Partida Rol por web

Mientras Kae regresa o no Sintaro se dedica a enviar unos mensajes y a mirar cosas por internet – Voy  a divertimos un poco con el imbécil este… - pudisteis escuchar Hugo, Himeko, Sthep y Yamato. En cuanto ve que Kae entra de nuevo en la habitación, Sintaro va a la persiana y la baja, estas, son de darle un botón y se abren y cierran por si solas.

A la que cierre la luz... contad hasta 60, entonces me buscáis...

Después de que esta se haya bajado él va a cerrar las luces, es entonces que con mucho sigilo se mueve y se va a sentarse en el butacón mientras espera paciente a que alguien lo encuentre.

Sintaro con una sonrisa maliciosa, se queda cruzado de piernas y las manos en el regazo entrelazando los dedos en una pose típica del malo de la película.

Empiezo, como supongo que hacen todos, tanteando al aire y andando despacio, arrastrando los pies para no tropezar y caerme. Pero no tardo en pararme...así no llegaré a ningún lado, depende de la suerte y se me pueden adelantar. Debo idear otra manera, para lo cual me quedo pensativa unos segundos antes de que se me encienda la bombilla.

La imagen de Sintaro cogiendo una patata de la bolsa se me viene a la cabeza.

Nadie más las ha comido por lo que el olor a patata, tan característico como es el de los Cheetos Pandilla* solo puede llegar de dos fuentes...la bolsa, y los dedos de Sintaro.

Me concentro en mi olfato y lo sigo, buscando el más tenue de los olores a Pandilla y acercándome a él lo más aprisa que la oscuridad me permite.

En cuanto Sintaro Nota que es tocado, enseguida busco la mano del que es el afortunado de ser quien le ha atrapado y tira hacia el para sentarlo o sentarla en su regazo. Sintaro, se sorprendió, esa persona no pesaba nada para él, es más, para asegurarse paso la mano por el vientre de esa persona notando su ropa suave... pero, no contento quería saber si era Chico o chica, así que, alzo la mano lentamente hasta toparse con los pechos.

“así que una chica, veamos cómo reacciona...”

Pensó cuando alzo más la mano rodeando el pecho con lentitud, con mimo hasta que llego al cuello, allí lo acaricio con juego usando las yemas de los dedos.

“veamos si es cierto que puedo reconocer a alguien con solo besarlo”

Puso ambas manos en las mejillas de aquella chica misteriosa y atrajo el rostro al de él lo suficientemente cerca para notar su nariz, cosa que él deseaba ya que así sabría donde esta lo que él quiere de verdad.

Sintaro deposito los labios a los ajenos besándolos con mimo, profundo y muy delicadamente, pero, ese beso, no era de esos largos, fue de unos segundos que para Sintaro parecían eternos pues era su primer beso. El Chico, no es que se haya enamorado, solo... ¿cómo decirlo? Se alegró de tomar esa decisión.

Pongo en practica mi plan y cuando percibo lo que busco me dispongo a ir en esa dirección. Tropiezo con alguien en la oscuridad...alguien bastante blandito, todo sea dicho, y me hago a un lado para seguir en busca de Sintaro. El no creo que tenga esas partes tan acolchadas o al menos, no recuerdo haberlas visto antes. Como no me he puesto a investigar demasiado, creo que son Himeko o Kae, por lo que Yamato y Steffy aun están en la dirección en la que creo que esta el ninja.

La verdad es que estando a oscuras, no puedo evitar ser un poco malo y de nuevo palpo la forma acolchada antes de alejarme a toda prisa, intuyendo un golpe o simular en mi dirección. De pronto se me ocurre que quizás buscar a Sintaro no sea tan divertido como el palpar de lado a lado.

Cuando por fin me centro, sigo la pista y estiro las manos esperando tocarle a el...aunque juraría que mis manos terminan en las bien formadas nalgas de otra chica...Stefy tal vez?.

Maldita sea, eso quiere decir que esta justo entre Sintaro y yo...se me ha adelantado. Por simple descuido, mientras pienso olvido retirar las manos e incluso estas se toman ciertas libertades...

Me distrae un tanto que me toquen el culo pero, con tanto movimiento por la habitación es poco menos que inevitable. Y menos siendo un juego para lo que es...¡Pero debo ganar! Por ello sigo buscando y ¡Lo encuentro! ¡He ganado!

Casi digo algo en voz alta, pero de pronto me veo sentada sobre él. Y comienza a acariciarme llegando a mi pecho...y pasando...a mi cuello...sin duda nota como tiemblo como un flan...mi rostro...¡Me va a besar! ¡Me va a besar un chico! >.<

Y lo hace, me besa. Es dulce y tierno. Y sin embargo. 

Esa sensación que tuve con Himeko...ese "Click" regresa, y la llama del imaginario mechero que hay oculto en mi cuerpo, me prende entera.

Tomo su mano bajándola a mi pecho y con la otra acerco su cabeza más a la mía...y el beso deja de ser tierno para pasar a ser puro fuego. Mi lengua busca la suya y mi posición sobre él pasa de ser sentada a horcajadas, una rodilla a cada lado, mi pecho apretado al suyo y su mano atrapada en medio. Le guío la otra hasta el comienzo, o final, de mi falda. Y sigo besándolo.

Solo cuando mi mano se cuela, por voluntad propia, entre mis piernas y abre el primer botón del pantalón cada vez más tenso de Sintaro, logro pensar.

¡Quieta Steph! ¿Qué haces?

Me separo un poco y le susurro al oído. Siento que me muero de vergüenza, pero no puedo dejar que eso me domine.

^{_{-Ni una palabra de esto a nadie de momento.}}

Cuando me calmo y noto que el rubor se va, hablo en voz alta mientras me siento normal sobre él.

-¡Lo he encontrado! ¡Yo gano! ¡Ja!

Yamato se quedó en el lugar en el que estaba, no tenía buena orientación, tampoco era muy bueno rastreando…así que supuso que “Si Mahoma no va a la montaña, la montaña va a Mahoma” Se le aplicaría…lamentablemente no fue así.

Seguía comiéndose el coco por lo que ocurrió hace apenas unos minutos, y eso también le influía de manera negativa, porque tenía la mente en otro lugar.

En resumidas cuentas, Yamato se quedo en silencio esperaba que Sintaro se le acercara.

Se alegró de ayudar a su senpai. Si había acudido a ella y había podido solucionar algo era lo que importaba realmente- Aun así se quedó con la idea de que Yamato besase a la profe. No como dato por chinchar, si no porque le sorprendió simplemente.

Cuando le puso las manos en los hombros asintió con la cabeza.

-No ha sido nada, senpai. Espero que pase una buena noche también-le devolvió la sonrisa antes de dirigirse a la puerta. La abrió y tras una breve reverencia salió afuera.

Apenas volvía a abrir la puerta y entrar que vio como Sintaro se acercó a la persiana y darle para que bajara. Entraba relajada, pero la propuesta del chico hizo que frunciera el ceño y esbozara una sonrisa.

-Éso está hecho-respondió, dedicando una mirada competitiva al resto de compañeros de la habitación. Luego se sentó en el suelo de rodillas, en la postura inicial del Kyudo para concentrarse.

«55...56...57...58...59...venga» Cuando terminó la cuenta no se levantó ni empezó a tantear. Se quedó unos minutos quieta, sentada, intentando escuchar cuántas personas se movían y por donde. Luego se incorporó levemente para gatear hasta donde parecía haber movimiento. Para ella, era de lógica: si se ponía de pie a tantera, Sintaro podía sentarse o agacharse. En cambio desde el suelo es más fácil, siempre iba a necesitar sentarse o tener los pies en el suelo. Avanzó y pasó por el lado de una figura sentada, dándole un leve empujón con la cadera. Se quedó quieta y palpó con la mano pero notó la manta de Yamato. Sonrió y aprovechó para buscar su pelo y revolvérselo. Luego apenas avanzó que notó que alguien pisaba delante de ella. Había sido una pisada muy leve, cuadraba con el movimiento sutil de Sintaro. O éso le había parecido.

Sin dudarlo, agarró el pie por el tobillo y tiró de él bruscamente hacia ella, victoriosa, para agarrarlo fuertemente contra ella para que no se escapara.

Yamato soltó un grito cuando alguien le agarró el pie y tiró hacia ella, el muchacho apenas se había movido…¿porque le tocaba sufrir todo esto?

Choco la cabeza contra algo blandito y empezó a hablar.-A…ah…au…a…-Se quejó mientras se frotaba la cara contra esa cosa blandita que estaba frente a el y de la que emanaba calor.

Fue algo horrible, alguien le había removido el pelo y ahora le estaban agarrando. No veía nada con toda esa oscuridad…pero ese calor…resultaba hasta reconfortante, Yamato lentamente alzó los brazos y rodeo con vergüenza lo que fuera que le estuviera agarrando.

"Se siente bien...me gusta..." Pensó alegre rodeando a quien fuera con sus brazos

El juego había empezado. Conté en silencio y luego me puse a caminar sin muchas prisas, intentado escuchar algún movimiento que lo delatara. Por desgracia había mucho movimiento alrededor. La gente caminaba de un lado a otro haciendo ruido. Resoplé resignada, y extendí las manos para ver a quien podía atrapar en mis redes. No me importaba mucho quien diera las órdenes, pero era una competición después de todo, y aunque fuera de manera pasiva lo iba intentar. Lo malo era que mi orientación en la oscuridad era mala.

Un par de manos agarraron mis pechos y los apretaron un par de veces, para tantearlos. Me aguanté un gritito y dejé que siguiera su camino. No sabía bien quien había sido, pero me resultaban familiares. Tal vez los hubiera probado antes. Sin prestarle más atención, seguí con mi búsqueda hasta encontrar con la cama. Miré si había alguien encima, y al no descubrir a nadie, me senté a esperar el resultado. Estaba claro que aquello no era lo mío así que era preferible no gastar más energías de las necesarias.

Sintaro agarro el móvil que tenía el bolsillo del pantalón y abrió la pantalla, entonces, activo la aplicación linterna para dar luz, Sintaro observo a Stephany sentada en el regazo del chico y sonrío de manera picará – está bien, ha ganado ella, así que... si me disculpas encanto.. – Sintaro la movió para poder ponerse en pie y con delicadeza la puso sobre el butacón sentándola.

Iré a abrir la luz...

Mientras caminaba solo iluminándose con la interna del móvil se tropezó con algo pero enseguida se puso en pie y llego a los interruptores, abrió la luz desvelando la posición de todos.

Bien, como dijimos, no hay regles, la reina puede mandar hacer a sus vasallos lo que le plazca, y si se niegan, puede implicarles el castigo que desee. Yo mismo, seré vasallo, pues me aburro mucho.

Explico cuando se dirigió a la cama y se sentó mientras toqueteaba el móvil.

Su majestad la reina Stephany, ¿cuáles son sus órdenes?

Dijo mirando a la reina de manera divertida y cómplice.

Cuando la luz volvió tuvo que parpadear un par de veces para recuperar la visión. Miró a su pecho pero no vio a Sintaro, si no a Yamato. Parpadeó de nuevo y vio a Sintaro de pie en la habitación, declarando a Ste como ganadora. Bajó la mirada de nuevo, viendo como Yamato estaba abrazado a ella, hundiendo la cara en sus pechos.

-Hey, Buki-chan. ¿Te quedaste antes con ganas de más?-comentó aludiendo al estruje que le había hecho a Ste. Lo miró sorprendida mientras lo veía abrazado a ella. No sabía si golpearlo por las confianzas, acariciarle el pelo maternalmente de lo a gusto que se le veía o simplemente dejarle hacer. Suspiró, no estaba acostumbrada a ése tipo de trato-No me parece mal, ¿pero tengo que ser yo el segundo plato?-lo burchó, esperando quizás que saliera solo.

Desde allí miró a Sintaro y luego a Ste. Le dolió perder la apuesta, visiblemente, e hizo morritos por un momento mirando a otro lado.
-Lo que digas, Ste-accedió, reconociendo su fracaso.

Yamato levantó lentamente la mirada y vio que efectivamente estaba abrazando a Kae. Lentamente apartó la cara de ella mientras bajaba la cabeza avergonzado.

-Perdona Yusei-San…-Murmuro claramente arrepentido de lo que había hecho.-N…no quería hacer nada malo…-Declaró ahora mirándose fijamente a los pies mientras intentaba no mostrarle el rostro.

Kae pensaba que esto había sido algo pervertido, aunque en el fondo era todo lo contrario, Yamato solo necesitaba abrazar a alguien en ese instante.

-Perdón...-repitió de nuevo mientras movía una de sus manos para mordisquearse las uñas, aunque se obligó a sí mismo a ser un poco más adulto “Despierta idiota…si te comportas así…¿qué pensará Bellow?, ¿Qué hay de la confianza?” Esos pensamientos le obligaron a levantar un poco más la cabeza y no gimotear por lo que acababa de ocurrir.

Lentamente abrió su móvil y miró a ver si había algún mensaje…lamentablemente no le había escrito ni cambiado de opinión.

-B…Bueno…Tano-san manda…-Declaró cruzándose de brazos mientras intentaba parecer un poco más adulto.

Ando por la habitación, pensativa.

Tiene que ser algo que no haría normalmente...he ganado pero no se me ocurre...aunque...

Al llegar junto al equipo de música se me ocurre algo, mientras paso mi mano sobre él.

-Ya sé. Haremos dos equipos.- me acerco a la mesa, una superficie lisa, y hago girar una botella. En primer lugar señala a Himeko, y después a Sintaro. La siguiente es Kae y tocacon Hugo.

Pongo dos sillas en el centro, separadas, y enciendo la música, buscando algo sexy.

-Los chicos se sientan en las sillas. Y las chicas tienen que conseguir que el del equipo contrario se quede desnudo o se...se c-corra. Lo que pase primero Como el pervertido de Ran el bus. Pero hay más reglas...no pueden tocarlos. Ni ellos a ellas. Cada vez que alguien toque a otro, tendrá que quitarse una pieza de ropa. Además...por cada minuto que tarden en conseguirlo, las chicas tendrán que quitarse una pieza de ropa. Por último...la pareja ganadora será dueña de la perdedora todo el día de mañana. Además, la chica será declarada Sexy Queen del Suiroku, osea del mundo, y tendrá derecho a darme una única orden, cuando quiera. 

Miro a Yamato, que ha tenido la mala suerte de quedarse fuera.

-Yamato...mmm...tendrá que masajearme los pies y cada vez que alguien deba quitarse ropa, será él el que elija que pieza y el que la quitará.

No he ganado y a mi espiritu competitivo eso no le gusta demasiado. Pero estamos divirtiendonos y no me importa demasiado. Estoy mas preocupado por lo que Steffy podría pedir, sobre todo ahora que esta soltándose la melena bastante.

Cuando dice lo que quiere que pase, miro a Himeko y Sintaro. Es mi amigo y ella...mi...novia?. No se si me siento muy cómodo con esto. Claro que me ha tocado con Kae, que me cae bien y todo eso. Pero aun así...no hemos comenzado y ya me siento culpable.

Claro que ganar y saber que Himeko podría ser mi...esclava el día entero de mañana es muy sugerente.

Vale...creo que lo entiendo. Es un poco fuerte... Y sin que ellas nos toquen, la única manera de que tengamos un orgasmo seria que nos tocásemos nosotros mismos. Creo que para cuando eso pase, las dos chicas estarían desnudas. Con tal de no perder...

Me siento en mi silla y espero a que Himeko este preparada para comenzar. No tengo idea de como va a salir esto. No es algo que haya practicado antes, la verdad.

-Es...eso no es divertido…¿no…no puedo hacer otra cosa?, s…soy bueno quedándome en silencio y sentado en el suelo.-Declaró haciendo una clara mueca de terror, le daba apuro tener que quitar la ropa a la gente…no le gustaba, tenía que tocarles y eso a fin de cuentas daba algo de coraje.

El muchacho soltó un pequeño soplido y se puso de rodillas delante de Steph.-C…cuando quieras…-Murmuro con un claro tono de pena “ ¿No podíamos jugar a la videoconsola…o algo?” Se preguntó algo angustiado por su destino.

Cuando vio a Yamato tan avergonzado se sintió un poco mal. Carraspeó y volvió a despeinarle cuando se separó de ella.
-No te preocupes Buki-chan, fue muy tierno-intento añadir para no sonar tan hiriente-Perdóname tu a mi, fui yo quien tiré de tí bruscamente-añadió a regañadientes antes de sentarse con las piernas cruzadas.

Asistió a la proclamación de Ste escuchndo atentamente las reglas. Cuando la emparejó con Hugo intercambió un momento la mirada con él, pero luego la jefa aclaró que era de Sintaro de quien se tenía que encargar. Al terminar de escucharlas, levantó una ceja.

-¿En serio? ¿Hemos pasado de una fiesta de pijamas a una fiesta del placer?-se levantó poco a poco-¿Y cada minuto sin lograr resultado nos quitamos nosotras una prenda de ropa?-Se miró a sí misma. Solo tenía dos prendas. Sólo dos minutos. Estuvo en silecio unos momentos antes de levantar la mirada hacia Hugo. Él y Himeko parecían haber intimado ya, y seguro que la chica sabía qué excitaba a su compañero de equipo. Pero eso no era un obstáculo-Está bien. Sin problemas.- avanzó hacia Sintaro, le hizo dejar el móvil y vaciarle de trastos y lo tomó de los hombros para sentarlo en la silla. Sin levantar los hombros se inclinó sobre él, hablándole al oído-No es nada personal...-y dicho esto se incorporó.

Dos minutos. Se fue hacia el balcón y abrió la puerta, volvió a Sintaro y con cuidado de no tocarle arrastró silla y chico hasta afuera, en la balconada. Luego sin mediar palabra con nadie entró decididamente en el baño de Hugo-Con permiso, compi-se excusó en voz alta una vez dentro. Al poco apareció de nuevo con una toalla grande en los hombros y algo en las manos. Avanzó hasta Sintaro que estaba sentado en el balcón, ella con el barreño de agua fría en las manos, y al llegar a él vertió toda el agua encima del muchacho en un sonoro SPLASH. 

Entonces, se limitó a tenderle la toalla abierta.
-En Abril, con la ropa empapada y éste frío, calculo que mínimo te espera una hipotermia. O te resignas o te quitas toda ésa ropa mojada y aceptas la toalla-pronunció con simpleza pero sin demasiada piedad. Sólo le quedarían unos segundos antes del verse cumplido el primer minuto.

Que lista es Kae...pasa de participar en el juego en condiciones, pero que lista.

Acerco mi pie enfundado en la bota a Yamato y le sonrío. -Adelante ^^- mientras observo a los demás.

Lo peor será que si Kae gana...a saber que me hace >.<

Mi imaginación vuela, yendo a cosas cada vez peores, dignas de cualquier reina del mal sádica y amante del dolor. Que Kae siempre haya sido buena conmigo no es traba alguna para mi imaginación.

Los equipos no estaban tan mal. Miré Hugo, mi proyectada víctima, y le sonreí con una mirada encantadora y provocadora - yo no tendría problemas para quitarme ahora mismo alguna prenda, no es algo que me preocupe demasiado.

No es que fuera una fresca que le diera por quitarse la ropa como una fulana, pero en aquella situación, entre los compañeros y esos juegos, andar un poco más ligera de ropa era sólo una ventaja. Siempre y cuando no terminara quitándome la ropa interior la cosa iría bien,

Manteniendo mi sonrisa perversa, me acomodé mejor en la cama en la que estaba, y agarré el móvil. Escribí un mensaje rápidamente, mientras mi mano iba bajando la camiseta y aumentaba el escote hasta que apenas tapó el borde superior de mi sostén. Le dí al botón de mandar y volví a alzar los ojos para clavarlos en los de Hugo. Me mordí el labio inferior y la mano que sostenía el móvil rozó de manera casi imperceptible la falda corta que llevaba.

De buenas a primeras Sintaro no quería ni desnudarse ni tener que sufrir como otros veían como se le ponía dura, pero, el mismo puso las regles así que se relajó. El Chico miro como  Kae le quitaba todo lo electrónico, al quitarle el móvil Sintaro sintió como un pequeño infarto que le dejo pálido, sin vida, sintiendo como el alma se le escapaba por la boca – mi móvil... mmi Preciado móvil... me estoy quedando sin fuerzas... – murmuro cuando se quedó patidifuso al notar como es arrastrado.

Durante todo el recorrido y en el balcón miraba dentro para ver donde iba Kae “¿pero que tendrá esta en mente?  ¿No querrá hacerme el amor en el balcón?” pensó casi horrorizándose.

Al ver que Kae venía con una toalla y un recipiente de agua se temió lo peor, pero, jamás se imaginaria que la chica le tiraría agua encima.

Sinta se quedó perplejo y empapado, tardo unos segundos al darse cuenta de algo era el frio de las noches de primavera. El Chico de ojos rojos sintió un escalofrió y de repente estornudo, no es que sea débil, si no, que se encerraba tanto que no estaba acostumbrado ni si quiera a las pequeñas brisas.

Sintaro se quedó unos segundos sentado cuando le vino el segundo estornudo, es entonces que a pesar que no le gusta perder, se puso en pie y se comenzó a quitar la ropa quedando solo con los calzoncillos azules.

El cuerpo de Sintaro era Delgado y nada fibrado, pero no por ello tenia mal cuerpo, temblando entro dentro y tomo la toalla secándose el pelo – pu... ¿puedo quedarme con los calzoncillos? – pregunto cuando se intentó tapar con la toalla. Y miro con sus rojos ojos a Kae como si fuese un cachorro inofensivo.