Partida Rol por web

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: POR LA POSICIÓN DEL SOL: POCO ANTES DE MEDIODÍA.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Le hubiera gustado decir que no era una idea prudente el combatir, remarcar que no estaba en las condiciones óptimas para vacilar o intercambiar golpes. Eran los Rifts Warriors, pero no lo eran. Sus capacidades estaban mermadas y aunque en su cabeza siguieran siendo aquel grupo heterogéneo de héroes, en el mundo que habitaban eran unos vagabundos semidesnudos que no tenían mucha autoridad.

No tenía problemas en ser robado, en el pasado lo había sido, en su primera vida. Una noche volviendo a casa tras una larga jornada de whiskys un tipo encapuchado le apuntó con un arma y Thomas como una persona consecuente le entregó el dinero de la cartera. En aquel tiempo no era un ley line walker, no había combatido nunca y la magia ni existía en su mente. Ahora todo era diferente y no le pedían un poco de dinero, lo que querían esa banda de desarrapados mugrientos era su anillo de compromiso. Aquel anillo que anclaba su deteriorada consciencia a su cuerpo, aquel anillo lo era todo y no iba a permitir que se lo arrebataran.

Callahan dijo algo desafortunado, Thomas no lo escuchó con claridad, sus pensamientos hacían demasiado ruido. El combate empezó y él dudó. Desarmado y sin magia era torpe, casi inútil, pero algo debía de hacer. Miró su anillo, miró a los enemigos, no había opción de victoria. Mientras sus compañeros eran apalizados presentando una fútil resistencia, él se quitó el anillo de su dedo anular y con aire desafiante se lo tragó mirando a los bandidos a la cara. Para dejar claras sus intenciones hizo un corte de mangas a aquellos vulgares salteadores.

Había actuado movido por el calor del incipiente combate, pero mientras tragaba saliva para hacer que la alianza bajara por su garganta la racionalidad apareció. La victoria no era posible, eran más, mejor armados y les habían pillado por sorpresa, la única oportunidad era negociar.

—¡Parlamento! —gritó Thomas esperando que su palabra detuviera el conflicto. No lo hizo, lo único que logró es que uno de aquellos apestosos le apuntara y le exigiera quedarse quieto.

Por ahí no iba a pasar, así que armado de locura más que de valor cargó. Lanzó un más que decente puñetazo a la barbilla de uno de los enemigos para acto seguido ser apaleado por la multitud.

EL GRUPO SEGURO:

TRAS UN PERIODO DE TIEMPO INDETERMINADO.

​​​​​​MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: POR LA POSICIÓN DEL SOL, ANTES DE MEDIODÍA.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

No debimos meternos en un combate perdido. Ahora Muxu será apresada y vete a saber lo que la harán hasta que consigamos encontrarla. Al menos conservo mi hacha. Ese es uno de los últimos pensamientos que tengo antes de que la oscuridad envuelva mi mente.

Visiones de otra época, de otro mundo, se arremolinan en mi cabeza. Y lo malo es que no estoy dormido para pensar que el despertar acabe con todas las pesadillas.

Intento buscar un resquicio de cordura entre tanta locura, y aunque apenas consigo encontrarlo al final veo una pequeña luz en dónde se refugia mi mente torturada.

TRANSCURRE UN LARGO RATO:

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: OCASO.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Ruido. El golpe de Alexa había acabado con uno de los guardias pero había hecho ruido. Y Vicky ya había atacado a otro. Mientras las últimas palabras de su último truco morían en su mente recién formuladas, Emil, que notaba como algunas de sus numerosas heridas mejoraban, hizo un gesto a Raxus y a Shidi.

Era ahora, o nunca. Se movió todo lo rápido posible, deseando lograr eliminar a alguno de los enemigos antes que fuera tarde.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: OCASO.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Vicky iba a apoyar a Alexa para rematar al centinela, y luego indicarle el siguiente objetivo que hubiera sido el bandido que estaba encima de Briaeros. Todo se fue al traste cuando la mística lanzó aquella jabalina, mortal para su enemigo y quizás para ellos al hacer el ruido suficiente como para alertar a la mayoría.

No se podía hacer más salvo luchar hasta la muerte.

Se acercó a uno de los que estaban durmiendo y descargó el martillo sobre él. Su enemigo gimió de dolor pero aún con vida. O entraba el resto a degüello, o estaban muertos todos.

Habló en American.-Haced ruido, que crean que somos más ¡Sin cuartel!-.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: OCASO.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

La suerte estaba echada, el grupo había decidido vengar la afrenta sufrida por sus compañeros y llego donde se encontraba el enemigo, dispuestos y motivados. Shidi aún tenía muy en mente la horrible escena de canibalismo narrada por Vicky, que había afectado profundamente al ex-comando, hasta el punto de estar pensando en devolver aquello, aún no sabía como. La táctica a realizar estaba ya discutida, cada uno ocupó su puesto y entonces, la guadaña comenzó a oscilar... Se mantuvo la posición hasta que la fiesta comenzó y todos, absolutamente todos, bailarían.

Alexa no falló, de un lanzamiento certero se cobró la vida de su objetivo, pero no fue la asesina silenciosa y eficaz que hubiese querido ser aquella noche. La ranger fue la primera en entrar en confrontación, lanzando un golpe de martillo que no fue lo suficientemente letal como para acabar con su objetivo. Con la alarma ya dada, tanto Raxus como Emil salieron como resortes hacia adelante, seguidos de su acorazado compañero, quien profirió de manera gutural y a pleno pulmón, gritos en hallit, ese idioma que dominan los bárbaros y que recientemente había aprendido. No dijo nada trascendental, tan solo expresó el antojo por las cabezas de aquellos malnacidos.

La balanza comenzaba a equilibrarse, pero la función no había hecho más que comenzar, aunque algunos de los artistas cayeran antes de poder recibir los aplausos.

Al elfo llamado Emil, dos veces apaleado, siempre en nuestros corazones.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: OCASO.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

No era una guerrera, estaba claro. ¿Quizá una exploradora? Curandera. No, era una Medium. 

Medium.

Entonces, ¿qué estaba haciendo con una lanza en una mano y un cuchillo en la otra, atacando a esos bandidos cabrones que habían acabado con la vida de sus compañeros? 

Vengarse. Pero por deseada que fuera la venganza, por deliciosa la muerte del enemigo, no garantizaba la habilidad propia. Y justo, la lanzada había impactado, pero había alertado a todos los durmientes. Malo.

Recogió la lanza y salió corriendo hacia el siguiente, no había tiempo de reflexiones. Los demás habían encendido motores, ya no había factor sorpresa. Empezaron a caer...

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: OCASO.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Vicky no tuvo piedad ni siquiera durante un instante. Ella era una fiera defensora de la justicia y lo que era bueno en el mundo, pero aquellos tipos no merecían nada de eso. Tan solo una muerte rápida como mucho.

Alexa había recibido una carga por parte de uno de aquellos bandidos, pero la médium había conseguido esquivar la daga de aquel bastardo. Con un grito de furia, la justice ranger estampó el martillo en el pecho de su oponente, hundiéndole el esternon y matándolo en el acto.

-¡They're ours, Rifts Warriors! ¡Let none remain alive, avenge our brothers!-. Gritó en American, arengando a sus compañeros.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: OCASO.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Raxus observó el campo de batalla con detenimiento. Allí vio a los hombres que habían acabado con la vida de sus compañeros, tan relajados que no sabía lo que les vendría en poco tiempo. Sin embargo, su vista se fijó en que ocultó bajo los matorrales hacia el oeste se encontraba un cuerpo ¿inconsciente? de Equilibrium. Iba a indicarlo en susurros a sus compañeros pero ya se habían puesto en marcha en su ataque en sigilo. El enano sabía que en esa situación poco podía hacer: el sigilo no era su fuerte y si movía de su posición estaba seguro que le pillarían en un abrir y cerrar de ojos. No, lo mejor era permanecer resguardado y esperar a que sus compañeros necesitasen su ayuda. Solo entonces cargaría hacia el enemigo. 

Aprovechando su posición, también se dio cuenta que los huesos que habían cerca de la hoguera era más de un cerdo que de un cuerpo humano. Así que no eran caníbales esos tipos después de todo, o al menos lo que veía no indicaban tal cosa.

Sin embargo, todo aquello quedó en segundo plano cuando de pronto el sigilo se fue al garate y los bandidos comenzaban a despertar. Era el momento de ellos. El enano sin mediar palabras cargó lleno de una furia homicida hacia el frente, encontrando su hacha la cabeza de uno de sus enemigos, cayendo en el acto. Uno menos, más no había tiempo para parar. Un paso hacia un lado y volvió a colocarse ante un nuevo enemigo que no tuvo tiempo de reaccionar ante el golpe furioso del enano que atravesó su pecho con suma sencillez. A su alrededor se oían ruidos de combate y gritos de sorpresa y dolor. Entendía el enano que sus compañeros estaban haciendo lo propio y matando a sus enemigos. Y eso era bueno. 

Raxus se fijó que a cierta distancia había un nuevo enemigo y sin mediar palabras cargó hacia el. Un golpe rápido y su cabeza quedó cortada. El enano sonreía feliz: si moría hoy desde luego iba a ser llevándose a todos los que pudiera. Y con eso en mente, cargó como un loco hacia el enemigo que se encontraba luchando con Vicky, cortando la cabeza del bandido con furia. Y de pronto un cansancio invadió el cuerpo del enano que tuvo que sentarse en mitad del combate para recuperar las fuerzas. Afortunadamente para él, el combate había terminado con la victoria del grupo.

La venganza había sido saldada. 

__________________________________

Tras recuperar el aliento, Raxus ayudó a sus compañeros a llevar el cuerpo de Shidi a las hogueras, mientras comenzaban a investigar el campamento. Primero, tenían que comprobar el estado de sus compañeros a los que fueron a vengar. Muxu y Thomas, a pesar de sus heridas parecían que seguían vivos. No podía decir lo mismo de Briaeros, Halberd y Xavier. No encontraron el cuerpo de Equilibrium pero el enano recordó que había visto el cuerpo escondido en unos matorrales. Prestó, fue a buscarlo esperando encontrarlo con vida.  

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: OCASO.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Finalmente el combate había terminado, con victoria para ellos, pero a un alto precio. Shidi yacía en el suelo con el pecho perforado, sumándose a la larga lista de bajas ¿Para siempre? Esperaba que no fuera así, y que o bien Raxus o Alexa tuviera algún tipo de conocimiento de primeros auxilios. Se decantaba más por la segunda que por el primero.

Así fue, la mística comenzó rauda a tratar la peligrosa herida del comando, con buena mano y seguridad, sacando a Shidi fuera de peligro, o al menos es lo que la ranger pensaba.

Pero no era el tiempo de quedarse mirando, había muchas cosas que hacer y no mucho tiempo para ello, los bandidos habían dejado un muy buen botín y debían aprovecharlo, armarse y protegerse para aquella noche que se avecinaba gélida y en cierta medida terrible.

-Alexa, Raxus-. Les dijo cuando el enano terminó por traer a Daeron y sorpresivamente a Equilibirum.-He seleccionado ropas, vestíos con ellas para el frío nocturno, también hay armaduras, hay que protegerse para lo que venga esta noche o los días posteriores, si puedes, Raxus, usa la que parece más robusta, eres nuestra principal baza ofensiva ahora mismo, y si no te queda bien ajustada que sea para Alexa, yo me apañaré con una de estas de cuero-. Miró a la mística -Ahora mismo tus manos son vitales para salvar al grupo, Alexa, necesitas estar bien protegida-. Le sonrió, amistosa, no quería que la mística se sintiese minusvalorada o algo por el estilo, no, tan solo quería asegurarse de que estuviera lo mejor preparada en aquel momento.

-Retiraré los cadáveres y pondré los heridos juntos al fuego, luego amontonaré todo lo que podamos llevar para mañana, teniendo en cuenta que si debemos cargar con nuestros compañeros, tendremos que dejar mucha carga aquí, así que tomad lo que consideréis oportuno, por mi parte usaré una ballesta y la espada de ese tipo-. Señaló el cadáver de Agrio.

-Montaré guardia durante toda la noche, Raxus, necesitas descansar lo máximo posible, gran parte de la victoria es obra tuya, estas fatigado y herido, te necesitamos fresco para que mañana nos lleves a algún sitio seguro-.

Por último, se acercó de nuevo a la mística, poniéndole una mano en el hombro, cálida -Tengo que darte las gracias, Alexa, eres el ángel salvador de todos nuestros compañeros caídos, se que no hace falta reconocértelo, pero necesitaba hacerlo-. Le dio un abrazo rápido y sincero.-Sin ti, muchos morirían a lo largo de la noche, gracias-.

Volvió a su tarea, retirando muerto y apilando pertenencias así como madera para la hoguera, y en medio de todo el proceso, una pregunta le afloró en la cabeza.

-Alexa ¿Crees que alguno más sigue vivo?-. Preguntó la ranger antes de proseguir.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: OCASO.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Raxus había recuperado algo de sus fuerzas, y tras ver el panorama general, no había ido tan mal después de todo. Cierto era que habían caído alguno de sus compañeros, pero habían podido salvar a más de lo que esperaban, a la par que habían acabado con los nuevos enemigos sin sufrir graves pérdidas -bueno, era verdad que Emil había caído de nuevo, pero, no se puede esperar nada en condiciones de un elfo-. 

No te voy a negar lo del descanso- dijo a Vicky- estoy bastante molido después del combate. Miraré si alguna de las armaduras me quedan bien si, sino tendréis que repartírosla entre vosotros. También necesitaría algo de ropa, pero eso lo dejo a vuestro criterio, puesto que quizás eso lo necesitéis más que yo. 

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: ALBA.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Los doce Rifts Warriors pasaron la noche apretujados alrededor del fuego mientras Vicky montaba guardia y escuchaba los coyotes a lo lejos.

Afortunadamente, no se produjo ningún ataque nocturno, y Alexa pudo atender sin sobresaltos a los más heridos.

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: ALBA.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Las pesadillas se suceden una tras otra en una sucesión que parece no tener fin. Sin embargo parece que al final empiezo a abrir los ojos.

Lo primero que noté es una tremenda sensación de dolor por todo el cuerpo. Supongo que todavía seguiré tumbado entre los matorrales, aunque pronto debo descartarlo al notar el calor a mi alrededor. ¿Acaso los bandidos me descubrieron y ahora soy su prisionero?

Abro lentamente los ojos pero pronto respiro aliviado al comprobar que son el otro grupo que parece que llegaron bastante mejor de lo que podía haber imaginado. Y no solo eso, una pila de cadáveres en un lateral del "campamento" indica que se vengaron a base de bien de nuestros enemigos. Por desgracia también debo ser consciente de la cantidad de Rifts Warriors tumbados y aparentemente heridos.

Lanzo un suspiro y aparto la manta, aunque la recupero enseguida al notar el frío de la mañana golpeando mi piel desnuda. Abro la boca pero la noto pastosa y me es difícil hablar. La muevo un par de veces y por fin consigo recuperar el habla. Hola, amigos. ¿Tenemos algo para comer y beber? Lo cierto es que me muero de sed. Y si hubiera algo de ropa ya sería maravilloso.

Desconozco si habrán recuperado los objetos de los bandidos, pero la verdad es que no me vendrían nada mal varios de ellos con los que volver a sentirme un auténtico Warrior... en la medida en que, en nuestra situación, pueda sentir que soy algo auténtico y no una mala copia.

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: ALBA.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Muxu abrió los ojos súbitamente y miró al rededor respirando agitada. ¿Dónde estoy? Estaba tapada, cuidada, al lado de una hoguera, solo podía significar una cosa.

Intentó levantarse y un punzón en la espalda allí donde había sido apuñalada la hizo doblarse del dolor. El calor del fuego a su costado era agradable, y pudo notar su libro de hechizos junto al vibro-cuchillo, pero los ignoró totalmente al ver algo más importante.

-Hal...- decía mientras se arrastraba hacia el tecnomante enano. Tomó una de sus manos y le acarició la frente con la otra, estaba inconsciente. -Mi gran compañero, resiste...-

Encontró con la vista a Alexa revisando las heridas de alguien más, todos estaban allí. A juzgar por las ojeras de la mística había estado toda la noche en vela haciendo lo imposible por salvarlos. Al verla, la intranquilidad en el rostro de Muxu se tornó en un gesto apacible y de puro agradecimiento. -Amiga mía... gracias... eternamente gracias. ¿Cómo puedo ayudar?-

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: ALBA.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

No había habido sobresaltos ni ataques ni... por suerte, muertes. Que tal y como estaban las cosas a Alexa no le hubiera extrañado.

Después de un reconfortante y, por qué no decirlo, emotivo abrazo que Vicky le había dado ("...quita, quita, estamos juntas en esto, ¡no tienes que agradecerme nada! Y sí, creo que están vivos, ¡todos ellos!"), la solitaria, independiente y aparentemente siempre malhumorada Alexa se había pasado la noche, al igual que Vicky, en vela. Las dos mujeres tomando las riendas, la ranger velando por la seguridad, ella, por la salud.

Pero ahora, en que el día había despuntado y empezaban a abrirse muchos pares de ojos vidriosos por el dolor, la mística sintió el cansancio. Era mucho más fuerte de lo que parecía, su cuerpo liviano y frágil, pero aún en su debilidad la adrenalina fluía por sus arterias con una fuerza llameante... hasta que se derrumbaba. Y no podía permitírselo. De modo que cuando Muxu despertó, y agradecida se ofreció a ayudar, no dudó un segundo.

-No seas boba, tú habrías hecho lo mismo, somos un equipo. No, una familia. -Nunca habría pensado que diría esto, nunca antes. Pero lo sentía, por primera vez, y aún con todas las lagunas de memoria que aún había en su cerebro como agujeros sin fondo, que era cierto, que eran algo más que simples conocidos.- Pues me vendrá bien una siesta, ni que sea corta. Cuida que todo siga tranquilo, y si hay algún cambio, no dudes en despertarme.

Se giró hacia Equilibrium, contenta. 

-¡Buenos días, dormilón! Pregunta a Vicky, ella lleva la cuenta. -Señaló hacia la ranger, a la que vio ojerosa y cansada.- Tómate un descanso, mujer, que te has pasado toda la noche alerta. Ellos pueden vigilar ahora, y avisar si hay alguna amenaza. Luego nos pondremos al día unos con otros, pero mejor que todo el mundo se reponga primero.

Y cogió otra de las esterillas y una manta, y se medio tendió junto a la hoguera.

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: ALBA.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Le dolía hasta el alma si es que tenía, recordaba la sensación de estar apaleado y dolorido. Recordaba las dos veces que le había volado la cabeza, bueno no lo recordaba con fluidez pero su mente se había encargado de rellenar los huecos con algunas imágenes confusas y aleatorias. En aquella ocasión todo había sido diferente, aunque la primera cara que encontró al abrir los ojos fue la misma.

—¿Alexa? —dijo dubitativo, no estaba seguro de que la mística estuviera allí de nuevo—¿Ganamos? —preguntó realmente extrañado.

Intentó hacer memoria de los últimos sucesos: golpes, ruidos, gritos y negrura. Tardó unos segundos en ordenar la secuencia correcta en la que habían sucedido tales cosas. Cuando lo hizo intentó tragar para humedecer sus labios y garganta antes de volver a hablar.

—No quisieron dialogar, la cosa se puso fea enseguida y no íbamos muy armados. Fue feo verlo, pero pegué un puñetazo impresionante Alexa, hubieras estado orgullosa. Me sentí como Larry Holmes, que es un tío que pegaba buenos puñetazos, seguramente no te suene, es de mi lugar de origen. Luego me dieron como a un cajón que no cierra y no recuerdo mucho más...

Había gesticulado todo lo que había podido, incluso había imitado de forma terriblemente pobre el puñetazo que dio y que poco se asemejaba al de un boxeador profesional. Se frotó los ojos con cierta pesadumbre y sin demasiado brío.

—Empiezo a estar cansado de recibir palizas, prefería ser escritor. 

De golpe su cabeza conectó dos cables que hicieron chispas y trató de incorporarse con más esfuerzo que atino.

—¿Cómo están los demás? ¿Están todos bien? ¿Vivos? —dijo visiblemente preocupado, temía que alguno de sus compañeros hubiera sido herido de forma fatal.

—¿Hay algo de ropa por ahí? ¿Y algún arma que sobre? Me duelen los nudillos la verdad...

Tras hacer aquel esfuerzo dialéctico Thomas se volvió a acostar para recuperar un poco las fuerzas, antes de ponerse en pie de nuevo. Necesitaba un poco de descanso.

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: ALBA.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

-No-. Contestó la ranger a Alexa cuando esta le indicó sobre dormir.-No puedo dormir ahora mismo, no hasta que estemos en algún sitio medianamente seguro-. Miró a los solicitantes de material.

-Lo siento, Xavier, Emil, no hay más ropajes, poneos una de las armaduras si queréis, yo os puedo dar estas pieles de bárbaro, eso sí, calzaos, los que aún no han despertado no los necesitarán de momento. Las mantas y esteras serán principalmente para ellos, otro par lo tiene Raxus, se merece descansar, Alexa, coge una de cada y tú Xavier, igual, pero tened en cuenta de que habrá que compartir este material, para que todo el mundo esté abrigado si pasamos nuevamente la noche al raso-. Fue entregando las armas, armaduras y el material restante según se lo iban pidiendo -Yo dormiré al raso junto a un fuego, no os preocupéis por mi, usad los abrigo el resto-. Era una ranger, una auténtica, no se moriría por dormir una noche en el duro suelo, no sería su primera vez, era mejor que el resto se quedase con las mantas y esteras, así al menos les subiría un poco la moral, aunque en cierta medida lo dudaba, no eran reclutas recién alistados.

-Hay raciones de comida, cabemos a cuatro por cabeza, agua no hay mucha-. Miró a la mística -Por favor, Alexa, administra la comida de los heridos y todo el agua restante, prioriza a quien creas conveniente, lo dejo en tus manos-.

Giró el cuello hacia un lado y otro para intentar aliviar la tensión que sentía en él -Cuando se reparta todo, intentaremos llevar los sobrante con nosotros, y lo que no podamos llevar lo quemaremos, no quiero que ningún otro aproveche lo que nosotros no podemos-. Le entregó el batton a Emil -Emil, ven conmigo, vamos a hablar-.

Estaba claro que era una conversación a solas alejada del resto.

-Montad una pequeña guardia mientras-. Le ordenó al resto del equipo.

TRANSCURRE TODA LA NOCHE.

MOMENTO: DESCONOCIDO.

HORA: ALBA.

LUGAR: PÁRAMOS SALVAJES SEMI-ÁRIDOS.

CLIMA: INVERNAL. CIELO DESPEJADO.

Tras comprobar que ninguna ropa ni armaduras le venía bien -dichosos humanos y sus cuerpos escuchimizados- Raxus estaba ya tranquilo. Al menos la manta le había servido para pasar la noche, y con el fuego de la hoguera y todos bien apretujados habían logrado pasar el frío y dormir con cierta tranquilidad, sin sufrir ningún ataque. De ahí que el enano se había levantado con buen humor. Seguían estando jodidos, pero él al menos había podido dormir y descansar algo. 

Okey Vicky, pero espero que entre tu y el elfo no os matéis ahora por vuestras diferencias. Y si os vais a dar de ostias, avisad al menos para ver el espectáculo.