Partida Rol por web

Muy bien Guts- el gatico asintió satisfecho al ver que el menor había conseguido abrir la puerta. El olor a perruno ahora era más evidente y Alfred no pudo evitar erizar el lobo, a la vez que se le ponían tiesos los bigotes por el aroma.

No le pasó de inadvertido las palabras del cachorro, pero ahora tenían un problema más grave delante de sus hocicos - Ginebra, no es hora de maullar tan fuerte. Con suerte esos animaluchos no nos habrán oído o quizás olido. Será mejor ir con cautela... no quiero que esas sucias bestias nos delaten - su mirada pasó ahora a Marfelina y Zoe - será mejor que le cojáis - señala a Guts con una pata-  no creo que esta vez tengamos la posibilidad de escondernos y viendo la que formó en el cubículo anterior...

Al escuchar las palabras de Ginebra, me giré con cara de zombie y la lengua fuera balbuzeando.

-Zi, pod ezo enconté yo la entada a ezte zitio, pod ezo ize que el cashoyo humano ze dieze cuenta de que eda hoda de comé y pod ezo también adiesgué mi vida zaltando zobre ti pa ablilos la puedta...prrrrrrrrrrrr....

Y con paso firme avancé hacia aquel lugar maloliente.

"Gatos..."-pensé despreciativamente.

Me llevo una pata a la cabeza cuando el cachorro entra ahí dentro sin más.

- ¿Pero que hace? Había que entrar con cuidado. Ya lo han olido, ni que fuera a posta...¿Seguís sin ver que él puede ser el gatico faldero?  - digo muy seria- Él, él...- le señalo con la pata.- Mostró su desprecio a los gatos, y ahora nos delata delante de los chuchos...

De dos saltitos Zoe entra y toma de la nuca a Guts, lo saca con cuidado, mira a sus compañeros y en especial a Ginebra para que no reprima a su cachorro adoptivo.

Guts, te voy a dar la misión mas importante de todas, no te puedes separar de mi, tienes que estar atento como el que mas,espera.... Zoe para y estira la pata para lamerse la barriguilla,perdona, iras a mi lado, los ultimos para asegurarnos de que ningun humano o cachorro huano nos sigue, seremos la retaguardia, vale hijo? Asi podre tenerlo mas vigilado... ainss como añoro tener esa vitalidad.

Al olor del gatico Guts entrando, responde una orquesta de perretes...

Ante el temor de los gaticos a que los perretes salgan en estampida, todos erizan el lomo. Por suerte solo son ladridos, aunque cercanos. Los perretes no deben poder atravesar la puerta de alguna forma.

Al entrar, Guts ha visto el infierno gatico.

Cuando Zoe me agarró, y me dejó en el suelo tras el, mi cara era cuanto menos, ridícula *, me quedé de miepdra allí plantado pensando en lo que acababa de ver y ni llegué a escuchar las palabras que este me decía, es más, hasta tardé un rato en volver en mi y reaccionar.

Al escuchar esa jauría de perretes del demonio, Aldred no pudo evitar que todo su lomo y cola se erizasen hasta límites insospechados.- El horror...- susurró mientras movía su bigote de forma nerviosa. Miró a sus felinos compañeros - bueno, id entrando... yo os cubrió mientras me acicaló.

Comenzó a lamerse una pata, mientras miraba a la puerta de manera nerviosa y moviendo la cola como si espantara moscas.

Me llevo la pata a la cara, de nuevo, cuando los chuchos empiezan a ladrar. No entiendo porque Zoe coge ya a Guts, si ya no solieron esos canes.

- Ya lo dije...ya lo dije...- niego - Anda vamos...vamos...Ahora hay que hacerlo muy rápido - digo y soy la primera en pasar por esa puerta de ambiente hostil y atufante, total, si ya están ladrando. Aunque lo hago con tiento, no vaya a ser....

Al entrar ves el infierno gatico:

Los perretes, bestias inmundas, ladran sin parar como locos al verte.

Al pasar Ginebra los ladridos aumentan de intensidad. Aquello se está poniendo peliagudo, aún más cuando tras vosotros oís pasos humanos, tras la puerta que no atravesasteis. ¿Qué hacéis gaticos? ¿Huís por el despacho o entráis tras Ginebra?

Alfred se pone sobre sus 4 patas de un brinco. Los ladridos le ponían nervioso y esos paso de humano no mejoraba la cosa. Así que entró tras Ginebra, aunque no le hacía gracia la idea, había que avisar y ayudar si necesitaba ayuda. Buscó a la gata naranja mientras maullaba bajito.- Ginebra... viene un humano. Quizás esos perros pestosos le han avisado con sus ladridos-  miró a todos lado dentro de aquella sala, con el lomo muy erizado. Había que buscar algún sitio donde esconderse otra vez. 

Zoe sabia que era un perro, sus años en la calle le habia hecho temerlos aun enjaulados y ahora estaba entre la espada y la pared, no permitiria que le pasara nada ni a Guts ni a su pareja,Humanos o perros enjaulados?.... sigamos a Ginebra!!

Entro en aquel lugar inmundo lleno de chuchos apestosos, y no puedo evitar arrugar la nariz de disgusto y tufo. Aprovechando que soy la primera en entrar, pues el resto parece pasmado en la puerta de aquel infierno gatuno, lo que hago es acercarme a las jaulas. Lo suficientemente cerca para enrrabietarlos aún más, pero lo suficientemente lejos como para que no me alcancen con sus zarpas. También les bufo, con sorna. Ellos están ahi metidos y yo estoy aquí fuera. Todo esto antes de que entre ninguno más de mis compañeros, pues después rapidamente me alejo de las jaulas.

Miro el lugar con asco y el lomo erizado. Cuando Alfred entra y me dice lo de los humanos lo erizo aún más, teníamos problemas.

- ¿Humanos? - bufo de malestar- ¿Estás seguro? Maldita sea, tenemos problemas en ese caso...Quizá deberíamos salir...Aquí no hay donde esconderse con estos animales infestos...- digo mirando todo, nerviosa.

Al ver como tras tanto ladrido y luego los pasos humanos por detrás pone nervioso a todo el mundo, la adrenalina en mi interior circula a toda prisa y empiezo a correr hacia ginebra adelantándola y mirando por todas las jaulas a ver si veía algún gato o a Rayas, sin pararme ni un poco a pensar, solo corriendo a saltos y mirando por todos lados.

Negó un poco con la cabeza - ¿y dónde salimos? detrás nuestra viene el humano...- en ese momento ve como Guts sale corriendo y saltando, cual liebre campestre. Alfred puso los ojos en blanco y bufó bastante enfadado- lo mato, maldito cachorro- susurró el gato esmoquin. Ya empezaba a cansarse y sobre todo se estresaba con esta situación. - Será mejor que busquemos a Rayas y salgamos todos, si hay que arañar al humano en la huida, que así sea. 

Aquella jauría asustó a Marfelina, pero solo durante unos segundos, hasta que reflexionó todo lo vivido en la calle... o más bien hasta que se dio cuenta de que aquellos perros del demonio estaban encerrados. Sin embargo, los ladridos llamaron la atención de un humano y el miedo volvió a apoderarse de ella. No tenía mucho tiempo para pensar hacia dónde ir, así que siguió a los demás gatos.

Ya no hay marcha atrás, tenemos que buscar un escondite sí o sí -decía mientras miraba con preocupación a Zoe y Guts.

- ¿Quereis pensar un poco? ¿Un escondite donde? ¿En un jaula con un chucho? ¿Quien se ofrece a hacer la prueba? - digo con ironía ante el panorama. Allí solo parecía haber jaulas llenas de perretes, y si también había de gaticos yo de momento no las veía, cláramente no pasaríamos inadvertidos al humano.-

Me atuso los bigotes de forma nerviosa. Ya me veía encerrada en este sitio maloliente. Seguro que no tenían camas acolchadas y el pienso no era premiun con ternera y buey. Ni me bañarían con mi champú favorito "Diva Gatuna" de Loreal, o como fuera esa marca humana.

Los perretes se ponen como locos al entrar los gaticos y pasearse delante de ellos. Aquel desfile gatuno no era bien recibido y se lo hacen saber con ladridos, gruñidos y golpes contra las rejas. Tras el largo pasillo del infierno, hay otra puerta cerrada. Esperáis que Rayas esté al otro lado, pues oís al humano pisándoos los talones con tanto alboroto perruno.