aquel fuerte. Él sólo quería largarse de allí y emprender una nueva vida lejos de Tombstone.

-Condenados carroñeros...

Masculló; al margen de lo que significase su presencia en las actuales circunstancias, lo cierto es que a poca gente le caían bien los buitres, si acaso, a algún enterrador, por eso de que le indicaba el lugar donde encontraría clientes.

Mientras intentaba forzar la vista para discernir si las aves hacían sus círculos sobre el fuerte, o en otro lugar más concreto, preparó su rifle y se aseguró de que estaba listo.

-Sea como sea, tenemos que llegar al fuerte; necesitamos las provisiones. Vayamos despacio y con los ojos abiertos.

E igualó el paso al del resto

Según os ibais acercando y el tiempo pasaba en aquel árido y seco desierto, el calor aumentaba y el sol comenzaba a alcanzar su punto más alto.

El fuerte no estaba lejos, quizás de haber seguido cabalgando estaríais ya en sus puertas. Pero la prudencia era básica para sobrevivir, más aún después de lo que habíais visto y vivido.

Como os imaginabais, las aves eran enormes buitres carroñeros, que sobrevolaban indecisos sobre el fuerte.

En su exterior no había nada ni nadie. Algún ave descansando de su vuelo, el cual volvía a alzar a vuestra llegada. Algún coyote que se movía en el horizonte atraído por el olor a carne putrefacta que su delicado olfato podía percibir. Algo que para vosotros era indetectable aún.

Al menos estabais a una milla o milla y media de distancia de Ironscream y no parecía que nada ni nadie fuese a salir a recibiros.

Marvin avanzó con sus dos compañeros despacio y prudente. Empezaba a estar un poco cagado de miedo otra vez.

— Joder, ¿cuántos putos bichos de esos hay? — resopló, intentando aparentar que tenía más huevos, pero en el fondo lo que quería era irse muy lejos de allí. Cada vez tenía peor pinta todo... — No me gusta pensarlo, pero me parece que ahí dentro hay un puto festín, y creo que no terminan de echarle cojones...

Pero joder, su recompensa, su billete para salir de una vida de mierda estaba allí dentro. Miró a los otros dos.

— Pero habrá que seguir, ¿no? Por lo menos asomarnos un poco...

Empezaba a mostrarse ansioso. Si los buitres no volaban bajo.. no es que hiciese un frio del carajo, sino otra cosa...

-Si no descienden a comer, es que hay alguien vivo que les da miedo... Vivo o que se mueve. Puede que haya algún superviviente... Antes de asomar la nariz, va a haber que avisar que venimos a ayudar. Si son muertos andantes... mala suerte; si son vivos acojonados y dispuestos a volar la sesera al primero que aparezca, mejor avisarles para que no lo hagan, que aprecio mi cabeza

- Si, ambos tenéis razón. - Comentó Will, al que no le hacía ninguna gracia estar allí. - Tiene toda la pinta de que este fuerte está lleno de muertos vivos. - Dijo tras un análisis que sin duda podía ser acertado. - Ya que estamos aquí, habrá que seguir como dice Levine, pero avisar antes es lo más prudente. - Se llevó la mano al mentón muy serio, no le quedaban ganas de sonreír. - Pero quizás, antes de alzar la voz, sería prudente dar un rodeo al fuerte y ver si hay alguna entrada abierta o algo. Por si estuviera llena de esos seres y al escucharnos nos salen al encuentro. ¿Qué opináis?