Partida Rol por web

Cid tomaría la nota del cuervo y después de leerla respondería claramente.

Ray es un sabio muy valioso para Maxener. No vamos a entregarlo, y mucho menos vamos a dejar que cualquiera lo mate. Merece vivir después de tantas tragedias en su pasado. Además, os conviene que esté vivo para futuros negocios.

Todas las ideas que puedan ayudarnos serán bien recibidas.

Los duques miraron a la Sacerdotisa esperando sus ordenes pero esta negó en silencio. Habría venganza, pero no sería hoy.

Pronto en la mañana un mensajero de la delegación de Animalia solicitó una audiencia con su contraparte en Doragon.

Pronto en la mañana un mensajero de la delegación de Animalia solicitó una audiencia con su contraparte en el Imperio de la Nueve Lunas.

"Sea pues. Entregadlo y tendréis lo que pedís tal es nuestra palabra. Tarsi ya ha tenido su oportunidad, ellos se han atrevido a insultar la honra de mi propio hermano, eso JAMÁS será perdonado."

El desconocimiento de las costumbres enanas había provocado un mal movimiento por parte de la Ciudad libre de Tarsi. No solo no habían dado la cara, sino que habían ido a llorar a otros reinos enanos arrastrando por el barro la honra del mismísimo hermano del rey. Aquello no iba a quedar así, lejos de amedrentarse Khazalid Ungol hizo correr las nuevas por todas las naciones como la pólvora.

"Nunca se ha pedido que se enviase cónsul alguno a estas tierras, no nos gustan los espías, ni siquiera aquellos con buenos modales perfumados como una mujer. Sin conocer nuestras costumbres y sin saber quien decidió desterrar a Enán os atrevéis a faltar al honor de mi propio HERMANO. Por si eso fuera poco en lugar de dar la cara y presentarme vuestras quejas actuáis como los cobardes que sois, tratando de envenenar los oídos de nuestros hermanos con vuestros patéticos lloros. Espero una disculpa pública INMEDIATA y un resarcimiento acorde a vuestras fechorías o si no os juro por las barbas de mis ancestros que el ejercito orco y los piratas serán el menor de vuestros problemas"

El grito de guerra casi se podía palpar en el pergamino que contenía la misiva, quizás un comentario así ante un enano cualquiera no hubiera provocado tanta controversia, sin embargo Tarsi había vilipendiado al hermano del rey. Estaba claro que aquella era una ofensa que los enanos no iban a dejar correr sin más.

 Luego de expresar sus intenciones de reunirse con alguien que pudiese escuchar por Doragon, el mensajero de Animalia fue invitado a visitar la fortaleza en la capital de la nación, donde un hombre vestido de elegantes ropajes de tonos rojos le recibiría ofreciéndole una copa de vino, siendo que no tenía ningún rasgo que lo caracterizarse como soldado: se trataba de uno de esos nobles con verdadera influencia; más específicamente, alguien a quien Arkham permitiría hablar por Doragon en su lugar, siendo que el comandante había movido hilos para limitar las personas que podían atender a los delegados.

 -¿Animalia ya considero la propuesta de ayuda de Doragon contra los piratas? -dio por hecho el hombre que se trataría de algo relacionado, tomando una sorbo de su copa.

 Además de los delegados, también estaba presente un joven sirviente que apenas debía haber alcanzado la adultes, parado junto a la pared respetuosamente en silencio.

La mujer entró en aquel espartano lugar con la seguridad de quien conoce su posición. Esbozó una media sonrisa ante la insinuación de Doragon.

- Temome que el ego de Doragon aún deberá esperar algo más por parte de Animalia para ser satisfecho. No, hoy vengo en nombre de mi Reino a hablar de otro tipo de colaboración. Supongo que estará al tanto de las tensiones existentes entre los enanos y los sabelotodos de Maxener. La cosa está escalando... demasiado. La Suma Sacerdotisa opina que es deber de las naciones mas poderosas mantener la paz... al menos mientras nos veamos abocados a una guerra contra un enemigo común.

Deja un par de segundos de silencio antes de añadir.

- No podemos permitirnos soldados díscolos y tampoco vamos a defender a quien no se defiende por si mismo.

 Si bien aquel barón no oculto su disgusto ante la respuesta de la mujer, rápidamente acabaría con una expresión de conformismo tras suspirar mientras escuchaba el resto de su explicación.

 Visiblemente interesado en las palabras de la delegada, el hombre agitaria lentamente la copa en círculos antes de tomar un sorbo de tanto en tanto: era esa clase de noble...

  -Hm... Si no entendí mal, Animalia cree que Doragon debe hacerse cargo de conseguir un acuerdo respecto a la disputa entre Maxener y Khazalid Ungol, o al menos una conclusión que no afecte al resto... -concluyo el hombre, antes de mostrar una amplia sonrisa. - ¿Y que ganaríamos exactamente? Enfrentarse a Ungol no es ventajoso en temas de territorio: por tierra esta Nueva Isolde y el Imperio de por medio, y en mar se encuentran los piratas que parecen fuera de control para su nación y la de Tarsi... Por otro lado, tenemos a Maxener justo al lado, ¿pero que tanto aprobaría el resto que Doragon tome cartas en el asunto? -con esa sonrisa arrogante, añadiría. - Sin mencionar que contamos con información confiable de que no sólo Maxener se ganó el odio de los enanos, sino que Tarsi también les hirió el orgullo y no habrá como puedan conseguir su perdón... No me sorprendería que en unos días llegue otra de esas cartas con amenazas*.

 -Cof... -de manera más bien poco disimulada, el sirviente interrumpiria con una suave tos, haciendo luego una reverencia de disculpa mientras el noble chasqueaba la lengua y volvía a beber.

 -En fin... Volviendo al punto: ¿Cual seria la posición de Animalia respecto a Doragon si toma cartas en el asunto? ¿Como están dispuestos a motivarnos a hacerlo?

Aquella tos indiscreta hizo que la diplomatica de Animalia enarcara una ceja. Probablemente si hubiera sido uno de sus subordinados ya hubiera recibido una reprimenda. Pero allá verían los de Doragon si quieren que los sirvientes se les suban a la chepa.

- ¿Que? ¡Ah! No, no... creo que me he explicado mal. Lo que mi país solicita es apoyo para pacificar las cosas por la fuerza si es necesario. O al menos para forzar a las naciones a mandar hombres al frente. Si una simple amenaza bastara Doragon no tendría que mover un dedo y quedaría como potencia frente al resto. Si fuese necesaria una movilización armada... bueno, Doragon conoce tanto como Animalia los derechos del vencedor de una guerra. Animalia no se inmiscuiría en como los disfrutara. Por su parte Animalia solo querría cubrir los gastos de guerra y forzar a las naciones derrotadas a enviar hombres al frente.

Con respecto al Imperio la Suma Sacerdotisa ya esta encargandose de ello y respecto a Nueva Isolde... Animalia puede hablar con ellos.

Un par de dias mas tarde una delegación de Animalia llegó a traves del Estrecho de la Nutria. De ella bajaron una hormiga que casi triplicaba la estatura del enano promedio y un par de acompañantes. Pronto se presentaron ante las puertas de la capital solicitando una audiencia.

 Con sutil curiosidad, el hombre enarcaria una ceja cuando la mujer señaló el malentendido, escuchando nuevamente su explicación teniendo ahora una idea mejor de lo que proponía.

 -Comprendo, comprendo... En ese caso, la única opción sería la segunda -aseguró con cierta expresión de seriedad. - Los enanos son muy orgullosos para retractarse sin cumplir sus exigencias,  y presionarlo solo provocará que se cierren más al punto de que no habrá nada que podamos hacer para sacarlos a excepción  de invadir, lo cual como dije no es ventajoso para Doragon -declaró, segundos antes de añadir. - Por otro lado, Maxener es muy... Poco realista. Creen que el poder de la amistad y el compañerismo puede arreglar sus problemas, y se vendrian abajo antes de permitir que su ingeniero se entregue -concluyo, tomando un largo sorbo de su copa hasta vaciarla mientras dedicaba una mirada de reojo al sirviente, que permanecía en silencio. - Muy bien, le diré algo... -alcanzando la botella, el hombre empezaría a servirse de nuevo. - Doragon ya hizo un trato con Ungol, o al menos se aclaro en los términos de la recompensa que recibiría de hacerse cargo del tema del ingeniero Maxener: en este tratado se aclaro para que los enanos volviesen a abrirse al resto de naciones como si no hubiese sucedido nada, darles una segunda oportunidad; con lo sucedido, Tarsi ya habrá perdido su premio en ese trato, pero Animalia aún no ha hecho nada para enfadar a los enanos, por lo que si están dispuestos a apoyar un asedio por parte de Doragon hasta conseguir la cabeza del ingeniero seguramente puedan contar nuevamente con la ayuda de los enanos. No hay oportunidad al dialogo: ya lo intentamos. Si Animalia desea el apoyo de los enanos, tendrá que apoyar la presión a Maxener; por supuesto, también se ganarían el apoyo de varias casas de Doragon... -tras tomar un sorbo de su copa recién llenada, el hombre extendería su mano libre hacia la delegada. - ¿Les interesa?

En la entrada del Estrecho de la Nutria la delegación de Animalia pudo comprobar como se habían horadado los muros del acantilado para crear dos torres a ambos lados del canal, una enorme cadena impedía el paso de los barcos ajenos. Pero lo más extraño era que el canal antes abierto ahora estaba cerrado en su parte superior, por lo que parecía ser un arco "natural" y desde la cima los enanos tenían más defensas dispuestas. Entrar sin ser invitado era una locura.

Ante la petición de audiencia se hicieron señas a un solo barco para que este pudiera acercarse hasta la cadena, usándola de guía para aproximarse a la costa oeste desde donde un enano con cara de poco amigos salió para escuchar lo que tenía que decir aquel insecto. El enano no puso un pie en el barco y a Archibald no se le invitó a bajar.-No tenemos rencilla alguna con Animalia, te escucho. Di lo que tengas que decir y luego márchate en paz.-el enano era brusco en sus modos, aunque bastante sincero. Algo típico entre los suyos.

La diplomatica se quedó mirando por unos segundos al noble. Si ya había una liza abierta y Doragon ya había tomado una posición junto con los enanos que Animalia tomara cualquier otra posición que no fuera junto a ellos no iba a beneficiar en absoluto la situación, es mas podría empeorarla.

- Muy bien... La muerte de un solo hombre es aceptable frente a la caida de las naciones. Sin embargo, la Sacerdotisa es de la opinion que los osos guardan para el invierno. Movilizar tropas y asediar Maxener solo llevaría a un gasto innecesario de recursos y probablemente la perdida de vidas por ambos bandos. Recursos y vidas que bien podrían ser aprovechadas en defendernos de la Horda. La Sacerdotisa quisiera lanzar una advertencia y quizás, hacer una presión suave antes de empezar una guerra.
 

El delegado insectoide olisqueó el aire moviendo las antenas para localizar a su interlocutor. Cruzó las manos y agachó la cabeza a modo de saludo en dirección del enano.

- Saludos, enano. He sido enviado para tratar el tema de las tensiones tarsienses y de Maxener. Animalia entiende la posición de Khazalid Ungol y quisiera poner de su parte para aliviar las tensiones. Vivimos en tiempos complicados y es momento de empujar todos a una, ya habrá tiempo para las luchas despues de ello.

El enano resopló contrariado, no estaba de humor para sermones.-Nosotros no empujaremos a una con aquellos que nos insultan. En cuanto se nos entregue a Ray de Maxemer los dispararemos en un cañón contra sus propios, una vez esté chafado la mancha servirá al resto como lección para medir sus modales.

En cambio, la afrenta de los Tarsianos es mucho más grave. Han insultado al mismísimo hermano del rey sin causa alguna, Tolgur les ha dado un tiempo para disculparse y ofrecer algo a cambio de su afrenta. Pero si me preguntas a mí o soy un gnomo mojado o esto acabará en guerra antes de que acabe la estación. Poco va a quedar para los piratas muahhaha. Si quieres un consejo, diles que lo arreglen rápido o se arrepentirán.-parecía bastante firme en sus palabras.

Archibald asintió en silencio.

- Animalia entiende eso y con bastante probabilidad la Suma Sacerdotisa hubiera actuado de manera similar. Pero precisamente, ella tambien hubiera entendido que la guerra con dos paises, y sobretodo a la vez, es un desperdicio de vidas y de recursos.

Quedó en silencio unos segundos.

- Animalia está dispuesta a apoyar la causa de Khazalid, pero necesitamos una reciprocidad para ir a mayores, no hace falta una alianza, pero si... un compromiso. Si Khazalid Ungol mandara tropas al norte, nada grande, solo un destacamento. Animalia estaría dispuesta a ejercer presión sobre Maxener y Tarsi y a actuar de muro por mar en caso de que barcos de estas naciones quisieran pasar mas allá del Estrecho de la Nutria. Si la cosa escalara se podrían renegociar estos terminos.

El enano estalló en una fácil risotada.-Brindo por la sabiduría de tu sacerdotisa, y la compartimos. No vamos a ir a la guerra contra Maxener tan solo por qué sus consejeros sean unos memos deslenguados. Si no nos dan lo que queremos el precio irá creciendo, y cuando esos descerebrados se queden sin ideas ni ingenios que copiar entonces tendrán que venir de rodillas a nuestras puertas.

Nuestro compromiso está sellado, prometimos armas y se han entregado, incluso más de las acordadas. El Emperador no puede exigirnos nada, ni nada puede decir que no hemos cumplido nuestra palabra; si de verdad nos quiere en la batalla tan solo tiene que entregarnos a Ray. Si no lo hace entendemos que prefiere aliarse con nuestros detractores, pues allá él. Ni un enano abandonará Khazalid Ungol hasta que disparemos a ese memo desde uno de nuestros cañones contra sus propios muros.

En cuanto a Tarsi el problema lo tienen ellos, no nosotros, como bien has dicho no podrán hacer frente a los piratas y a nosotros a la vez. Puedes decírselo si así lo deseas y diles también que el tiempo se les acaba, les hemos advertido con esta en dos ocasiones; no nos temblará la mano al limpiar la honra de Dagnar.

Los enanos sabemos librar nuestras propias guerras y no queremos ni problemas, ni compromisos con Animalia ni con nadie. Si queremos ejercer presión sobre Maxener y Tarsi, o si queremos construir un muro en el Estrecho de la Nutria lo haremos nosotros. A diferencia de otros reinos nosotros somos consecuentes con nuestras palabras y nuestras acciones. Buen viaje de regreso.-y con esas palabras el enano se marchó dando la conversación por finalizada.