Partida Rol por web

Ulysses, sale del salon sin que casi nadie se de cuenta de que siquiera estuvo hay dentro y asi es como le gustaba a él que fuera. Sin embargo luego de recorrer un par de intercepciones en los pasillos de Riverdale high, el joven noto que alguien seguia sus pasos. Y luego de hacer una finta y tomar por una pasillo con retorno pudo Ver que quien lo seguia era la misma chica Rubia que lo habia visto pasandole su "pedido" a  Nicco West  en la mañana. ¿pero que querria esa chica con él? penso el chico al verla un poco perdida y  frustrada entre los pasillos que claramente no conocia. 

   Haber estudiado siempre en el mismo instituto otorgaba ciertas ventajas, por ejemplo sabía que días de la semana era mejor llevar tu propio almuerzo en lugar de arriesgarse con lo que servían en el comedor y cual de las cocineras era más susceptible a los halagos, conocía los mejores lugares para observar a las porristas ensayar o cuales pasillos evitar para no encontrarse con el Director Weatherbee o el sr. Svenson (que a efectos prácticos era casi lo mismo). Y dado que la mayoría de los alumnos eramos "residentes viejos", también sabía que en realidad todos teníamos una rutina parcialmente conocida por el resto.

   Los atletas rara vez deambulan por el tercer piso pues allí sólo están los laboratorios, las animadoras recorren los pasillos buscando nuevas víctimas, los existencialistas se reúnen en la esquina norte del segundo piso mientras que los rockeros hacen lo mismo en el extremo sur. Los jugadores de Magic y Pokemon realizan sus torneos a las afueras del auditorio y los emo... ¿A quién le importa?

   Fue debido a esa rutina que no me resultó difícil notar que estaba siendo perseguido por la chica de las cejas llamativas. La misma que me había visto durante una de mis transacciones. Sin duda hubiese podido escapar de ella pero la curiosidad ganó a la prudencia; además, en un pueblo como este no puedes esconderte mucho tiempo de nadie y menos aún de aquellos con quienes compartes materias. Así que decidí frenar un poco la marcha para que ella pudiese seguirme el paso y doblé en una esquina con normalidad, pero giré para encontrarle de frente en cuanto ella hiciese lo mismo.

   -¿Puedo ayudarte en algo? Mi tono era inquisidor pero no agresivo, aunque mi expresión facial mostraba un deje sarcástico.

La verdad es que había días en los que la curiosidad me podía más que cualquier normativa social o institucional. Además, claramente, estaba teniendo reales problemas para... bueno, alejarme de los problemas. Sin embargo, esa semana estaba siendo particularmente monótona y aunque Melody había llegado, Bobby aún no daba señales de vida. Mi relación con él se había vuelto buena desde las señoras peleas en las que nos vimos metidos, sin mencionar las razones por las que habíamos conocido al caramelo dulce que era mi compañera de asiento aquella mañana.

Pero había momentos en los que solamente tenía que seguir aquel pensamientos que no solía dejarme en paz, y esa mañana en particular era la bronca de ver que uno de mis compañeros andaba muy campante vendiendo a plenas luces. Las drogas no tenían secreto para mí, la verdad, pues en el mundo en el que mi padre me había enseñado a moverme, o te acostumbrabas o te metías a un convento y ya.

Por tanto había decidido seguir al señor de gafas. Al principio pensé que no iba a verme e incluso que iba a poder alcanzarlo cuando curiosamente amainaba la velocidad.

Pero, eso, "curiosamente".

No obstante, cuando atiné a pensar en volverme, lo vi doblar y doblé yo con la mayor de las torpezas y allí fue cuando me lo topé de frente al punto que casi hubiera terminado echándole un beso de no haber frenado bruscamente como quien se cuelga del freno de mano de un coche.

- ¡Mh! ¡¿Pero cómo te frenas así?! -escupí, alterada. Luego de recobrar el aire por la sorpresa, y tratar de que mi corazón no se me saliera del pecho y huyera, hablé viéndolo fíjamente-. Oye. Yo lo sé -sentencié con una ceja levantada pues tampoco hacía falta develar a viva voz el misterio-. Pero te recomiendo que hagas negocios fuera de la Institución, por dos razones. La primera es que cualquiera pudo haberte visto porque posees la sutileza de una vaca adentro de un baño; la segunda es que cosas así pueden meternos en líos a todos, después de todos, no creerías lo chalados que están los bobalicones a los que llamamos "compañeros".

-Oye, disculpe -dije, acercándome cojeando a la encargada de la biblioteca. Me sentía un poco nervioso, sin saber cómo encarar el descubrimiento de las catacumbas del instituto, de modo que improvisé-. Llevo ya unos días muy interesado en la construcción de este centro. ¿Sabe si hay algún libro o algún archivo que hable sobre el pasado de este instituto? Ayer mismo escuché a una chica, Cheryl Blossom, asegurar incluso que detrás de esa estantería -señalé con un dedo al estante que habían desplazado mis compañeros- había una especie de pasadizo secreto. Conociendo a Cheryl, supongo que serán tonterías, aunque puede que sí haya túneles subterráneos bajo algunas zonas del pueblo o algo así.

jojojojojojojo, Pero que graciosos son los chicos de hoy en día, creen que toda la vida es un episodio de twin peaks — le respodio la Bibliotecaria a Bobby mientras se tapa la boca ocultando la carcajada que habia lanzado. — Lamento desepcionarte chico, pero la jovencita Blosson no es precisamente conocida por ser buena con los novatos.

» Aun asi, si quieres saber sobre la institucion o sobre el pueblo puedes dirigirte hacia aquella seccion de haya — la señora apunto hacia una de las esquinas de la bilbioteca donde los libros no estaban contenidos en estanterias, si no en grandes repisas de metal, las cuales de seguro funcionaban para mantener el aire fuera y evitar que los viejos libros se deterioraran. Sin embargo, la sonrisa que le lanzo la bilbiotecaria a bobby antes de continuar con su tarea hizo que los cabellos de la nuca del chico se erizaran 

Camiando desde el fondo del pasillo seguida muy de cerca por una carabana de chicas vestidas con uniformes de animadoras con los colores de Riverdale, azul y dorado, Cheryl Blosson se paboneaba con su Traje de animadora liderando a las Vixens. 
Carah las vio moviendose hacia ella y de repente un punzada de disgusto la golpeo en el estomago como si fuera el derechazo de una boxeadora. 

— Dourge — ladro la pelirroja cuando paso jundo a Carah propinadole un empujon en el hombro, Accion que las otras 10 Vixens imitaron, y aprovechando que la chica estaba un poco despistada por poco le arrancan el hombro por tantos impactos. Aunque si provoco que la chica callera al suelo

— Ten cuidado rubia, no vallas a lastimarte, seria una molestia para la enfermera — Le dijo la ultima de las animadoras antes de desaparecer entre la multitud de estudiantes que iba y  venian 

- Vaya, Cher, sí que tienes clase -bramé antes de que el séquito de inútiles dejara de golpearme cual puerta vaivén.

Luego me caí de culo al piso. No podía ir y arrancarle la cara a la cabeza de zanahoria porque eso estaría a) mal visto por las autoridades y b) de seguro después iba empeorar todo logrando que mi estadía allí, que ya estaba siendo bastante truculenta, lo fuera hasta alcanzar el infinito. Por tanto, simplemente me recliné contra la pared mientras movía el hombro tratando de detectar si no se me había puesto para cualquier lado. Afortunadamente, no había pasado de una provocación colectiva. ¿Cómo iba a ser de otra manera? Era Blossom, y siempre estaba con niñatas danzándole alrededor.

- Okay. Lo decidí. Mañana mismo traigo un arma y la mato -gruñí-. Tú no vendes armas además de drogas, ¿no? -inquirí con completa soltura.

Encogiéndome de hombros como un perro asustado ante la sonrisa de la bibliotecaria, decido dirigirme al rincón donde se encuentran los libros en repisas de metal y decido comenzar a leer uno que trate sobre el instituto, haciendo tiempo hasta que sea la siguiente hora de clase.

   Debía reconocer que las expresiones de la chica eran originales al menos, pero antes de que pudiese responder apareció La Gran Calabaza con su cortejo y comenzaron a "vapulearla delicadamente". Aunque un chico galante tal vez hubiese hecho algo para defenderla o evitarlo, yo no era de esa clase. Lo que sí hice fue tender la mano para ayudarle a incorporarse.

   -No vendo drogas, esas cosas son malas para la salud. Acompañé las palabras con un gesto exagerado de inocencia. Yo sólo proporciono nootrópicos naturales que no requieren prescripcion. Y quien te haya dicho eso es un mentiroso.  Luego bajé la voz hasta que sólo mi interlocutora pudiese escuchar. -Que además tendrá que buscar un nuevo proveedor. Detesto a quienes no respetan el secreto médico. En eso no había nada fingido.

   -Por otro lado, yo que tú no haría amenazas respecto a armas y La Blossom. Ella está en la mira de muchos y alguno podría usarte como chivo expiatorio. Luego del consejo tendí nuevamente la mano. -Ulysses Price. Era un chico educado en un hogar con buenos modales. Y con mucho gusto por la información..

   -¿Que hiciste para ganarte su odio tan pronto? Aparte de tener mejores cejas y coeficiente, claro. En realidad no se necesitaba un motivo concreto, pero quería averiguar algo más sobre la nueva.

Cuando vi su mano extenderse lo miré desde ella hasta la punta de los pelos. No todo el mundo te veía caer al suelo y ser atropellada por una manada de colegialas hormonadas en trajes genéricos, sino que además después te ayudaba amablemente a ponerte de pie mientras te ponía al tanto de las reales circunstancias. A uno no todos los días le pasaba esto, no; ni uno todos los días conocía un Ulysses Price.

Me acomodé la ropa y lo observé de reojos mientras terminaba de hablar. Así que el chico de las gafas era un listillo.

Tras esto estreché su mano sin dudarlo. había estrechado la mano de suficientes hombres en la vida que ya hasta había copiado la intensidad de aquel apretón inicial. 

- ¿De qué hablas? ¿De verdad quieren matarla? No es que me pregunte por qué, pero... -realmente no pude detectar si era broma o real. Cualquiera lo hubiera tomado en broma de entrada, pero después de lo que aquellos enormes sujetos nos habían hecho a Bobby y a mí, podía esperar cualquier cosa.

Ante la pregunta que implicaba tácitamente que "algo" habría hecho yo para merecer el trato de la cabeza de fósforo, torcí el gesto y lo miré de arriba-abajo, aunque admito haber relajado el gesto ante los dos finales cumplidos.

- Yo no le hice nada. Supongo que ella es así. Hoy me ha invitado a unirme a las porristas. ¿Te cuento cuánto me he cagado de la risa de la propuesta? -bufé con cierta arrogancia-. ¿Por qué tanto miedo a la Queen Blossom?

   -¿No has aún escuchado sobre Mary Miller? Mi voz reflejaba sorpresa pues era una de las primeras historias que se contaban a los nuevos estudiantes. -Tal vez no sea la persona adecuada para decirlo pero había una muchacha que no recibió “la charla” de su madre pero sí su primera “visita” luego de una clase de gimnasia. Aunque conocía todo lo referente a la biología femenina (al menos desde el punto de vista teórico), al igual que cualquier adolescente no me sentía del todo cómodo hablando al respecto y eso podía notarse. -Como es de suponerse la chica se asustó y gritó por ayuda por desgracia sólo recibió burlas por parte del resto de las presentes. Una de ellas incluso tuvo la gentileza de grabar un video mientas el resto le lanzaban tampones y compresas. Avergonzado, di un vistazo alrededor asegurándome que nadie me hubiese escuchado decir eso y carraspeé para aclarar la garganta. Después comencé a caminar inadvertidamente.

   -Lo peor vino cuando el video fue compartido y su humillación de convirtió en pública. Es sorprendente como hasta el mejor estudiante se une a la colmena cuando la oportunidad se presta.  El ceño fruncido revelaba que no estaba de acuerdo con eso. -Aunque tardamos poco en bloquear el archivo el daño estaba hecho, y desde entonces la mayoría sólo se referían a ella como  Bloody Mary, algo predecible pero de todas formas eficaz a la hora de destruir la seguridad y confianza de alguien. Interrumpí brevemente el relato para saludar a un chico y entregarle un bolígrafo azul. -Gracias por prestármelo, te debo una. Seguramente Carah no creería el engaño pero al menos esperaba que mejorase su opinión sobre mi sutileza.

   -Mary no tardó mucho en intentar quitarse la vida, afortunadamente sin éxito, y luego marcharse junto a toda su familia del pueblo cuando la investigación oficial no condujo a nada. Y considerando la influencia de los Blossom eso no fue sorpresa.. -Nunca se supo quien realizó la grabación pero todos sospechan de Cheryl y ella jamás ha dado una negación clara de su participación. A fin de cuentas, favorece a su reputación. Encogí los hombros. -Al menos debemos agradecer que Mary se apellidaba Miller y no White, o el baile de ese año hubiese tenido un final mucho más espeluznante.

Bien hecho, Ulysess, acabas de conocer a una chica linda y ya dejas claro que eres un friki..

- Mary qué -pregunté despreocupada al tiempo que acomodaba lo que quedaba de la ropa toda revirada por los empujones.

Escuché la historia poniendo los ojos en blanco en más de una ocasión.

- ¿Qué eso no lo han hecho ya en una peli? -pregunté por lo bajo aunque no esperaba realmente una respuesta, después de todo, estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano por no reírme.

Pasó entre medio de la historia, el descaro de Ulysses de "devolver" aquel bolígrafo. Adrede no miré a aquel con quien hablaba pues no apreciaba para nada su actitud de dejar de hablar conmigo para encargarse de aquello sobre lo que yo no iba a decir nada, pero habíamos estado discutiendo en primera instancia. Bueno, qué sabía yo, cada quien elegía con qué veneno envenenarse. De hecho, la dósis de moralina la estaba dando de manera bastante hipócrita. Podía ser incluso que todo fuera una buena excusa para hablar con... NEH. ¿Neh? Neh.

Suspiré con el final de la historia.

- Bueno, la chica está bien entonces. No lo sé... A mí esas cosas no me afectan. Si no fuera porque la sangre es difícil de quitar de la ropa (y las alfombras) andaría libre en "esos días" -aseveré con una sonrisa llena de confianza. Pues... era la verdad. Padre solía decir que yo pecaba de exceso de confianza, aunque nunca entendí como eso era un pecado-. Bueno, de seguro fue Blossom -aseveré-. Digo, ¿qué duda queda? Y si no fue ella directamente, fue bajo su complicidad. Por cierto, planeo quedarme un tiempo en Riverdale. Si quieres podemos pintarnos las uñas, ponernos tubos en la cabeza y me cuentas más chismes -dije enarcando las cejas-. Es... una broma -aclaré.

Aunque, seamos honestos en mis pensamientos: si quería que nos juntáramos a solas alguna vez, podía romperle la nariz,pero en recompensa podía llegar a aceptar. Ulysses era... ahm... simpático.

   -Entonces felicita a tus padres por haberte criado con total aceptación de tu cuerpo y su características. Asentí. -Aunque espero que "tu charla" no fuese tan clínicamente clara como la mía, una desventaba de ser hijo de médicos. Casi me hacen una gráfica explicativa de mi concepción.. Sonreí de medio lado mientras fruncía los labios.

   -Sera un placer, aunque te advierto que no tengo hermanas y seguramente terminaré derramando la pintura o aplicándola en tus nudillos. Mi sonrisa sincera reflejaba tranquilidad y una seguridad infrecuente en un "chico listo". Miré uno de los omnipresentes relojes de pasillo para comprobar cuanto faltaba para la campanada que indicaba el inicio de la siguiente ronda de clases. No es que tuviese mucho interés en asistir, pero tal vez ella sí. -¿Qué clase tienes ahora? Necesito ir por cafeína y golosinas, ¿quieres venir, Carah? Luego volví a verla antes de agregar. -Te prometo no realizar más transacciones mientras. Un pequeño precio por su compañía.. A fin de cuentas no todos los días podía conversar con alguien proveniente de otro lugar. Sin contar internet, claro..