Partida Rol por web

 El bardo se gira al verlo pasar, lo inspecciona un rato y les pregunta a los demás juerguistas de su mesa:

- Quién es ese hombre de terciopleo negro, y de andar distinguido que va hacia Albert?.- Pues los aires
del joven despiertan en él gran curiosidad.

- Ese es Arnau Rocafreda, contesto a Querelar, lo vi en el castillo, justo cuando acababa de hablar con Lord Veremón, y le comente que estaria aquí junto a unos amigos, que si queria estaba invitado a tomar algo.

Agitando la mano hago señas para ver si nos ve...

Violant brinda con todos golpeando fuertemente la jarra con todos derramándose parte del líquido por doquier (este es el truco para poder brindar indefinidamente...) y luego se bebe lo que queda de la jarra dejándola en la mesa sin gota alguna.

Luego se endereza por un momento ante las palabras de Judas.. y le lanza una mirada de interrogatorio algo preocupada.. y añadiendo unas palabras pero con un tono desenfadado y sonriente:

- La fiesta puede ser larga Judas y estas entre amigos, puedes contárnoslo, me preocupas.., lo primero es escuchar a un amigo, al menos para mi, ademas quizás podemos serte de ayuda, para esto están los amigos no? y no hay mejor momento que este!

Judas observaba la situación desde detrás de su baso. Escuchando cada comentario de sus compañeros con respecto al hombre que acababa de entrar en la posada.

Las palabras de Violant le devolvieron al presente.

- Bueno... Titubeó unos instantes. - Si queréis que os lo cuente... Alzó la mirada hacia sus amigos. - Supongo que no tiene mucha importancia, pero esta tarde... Miró a su alrededor para cerciorarse de que no había oídos indiscretos atendiendo su conversación. - Esta tarde, al llegar a la torre de mi maestro, encontré a un caballero... Al parecer de noble linaje, que salía de hablar con Lucius. Dio un trago a la jarra que sostenía, y se acercó más hacia sus amigos. - Cuando pregunté por él a mi maestro, no me dio respuesta alguna, y solo mencionó vagos presagios de cambio... Hizo una mirada interrogativa a sus compañeros. - Algo preocupa a mi maestro... y no puede ser nada bueno. Volvió a recostarse en el respaldo de la silla mientras dejaba el baso sobre la mesa.

Cuando Gustarson le habló del personaje, Querelar parecía absorto en sus propios pensamientos sin dejar de observar al recién llegado, íba a preguntar como era el tipo...cuando Violant, con los pies al suelo y la cabeza en su lugar les recriminó la falta de preocupación hacia Judas. El reproche era justo, y el bardo se sonrojó un poco por haberle desatendido.

 -Teneis toda la razón, mi bella dama, aunque me pareció que el joven no quería hablar, debímos ofrecerle nuestra ayuda. La curiosidad me pudo, fué insensible, sin quererlo, por mi parte.-

 Entonces Judas empezó a hablarles, sin mostrarse muy seguro de hacerlo como bien nos ha sido ya contado:

Cita Judas:

Querelar levanta una mano para animarlo hablar, y dar a entender que dispone de toda su atención.
 

Cita Judas:

Una vez hubo terminado vió que el muchacho estaba seriamente preocupado. Le dio una palmada amistosa en la espalda y le dijo con voz alegre:

- Hombre de fe... los cambios no tienen porqué ser malos!! quizás vuestro "Lucius" no esté preocupado, quizás le han consultado algo que requiere concentración y pensarlo un poco, y lo habeís encontrado absorto, nada más.-

Querelar, lo dice sin creerselo demasiado, pues piensa que el alumno conoce bien al maestro, una vez más ve en Judas un reflejo de si mismo de unos años antes. Sin embargo le da una mentira piadosa donde pueda aferrarse el aprendíz, seguidamente intenta reír un poco para que el joven se anime.

- Si... será eso... Le dijo a Querelar después que este intentara quitarle hierro al asunto. Judas volvió a coger el baso, y se lo llevó a los labios. Tomó un sorbo, y sonrió distraídamente. Claro que Judas conocía a su maestro, y sabía que algo más oscuro había en aquel asunto. Pero no dijo nada.

El bardo vio que sus esfuerzos para levantarle los ánimos habian sido en balde. Y un bardo no puede llamarse tal, si no es capaz de remediar un ambiente. Además, había empezado a coger mucho cariño a aquel pequeño grupo que iba descubriendo y sintiendo parte de él, con solo una tarde.

El joven aprendíz, reflejo de su propia juventud, veía que reprimia sus ansías enormes de ver mundo. El joven Gustarson y su ingenua, aunque sincera, iluminación y sus empeños y fuerzas en construir algo más grande que él. Y Violant....ahhhh... que había en aquella mujercita que no hiciera arrancarle suspiros....

-Judas, en la vida no basta lamentarse. Si algo no esta conforme y no se es capaz de mirar para otro lado, hay que actuar!
Pues vamos!! levantamonos a ver que se puede averiguar. La noche es joven ya habrá tiempo para fiestas.- Diciendo y haciendo vació de golpe su jarra y se levanto enérgicamente.
Se detuvo, un instante llevándose ambas manos en la cabeza, los dedos enredados despreocupadamente en el pelo.
- A ver por donde empezamos...a si, por el "noble" visitante......., algo así no pasa desapercibido, alguien le habrà visto u oído algo. Vamos!!!!! Quién esta conmigo?-

...

-Como se va a donde Lucius?-dice rascándose la cabeza.

Violant se sorprende de la reacción de Querelar y le mira con satisfacción.. -y sonrisa algo malévola-

- No temas Judas, sea lo que sea hasta que no lo sepas todo no te preocupes demasiado. Te aconsejo que te sientes con él cuanto antes mejor, y le comentes tus preocupaciones con sinceridad, seguro que te aclarará esta historia y quizás sea lo que dice Querelar.. no crees? y si quieres te acompaño..jejej -mientras le da un golpecito con el codo-

..después de voltear su pelo al aire hacia atrás para aclarar su visión, añade:

- Veo que te cuesta hablar de esto ahora y lo entiendo.. así que solo diré dos cosas: Primero sea lo que sea la cuestión es que puedes contar con nosotros para lo que sea! de acuerdo? y esto es buena noticia creeme -sonríe- y mañana o cuando quieras lo solucionamos. Y dos!!, entonces... Vamos a pasarlo bien esta noche!! Querelar toca algo para atraer la atención del señorito Arnau! y todos a cantar!

 Tras el jolgorio montado por el joven rubio ataviado con ropajes de vistosos colores, el recién llegado Arnau ve, finalmente a Gustarson sentado junto a otros jóvenes de edad similar, y en compañía de la joven Violant.

 Con firmeza, pero sin grosería, el joven cruza el salón hacia la mesa abarrotada de jarras y frascas de cerámica junto a la que se sienta el grupo.

 - Buenas noches, parece que la noche está muy animada.- Saluda con una franca sonrisa en los labios el joven de melena negra como el azabache.- A parte del hermano Gustarson, no he parado de escuchar a lo largo de la tarde como había un joven trotamundos ha estado alegrando el ambiente en Lunil y en la Posada.

 Siendo el único de los presentes que no conoce, el joven extiende la mano hacia Querelar.

 - Imagino que debeís ser vos, mi nombre es Arnau Rocafreda, encantado de conoceros señor...

Judas estaba a punto de responder a los consejos de sus amigos, cuando Arnau Rocafreda se acercó a saludarlos.

El joven mago inclinó la cabeza cortésmente ante la presencia del noble señor. Sonrió amablemente, y bebió de nuevo un corto trago de su baso. De momento guardó silencio, a la espera de como se desarrollaba la conversación.

Ve nuevamente en las palabras de Violant su propio ímpetu, pero esta vez no se sonroja, sinó que ríe abiertamente, y le guiña un ojo muy fugazmente a la joven en señal de complicidad.

Se deja caer a la silla con todo el peso (que no es mucho) con el brazo en los hombros de Judas, con gesto de camadería, y con el otro extendiendo la mano hacía la bella y sonriente mujer. - Hay que ser afortunado, para tener amigas así!!!- íba a acercarse otra jarra a los labios, si es que la hay... cuando de pronto les interrumpen.
Aparece una figura como convocada por las palabras de Violant.

Cita Arnau Rocafreda:

De pronto el impetuoso bardo se gira, y ve la mano extendida hacía él. -Querelar, el místico. Me conocen como tal, pero es solo Querelar para los amigos.- Le dice encajando su mano. -Es un placer conocerle señor, y esperemos que podamos alegrar, aún más si cabe la noche, que la vida es muy corta para no vivirla con alegría! No creeís?.- Les dice a sus nuevos amigos, especialmente al preocupado aprendiz.

Saludo a Arnau Rocafreda, y le invito a sentarse con nosotros. Todavia, me preocupa un poco el estado de Judas, pero lo que tenga que ser sera. Y si hay que hacer algo ya se hará.
De momento esta noche la prefiero de celebracion, mañana con la luz del alba ya comentaré a los compañeros de ir a investigar un poco el asunto.

 Viendo el cuarteto tan agusto alrededor de la mesa el joven asiente ante las palabras del tal Querelar.

 - Sí, la vida está hecha para disfrutarla y ser vivida, eso dicen los preceptos de Lathander. ¿No es así, hermano Gustarson?- Dice con el rostro sereno mirando al sacerdote. Para luego mirar de nuevo a los compañeros en general.- Siempre y cuando se tenga cierto control, claro está.

 Ante la oferta de sentarse y compartir la mesa con los presentes, el joven mira al grupo y dice.

 - Espero no importunaros ni molestaros, no quisiera que me invitarais por compromiso. Gracias- Dice mientras toma asiento. Tras buscar con la mirada a Albert hace un gesto llamándole la atención y mostrando una frasca vacía. Al hablar de nuevo una sonrisa está en su rostro- Permitidme que os convide esta ronda.

- Noble señor. Levantándose y haciendo una leve reverencia. - Sed bienvenido a nuestra humilde mesa. El carácter alegre del joven mago volvió a resurgir con fuerza. Si bien estaba algo preocupado por aquel misterio, sabía que Lucius era muy capaz de solucionar cualquier problema. Más le intrigaba el misterio de todo aquello, que no las posibles consecuencias funestas.

Judas se sentó cuando Arnau tomó asiento. Y levantó su copa en señal de agradecimiento, cuando este mencionó la invitación a le ronda siguiente. - Sois muy amable señor. La sonrisa era franca. Aunque de constitución fuerte y sana, Judas ya había tomado un par de copas, y sin duda estaba alegre.

 El joven asiente ante el cumplimiento de Judas.

 - Descuida que luego espero brindar por vosotros en las próximas rondas jejeje.

 El joven se sienta en la silla con la espalda recta, sin reclinarse en el respaldo de la silla, un posado alegre se asienta en su rostro de mandíbula marcada, realmente parece un retrato de lo que debió ser su padre cuando lideró las defensas de Rocafreda hace dos décadas atrás.

 - Y contadme, ya estaís al corriente de las pruebas que se celebrarán el domingo, participareís en ellas. Creo que tienen preparada alguna sorpresa para acompañar las pruebas tradicionales de natación, escalada, salto y puntería.

Violant interviene finalmente después de escuchar con atención las palabras de sus compañeros.

- Buenas noches mi señor Arnau, un placer tenerle de nuevo por aquí. La verdad tenemos intención de ir aunque claro está que si vos participáis, como siempre, va a ser mas emocionante y difícil aún teniendo en cuenta que Jeremias también estará - mientras sonríe- suerte para todos! Mientras alza también la jarra de vino y brinda con los comensales.

Luego añade: - ...a que os referís con alguna sorpresa? decid, decid! no saldrá de aquí, lo prometemos! verdad? mientras le mira fijamente con sus ojos brillantes y esperanzados.

 Arnau asiente ante Violant y sonríe ante el cumplido de esta.

 - Ciertamente participaré en las pruebas, tengo algo pendiente con Jeremías, pero la verdad es que es difícil ganarle nadando o escalando, es muy bueno en eso. Pero tal vez esta ocasión Lathander me brinde la fuerza necesario para batirle. En cualquier caso el domingo veremos como se desarrolla todo.

 Ante la insitencia y reacción de Violant el joven se pne a reír de buena gana.

 - Pues la verdad es que tenía la esperanza de que fueras tú quien me informara, tengo entendido que esta tarde Madre Bruna y el sargento Algué estaban por aquí ultimando los detalles de las pruebas, y entre ellas la sorpresa de este año.- El joven da un breve trago de la jarra que tiene entre las manos mientras se acomoda la espada envainada que cuelga a su izquierda.

 Tras esas palabras el joven pasea su mirada por la posada, la verdad es que el ambiente es agradable, se respira vida, alegría y ganas de disfrutar.

 - En verdad habeís logrado que el pueblo adopte las ganas y entusiasmo que estas fiestas merecen, maese Querelar. Lástima que me haya perdido vuestra actuación, me hubiera gustado escucharla.

 El bardo había estado en silencio, bebiendo un poco más pausado, pero sobretodo escuchando. Sentía curiosidad por el nuevo personaje que se les había sumado, el cual parecía mucho más abierto, de lo que le había tomado a primera vista.
 El joven Rocafreda era educado, noble si, pero, por el momento, nada arrogante. Claro que podía ser una máscara, una fachada, una tapadera pero se le antojaba sincero.
 

Se había hablado varias veces de las famosas pruebas a lo largo de la tarde, se lo había oído a sus compañeros de mesa y también a los habitantes del pueblo. Querelar estaba intrigado y se planteaba si tomar parte, aunque fuera para divertirse un rato. Sin embargo,... nadar, escalar, saltar... no se contaban entre sus virtudes más destacadas. ¿Y quién era ese Jeremías?, Violant y Rocafreda hablaban repetidamente de él. Sin duda esta era una pregunta que esperaba resolver más tarde. ¿Quizás se trataba del tipo que le había amenazado silenciosamente en el salón? De ser así no era buena idea participar a las pruebas y darle nuevas oportunidades de enfrentamiento. Sus pensamientos vagaban alrededor de este punto cuando notó que la conversación había cambiado otra vez de rumbo, virando directamente a él.
 

-Gracias señor Rocafreda, es todo un cumplido.- Respondió regresando, y sus ojos pasaron tranquilamente de la multitud, a la mesa, más concretamente poniéndose y enfrentandose, con valor pero sin desafío, a esa mirada concentrada del noble joven. - Pero no os habéis perdido nada del otro mundo, la gente esta cansada del trabajo y del sudor del campo, y se dejan llevar fácilmente en cuando se les permite, porque se lo tienen ganado. Cuando llego ya tienen medio camino hecho, yo solo les ayudo a desinhibirse y a recorrer la otra mitad del camino.- Toma lentamente un sorbo de cerveza sin apartar su atención, solo para refrescar un poco el gaznate. -Sin embargo, dentro de un rato, volveré a cantarles la canción que he improvisado para ellos, no sea que se enfríe el ambiente o la olvidasen demasiado pronto. Quizás, si disponéis algo de tiempo, también podré ofreceros algo para vuestra diversión, algo menos popular, más sutil y musical. Si aún os apetece...-

Judas sonreía divertido al escuchar a sus compañeros. Tomando otro trago de su copa, empezaba a sentir el embriagador embrujo del alcohol. Cada vez se divertía más. Con cada halago que se propinaban los interlocutores, soltaba una pequeña carcajada, que intentaba disimular. No quería parecer descortés, pero esos enjabonamientos públicos, le estaban resultando de lo más divertido.

Aun así, se forzaba en mantener la compostura, y que nadie se sintiera directamente ofendido. Dando otro trago, esta vez largo y sonoro, miró al bardo. El brillo etílico empezaba a ser presente en la mirada del joven mago.

- Venga Querelar, no te hagas de rogar... Vuelve a cantar la canción de la que todos hablan... Cántasela a tus amigos.- Y apuró el licor que le quedaba en el baso.

El bardo había pasado la tarde cantando y estaba algo agotado, además habría querido poder disfrutar un poco más de la compañía de ese pequeño grupo, especialmente de las miradas ocasionales que pretendía robar a cierta dama. Sin embargo, no podía negarse a tal petición si con ello podía levantar un poco más los ánimos al aprendiz.

-Aiii.... puesto que no tengo elección...- dijo adoptando una falsa actitud de resignación.
Tomó aire hasta llenar y limpiar los pulmones. -Pues allá vamos...- Subió a la mesa y con el suficiente tono de voz para que lo oyeran todos los concurrentes siguió: -¡¡¡Buena Gente de Lunil y comerciantes venidos de otras partes, soy Querelar el Místico, buenas noches!!!.
 A petición de los amigos, y el joven noble señor Rocafreda, que han compartido mi mesa, voy a cantarles un par de canciones. Que espero que animen esta maravillosa y encantadora velada, que corre a manos de Albert, dueño de esta posada, y la ayuda de las siempre gentiles y bellas damas: Janin y Violant que nos sirven la cerveza fresca, el vino añejo y los manjares de rey que preparan ellas mismas en él.-  Al pronunciar el nombre de la encantadora mujer de pelo rojo y ojos brillantes, acompañó sus palabras cogiendo su sedosa, cuidada y blanca mano e imprimió en ella un leve beso, gentil e cariñosamente.
-Así es que, mientras voy esperando a que os vayáis acercando, me dispongo a cantaros una canción que es de obligación conocer a todo juglar, se la dedico al príncipe Arnau, de todo corazón, espero que sea a su gusto.- Añadió un gesto de mano con una medio reverencia, de la forma más graciosa y a la vez cortés. - !así pues podéis brindar a su salud!-