Partida Rol por web

Artai se debatía entre 3 cuestiones:

1.- ¿La bestia sería sorda que pasaba totalmente de él aun habiendo intentado llamar su atención destrozando el salón?
2.- ¿La bestia lo ignoraba deliberadamente al centrar su atención en el pobre Daniel?
3.- ¿Cómo podía salpicar así la sangre…?.... pero si parecía un puto aspersor….

Aún con estas preguntas, Artai dio por concluida su “momento McClane” y corrió hacia la habitación por donde había entrado Ruth. No le apetecía nada cruzar el salón con la sirena alimentándose ya que en cualquier momento podía girarse e intentar cazarlo. Mejor salir del pazo por la ventana destrozada de la habitación….

Corrió sin mirar atrás, saltó el cadáver de lo que había sido Ruth y entró en la habitación.

Todo estaba igual que cuando se fueron hace tan sólo 10 minutos (Dios, cómo pueden haber pasado sólo 10 minutos…).

Artai fue hacia la ventana, la saltó y corrió hacia la entrada principal donde estaban Pepe, Gonzalo, Tyler y el resto….

En cuanto llegó junto a ellos dijo:

-    Vamos al barco. Si hay alguna puta manera de escapar de esta isla es por mar. CORREEEEEEDDDDDD….!!!!!

     La fría lluvia de Diciembre empezaba a empapar, una vez más, vuestra ropa. Esta vez no había dudas sobre el camino a tomar y el grupo, algo desperdigado, comenzó a bajar a toda velocidad hacia donde esperaba la única esperanza en escapar de la criatura que acababa de devorar a Daniel y parecía ser la culpable, al menos, del cambio de Ruth.

     Pronto Iago y Anne se quedaron retrasados, tras tropezar y caer varias veces. Gregorio evitaba que Irina resbalara y parecía acostumbrado a llevarla casi en volandas porque no perdió el paso ni una sola vez. Tyler lanzaba miradas continuas a vuestras espaldas mientas corría llevando todavía el revólver en la mano. Por delante Pepe no dejaba de gritar Vamos! Vamos! esperando por si alguien realmente necesitaba ayuda. Ana y Nacho corrían a la par y tanto Gonzalo como Artai habían recuperado rápidamente los metros perdidos al principio de la desesperada huida.

     La oscuridad, el estado del terreno y el miedo a lo que dejabais atrás no era la mejor situación para bajar a la velocidad a la que lo hacíais y pronto un grito de dolor en la parte trasera del grupo reveló el peligro de la bajada. Iago estaba tirado en el suelo sujetándose el tobillo con Anne intentando ayudarle a ponerse en pie pero un nuevo grito de éste la hizo desistir.

Al oír el grito desgarrador de Iago, Artai dio gracias por no haber sido él el pobre desgraciado que se había torcido el tobillo.

La luz de su linterna producía un vaivén de claroscuros constantes al ritmo de sus rápidas zancadas.

- Gonzalo, en cuanto llegue al barco voy a la sala de máquinas para comprobar si aún podemos hacernos a la mar con él. Es nuestra única puta esperanza para salir de aquí.

Dicho esto, Artai apretó los dientes y continuó su carrera.

Hacía mucho tiempo que no corría así y, a pesar del frío de la noche, comenzó a sudar copiosamente por todos los poros de su cuerpo. 

A lo lejos ya podía distinguir el embarcadero.

Vamos, un poco más joder, que ya llegamos....

Iago y Anne se mantuvieron en silencio, por lo cual el destino propuesto por Artai terminó siendo el elegido. Todos corrieron por el peligroso terreno, hasta que alguien no pudo correr más.

_¡Iago!

Nacho se detuvo pero vio que otros siguieron adelante. No podía culparlos. Retrocedió hasta donde estaba Iago.

_¡Pepe, Gonzalo, Tyler, alguno! Vamos a levantarlo. ¿Iago, cuál es la pata mala? Abrázanos y úsanos como muletas, apoyándote en la pata buena. Y no, no nos hagas perder tiempo discutiendo.

Artai y Pepe encabezaban la comitiva que se dirigía al barco, mientras que Iago se había quedado atrás por una torcedura. Gonzalo podía valorar la lesión con sus conocimientos pero en el momento lo primordial era continuar la marcha a toda prisa. - Artai y los demás, id poniendo el barco en marcha, para salir pitando en cuanto nos unamos con Iago. Anne, baja apoyándote en Ana para no hacerte daño y descuida que Nacho y yo ayudaremos a Iago. - 

Entre los dos podrían hacer de muleta y ayudar a bajar al guarda sin problemas, y Ana parecía hábil y podría guiar a la mujer para que no volviera a tropezar. Mejor que Tyler estuviera libre por si acaso tenía que hacer uso del arma para protegerles en el último momento.

Como se imaginó que sería, Gonzalo no dudó en darle una mano.

_Gracias, Gonzalo. Vamos, Iago, no dejaremos a nadie atrás.

Artai corrió y corrió... Cada vez el barco estaba más cerca...

Rapaz! dijo llamando a Tyler dáme ese revólver y salir cagando leches todos de aquí. Yo no me puedo mover y siento la muerte que viene tras de nosotros

     En lo alto de la tierra que habéis bajado a toda velocidad una figura se recorta sobre el firmamento como si absorbiera toda la luz a su alrededor, sabéis que es la misma criatura que rompió las rejas de metal ya acabó en un instante con la vida de Daniel pero ha cambiado. Ahora tiene la estatura de una mujer normal, la figura de una mujer normal pero más desnuda que vestida pues apenas unos jirones de ropa cuelgan de su cuerpo donde las curvas aparecen más acentuadas de lo que deberían. A pesar de su práctica desnudez el frío no parece molestarla y desde la distancia sabéis que os observa y cuando sonríe podéis ver como su boca se abre y se abre más allá de toda lógica para volver a mostrar la misma abertura llena de incisivos que tenía Ruth porque llamar a eso "boca" es demasiado para vuestras mentes.

     Corrhersss mhisss ohvfejitafss... corrhersss diríais que es imposible pero parece que su voz más que en vuestros oidos ha sonado en vuestra cabeza pero eso no es posible... claro que tampoco es posible que una boca se llene de dientes o que una mujer se convierta en otra criatura a su antojo.

Otra vez a Iago le había dado por hacerse el héroe en el peor de los momentos. - Manda carallo, qué pesado, va a conseguir que se carguen a su mujer que le va siempre detrás. - Por si con eso no fuera suficiente en lo alto de la cuesta los que se habían quedado rezagados vieron una figura de mujer, y a Gonzalo no le cabía la más mínima duda de que era la misma criatura que había sembrado el caos en el pazo, sobre todo al ver esas mandíbulas imposibles. Por lo demás parecía una mujer normal, salvo eso de estar desnuda en pleno diciembre. Se fijó bien en el resto de sus facciones a ver si la reconocía a primera vista.
De repente escuchó dentro de su cabeza ese terrible y deformado sonido que era la voz del bicho, que de femenina no tenía nada y le dieron ganas de reírse lo absurdo de la situación pese a que no tuviera ni la más mínima gracia. - Claro, telequinesis también. Putas sirenas-vampiras-mantis-telequinéticas liándola en la isla de Sálvora, qué va a ser lo siguiente...

Había poco margen de acción; la pareja era difícil que se moviera de donde se había quedado, Artai y Pepe habían salido flechados hacia el barco seguidos a corta distancia por Gregorio e Irina, y Tyler, Ana, Nacho y él mismo se encontraban en un punto intermedio.
Llegados a este punto la cosa estaba bien jodida. Ese bicho parecía aún más tocho que lo que había sido Ruth y no creía que Iago con la pata chula fuera a ofrecerle más resistencia que Daniel. Así que decidió participar de la moda de hacerse el héroe que parecía haberse adueñado de la mitad de los presentes no inútiles de la isla y se dirigió al psicólogo y al americano a media voz - Nacho, voy a hacer que me siga. Coge a Iago y Anne y esconderos donde podáis. Tyler, dispárale por detrás cuando venga hacia mi. Intentaré llegar al barco antes que ella, si no... Decidle a Elena que la quiero.

Miró hacia la figura de mujer y le gritó. - ¡Eh bocachancla!. Seré una ovejita, pero voy a bajar corriendo a meterle una somanta tortas a la señora Irina, que le llevo teniendo ganas ya desde hace días, a ver si así le saco del pasme que tiene encima. Así que más te vale darte prisa si no quieres que la terapeuta perturbada lo pase mal.

Dicho esto, enfiló hacia el embarcadero cantando a media voz el himno scout para sí mismo para motivarse en lo que parecía su última carrera. También rezó un poco en voz baja, por si acaso Dios le escuchaba y sucedía un milagro que le hiciera sobrevivir, que como decía el párroco de su grupo, con Dios nunca se sabe.

Estaba claro que esa criatura quería meterse en la mente de todos y disfrutaba de ese juego. Incluso con una forma incluso sensual inspiraba terror en todo aquel que pudiera verla.

Como si los problemas no fueran bastantes, Iago nuevamente jugaba al héroe y Gonzalo... Era imposible describir a qué jugaba Gonzalo. ¿Estaba a favor de la sirena, acaso?

_¡Gonzalo, quédate quieto! ¿La vas a llevar a nuestro punto de salida? ¿En serio? Si quieres correr, corre en otra dirección, o mejor aún, quédate y ayúdame con Iago. ¡Alguien que me ayude! Y tú, Iago, basta de idioteces. No sé qué problemas tienen Anne y tú, pero está claro que esta mujer se quedará contigo. ¿Tan tremendos son los problemas entre ustedes que quieres arrastrarla contigo? Vamos, sé un hombre, ponte en pie, déjate ayudar y salva tanto tu vida como la de ella. Vamos, sin chistar. Que además olvida que te dejemos la única arma que tenemos.

Nacho sabía que la culpa y la vergüenza eran emociones muy poderosas y apeló a ellas para intentar convencer al testarudo Iago.

Artai estaba llegando ya al barco cuando una voz explotó dentro de su cabeza y le erizó todos los pelos de su cuerpo.

- Que diablos...

Se giró para comprobar el resto de la comitiva donde se encontraban y allí arriba, se recortaba la silueta de un monstruo con una boca imposible.

De nuevo una boca imposible... Sería la gallina de los huevos de oro para cualquier dentista. Sí señor...

Dios, que asco le tenía a esa sirena demencial...

     El pequeño amarradero olía a madera húmeda, aún recordabas lo mal que se sentía el lugar y ahora te vuelve a pasar lo mismo. Por encima del olor a madera, a salitre, a cordajes enmohecidos... te llega un aroma a menta rancia, profundo, que te hace detenerte y mirar, sin saber muy bien porqué, a tu alrededor. Agradeces ese instinto porque te fijas en la puerta del cobertizo y ésta se abre lentamente y ves salir a Cecilia dando lo que dirías que son pasos de ballet pero eso está fuera de toda lógica. Avanza,  se desliza, de puntillas por el embarcadero y de repente echa su cuerpo a tierra como si fuera un animal, se pone a cuatro patas y gira la cabeza hacia ti y ahí ves de nuevo esa horrible sonrisa alargada erizada de dientes, su cara deformada por una boca imposible y una mirada que no es humana.

     Gonzalo empezó a actuar de forma extraña por un momento, avanzó, habló, se detuvo... y todo bajo la mirada de la criatura que caminó dos pasos en vuestra dirección hasta detenerse y mirar fijamente a Nacho. Ese momento de concentración en el hombre hizo que Gonzalo pareciera despertar de un sueño, meneó la cabeza un par de veces intentando enfocar la mirada y cuando lo consiguió vio la situación en la que Iago discutía con Tyler por la pistola, Ana y Pepe habían retrocedido para colocarse junto a Nacho para tirar de Iago y Anne lloraba desconsolada.

     Al fondo el sonido de las olas golpeando la costa y acompañaba al suave tintineo de la lluvia sobre los chubasqueros que algunos habíais cogido o sobre la tierra ya más que mojada. Gregorio parecía querer decir algo tras escuchar las palabras de Gonzalo pero no se atrevía y simplemente siguió avanzando hacia el embarcadero llevando agarrada a Irina que no había tropezado ni una sola vez, por suerte o por el buen hacer de Gregorio.

     Las palabras de Nacho hicieron entrar en razón a Iago junto a la presencia imponente de Pepe que miraba hacia arriba con la cara desencajada de terror y apremiaba a todo el mundo a avanzar. El grupo, ahora extendido con Artai ya en el embarcadero, Gregorio e Irina acercándose a él y el resto apelotonado a cierta distancia, veía muy cerca su única vía de escape.

- CUIDADO CON CECILIAAAAAAA!!!!!

Artai lanzó esa advertencia con toda la capacidad de sus pulmones mientras que señalaba el monstruo que acababa de salir del cobertizo para que el resto se dieran cuenta.

Si no lo habían oído, al menos seguirían la dirección donde apuntaba su dedo tembloroso por el frío y el terror y verían al demonio.

Con la otra mano Artai llevaba el cuchillo y calculaba el tiempo y la distancia que les faltaba al grupo para llegar donde él estaba, como a la criatura. La habia visto moverse y no creía que fuera extremadamente rápida.

Esa era la única esperanza que le quedaba y rezaba a Dios para que llegará ya el resto del grupo, junto con Tyler y su pistola....a lo mejor entre todos tendrían alguna posibilidad de matarla....