Partida Rol por web

Las risas han cesado para siempre, y la casa está envuelta en un siniestro silencio. Todo ha temblado, os habéis asustado y no sabéis exactamente lo que habéis hecho cada una.

No hay mucho que describir, la foto está rota, no hay risas ni gritos, nada.

Amanda se abraza a su hermana, asustada. Y Estelle quiere abrazarse a Luka.

Pero este no está. Ha desaparecido.

Abrazo a Amanda con fuerza mientras me lo cuenta, dejándole mi hombro para que apoye su cabeza. Acaricio su pelo con una mano para intentar tranquilizarla, tal  y como hacía mamá cuando estábamos tristes y llorábamos. 

Entonces, las risas resuenan con más fuerza que nunca; yo abrazo a Amanda para protegerla de lo que viniera, si es que venía algo, tapándole los oídos con mis dos manos y aguantando yo los gritos. Daba mucho, mucho miedo...

Pero el silencio que vino después, era más terrorífico aún. 

Tiendo un brazo para coger mi oso pero... NO ESTÁ. ¿DÓNDE ESTÁ?

-¡LUKA! ¡¿Dónde está?!-exclamo alarmada con los ojos anegados en lágrimas por mi osito... Mi osito era bueno... Mi osito no le hacía daño a nadie... Mi osito... Mi osito...-¡Tenemos que encontrarlo!

Me levanto y ayudo a Amanda a hacerlo también. Miro por todas partes, temblando ligeramente.

A lo mejor se me cayó por  las escaleras...sí... tiene que estar ahí...-pensé mientras subía las escaleras.

Estelle regresa de nuevo a las escaleras, pero donde debería estar el pequeño Luka, no está. Lo que si parece haber son unas huellas extrañas, de una criatura que parece enorme y sanguinaria, pues esas huellas son rojas, y pueden ser el triple de vuestros pequeños piececitos.

Parece que algo ha atrapado al osito.

Las huellas se van perdiendo poco a poco, pero igual se puede averiguar hacia donde se han llevado a Luka. ¿Os atrevéis a seguirlas?

Veo las huellas tan enormes y trago saliva, asustada. Me aferro a la mano de Estelle y la miro temblorosa:

-¿Qué... qué hacemos?-digo asustada-Se...se ha llevado a Luka... y... está solito... no... no podemos dejarlo solo porque si no... tendrá miedo... y... no quiero que se lo lleven... ¿Seguimos las-las huellas?

La miro y miro las huellas, dispuestas a seguirlas.

Aprieto la mano de Estelle. Porque si ella no tiene miedo, yo tampoco tendré miedo.
Hay que ser valientes... y rescatar al osito de peluche.

- ¡Vamos al rescate! - le digo antes de empezar a caminar despacito detrás de las huellas que hay en el suelo. Aunque son grandes, no estoy sola

Las gemelas caminan siguiendo el rastro de las huellas que a cada paso van desapareciendo más y más. Huele muy raro, esa sangre huele fuerte, y a medida que os acercáis al lugar de origen, huele más fuerte aún. 

No es un recorrido demasiado largo, es más... dais algunos pasos en dirección hacia un lugar que os produce terror. Las huellas desaparecen en frente de la puerta del sótano, y a juzgar por las pisadas, parece que lo que sea que ha dejado esas huellas... ha entrado en él.

La puerta está cerrada.

Levanto la mano para coger la bolita que abre la puerta, creo que era el pomo, y parece que pasa mucho tiempo antes de girarla. Tengo miedo de que pase alguna otra cosa, y no quiero salir gritando otra vez.
Sujeto fuerte a Estelle, por si tengo ganas de irme.

Tenemos que salvar a Luca, ¡nos está esperando!

Amanda coge el pomo, que también tiene una gran mancha roja, en forma de una mano que parece humana durante unos segundos, pero luego toma forma de garra. Intenta girarlo para abrir la puerta, pero está cerrada con llave. No encuentran las llaves en ninguna parte alrededor de la puerta.

Dentro se escucha un poco de ruido, como una sierra cortando madera. O algo parecido a la madera. Es un sonido muy leve. La puerta no se abre, y el pequeño Luka está en apuros.

Agarro muy fuerte a Amanda cuando va a abrir la puerta... ¡Tenemos que rescatar a mi amigo! 

Entonces, vemos como la puerta está cerrada con llave... y se escucha un sonido muy suave, como el sonido que hace papá cuando baja y se pone a jugar con sus herramientas para arreglar y construir cosas. Pero no creo que esté arreglando cosas ahí dentro...

¡Sea como sea, tenemos que encontrar las llaves! 

Me pongo a pensar donde me escondería si fuera una llave... O bueno, mejor, dónde estaría si me hubiesen guardado. El lugar de las llaves... el lugar de las llaves...Tal vez puedan estar en la cocina, así que me dirijo hasta allí con Amanda cogida de la mano.

Las gemelas corren hacia la cocina. Buscan en cada rincón de esta, por arriba, por abajo, incluso dentro de los botes de galletas. Nunca se sabe. Pero nada, no hay rastro de ninguna llave. Han dejado la cocina desordenada, aunque eso no es importante ahora.

No hay llave, la casa es muy grande y no recuerdan la última vez que vieron esa llave. Pero son niñas, tienen imaginación. Si no hay llave, siempre se puede recurrir a algún plan B.

Vamos a la cocina corriendo, buscando las llaves, pero no aparecen. De todos modos, cojo la escoba por si aparece alguna otra cosa fea. Además, ¿no sale en las películas que los palos grandes pueden derrotar a los dragones?

Parecía la garra de un dragón, así que a lo mejor derrotaba al dragón que era esa puerta.

En la cocina, mientras busco las llaves cojo cosas que nos puedan servir. Para empezar cojo dos cacerolas vacías y le pongo una en la cabeza a Amanda y otra a mí, para protegernos de lo que sea que haya allí. Después cojo una espátula que me puede servir para dar golpes al monstruo malo, por último, cojo un bote de esos líquidos tan raros que papá y mamá guardan debajo del fregadero y que dicen que nunca nunca nunca debemos abrir... eso es porque serán muy peligrosos y asustarán l monstruo malo, o le harán pupa. 

Una vez armada miro a Amanda, para ver si ella ha encontrado las llaves para entrar.

Ninguna llave. Pero las gemelas han decidido protegerse como mejor saben. Quizá puede haber otra salida (o entrada) hacia el sótano. Es cuestión de pensar un poco, de razonar o incluso de imaginar.

Algunos ruidos proceden del sótano. Parece que esos monstruos se traen algo entre manos.

Algunas veces, en las pelis que se ven en la tele, la gente coge tarjetas para abrir las puertas. Pero lo hacen de forma rara. Se agachan para mirar a la cerradura muy de cerca. Entonces, pasan la tarjeta y ¡PUM! La puerta se abre. Busco una tarjeta porque seguro que se abre así, mirando muy de cerca la cerradura. A lo mejor es una forma mágica, y quiero probarla

Saco la lengua y cierro un ojo (pero a veces cierro los dos) y me pongo mirando a la cerradura. Como hacen en las pelis, un poco agachada. Aunque tampoco mucho, porque soy muy bajita. Y entonces, paso la tarjeta por la puerta. Y entonces, ¡la puerta está abierta!

La puerta se abre, al igual que ocurre en las películas. No es una tarea difícil. Las gemelas ven unas escaleras que bajan hacia el sótano. Está muy oscuro, y el olor ahora es más fuerte. No hay risas, tan solo el sonido de cortar que estaban escuchando.

Cuando se abre la puerta, chirría levemente, y el sonido se para de pronto. Unos pasos extraños provienen de abajo, que se paran en un determinado lugar del sótano. 

Cuando la puerta hace ruido, todo se para. Así que yo también me paro. O mejor, esconderme. La puerta está abierta. Así que voy a esconderme para que no me vean desde el sótano, al otro lado de la puerta, y empujo a Estelle para que también se esconda.

- Shhh...

Cuando se abre la puerta y veo que está todo tan oscuro, trago saliva y pongo la espátula de cocina por delante, como si fuera una espada que pudiera matar a ese monstruo malo que se había llevado a Lukas. Me pongo delante de Amanda, para que no sienta miedo y sepa que la protejo... aunque probablemente yo esté más asustada... Tenía que encontrar a Lukas, él era quien me protegía a mí... y sin él... yo...yo... 

Estoy a punto de llorar por el miedo, me tiemblan los labios y la cara se me pone roja, pero consigo decir con voz temblorosa:

-Vamos, Amanda... tenemos que encontrar al monstruo malo...-le susurro a mi gemela.