Partida Rol por web

-Perdonad mi osadía, os curaré si os lo que quereis y proseguiré mi camino...- dice alzando el martillo con furia.Las letras del libro se iluminan intensamente de una un blanco cegador, para acto seguido ambos viajeros verse envueltos en un aura dorada que rodeaba su cuerpo.

-No deseo agotarme, aún me queda mucho camino.Os curé las heridas más importantes...- les informa cuando aparece una joven de cabellos dorados hablando de bestias lobo y más humanos.Pero ese no era su objetivo, su objetivo era la torre y tendría que conseguirlo.

-Ahora, si no es mucha indiscreción....- cierra el libro volviendo a la normalidad-...debo partir.Que la luz os acompañe viajeros..- dice echando un último vistazo a la joven recién llegada.A primera vista parecía una buena guerrera, habían tenido suerte esos jóvenes.

-"¿Tanto interés y preguntas para ahora marcharse sin más?...Si hubiera estado aquí Nerzul..."- pensaba para sí Ithilon. Aquél tipo se le estaba empezando a cruzar, y el joven hechicero comenzaba a mostrar un comportamiento un tanto ridículo, parecía enfadado, igual que un crío, solo que se trataba de un crío que era capaz de lanzar fuego por las manos. En aquellos instantes había aparecido en escena otra paladín, de cabellos dorados, y que en apariencia parecía ser de los buenos, por así decirlo. Lorthas parecía que ya tenía intención de irse, pero aquello no le olía demasiado bien al hechicero. Era bastante lógico pensar que el caballero no tenía demasiadas malas intenciones, les había ayudado en dos ocasiones, primero acabando con el goblin, y después curandoles las heridas con su magia, pero la paladín acababa de aparecer y todavía no sabían de quién se trataba. No tenía razones para sospechar de ella si decía tratarse de una paladín, los paladines no mentían, pero..., y si era otra cosa y había mentido. Ya le daba igual, acababan de curarle, y tenía una mínima posibilidad en combate, si las cosas salían mal podría llevarse a alguien por delante.

-"Ni siquiera nos ha dicho qué hacía aquí..., tiene demasiada información..."-miró por un instante de reojo a la paladín que hacía llamarse Annie-Encantado mi nombre es Ithilon.- saludó a Annie con una reverencia, y poniendo su mejor cara de forma rápida. Volvió entonces a girarse en dirección al caballero.-¡Eh, Lorthas! ¿Cual es ese lugar al que os dirigís que tanto os urge?- levantó un poco más la voz con intención de que le oyera y le hiciese caso.

-Y qué quieres que haga yo con un hombre-lobo? tengo cara de saber qué hacer con uno de ellos?- enarco una ceja, divertida, contestando a la broma de Annie. Por fín alguien con dos dedos de frente y algo de sentido del humor. Es un verdadero aliviooooo.

-Tu tampoco tendrás vino verdad?- vuelvo a intentarlo. Porque será que todos los paladines del mundo tienen esa extraña tendencia a ser totalmente abstemios?

Ithilon parece estar cada vez más mosqueado. Aunque al menos parece tener algo de mejor aspecto, empezaba a ser preocupante su jeta de enfermo crónico. Entonces el gigantón quiere irse sin nosotros, así de líbre.

-Eh. Tú! Gigantón! Qué prisas no?! porque no frenas un rato y nos esperas? igual te somos útiles...- le grito a Lorthas. Joder, ahora que teniamos dos paladines no pensaba despegarme de ellos, me niego.

Para su paso y ladea su cara hacia estos.

-He viajado sólo durante toda mi vida, y he logrado salir de cada problema.Me dirijo al castillo....Conseguiré todos los tesoros que pueda y los llevaré de vuelta conmigo.Es sólo una prueba de honor como caballero de la luz que soy.Es un reto más que cumpliré.Además, ya estoy tranquilo viendo que teneis a mano una buena paladín, parece ser muy sabia...- comenta para seguir su camino.Alaz asu brazo a modo de despedida mientras se acercaba al castillo dispuesto a darlo todo.

- ¿Que podrías hacer con un hombre lobo? No lo sé, pero con esa cara de pervertida que tienes… mejor ni me lo imagino - respondió la paladín, antes de mirar al norte y exclamar con resignación, encogiéndose de hombros al ver marchar a Lorthas: - Bueeeno, algunos compañeros son así de cabezotas. También los tenemos en la orden del halcón.  

- Pero él quizá entienda que no se puede atacar esa fortaleza en solitario cuando se enfrente a un oponente que le dé un buen rapapolvo. Y en cuanto al vino, mi amiga… estas de suerte. Me queda un sorbo o dos en el odre – exclamo Annie con una sonrisa, extendiéndole el pellejo donde normalmente un paladín llevaría agua a Myrna.

Ooooooiiii cada vez me cae mejor esta mujer, a pesar de quemarme los ojos con su cabello rubio, sedoso y brillante, tiene vino!!!! Casi lloro de emoción al oirla. Me da igual como me llame, pervertida o lo que quiera, podría matar por ese culillo de la bota de vino.

-Me acabas de hacer muy feliz- cojo la bota que me ofrece y la destapo para beber de ella -no sabía que los paladines bebieran vino, creía que erais algún tipo de abstemios que no beben vino ni comen carne animal, ya sabes, ese tipo de cosas...- hago un gesto frívolo con la mano. Acerco la apertura de la bota a mi boca y empiezo a inclinar la bota para vaciarla. Me paro con la bota a mitad de camino.

-Oye, no dijiste que unos amigos tuyos estaban atrapados? No deberías intentar salvarles o algo así?- pregunto, algo confusa y extrañada con el relajamiento de la chica.

- Eso es generalizar. No todos los paladines tenemos un palo metido en… bueno, ya me entiendes. Algunos son muuuy rígidos, severos, parcos, etc. Otros son exageradamente legales. Y unos pocos tenemos la fortuna de seguir a la diosa halcón. Ella es bastante benevolente y permisiva con nosotros. Mientras hagamos el bien, le da un poco lo mismo nuestra personalidad y manías, o si hacemos las cosas legalmente o no – responde Annie locuazmente, antes de arrebatarte el odre juguetonamente para evitar que te tomes el último sorbo de vino.

- Así que aquí tienes un paladín que come carne, bebe vino, se divierte y todo lo demás. Y sobre mis amigos, lo que dije fue que probablemente los capturaron. No estoy segura de ello. Por supuesto, debo intentar rescatarlos y de hecho me dirigía a la ciudad cuando escuche sus voces y me acerque a ver. Necesitare un arma de plata si quiero tener alguna oportunidad contra los hombres lobo.

- Aunque ahora que lo pienso mejor, nuestro hechicero si conseguía dañarlos un poco. Y hablando de eso, ¿tu amigo quiero que lo cure o no? – exclamo Annie mirando un tanto divertida al hechicero, que no había despegado los labios para nada.

Avanzaba por la senda a paso firme y rápido, nada lo detendría.Sentía que los dioses estaban con él, y lo daría por todo por conseguir ese reto y sumar más hazañas a su lista de paladín.Confiaba en aquellos muchachos, aunque la paladín no le acababa de convencer.S mantendría al margen, y primero haría lo que había venido a hacer, quedar marcado en la memoria de todos y en la historia.

-Después de tantos peligros, y ahora este quiere llevarse el tesoro el solito...debería...- farfullaba en voz baja el hechicero mientras el paladín se alejaba. Sus manos emitían un aura de color morada que hacían que su silueta se distorsionase, como si estuvieran envueltas en niebla o similar.-...No merece la pena, mejor calmarse...-susurraba cogiendo una gran bocanada de aire y olvidándose por completo de Lorthas. Volvió a girarse hacia la recién llegada con buena cara, como si nada hubiese ocurrido. Definitivamente, cualquiera que le viera desde fuera podría penar que era bipolar. Annie quería ofrecerles su ayuda, y terminar de curar las heridas que aún perduraban en su piel, parecía algo más simpática que Lorthas, y Myrna parecía que había hecho buenas migas con ella, tal vez nos fuera útil, y más después de la pérdida del mago negro.

-Eh.., si si, claro. Aun no estoy en condiciones de entrar en combate que digamos.-contestó casi riendo.

Me parece ver que Ithilon está teniendo una rabieta por el gigantón?! Casi me da un ataque de risa de verle como se contiene el pobre. Si es que es adorable, para qué negarlo. Reprimo mis carcajadas robándole la bota a Annie y bebiendome el trago. Es eso o ayudar más a la ofensa del pobre mago...

-mmm... que rico, cómo lo necesitaba- le paso la bota de nuevo- por cierto, ya no queda más. Lástima- esbozo una sonrisa -plata? necesitamos plata? uhm... pues no sé si el yayo llevaba algún artefacto de ese material, como salimos corriendo detrás de los goblins no me dio tiempo a mirar entre sus restos, la verdad. Y mis armas tampoco son de plata... -me quedo algo meditabunda- pero quieres decir que da tiempo de volver a la ciudad a robquiero decir conseguir algún arma de plata? les queda tanto tiempo a tus amigos?

Aunque por otro lado, volver al pueblo no es taaaan mala idea, "podríamos conseguir más armas y vino y comida, aunque tengo mis serias dudas de que tengamos tantas fuerzas, aparte del pequeño detalle de cómo conseguir todo aquello, aunque claro, para alguien como yo, no debería ser problema, al menos no uno muy grande".

Esbozo una sonrisa, mientras estoy inmersa en mis pensamientos.