Partida Rol por web

Tras sus ataques coordinados sobre los flancos de la Horda, Animalia y Doragon enviaron cuervos al Imperio para informar del resultado, bastante más aciago en el caso de Doragon. Pronto recibieron respuesta de Joren, el comandante del ejército imperial.

"El ataque imperial sobre la columna central de la Horda ha sido un éxito parcial. Hemos conseguido causar bajas importantes al enemigo, pero no han retrocedido tanto como esperábamos. Mantengan posiciones. Pronto enviaremos nuevas órdenes."

Doragon recibió un segundo cuervo, enviado directamente por Cid de Maxener.

"Arkham, esto es en deferencia a que intentarais salvar a Ray de los burdos enanos. El Imperio juega con vosotros. No han atacado a la Horda, sino que se han limitado a defender su frontera de un ataque menor. Por eso la Horda se ha podido concentrar sin problema sus fuerzas en los flancos. Vigilad bien a vuestros aliados. Cid."

 El representante de Doragon no disimularía un pesado suspiro, negando con la cabeza mientras hacía un gesto de desinterés con los hombros.

 -Se nota que se dedican a esto de los negocios, a diferencia de mí: son duros de convencer -admitiría Wilhelm, más como un reconocimiento de los observadores que eran los gnomos. -. Supongo que la reunión acaba aquí... A menos... -el capitán se acariciaría la barbilla, pensando mientras una sonrisa se iba dibujando en su rostro. -. Si el dinero es el problema, ¿qué les parecería tener acceso a una parte de una mina de oro Doragoniana? -preguntaría entonces. -. No te mentiré, aún no la encontramos y es probable que tengamos que esperar un poco a poder invertir en hacerlo, pero nuestros investigadores no tienen dudas de que estamos a dos pasos de hacernos con una buena riqueza, y los gnomos podrían ser parte de ello: no hablo de un pago por el trabajo, hablo de una parte constante de lo que se vaya consiguiendo de la mina hasta que no quede nada. Entenderé si no quieren cerrar el trato ahora, pero creo que podemos acordar no decir nada del proyecto a nadie más mientras Doragon se hace con la mina, y con el oro en mano poder conseguir vuestra ayuda. ¿Suena bien?

 "Agradezco aún poder contar con el apoyo de un viejo amigo, será información valiosa para tener en cuenta a partir de ahora, pero aprovechando que tengo tu atención...

Creo que es momento de llevar a cabo el plan: Tarsi y Animalia están de nuestro lado contra los enanos, por lo que puedes contar conque, una vez obtenga el beneficio de los enanos por la falsa muerte de Ray y les declaré la guerra cuando este se muestre con vida, contaremos con 2 reinos de nuestro lado...

¿Estás preparado para reírte en la cara de los enanos?

-Arkham"

 Tan pronto como las cartas empezaron a volar del imperio a los reinos que participaron en el ataque, y otras cartas más desde otras partes, una se haría llegar a los encargados del asedio de Animalia.

"El imperio nos la ha jugado a ambos: enviaron nuestras tropas a morir mientras ellos jugaban a la defensiva.

No envíen más tropas a la batalla de momento: Doragon continua interesado en acabar con la horda, pero hay que dejarla avanzar hasta territorio del imperio para que no puedan negarse invertir verdadero poder militar, donde además podremos contar con el apoyo de Tarsi...

-Arkham"

Un mensaje de respuesta llegó del campamento animalio al Imperio.

"No logramos reducirlos, pero sí encerrarlos. Esperaremos un poco a que el hambre y la sed hagan mella en ellos antes de pasarlos a cuchillo. Solo solicitamos al Imperio que les impidan el envio de refuerzos a nuestra zona."

"No creemos que sea pertinente dejar avanzar a la Horda por ningun frente. De momento nosotros seguiremos manteniendo nuestro empuje, sin embargo Doragon debería cuidarse las espaldas de con quien decide aliarse... Esta confiando mucho en Tarsi."

 Tan pronto como se llegó a saber de una posible mina de oro en el territorio siendo explorado por Doragon,

- Hmmm... ¿una mina de oro, decís? Bien, eso es una oferta mucho más concreta, desde luego.- dijo el gnomo, con los ojos brillantes.- Si estáis de acuerdo, enviaré a un par de prospectores a echar un vistazo a esa veta, y si su informe es positivo, podemos negociar.

 Tan pronto como se llegó a saber de una posible mina de oro en el territorio siendo explorado por Doragon, no tardarían en aparecer aquellos que lo darían todo por asegurarse de obtenerla, invirtiendo de manera visible los recursos necesarios para la exploración profunda, pero aun así Doragon no tuvo suerte en conseguir la mina.

 Por otro lado, que algunos líderes Doragonianos decidiesen ir por una mina cuando estaban en una situación complicada a nivel militar por el tema de la horda, sin mencionar a Nueva Isolde, no era bien visto por buena parte de la población Doragoniana, pero la idea de estar cerca de obtener las riquezas de una mina sirvieron para apaciguar, de momento, el temperamento de la nación....

Las pesquisas de Tarsi se alargaron durante días, pero fueron infructuosas. La ciudad de Izhmalin parecía un puerto comercial corriente, y si había piratas escondidos allí, nadie parecía dispuesto a revelarlo. Los registros de naves fondeadas no dieron resultado, y las promesas de recompensas no arrojaron ninguna luz.

Sin embargo, al tercer día, uno de los destacamentos que seguían la línea de la costa encontraron finalmente a unos cuantos navíos piratas. Parecía una flotilla independiente, y se produjo una breve batalla, pero los piratas pronto se rindieron ante el gran ejército combinado de Tarsi y otras naciones. Se capturó al capitán, y lo llevaron a presencia de Nautí para que pudiera interrogarlo.

El hombre se presentó ante la almirante con descaro, al parecer no estaba preocupado por su posible destino aciago.

- Ah, vos sois la almirante tarsina, ¿me equivoco? Bowen, para serviros.- dijo, con una reverencia burlona.

El bloqueo de los puertos de Elengor estaba durando más de lo previsto. Los almirantes de otras naciones estaban nerviosos, no habían venido a esto, si no a luchar contra los piratas. Pero Nautí no cedía.

Al cabo de unos días, le llevaron a un capitán enemigo a su presencia. Allí estaba el tal Bowen, junto a Jamal Bashin y los pocos de sus acompañantes que aún no habían caído por la borda.

​​​Sin dirigirse al pirata, preguntó a los representantes de la ciudad.  Bowen... ¿Le conocéis? 

Al tiempo, un cuervo voló a la capital de Elengor haciendo la misma pregunta. García y el resto de cortesanos se enteraron de ésto.

- No lo había visto en mi vida.- negó el diplomático al instante.

No lo ponéis fácil, Jamal, nada fácil... Nautí quedó pensativa. ¿Sería verdad que Doragon le había engañado? ¿O todo sucedía en Elengor sin que nadie supiese nada? Desde luego, este reino estaba colaborando... Pero estos puertos eran una amenaza para todos, a saber qué barcos eran realmente piratas. ​​​​​​

¿Y tú, Bowen? ¿Conocéis a Jamal y a Izhmalin? ¿Qué hacéis en Elengor?

Una solución se empezaba a formar en la cabeza de la almirante.

- No, tampoco tengo el placer.- contestó el pirata.- Claro que conozco Izhmalin, una ciudad preciosa. Y en cuanto a lo que hago en Elengor, no es asunto vuestro, almirante. ¿Hay vino?- dijo, y tuvo la desfachatez de guiñarle un ojo.

Hay sangre. Contestó Nautí desenvainando su espada y poniéndola frente al pirata preso. No estaba de humor. Última oportunidad. Si seguís con vida es porque tenéis información que darme. Así que ahora o nunca. 

Aunque no parecía impresionado por la amenaza de Nautí, sí que se vio como Bowen relajaba el tono, y ya no se mostraba tan desafiante.

- Soy vuestro prisionero, pero que me aten al palo mayor si sé qué información estáis buscando. Si fuerais tan amable de preguntarme por algo concreto, quizá vería si estoy en disposición de responderos.

Nautí no relajó ni su tono ni su espada. ¿Quién es el líder de los piratas? ¿A quién vendéis los botines? ¿Dónde se encuentran?

​​​​​​Puedes empezar a responder.

- Wow, wow, wow... calma, señora.- dijo el pirata, alzando las manos.- No negaré que soy un pirata, ya he tenido suficientes escarceos con vuestra flota como para esconderme ahora. Pero no tengo más líder que yo mismo, y los botines los reparto como me place.

- Parece que aquí tenéis muchos barcos como para estar simplemente cazando bandidos. Si lo que buscáis es acabar con todos los capitanes piratas del Mar Interior, vais a necesitar mucho más... conozco a unos cuantos de ellos, y los hay en todos los puertos.- dijo, con una sonrisa de lobo.

- Pero vos me habéis capturado a mí y no a otro. No deseo que me ahorquen "por mis crímenes", así que estoy dispuesto a negociar. Liberadme, devolvedme mi barco, y a cambio os diré donde podéis encontrar a media docena de esos capitanes.- propuso.

Nautí soltó una carcajada que sonó como un graznido. ¿Liberarte y darte un barco a cambio de nada? Dame al menos un nombre o un puerto, para evaluar si mentís o no.

Sobre que los botines los repartes como te place... Así los repartirás entre quienes te los suelan comprar. De nuevo, dame un nombre o un puerto... y si es aquí en Izhmalin, nos ahorras un viaje.