Partida Rol por web

FECHA: 4 DE ABADAR DE 4715 RA, DÍA DEL SOL.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA MAÑANA.

LUGAR: ANTORCHA (TABERNA LA FUNDICIÓN).

CLIMA: INVERNAL. CIELO LIGERAMENTE NUBLADO

Escucho las palabras de unos y otros mientras me voy acercando a Xavier. Perdona, Xavier, pero si vamos a ir a las cuevas me vendría bien una poción de esas. Ayer llegué a caer inconsciente y, aunque me recupero relativamente rápido, si no me tomo una de esas pociones dudo mucho de que pudiera hacer algo en esta misión.

Respecto a lo que mencionáis, mi punto fuerte es parecido a Xavier digo, mirando ahora a todos. Se me da bien esconderme, llegar detrás de alguien y presentarle a mis armas. También se me da bien el tema tecnológico, especialmente detectar y desactivar trampas tecnológicas.

Respecto al tema del liderazgo, está claro que se necesita un líder. Tiene que ser alguien que se ocupe de repartir los objetos o que sea capaz de delegar esa tarea, que se ocupe de repartir las pociones o que sea capaz de delegar esa tarea, que se ocupe de asignar a cada uno el puesto que mejor le convenga. En definitiva, alguien que lidere. Emil, si crees poder ser esa persona tienes mi voto de confianza. De momento.

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Emil escuchó las intervenciones que siguieran a la suya con una sonrisa que, poco a poco, fue convirtiéndose en una mueca que, sin dejar de aumentar la diversión, iba adquiriendo también una mezcla de perplejidad y agotamiento mental. Cuando en mitad de esa constante tormenta de ideas hubo un silencio, intervino.

- Chicos, chicos. Vamos a ver si lo he entendido... Somos doce. Sin contarme a mi, que creo que he dicho claramente lo que pensaba, once. De esos once, que gracias a todos los dioses aún seguimos aquí, se ha dicho:

Por parte de Xavier Callahan, que es necesario el tema del liderazgo y que me apoya; mientras que Equilibrium, con algo menos de asertividad, me apoya también, por ahora. Gracias, a ambos. Daeron también afirma la necesidad de un líder, aunque por ahora ni se propone, ni propone a nadie. A Alexa, y no es la primera vez, el tema del liderazgo no le gusta, pero admite que puede haberlo aunque ya avisa que no hará nada de lo que se le diga (y menos ordene) si va contra su moralidad o sentido común. Sobre el tema no se pronuncia el resto... por cierto, Halberd, por favor. Eso será breve pero no es conveniente ni que tú, ni que Briareos, partáis aún. Ni nadie, de hecho. Venga, gente. Esto es serio. Si alguien quiere ser líder que lo diga. Sin más jodiendas ni líos. Lo necesitamos, aunque solo sea para poner un poco de cordura. Porque, no, no es ni cuerdo ni razonable que haya objetos mágicos que por algún motivo ridículo gente que puede usarlos, aún ocasionalmente, para mejorar, ni quiera tocarlos. Entiendo que las armaduras es algo distinto. A mí mismo una armadura como las que hay no aumenta sino reduce mi protección. Pero lo de las dagas y ballestas no tiene sentido. Y tampoco lo tiene que estemos dando vueltas sobre quienes van, quienes no van, etc, etc. Es necesario un líder que escuche y decida. No somos un grupo de amigos, somos una unidad mercenaria que tiene la suerte de caerse bien. Y me gustaría no enterrar a nadie más de nosotros. O, al menos, enterrar a los menos posibles. Así que, por favor, no os marchéis hasta por lo menos que todos aceptemos a quien sea el líder. Y, por favor, parad también con el lío de coger y quitar objetos de equipo o decidir si ir o no a cualquier lugar. ¿De acuerdo? Y, vuelvo a preguntar, ¿alguien más quieres ser líder?

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Yo no soy un líder, solamente se me da bien cortar cabezas... y beber. Así que dejo eso para los chicos más listos, sea quien sea. El orejas puntiagudas no lo estaba haciendo mal- señala a Emil- bueno, dentro de lo bien que lo puede hacer un elfo, así que yo seguiría optando a que él está mando. Si la caga siempre le podemos colgar en algún árbol y listo- se le nota el cachondeo en sus palabras- asi que si estamos votando, voto por Emil. 

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—¡Eh Emil! ¡Aquí sentado! —dijo el mago mientras movía la mano y chasqueaba los dedos para llamar la atención del semielfo.

—Limpia tus orejitas élficas, que yo también he hablado y he dicho que no quiero ser líder. Lo digo para que no haya más jodiendas y líos, así que mejor no liarse —dijo mientras dejaba de mover las manos para llamar la atención—. Yo daré mi voto cuando sepa quienes son los candidatos. Mi elección favorita sería Daeron, pero no tengo claro que él quiera ser líder o esté ahora mismo en condiciones, así que quiero esperar hasta saber quiénes se presentan voluntarios.

Tras eso aceptó la poción que le entregó Xavier y se propuso darle un largo trago esperando que sus heridas sanaran y él se encontrara más presentable para salir a cumplir las tareas pendientes.

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Halberd se detuvo en el umbral con expresión de fastidio cuando Emil le pidió que no se marchase aún. Caray, aquel elfo era incapaz de entender que tenía mucho trabajo por delante. Pero es que los elfos no tenían ni idea de nada que no fuera pasearse por ahí exhibiendo al mundo lo maravillosos, perfectos y educados que eran. Estúpidos elfos. Por eso la idea de Raxus le pareció divertida. Se cruzó de brazos, sosteniendo aún el maletín de herramientas.

Pensó durante un momento. En condiciones normales votaría por Muxu sin pensarlo, pero parecía que varios de sus compañeros ya habían votado por Emil, y Muxu parecía estar algo distraída desde la "reconstrucción". Y, por otro lado, había que reconocerle al elfo que, bueno, su "grupo suicida" les había salvado el pellejo y se habían vengado. No sabía hasta qué punto había tomado éste las decisiones, pero ahora estaban allí de una pieza. Votar para que el líder fuera ese elfo narcisista no le hacía ninguna gracia, pero tampoco quería que esto se alargara absurdamente todavía más con todo lo que tenía que hacer.

— Está bien, está bien... Por mi parte, no tengo ningún interés en ser el líder de nada. Sólo quiero ponerme a trabajar tranquilo. Pero si tenemos que elegir a alguien... ¿por qué no sigues siendo tú el líder, Emil? Por tus decisiones, o por suerte quizás, estamos aquí vivitos y coleando. — se encogió de hombros — Supongo que de momento voto por ti, elfo. — y si no sale bien, pues te colgamos de un árbol. Je je.

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-Gracias, Callahan.- le dijo al mercenario cuándo aquél le acercó una de las pociones sobrantes luego de haberla solicitado. La ex-alcaldesa estaba a un pelo de pasar al otro lado, aún así, no la bebió y la guardó en su bolsa de cinto. Aún no sé siquiera si existen Ley Lines en este mundo, no pude percibir ninguna desde aquí, pero esas cuevas parecen tener propiedades especiales por lo que dicen. Será mejor esperar a ver, quizás haya una y pueda sanar sin gastar la poción, pero será mejor que la deje a mano por las dudas.

Emil insistía en la necesidad de seleccionar un líder, y esa era una realidad imperiosa. La ex-alcaldesa posó su mirada en Vicky, Daeron y Shidi, los que creía estarían interesados en el puesto, pero ninguno mostró interés. Por contra, varios votantes parecían rehuir a elegir al elfo, Muxu incluída, lo que le dió la sensación de que esperaban que alguien más se postulase.

Suspiró al tomar la decisión.

Se acercó a Shidi, y le tiró de la manga sutilmente para que se agache un poco, y poder susurrarle.

-James, si me postulo y salgo electa. ¿Aceptarías ser el jefe táctico del grupo?- La ex-alcaldesa conocía sus propias limitaciones para la guerra, lo suyo era la administración y la representatividad, pero como buena política, sabía que el éxito residía en saber delegar y tener un buen equipo. No se le ocurrió alguien más capaz que el ex-comando para ese rol.

Nada más comentarlo, escuchó que otros compañeros se decidían finalmente a votar a Emil, por lo que la sensación de falta de confianza en el elfo se disipaba, y con ella, el motivo de la candidatura de la maga.

-Parece que no tienes mucha competencia, Emil, en ese caso, creo que mi voto no podría ser otro más que para tí.-

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Pues no se podían ir aún. Había que decidir un líder, y hacerlo ya, y los objetos no paraban de circular en un sentido y otro, para mayor confusión de un Briaeros que hacía no tanto estaba luchando por salir de la inconsciencia. 

-¿Votar a alguien para líder?-preguntó, para después encogerse de hombros. Sin embargo, solo una de sus extremidades bajó con normalidad al terminar el movimiento, quedándose la otra bloqueada en un ángulo raro e incómodo-mecagoenelputoAgrio...-resopló entre dientes, devolviendo su atención al grupo.

-No sé a quién votar, pero sé que no quiero ser yo, no me veo en condiciones ni con capacidades. Sí ha de ser Emil, dado que tiene la mayoría de votos, no me quejaré. Y ante las armas... Pues no sé, me quedaré con el florete, y seguiré partiendo dientes con la otra mano-replicó, dando por zanjado aquel tema. 

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-Bueno, con estas últimas pronunciaciones, está claro que te eriges como nuevo líder electo de los Rifts Warriors en este mundo y ahora, Emil el Corsario...

No pudo evitar un poco de sorna en su tono de voz, aunque también había diversión en él, y desde luego una buena dosis de afecto. Alexa apreciaba al elfo, de hecho apreciaba a todos los compañeros del equipo, de los que por verdaderas o falsas memorias estaba sintiéndose cada vez más próxima. 

-Creo que deberías poner un poco de orden en nuestras decisiones, como primera tarea de liderazgo, elfo. Quién va a dónde, quién se queda con qué, y todas esas cosas de quien manda...

Le miró con curiosidad, a ver qué decía y qué hacía. Claramente la Mística había declarado que sólo le seguiría si no contravenía sus principios o su sentido común. Esperaba que no fuera el caso.

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El elfo albino guardó silencio unos segundos y luego suspiró.

- Asunto aclarado, supongo. Gracias por vuestra confianza. Aunque me gusta bromear y sé que a veces no todos me encontráis la gracia, a pesar de mi exquisita elegancia, me tomo muy en serio este cargo. Ser parte de los Rift Warriors es importante para mi. Muy importante. Haré lo posible por ayudar a que todos, o los más posibles, sobrevivamos. E incluso prosperemos. Todos hemos dejado muchas cosas atrás... lo único positivo es que a pesar de todo lo ocurrido, seguimos vivos. Y que ya lloramos por lo perdido antes de llegar a este nuevo mundo. Es una nueva posibilidad, y debemos hacerlo bien- tras las palabras se acaricia el perfecto mentón y luego continúa hablando.- Según mis cuentas, no nos quedan pociones de grupo. Me vendría bien para hacerme una idea saber cuantos tenéis ahora mismo pociones, y si hay alguien que siga malherido. Hoy mismo debemos partir a intentar salvar al padre de Val, con lo que esa cuestión, unida a nuestra obvia falta de sanadores mágicos, exige conseguir más pociones de curación. Halberd, por supuesto, tenías razón. Ya que Val nos ha permitido usar la fundación de su padre, ve a la misma junto al bueno de Briareos, e intenta arreglar lo que han jodido de su armadura. Luego, volved a este mismo lugar que, hasta que salgamos, es el punto de regreso para todos- hace una pausa, intentando no liarse con la enorme cantidad de cosas que hacer- Si mal no recuerdo, Val, has indicado que pensabas que la vendedora aun mantendría su oferta de entregar doce pociones a cambio de cuatro de nuestras armaduras de cuero mágicas. Es una buena idea desde luego. Como tenemos a Halberd y Briareos liados con las reparaciones, Muxu, me gustaría que volvieras a hablar con  Jhestine y consiguieras ese acuerdo que anoche preferimos omitir. A pesar de todo eres claramente nuestra mejor negociadora. Vicky, Thomas, Alexa acompañadla, si os parece. No quiero que por ahora nadie vaya solo hasta que estemos seguros que todo está bien. Esas pociones, guárdalas para el grupo, Alexa, como bien has indicado eres nuestra sanadora, y si vamos a combatir necesitamos, ante la falta de sanadores, tener esa reserva de pociones por si acaso. Para el momento preciso. Más cosas... veamos... Tenéis razón en que necesitamos más saetas, pero no vamos a quitarnos, quitando esas cuatro armaduras de cuero, ningún otro objeto mágico. Cuando aclaremos el tema del equipo que ahora tenemos, y consigamos las pociones, procederemos a comprar si se pueden más saetas. Y hablando del lío del equipo... Creo que lo esencial es repartir las ganancias de dinero a la par, y repartir los objetos importantes que podamos encontrar de forma equitativa y que maximice nuestras posibilidades de victoria y de prosperar. Pensar en desprenderse de objetos mágicos de forma innecesaria, o en no entregarlos a la persona adecuada por motivos economistas no tiene sentido.

Se acaricia las sienes y mira el equipo que hay sobre la mesa y tras dudar unos segundos, mira a Vicky.

- Vicky, por favor, recupera tu ballesta mágica, tu daga mágica y quédate tú el cuero tachonado mágico. Aunque no vas a ser primera línea, sí actuarás de apoyo de la primera como yo mismo. Y a mi no me sirve ninguna armadura ni escudo. Hay una armadura mágica de cuero mágica que todavía puede usarse ya que solo se ha asignado la de cuero tachonado mágica a Vicky, y dos de cuero, una para Alexa y otra para Equilibrium. ¿Alguien quiere y puede usar una de las restantes que no precisamos para intercambiar por pociones de curación? Por otro lado hay dos dagas mágicas. Aunque comparto que nuestros mejores guerreros necesitan armas más pesadas, aún así, tener un arma mágica puede ser necesario contra determinados tipos de enemigos. Así que, Briareos, Raxus, tomar cada uno una daga mágica. 

En cuanto a las ballestas son de fácil uso. Obviamente no las vamos a abandonar. Quitando la que le acabamos de dar a Vicky hay dos más. Equilibrium, recupera la que has dejado antes. Alexa, toma la otra. Tomar cada uno, y Vicky, una aljaba y siete saetas. 

Y con eso, por ahora, tenemos solventado el equipo que tenemos. Por favor, quien tenga necesidades de equipo que luego se acerque a verme, y me las indique individualmente. Será mucho más fácil, mucho más organizado, y así podremos solventar cada una de esas necesidades.

Espera Emil que todos tomen las piezas de equipo indicadas y aprovecha para dar un trago de agua, para aliviar la garganta seca. Entonces continúa, mirando a Val.

- Por otro lado... Val, hablamos al llegar con la concejal Dolga Freddert, justo antes de salvarte la casa, y tal vez, la vida. Ella nos indicó ya que tu padre, el concejal Khonnir Baine había desaparecido. También nos indicó la existencia de una recompensa sustancial por salvarlo. ¿Sabes cual es esa recompensa? No quiero que pienses que somos fríos e insensibles, pero cada una de estas actuaciones tiene su precio en la sangre, y en el sufrimiento, de nuestros amigos. Te ayudaremos, pero cualquier recompensa será sin duda bienvenida.

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- "Intentaré que la oferta de ayer por las pociones siga en pie, pero para ello es necesario que la señora Muxu no venga con nosotros a "Tónicos Tentadores". Señora, no se ofenda, pero dudo que Jhestine tenga ganas de volver a verla en su tienda, y si la tolera alguna vez allí sin duda será para cobrarle el doble que a cualquier otro cliente.

Pues... creo que el Concejo ofreció primero una recompensa de cuatro mil piezas de oro por solucionar el problema de los fuegos en lo alto de la Colina Negra. Luego, cuando mi padre desapareció, ha ofrecido otra recompensa de otras cuatro mil piezas de oro por rescatarle, o al menos recuperar su cuerpo para que pueda ser revivido con un pergamino que tiene el Concejo." -

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Emil enarca una ceja ante las palabras de Val, pero sin evitar una sonrisa franca, divertida e irónica, empezando a tararear una vieja canción de un mundo muy antiguo que, en otro mundo, había escuchado en unas viejas grabaciones en antiguos DVD

- Uuu, uuu, las chicas son guerreras- canturrea en un susurro unos segundos, repitiendo la estrofa un par de veces antes de negar con la cabeza.

- Comprendo. Gracias por la información, Val. Obviamente eso lo cambia todo. Muxu, te quedas con nosotros. Daeron, ¿acompañas al grupo a la tienda de Jhestine?

Parece, entonces, recordar algo Emil.

- Raxus, perdona, tu arma es mágica. Como lo era antes a veces lo olvido. No tiene sentido asignarte la daga mágica entonces. Si no te molesta, mejor que se la quede Shidi.

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Muxu hizo una leve sonrisa antes de hablar. -De lo único que podría llegar a ofenderme, Val, es de que me has llamado señora.-¿Es que tendré arrugas ya? Esa maldita IAR, ya que estaba bien podría haber arreglado esos detalles al rehacer los cuerpos. -Iba a decir lo mismo, realmente le caí antipática a Jhestine, debió de ser la costumbre por buscar mejorar un trato, antes mi libro de conjuros contaba con otras herramientas por si la negociación fallaba, tendré que ser más precavida.- Dijo deseando poder conjurar lapsus de memoria como antes para salir de aquellas situaciones. ¿Podré recuperar el hechizo si lo investigo?

-Respondiendo a tu pregunta primera, Emil, Xavier me ha dado una poción y la he guardado. Estoy de últimas realmente, pero esperaré a tomarla si se presenta el menor de los peligros o sino al llegar a las cuevas, no estoy segura de si existen aquí, pero puede que perciba alguna Ley Line en el camino y logre curarme con ella. Por cierto, quizás sería mejor que no todas las pociones nuevas las tenga una misma persona, por si le sucede algo.-

Veía a su buen amigo Halberd yendo hacia la fundición, y aunque estaba de espaldas no dudaba de que tendría una sonrisa en su rostro, seguramente. -Entonces, ¿los acompaño a la reunión del concejo? Sino podría ir a la tienda general a conseguir ropa a medida para Raxus y para Hal, y si nadie va a usar esa armadura, quizás haya algún escudo mágico que los herreros de la plaza del centro gusten intercambiar. Una docena de virotes, material de escritura y más cuerda tampoco vendría mal, creo que podría alcanzarnos con el vuelto que ha sobrado.- Dijo mientras tomaba la bolsa de monedas, y la acercaba al nuevo líder de los Rifts Warriors para saber que decidía. -Quedan veintidós piezas de oro, dieciseis de plata y seis de cobre.-

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Halberd asintió a Emil y le dio un golpecito con el dorso de la mano a Briaeros para indicarle que se fueran de una vez. ¡Por fin! Qué forma de perder el tiempo, con todo lo que tenían por delante.

— Ahora sí, Briaeros. Vamos a ver si podemos enderezarte ese brazo... Ahora volvemos, ¿eh?. Con tu permiso Val, vamos a la fundición.

Y, como Muxu sospechaba, se dirigió hacia la forja con pasos apresurados y una sonrisa, seguido por el enorme cyborg. El enano ardía en deseos de emplear de una vez esas excelentes herramientas. Después del mal trago que habían pasado sería la terapia perfecta para él.

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Me acerco a la mesa donde estaban todas las armas y me inclino de hombros. La ballesta no es mi arma principal, soy más bien luchador de cuerpo a cuerpo en emboscadas. Pero no negaré la utilidad que puede tener un arma a distancia en un momento dado. Sin embargo, dado que no es mi arma principal, si alguien la necesita que no dude en pedírmela. Hasta entonces, procuraré darle buen uso termino mientras cojo la ballesta de mano y la aljaba con siete virotes.

Me quedo escuchando lo que dicen y finalmente me giro hacia Emil. Creo que lo oportuno sería que Muxu venga a hablar con el Concejo. Eso o que lo hagas tú mismo. Pero lo que está claro es que no conviene que lo haga yo, yo puedo acompañar a quien vaya a hablar con ellos, pero mi fuerte no es la negociación.

Respecto al tema de las heridas, la poción a cerrado parte de mis heridas pero todavía hay algunas abiertas. Se podría decir que estoy recuperado a medias.

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- "Bien, entonces los que vayáis a acompañarme a la tienda de Jhestine venid conmigo." -

Estaba claro que la chica estaba verdaderamente ansiosa e impaciente porque su padre adoptivo fuera rescatado cuanto antes.

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Hace un gesto a Emil con la mano, dando a entender que no tiene reparos en no tener esa daga. Al fin y al cabo, él con su hacha le basta y le sobra.

Yo sigo un poco herido, pero por el momento puedo aguantar- responde a la pregunta del elfo- y a mi me gustaría ir a la tienda, por ver si hay armaduras que me quepan y los precios.

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Por fin dispuestas las cosas, Alexa se levantó y se acercó a Val. No había acabado quedándose con la armadura tachonada, pero no le importó puesto que no iban a venderla tampoco, sino que la usaría Vicky, quien como ranger luchaba en primera línea, y por tanto probablemente la necesitaría más que ella. Además de que no podía quejarse con el equipo que finalmente le había correspondido. 

-De acuerdo, Val, vayamos ya a ver a Jhestine, y compremos esas pociones. Y veamos qué más tiene. Emil, aunque no llevemos a Muxu, no se me da mal hablar con la gente, quizá regatear no sea lo mío, pero soy diplomática en cierta medida a la hora de negociar. Puedo intentarlo.

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Ante el inquirir del elfo, Daeron alzó la mano.

- Carezco de poción alguna pero dispongo de algunas heridas - dijo con media sonrisa mientras inconscientemente se llevaba la mano a la sien izquierda por el dolor que le martilleaba en ella -. No tengo ningún problema en ir con ellos - añadió cuando Emil le preguntó sobre ir a la tienda con varios, en busca de unos precios razonables.

Escuchó lo que decía Muxu de más equipo aparte de las pociones y asintió con su dolorida cabeza.

- Ropa para dos enanos, más saetas, cuerdas, material de escritura  y... ¿Escudos? ¿Alguien usaría arma a una mano y un escudo en la otra? - preguntó por si alguien estaba interesado antes de partir detrás de Val y el resto.

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Muxu se masajeó la sien con los dedos de ambas manos buscando recordar para dar una respuesta a Daeron.

-Creo que fue James quien estaba interesado en un escudo, y alguien más, pero con tanto ida y vuelta lo he olvidado.- Dijo la inteligente maga mientras revisaba sus notas mentales.

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Vicky se mantuvo en silencio durante la mayor parte de la conversación, más o menos desde que Emil le había llamado la atención. Tal vez había sido al notar lo incómodos que se ponían todos ante el rifi-rafe entre ella y el elfo, o tal vez algo de lo que había dicho Emil le había afectado. El hecho de que todos hubiesen decidido sin ningún tipo de discusión que el elfo era la mejor opción para líder del grupo en ese momento, no apoyaba para nada su estúpida discusión. La verdad era que Vicky ni siquiera sabía ya sobre qué quería hablar con el elfo. ¿Sobre que no le gustaba su actitud mujeriega? ¿Quién era ella para echarle en cara eso? Ni que estuviesen casados. ¿Sobre el tono condescendiente del elfo? Mirando lo ocurrido de manera retrospectiva se daba cuenta de que ella había caído en lo mismo. ¿Sobre la arrogancia que ella notaba en sus palabras y gestos? Al resto no parecía importarle, así que tal vez ella estaba exagerando. Y de todos modos, ¿Que tenía que ver eso con la actual situación? La verdad era que el elfo había tomado buenas decisiones, y no podía quejarse (exceptuando tal vez el llevarse las cabezas de los bandidos, podrían haber tenido prueba igual llevándose sus efectos personales). E incluso en combate había sido de más ayuda que ella. ¿Podía reprocharle algo que no fuese puramente personal?

Vicky estiró y crujió los músculos de su cuello para relajarse y centrarse. Tal vez aquella ¿resurrección? le había embotado el cerebro. O las avispas. O tal vez estaba irritada por algo que no recordaba aún. Pero de todas formas, ella no era así. Ella era una Justice Ranger. Era fuerte, valiente y determinada. Era una defensora de la ley, y no una busca-broncas. Por mucho que el carácter de Emil le hiciese sentirse incómoda, no podía dejarse llevar por impulsos inmaduros. Tenía que centrarse, no sólo por su bien, sino por el de los Rift Warriors.

Vicky alargó la mano finalmente para recoger las cosas que le habían asignado, sin decir nada, y se equipa la armadura mientras el resto sigue hablando. De todos modos el resto estaba discutiendo sobre quién iría dónde. La verdad era que necesitaba armas y armadura, y tal y cómo habían repartido el botín le parecía bien. 

Ojalá hubiesen armas de fuego. - pensó nostálgica. Sus manos echaban de menos la sensación de desenfundar y apretar el gatillo mientras apuntaba a sus enemigos.

- Yo iré con el grupo de las compras. - anunció finalmente, abriendo la boca tras varios minutos de silencio. No iba a pedir perdón por nada en aquél momento, por un lado porque no creía que los Rifts Warriors lo viesen necesario, y por otro porque aún era presa de su orgullo. - La diplomacia no es mi fuerte, con lo que no creo ser de ningún valor yendo a ver al Concejo.

La verdad era que, pese a su carácter, a Vicky se le daban mejor los engaños y las triquiñuelas que las conversaciones sutiles. Suponía que quieras o no todo se pega, y en algún lugar remoto de su memoria recordaba horas transportando criminales, y partidas de póker en la hoguera.