Partida Rol por web

Rolando

EL Pueblo de Rolando

Cargando editor
02/05/2011, 14:49
Diego Garcés

 Garcés sonríe al ver que su propuesta es aceptada.

 

Consciente de que darían más peso a la palabra de un hombre que a la de una mujer, y más aún a la de un mercenario experimentado, Garcés desembucha:

- Acampar no significa encender hogueras, y en este caso debería ser así -dice apoyando la sugerencia de la mujer-. No quisiera delatar nuestra posición, ni ninguno de los presentes me atrevo a decir. Mi sugerencia es acampar sin hogueras, en este prado, para poder ver ya de lejos a todo el que quiera acercarse. La luz del fuego le permite ver mas al enemigo de lo que nos permite ver a nosotros. Propongo guardias de dos hombres, para cubrir mejor el espacio y que cuiden mutuamente de no quedarse dormidos. Aún tenemos raciones para un par de días, nada de adentrarse en el bosque a cazar, al menos hoy, pues el sol se está poniendo ya.

Cargando editor
03/05/2011, 12:10
Rodrigo Ramirez

 Partamos prestos a buscar un sitio donde acampar - Rodrigo se dirige al que han designado como compañero y después se vuelve hacia el conde y haciendole una breve reverencia, se encamina a buscar un lugar idoneo

Rodrigo es hombre de pocas palabras y durante el viaje no se ha mostrado desagradable ni mucho menos, pero tampoco ha sido muy charlatan

Cargando editor
03/05/2011, 12:19
Director

Notas de juego

Entiendo que acampáis finalmente en el lugar en el que estáis, ¿ es así ?

Cargando editor
03/05/2011, 12:35
Rodrigo Ramirez

Notas de juego

Bueno, yo iba a buscar un sitio adecuado para acampar que cumpla con lo que pedía el conde: agua para los caballos y horizonte despejado para evitar emboscadas

Cargando editor
03/05/2011, 13:24
Diego Garcés

Notas de juego

 Yo simplemente busco un prado amplio, donde podamos ver si alguien se nos acerca ya desde lejos. En cuanto al agua...yo tengo 2 litros de líquido... ya me preocuparé mañana por ella.

Cargando editor
03/05/2011, 13:47
Manuel de Fonseca

Notas de juego

De momento me atengo a las acciones de mis experimentados compañeros.

Cargando editor
03/05/2011, 14:54
Director

Bajando por la pendiente por la que no ha mucho ascendisteis, encontráis un pequeño claro flanqueado por varios árboles y matorrales a los lados. No está en alto, pero se os antoja un lugar de fácil defensa en caso de ataque. Además no está lejos de la cresta de la colina por lo que podéis subir para vigilar y bajar en pocos minutos.

Cargando editor
04/05/2011, 10:56
Diego Garcés

Vuelve con Rodrigo de inspeccionar los alrededores, con la cabeza bien alta y una sonrisa de oreja a oreja inclina una rodilla en tierra ante su Señor.

- Mi Señor, Rodrigo y yo hemos encontrado un claro a poca distancia de aquí. Está flanqueado por árboles, de fácil defensa y protegido por esta loma, en pendiente.

Cargando editor
04/05/2011, 10:57
Don Alonso de Ortiz, Conde de Guadarrama

Cuando Rodrigo y Diego finalmente aparecieron, el animoso Conde se acercó a comprobar el emplazamiento.

Bien, deberá bastar. Iria, acércate mujer, que no mordemos ninguno. Pon la leña cerca.

Después se dirige de nuevo a la fuerza de choque del grupo: el almogávar y el silencioso cazador. 

Ahora habéis de cavar un buen agujero, media vara servirá de hondo, por una vara de largo. Forradlo con piedras que prestamente os hemos de traer. Una vez hecho esto, podréis encender dentro fuego para calentarnos, sin pena de ser vistos desde lejos... todavía podremos hacer de este sitio un lugar aceptable para pasar la noche.

EL Conde, una vez amarrados los caballos bajo una encina cercana, y revisado su buen estado de salud, se aplica a la faena, buscando y tomando él mismo grandes piedras (o pequeñas, de no haberlas grandes) y amontonándolas cerca del sitio designado para la hoguera.

Vamos, Manuel, agarra unas cuantas piedras.

Notas de juego

Las órdenes del conde han sido buscar por los alrededores, mientras queda luz, un sitio resguardado. Si es posible con agua, un arroyo o así, para los caballos.

Asumo que encontrar un sitio adecuado más o menos no es difícil por allí. Si tiene agua o no ya es cosa de que tú lo digas :)

 

Cargando editor
04/05/2011, 11:13
Manuel de Fonseca

-Cómo ordene, mi señor - respondió Fonseca.

Tras amarrar el caballo a la encina junto al del Señor, Manuel se dispuso rápidamente a complacer el mandato. Inspeccionó primero la zona inmediatemente cercana para ver dónde había piedras grandes, y acto seguido comenzó a pasear con presteza para ir recogiendo unas cuantas. Las más pequeñas las guardaba en un bolsillo de su pantalón, mientras que las más grandes las cogía en su mano, cada dos o tres, por no poder cargar mucho más.

Mientras recogía, Manuel se atrevió a preguntar al Señor.

-¿Y cuándo observará Vos aquel pueblo? ¿Lo hará de mañana o partiremos hacia él justo cuando el sol asome?

Notas de juego

Si tengo que tirar para encontrar piedras me dices.

Cargando editor
04/05/2011, 11:14
Diego Garcés

Antes las órdenes de su Señor Diego inclina la cabeza en señal de asentimiento aunque no puede evitar pensar que quizás sean exageradas, siempre y cuando se tenga en cuenta que no ha mucho que Diego acabó con tres hombres él sólo, y eso sin contar al cazador cuya mirada constante al Arco presagia que no es manco.

- Como deseéis - Comienza a cavar usando la daga sacando grandes montones de tierra, ensanchando el hoyo poco a poco. - Vamos Rodrigo, ayudadme.

Cargando editor
04/05/2011, 11:20
Director

Notas de juego

No hace falta que tiréis nada, ese tipo de cosas son acciones automáticas.

Cargando editor
04/05/2011, 12:15
Rodrigo Ramirez

 Sin pronunciar palabra, Rodrigo se acerca a Diego y empieza a cavar para preparar el hueco. Dado que no dispone de daga, utiliza sus propias manos, tan curtidas por la vida, para agrandar el hueco.

Cargando editor
04/05/2011, 19:40
Don Alonso de Ortiz, Conde de Guadarrama

Viendo que el campamento ya va encaminado, Don Alonso se permite considerar el día de mañana, y contesta a Manuel, pero también para todos.

Veamos primero que las noches son tranquilas... si todo está en orden por la mañana, iremos para allá sin más, creo yo. Eso sí, con las debidas precauciones que cuadran a viajeros avisados como nosotros.

Y con ello se prepara para pasar la noche, no sin antes establecer unos turnos de guardias.

Cargando editor
04/05/2011, 19:53
Manuel de Fonseca

-Por supuesto, mi Señor.

Fonseca dejó las piedras a un lado, junto a los hombres que estaban cavando. Y una vez que terminaron se dispuso a colocarlas, las suyas y también las que el Señor había agarrado, en torno al hoyo, donde iría el fuego. Habrían de estar alerta frente a lo que ocurriese, pues no sería justo que una desavenencia les asaltara en un lugar alejados de la mano de Dios...

Cargando editor
04/05/2011, 22:17
Director

Finalmente y tras llevar a cabo las tareas propias de una mesnada en camino y sus consiguientes precauciones, por fin os instaláis cómodamente junto a lo que queda de fuego y tras las chanzas, chistes e historietas variadas en torno a los rescoldos, os quedáis plácidamente dormidos mientras Iria monta guardia( la primera guardia de la noche).

- Tiradas (1)

Tirada: 1d6
Motivo: Guardia de...
Resultado: 3

Cargando editor
04/05/2011, 22:22
Director

Te sientas y apoyas la espalda en un árbol cercano, velando el sueño del resto. Les miras sin cambiar de postura, gracias a lo que queda del fuego no estás en completa oscuridad y algo se ve aunque no distinguirías un oso a poca distancia la verdad sea dicha.

La noche es fresca aunque soportable e incluso podrías llegar a considerarla hasta agradable. El calor es para ti insoportable por regla general, los sonidos propios de los bosques te tranquilizan, los animalillos, grillos y algún pajarillo nocturno, pero sobretodo la inmensa sensación de paz y tranquilidad que te produce.

Empiezas a pensar en Portugal, tu tierra querida, sus campos, sus paisajes... De pronto y sin saber por qué rara asociación de ideas recuerdas tu pasado, a tus padres, tu boda y cuando quieres darte cuenta estás pensando en el Conde.

Ese miserable hideSatanás!!

El cansancio de tantas jornadas de caminatas, de viajes por ninguna parte, de larguísimos días hacen mella en ti, la cabeza te pesa cada vez más los párpados quieren cerrase. Cambias varias veces de postura sacudiendo la cabeza como si eso fuese a ayudarte, pero no lo hace, no. Nada más lejos de la realidad. En un momento dado, y sin darte cuenta ni por supuesto quererlo, te quedas dormida en un duermevela ligero.

Ves un claro, un gran edificio, una cruz de madera poco ornamentada, una extraña piedra, una sandalia, una habitación muy estrecha pequeña pero limpia, una cabra. Escuchas un coro de voces, voces dulces que hablan sosegadamente, sin prisa, en tono bajo... NO! espera! esas voces son reales!

Abres los ojos, a varios pasos tuyos ves tres figuras con un hábito negro ( ¿o son marrones? ) que te miran sonriendo.

Cargando editor
05/05/2011, 00:46
Iria Da Cunha.
Sólo para el director

Observo detenidamente a las tres figuras ataviadas con hábitos que me sonrien, intentando discernir si son reales o si son el producto de mi todavía adormecida mente, mientras maldigo en silencio mi estúpido descuido.

- ¡Por las llamas eternas del Infierno!, ¿cómo diablos he podido dejar que ocurra una cosa así? -

Después, me incorporo lentamente, intentando mientras tanto desenvainar mi cuchillo lo más disimuladamente posible, y digo con la voz más alta que me permite mi estado de sorpresa, con la firme intención de despertar a mis dormidos compañeros:

- ¡¿Quiénes sois, y qué asuntos os han traido a estas horas al campamento de mi Señor?! -

Cargando editor
05/05/2011, 18:54
Director

Vuestro sueño se ve súbitamente interrumpido por un grito:

Cargando editor
05/05/2011, 18:55
Iria Da Cunha.

- ¡¿Quiénes sois, y qué asuntos os han traido a estas horas al campamento de mi Señor?! -