Partida Rol por web

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

Resultó sorprendente la gran cantidad de revelaciones aparecidas durante la urgencia y premura por liberar a todos los entubados y salir de ese lugar. Al parecer la mayor parte del resto de individuos recordaba con claridad los sucesos pasados, pudiendo poner nombres a todo el mundo, cosa que él no lograba. Sus recuerdos parecían llenos de tijeretazos.

Así que M. es Muxu... ¡Sí, ahora me acuerdo! Ya me parecía a mi. Y era... líder de algún pueblo o asentamiento, ¿no?, dudó mientras encontraba con dificultad recuerdos en los que la mujer les daba la bienvenida a una localidad. Al grupo de luchadores ya desaparecidos, no a estos. ¿Rift Warriors? Sí... sí... eso es. Así nos hacíamos llamar. Pero todos murieron excepto yo y..., comenzó a recordar mirando al tipo con la piel rosa. Y Shhh... Shhhh... demonios, no te chistes a ti mismo, ¿O acaso es su nombre?, preguntó confuso pero sabiendo que Piel Rosa le era muy conocido, chasqueando con los dedos mientras sentía que lo tenía en la punta de la lengua. ¡Shidi!, recordó a la par que el elfo tomaba la palabra, hablaba y no callaba, diciendo nombres por doquier.

Sí, el elfo también me suena. Lo conozco. Orejas puntiagudas, pelo blanco... E...Em... Emmmm... ¿Emanems? No. ¿Eminem? Nah, tompoco. ¿Embudo...? Por los Tres de Dweomer, no digas tonterías Daeron, gruño frustrado agarrándose las sienes. ¡Emilio!, recordó con una sonrisa, satisfecho de recordarlo, aunque pronto una tal Vicky Morrisona, o así la llamaban, y que le era vagamente conocida lo llamó Emil. Eso, para el caso lo mismo.

Y poco a poco pudo poner nombres a las caras de cada uno, conforme el elfo los nominaba. Algunos le sonaban más, otros menos, algunos nada de nada. El de la armadura Briaeros. Me suena. El enano Halberd, la otra mujer de ahí Alexa,... Thomas el pobre desfigurado, ¡Eso es, Thomas Covenant! Solía hablar mucho con él sobre algo. ¿De qué? Tijeretazo. Los últimos aun atrapados se llaman Raxus y Equilibrium, según dicen. No sé cual es cual.

- ¿El... Portal? - respondió preguntando, dando un respingo, sacado de sus pensamientos, cuando Emil le interpeló -. Lo siento, Emil. No recuerdo nada. Lo último que recuerdo es... - comenzó y fue incapaz de terminar la frase.

Diantres, Daeron, ¿Qué recuerdas? Recordaba episodios de un pasado lejano, donde formaba parte de un grupo llamado los Rift Warriors. Junto a él viajaba su amada esposa, Indira. No recordaba cómo él apoyaba al grupo o qué aportaba, pues esa parte estaba llena de tijeretazos, pero al parecer los dirigía en buena medida, obteniendo grandes logros... hasta el desastre contra el enclave de la Coalición. Allí perdió a su amada y a la mayor parte de sus amigos. Recordó soledad, la visita a una tumba sin cuerpos, un juicio indigno y cobarde, una expulsión ignominiosa de Dark Gate, un exilio junto a personas que no lograba situar. Quizás sean todos estos. Un brillo cegador que los envolvía a todos. Oscuridad.

- No recuerdo nada - sentenció abatido y cabizbajo unos instantes antes de volver a alzar la vista y pretender que cada nuevo liberado, aun confuso y débil, abriera la cápsula del siguiente cuanto antes para abandonar ese sitio cuanto antes.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

-Eso haré, elfo, cuando me termine de vestir- Respondió con acritud hacia Emil. Miró a Briaeros -¿Prioritario? Supongo que puede esperar treinta segundos que tarde en vestirme- Señaló al resto -Todos estáis vestidos, así que haré lo mismo-

Con rapidez, se acercó a la zona de las alacenas y se puso la ropa interior de color blanco neutro, sin sorprenderle que le fuese como un guante. Había también un medallón, algo importante para ella, muy importante, que evocaba lejanos y perdidos recuerdos sobre dos personas, dos amantes que la habían acogido y entrenado, o al menos a la persona que creía ser y que dudaba que fuera en realidad.

Con el corazón acelerado por la emoción y una ligera pena, se alejó del medallón y dando traspiés se acercó al tanque de Equilibrium, supuestamente el más novato del grupo llamado Rifts Warriors.

-Es hora de levantar, loco- Comentó en español antes de pulsar el botón verde, activando la secuencia de reanimación.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

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Al igual que otros había hecho, J.T. animó a Thomas a pulsar uno de los botones que activaban las cápsulas, el que quisiera claro, sin forzarlo. Antes, le acercó a su alacena, para que pudiera vestirse y quizá recuperar algún objeto personal. Le dejó allí, sabedor de que no precisaría más ayuda por el momento, y se deambuló por la estancia mientras una oleada de recuerdos comenzaron a volcarse en su cabeza. Apoyó una mano en la pared, sintió un leve mareo, pero se aferró a la verticalidad.

Recordó una escena en un piso, había un elfo albino y una mujer de buen ver aunque bastante terca y malhumorada. El peso de la conversación la llevaba Emil, sí, así se llamaba, empeñado en obtener algo de... ¿Quién era esta mujer de armas tomar? El nombre se le resistía. Estaba a punto de recordarlo, cuando otra persona bastante fea entraba en escena, él estaba muerto ya, lo supo aunque desconocía el motivo... ¿Quick? De pronto, percibió como el tiempo había transcurrido rápido a su alrededor mientras se había quedado totalmente quieto, abstraído.

— ¿Vicky? — Murmuró mientras Emil terminaba de vomitar hasta la última papilla. Se acercó al grupo y permaneció en silencio, escuchándoles. El elfo parecía tener sus recuerdos más en orden, le dedicó un gesto de camaradería, pues había recordado hace muy poco cierto contrato que le ofreció en aquel mismo piso. Y no solo eso, su memoria le situaba como el miembro más veterano de los Rifts Warriors. Poco tiempo transcurrió hasta ver salir a la señorita Morrisona, en efecto, la tal Vicky; Todo empezaba a verse más claro.

Shidi tuvo la prudencia de mirar hacia otro lado cuando esta, desnuda como no, se incorporó ayudada por su camarada albino.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

EQUILIBRIUM:

La pesadilla continúa.

Vuelven a despertarte de tu cálido sueño.

Esta vez, tu mente ya no es una tábula rasa, está llena de esos horribles falsos recuerdos.

Te enfadas, te asalta la locura.

Las máquinas se desconectan y desacoplan de ti. Eres desintubado. El tanque se vacía hacia los sumideros del fondo.

La puerta de plástico duro transparente se abre y puedes salir, pisar el frío suelo de metal corrugado.

Observas figuras de pie en la sala, tus "admirados" Rifts Warriors. O unos cuerpos que se les parecen mucho.

Te sientes irracionalmente furioso e intentas atacar, tu fuerza y reflejos artificialmente mejorados por los implantes cerebrales. Pero te paran, te frenan, dos figuras acorazadas que, sorprendentemente, son incluso más fuertes que tú. No puede ser.

Gritas.

El sueño ha terminado. Vuelves a vivir. Estás despierto, aunque hubieras querido dormir para siempre.

No es que haya cambiado mucho la cosa- murmuró sarcástico para sí Emil tras ponerse su ropa interior.- Armaduras para algunos, libros de conjuros, medallones, ¿y qué tengo yo? ¿ropa interior?

Y como si fuera un embrujo (lo que no era el caso) Glo-glu salió de su alacena a su hombro y, de inmediato, sintió la totalidad de los sentimientos que ambos compartían en ese peculiarísimo vínculo empático. Alegría, gozo, indignación, resentimiento... y Emil le envió dos: sorpresa y alegría. 

Bueno, al menos alguien se alegra de verme- pensó mientras dejaba que sus emociones llegaran a Glo-glu.

El elfo albino se giró y respondió al gesto de Shidi llevándose la mano a la frente, casi parodiando un saludo militar mientras guiñaba el ojo. Luego, al ver que Vicky pulsaba el botón verde del panel del tanque de Equilibrium, pero no se quedaba allí, se acercó para ayudar a Equilibrium a recuperar la cordura. Estaba fresca la sensación de mareo y naúsea, y no estaría bien que uno de ellos se volviera loco por completo. Y menos teniendo en cuenta que estaban en una zona en donde la radioactividad aumentaban a cada segundo.

- No te preocupes Daeron. Los recuerdos llegarán.- pensó en decir algo más mientras se concentraba en ayudar a Equilibrium, pero se contuvo. ¿Cómo estaría él si alguien le hubiera importado lo que le importaba... ¿cómo se llamaba?... no, era pedir demasiado... Su esposa Como le importaba su esposa a Daeron.- Por si te sirve de algo, a ti o a los demás, hubo una batalla, la batalla de Angstville, que los Rift Warriors ganamos a un alto precio. Pero fue una victoria pírrica y destrozó la estabilidad de la región. Nuestro enemigo más poderoso, la Coalición se removió como una serpiente, y nuestra gente, los ciudadanos de Dark Gate, se vieron obligados a expulsarnos. Y eso hicimos. Atravesamos el territorio salvaje durante muchos días hasta que finalmente la Coalición nos alcanzó en un cañón de piedra gris al noroeste de Dunston. Eran muchos. Muchísimos. Y les hicimos mucho daño pero perdimos a Noah y a Quick Silver. Por el combate, por las energías desplegadas, se formó un portal. Era atravesarlo o morir con lo que... lo atravesamos. Y aquí estamos. Equilibrium- dijo al recién despertado- estás entre amigos, somos nosotros, tus compañeros, los Rift Warriors. Habrá tiempo para explicar todo, pero debes pulsar ese botón verde y despertar a Raxus. Este lugar es peligroso y debemos irnos en seguida. Ahí detrás-  y señaló donde todos habían recogido sus escasos bienes- estarán tus cosas.

Falsos recuerdos. Falsos recuerdos como gusanos infectos que llenan un cerebro completamente destrozado y reconstruido. Falsos recuerdos que por ser falsos, sin embargo, no están menos incrustados en mi mente. Y ese ser, esa cosa horrible que me despertó solo para torturarme y volverme a dormir.

La calma del sueño se termina, la realidad quiere volver. ¿Otra vez van a torturarme? ¿O esta vez buscan que acabe todo? Hum... Esa opción no es tan mala.

Siento como no puedo respirar mientras doy un par de pasos fuera. Esta vez no me cogerán sin luchar, esta vez tengo un cuerpo completamente formado. Cuando salgo semicegado todavía, me lanzo a por lo que tengo delante. Pero alguien me sujeta, alguien más fuerte que yo. Eso es imposible, no puede haber nadie más fuerte que yo.

Mi mente se aclara por momentos y me fijo en los maniquíes que tengo delante. ¿Serán los auténticos Rifts Warriors o serán alguien tan falso como yo?

Empiezo a vomitar una sustancia viscosa, seguramente la que me ha mantenido con vida, mientras la primera ráfaga de aire viciado entra en mis pulmones. Entonces empiezo a reír desquiciado. Vaya con los putos Rift Warriors, a menudo espectáculo me habéis traído.

Todavía me siento débil pero empiezo a ser consciente de mi entorno y de un par de hechos, que quedan tres cámaras donde solo hay una con un botón verde (aunque me pregunto qué pasaría si pulso una de las otras) y que los demás llevan algunos una ropa interior y otros una armadura mientras yo voy completamente desnudo.

Me inclino de hombros y me giro hacia el tanque que sigue lleno y su botón verde. ¿Habéis probado a ver qué pasa si pulsáis uno de los botones rojos? pregunto, planteándome realmente la posibilidad de hacerlo.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

Con la boca apretada y los ojos entrecerrados, Alexa escuchó la explicación de Emil a Equilibrium. ¡Claro! Eso era...

No es que regresaran os recuerdos, es que de golpe se señalaban en su memoria con el dedo, resaltándolos. O era como si una única neurona atareadísima hubiese tenido que ir abriendo miles, millones de archivos intentando dar con los que necesitaba, hasta que el elfo se los había señalado.

-¡Vaya, Emil... claro! 

Y allí estaban, todos, de nuevo. Los Rifts Warriors... sólo que...

-Pero ha habido cambios, ¿eh? Nos han... rehecho. Ni idea de cómo, quizá a partir de una sola célula nos habrán clonado, pero, ¿de dónde han sacado los recuerdos? Nos han reeditado, hasta un brazo amputado está otra vez ahí, o las armaduras.

No su ropa, aquella muda de ropa interior era un chiste. Por lo menos había recuperado su colgante... 

Sin embargo estaban todos los que habían cruzado, y ahora, estaban de nuevo en peligro. La radiación. Se les agotaba el tiempo. Ya habría ocasión, si la había, de plantearse enigmas. Ahora salir de allí apremiaba. Pero antes, ¿Quién demonios eran los dos cadáveres? ¿Dos Rifts Warriors también? Se acercó a la cápsulas, a mirar.

-¿Alguno los reconoce...? ¿Emil, tú que estás más lúcido que el resto?

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

Ya más centrada y con el medallón en su poder, Vicky se acercó al grupito de los 'Observadores'.

- Sí, creo que esa es la clave... ¿Alexa? - Se pasó la mano por la frente, azorada. - Nos han vuelto a hacer, metiéndonos los recuerdos en la cabeza como una pala, o eso parece. - Levantó su brazo izquierdo, cosa que le costó una barbaridad. - Esto no  debería de estar aquí, no al menos de carne y hueso, tengo imágenes en la cabeza de que el mio lo perdí y me lo reemplazaron por uno robótico. -

Al comentar aquello, el dolor lacerante le volvió a sacudir.

- Arrancado, o más bien comido, por algo parecido a un lagarto gigante. ¿Me equivoco? Es muy dificil cuando se indaga de manera profunda en los recuerdos. - Suspiró - No sé si seguimos siendo los mismos de antes, copias artificiales para un propósito o un simple corta-pega mal hecho por vete a saber quién y en dónde. -

- Pero aquí estamos, vivos y coleando, eso es suficiente para hacer lo que tengamos que hacer, levantarnos y seguir nuestro camino, juntos o separados ya se verá, pero lo principal es estar juntos al menos hasta averiguar dónde estamos y como hemos llegado a este lugar. -

MOMENTO: DESCONOCIDO.

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—Nos perseguían, no había posibilidad de victoria, saltamos por una grieta y luego... nada más —dijo Thomas con voz queda, para él cambiar de mundo era mucho menos novedoso que para el resto. Su conciencia había viajado a otros cuerpos en el pasado, de un escritor enfermo a un mago joven que había acabado por ser uno de los Rifts Warriors.

—Mi cara es diferente, está menos dañada. Algo ha pasado con nuestros cuerpos, pero los objetos no son copias, son genuinamente nuestros. —Respiró con profundidad mientras volvía a mirar el anillo que tenía en su mano—. La magia funciona diferente aquí, lo noto y seguro que no soy el único.

Otros de sus compañeros tenían aptitudes mágicas como él, seguro que habían percibido diferencias en el ambiente, era algo que resultaba obvio para cualquiera con un mínimo de percepción mística.

Ahora que había pasado el tiempo y sus vomitonas habían terminado su cuerpo comenzaba a sensibilizarse con el ambiente que le rodeaba. Sentía algo de frío y un aire asfixiante,  movió sus pies para entrar en calor y se cruzó de brazos intentando hacerse un ovillo. 

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

- Tal vez sean cuerpos nuevos... o tal vez los hayan regenerado por completo. En todo caso mi conciencia es la misma y, aqui, mi compañero- dijo haciendo un gesto a Glo-glu- tiene muy claro que soy yo. Con eso, por ahora, me debe bastar. Nos debe bastar.

Guardó un momento de silencio y miró con seriedad a Equilibrium.

- Podrías matar a Raxus si hicieras eso. A un hermano. Por lo que sabemos, por ahora, cada uno solo puede pulsar un botón. Si das a uno de esos botones rojos, tal vez no puedas sacar a Raxus de su prisión. Y eso sería igual que matarlo. Libéralo primero, y si luego te apetece pulsar botones rojos, o al propio Raxus, no creo que sea la mejor opción pero...-  se encoge de hombros en vez de terminar la frase.

- Creo que seguimos siendo los mismos, Vicky. Y somos amigos, y una muy buena unidad de mercenarios. Separarnos sería una locura, aunque tal vez según el lugar en que estemos sea conveniente crear dos unidades para revisar este lugar y obtener información lo antes posible. Sea como sea, lo primero es lo primero. O sea, liberar a Raxus, salir de esta habitación que parece peligrosa, y buscar, con un poco de suerte, armas con las que poder sobrvivir a la región, mundo, o plano de la existencia, en el que estemos.

Tras terminar de hablar revisa, con más calma, el lugar en donde se encuentran, buscando sobre todo cualesquiera salidas. Si hay que salir, hay que salir... pero sería perfecto no tener que abrir huecos en las paredes, techo o suelos.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

Halberd estaba quieto con su maletín de herramientas escuchando muy atento la conversación. Conforme iban hablando, algunas piezas iban encajando con mucho esfuerzo, casi a presión en su cerebro. Pero tenía demasiadas lagunas... ¿Rift Warriors? ¿La batalla de Angstville? ¿Un portal? ¿Cuerpos nuevos...? 

Las preguntas se agolpaban en su cabeza, atropellándose unas con otras. El suelo empezó a moverse de nuevo ligeramente bajo sus pies ante todos los datos que Emil iba exponiendo. Sentía rechazo hacia ese elfo por algún motivo, el más probable porque precisamente era elfo, pero a pesar de ello lo que decía tenía cierto sentido en su cabeza y le ayudaba a recordar. Aunque le resultaba muy inquietante y horrorizaba no ser la versión original de él mismo, sino una copia...

Se obligó a apartar esos pensamientos y centrar el foco de atención en lo que tenían delante. Quedaba un Rift Warrior por sacar, la radiación aumentaba poco a poco y otra puerta situada al otro extremo de la sala alargada llevaba a lo desconocido. A eso debía agarrarse.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

La mística, mientras esperaba que reanimaran a Rexus, y ante la callada por respuesta que tanto Emil como los demás le habían dado a su pregunta acerca de los otros dos cuerpos, se acercó a la Cápsula número 13. Era una de las dos que contenían un cadáver, y se quedó un momento pegada al cristal, intentando atisbar de quién podía ser el cuerpo.

No lo vio enseguida, pero al cabo de un rato se apartó, conmocionada. No conocía al hombre, pero una extraña sensación de aprensión la invadió, de modo inexplicable. La visión la perturbó enormemente, pero no sabía por qué.

-¿Quién... diablos es... era?

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

Emil se fija en la duda de Alexa y mira, por un instante, al lugar donde están los dos cuerpos. A pesar de eso, no se acerca a ellos, como si le molestara. O le entristeciera.

- Solo puedo suponer... como he dicho, en el combate cuando terminamos metiéndonos en un portal cayeros dos de los nuestros: Noa y Quicksilver. Si son esos cuerpos, y lo normal es que lo sean, vendría a probar, de alguna manera, que seguimos siendo lo que éramos. Que de alguna manera no llegamos a morir. No del todo. Ellos, después de todo, sí murieron, y a lo que parece, no han podido "recuperarlos"- tras las palabras guarda silencio y carraspea, luego mira a Alexa.- Perdona que no te contestara de inmediato. No es agradable.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

Miro con más detenimiento el cuerpo que tengo delante, la forma en que los aparatos están conectados a su organismo. Lo cierto es que me parece obscenamente fascinante esa tecnología.

Miro hacia una de las cabinas con el botón rojo, quizá al pulsarla se liberaría el agua y podría investigar un poco más de cerca está tecnología. Pero lo que dice el elfo albino en realidad es cierto. Ese nombre poco a poco está calando en mis recuerdos, obligándome a recordar que es un Rift Warrior. Como yo.

Chasqueo finalmente la lengua y, haciendo un amago por un momento de irme a una de las otras cabinas, acabo pulsando el botón verde de la cabina de Raxus.

Ups, me equivoqué de botón digo mirando a los demás y acercándome a la mesita que estaba frente a mí cápsula, no porque me moleste estar desnudo sino más bien porque empiezo a tener un poco de frío y esto es algo parecido a ropa. Por lo menos que no se me congelen mis pendientes reales.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

RAXUS:

Las drogas son buenas.

Estás vivo. La maquinaria retrocede y te desintuba. El tanque de nutrientes parece vaciarse a cámara lenta.

Evalúas las amenazas, el exterior del tanque está lleno de gente. Tendrás que pasar a la acción en cuanto salgas.

El tanque se abre, sales, pisando con fuerza.

Escupes un gargajo gigantesco contra una pared, eliminando lo que parecen litros de mucosidad.

Dos figuras acorazadas parecen querer ayudarte, las rechazas con fuerza, casi haciéndolas caer. Son fuertes, pero si decidieras desatar toda tu furia podrías romperlos a ellos y a sus preciosas armaduras.

Ruges como una bestia monstruosa, haciendo temblar las paredes y el suelo.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

Oscuridad. A Raxus solo le rodeaba una fría oscuridad. No había luces de ningún tipo, ningún sonido, solo una vacía e inquietante oscuridad. ¿Aquello era la muerte? ¿Estaba muerto? Tampoco es que por la mente de Raxus pasará algún tipo de reflexión. Estaba solo en su oscuridad.

Y de pronto se hizo la luz. Empezó a notar una extraña sensación como de "succión" y de pronto en un abrir y cerrar de ojos cayó al suelo, todo empapado de una extraño líquido. No podía respirar y empezó a toser profundamente, escupiendo todo aquel líquido de sus pulmones. Cuando notó que sus pulmones empezaban a funcionar y coger el aire del entorno, el bárbaro solo pudo hacer una cosa

AAAAAARRRRRGGGGGG- rugió más que gritó, mientras comenzaba a mirar a su alrededor. De pronto dos figuras se acercaron hacia él y de un rápido movimiento se zafó de ellas. Se puso en pie, estuvo apunto de resbalar -puto liquido- y alzó los puños.

POR LAS BARBAS DE MIS ANCESTROS, UN PASO MÁS Y OS REVIENTO LA CABEZA- grita amenazante dispuesto a lanzar un golpe al primero que se acercase hacia él. Durante unos instantes solo hubo silencio, hasta que de pronto empezó a notar cierto frío en su cuerpo. Miró hacia abajo y descubrió que se encontraba completamente desnudo- ¿Y DONDE COJONES ESTÁ MI ROPA?- preguntó finalmente, sin bajar su postura agresiva en ningún momento. 

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

Emil observó a Raxus sin "mucha" preocupación. Al fin y al cabo todos ellos tenían su reputación, sus formas, sus características. No iba a amilanarse después de todo lo que llevaban vivido y más cuando cada cosa que sentía le hacía pensar que, más que alguna clonación, lo que les pasaba era algún tipo extraño de reencarnación, o de restauración total.

O algo por el estilo. En todo caso, daba un poco igual. Si era un clon, lo era. Nada de lo que pensara iba a cambiar eso, pero ahí estaban sus recuerdos, otra vez ordenados en esa cabeza que tantos pensaban caótica pero que, desde hacía tantos años, había remodelado con voluntad y esfuerzo.

- Lo que no es incompatible con cierta gracia, garbeo y ánimo de comedia, por supuesto. Ni con seducir en la medida de lo posible a toda mujer suficientemente atractiva.

En todo caso no era el momento para pensamientos tan gratos, así que se obligó a centrarse.

- Raxus, somos nosotros. Tus compañeros, tus hermanos de armas. Los Rift Warriors. No sé muy bien cómo, pero hemos sobrevivido. Cada uno con un nivel distinto de recuerdos y de conciencia, ciertamente-  empleaba el elfo albino un tono lento, pacificador, aunque lleno de cierta musicalidad divertida que iba muy a tono con su espectacular belleza. Aunque, desgraciadamente, Emil era lo bastante consciente de dicha belleza como para que resultara menos simpático de lo que hubiera sido de prever.- Todos hemos despertado en uno de esos tanques, desnudos. Allí- dijo señalando donde debían estar las cosas del enano titán- deberías encontrar "algo de tu talla". Si tienes suerte una armadura, y si no, ropa interior. Y quizás, si eres muy afortunado, algún objeto importante- había un tono divertido en las palabras del elfo, como si intentara dar ánimos o como si, de alguna manera, todo fuera una broma privada que le gastaba alguna deidad malevolente.- Por lo que algunos de nuestros compañeros nos han contado, esta zona se está convirtiendo en radioactiva. Sería conveniente marcharnos pronto de este lugar. Por otro lado... entiendo que esos dos botones rojos son para liberar los tanques que contienen los restos mortales de nuestros difuntos compañeros, Noa y Quick Silver, que cayeron en nuestra última batalla. Es evidente que no se han recuperado y, por eso, yo no los tocaría. Quizás alguna vez puedan recuperarse... aunque la verdad es que lo dudo.

Tras el parlamento miró a Raxus con curiosidad, dudando de si lo reconocería y de cual sería su reacción.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

-De acuerdo, Emil. No es agradable.

Sí. El elfo guaperas tenía razón. Empezaba a recordar a QuickSilver, pero, sobre todo, recordó a Noa. Noa, su chiquilla, su dolor de cabeza perpetuo. Agradeció a los hados que se hubiera acercado al tanque que no era. La visión allí dentro de Noa, habría sido mucho más perturbadora, y eso teniendo en cuenta lo muy perturbadora que ya había sido en sí misma la visión del otro tanque.

Suspiró, y se frotó los brazos. Había buscado por toda la aséptica sala de Recuperación, pero no había ni un maldito trapo de limpieza. Mucho menos nada que ponerse encima. Cansada de todo aquel ritual repetitivo, soltó de malhumor: 

-Hace un frío que pela, algunos os han dejado vestiditos y armados, pero a otros nos han dejado casi en cueros. -Se giró hacia el enano recién incorporado, nunca mejor dicho, y le espetó con ya muy poca paciencia- ¡Venga, joder! ¿No te das cuenta? Mientras te quejas como una niñita de que se te ve todo, nos estamos muriendo fritos por la radiación. Métete tu muda, coge lo que tengas que coger de tu alacena, y larguémonos de una vez!

MOMENTO: DESCONOCIDO.

LUGAR: ÁREA DE RECUPERACIÓN.

Ante las palabras de Emil, poco a poco, la nebulosa de su mente comienza a disiparse y empieza a tener pequeños recuerdos del grupo.

Rif Warriors...- su actitud amenazante comienza a desaparecer mientras en su cabeza empieza hacer verdaderos esfuerzos por recordar- creo que ya voy recordándoos- aquel grupo no era hostil, eran sus compañeros de equipo- jajajaja, pues volvemos de nuevo a las andadas- dice, ya más relajado- ¿donde coño estamos? 

Tras esa pregunta, oye el comentario de Alexa:

Coño, haberme liberado antes. Primera noticia que tengo que hay radiación aquí- se dirige hacia su “taquilla”, buscando su ropa y demás equipo.