Partida Rol por web

La zarpa acusadora del Coronel Bigotitos exaltó a Marfelina, la acusaba de traidora y pretendía que estuviera en contra de sus amos. Al escuchar esas palabras la gata le respondió seriamente Yo no he dicho exactamente que no voy a traicionar a los humanos... Mi amos, mi familia son lo único que tengo salvo vosotros. Ellos fueron los únicos que me ayudaron cuando fui atropellada, por culpa de unos gatos. Gracias a ellos estoy aquí hablando con vosotros, estoy viva. He de decir que no defiendo a todos los humanos, muchos fueron los que pasaron de mi cuando estaba moribunda al lado de la carretera, es por eso que hago lo que os cuento cada mes. No todo el mundo merece la pena, pero mis dueños si. Eso sí, cuando hagan algo que no sea de mi agrado se lo haré pagar, pero por ahora soy feliz con ellos. Cuando terminó de hablar, Marfelina tragó saliva a la espera de lo que el Coronel le fuera a decir.

Dejad a Marfelina,ella es buena gata y siempre nos ayuda,sera mas moderada en sus asuntos y otros son mas radicales ,pero ella es una buena gata y es madre de mi hijo Mercedes... , Marfelina, no te preocupes tanto,que no estas sola,pase lo que pase ahora tienes una nueva familia

Suspiró y movió los bigotes con cierto disgusto al ver la situación. No dijo nada, el asunto ya estaba bastante candente, así que se dedicó a mover su cola con gracia. Negó con suavidad su cabeza - no sé nada de ellos, Coronel Bigotitos... - un nuevo suspiro salió de él- sobre Marfelina... hay gastos extravagantes en todos lados y ella es uno de ellos... no creo que haya que desconfiar de ella por el momento - se lame una de sus patas que parece que tiene puesto un elegante guante blanco - pero sin duda, si lo mostrase, habría que actuar en consecuencia. 

Las palabras que pronunció Zoe a favor de ella la tranquilizó aún más que lo que dijo Alfred segundos más tarde Alguien que confía en mí, no estoy sola... Aunque Marfelina no entendía por qué iban a estar solo pendientes de ella No hay que olvidar que aunque yo sea más sospechosa que vosotros por mis sentimientos, cualquiera nos puede traicionar. Hizo una breve pausa y continuó con otro tema, no quería seguir hablando de eso. Respecto a Rayas y Lúculo no los veo desde la última reunión. Esta es una de las pocas veces que estoy de acuerdo con Ginebra, pero, quizás están en el callejón de Moe's.

Seguí agazapado, ahora con cara de disgusto y mirando mal cuando Zoe me llamó Mercedes. "No tiene suficiente con que el tenga nombre de fémina como para ponerme a mi también uno, ¿Por qué nací gato?"
-Yo también quiero ir al callejón de Moe's...
"Mierda, eso lo he dicho en voz alta."
Y de nuevo hundí mi cabeza en el suelo, los temas de los adultos no me eran realmente importantes, bastantes probemas tenía yo siendo gato ya...
 

Sonrío con cierta malicia cuando Guts dice lo del callejón de Moe`s. Está claro que aquí el que no corre, vuela. Las nuevas generaciones empiezan fuerte.

- Parece que tu "hijo" Mercedes, tiene poca inocencia que conservar...- a Zoe, digo "Mercedes" con cierto burla, pues a Guts le iban a caer más de una broma y de dos a causa de las ideas felices de Zoe - Que lástima...- añado con sarcasmo.

Me quedé quieta, quieta como una piedra. Con los ojos cerrados con el miedo que me imponía la situación. Quieta como una piedra que se queda más quieta de lo que ha estado en el monte los dos mil últimos años. Y eso, que de reojo vi una mosca, o alguna clase de insecto, sobrevolando muy cerca y llamándome imperiosamente a la acción. Pero ese… “gatito ninja” me liberó a rápidos, silbantes y delicados zarpazos de sus garras afiladas. “¡Vaya!” Era sin duda lo que todo gato tenía que aspirar. ¡¡Y sin perder un pelo!! Siempre había admirado a Bolita de Nieve pero entonces le estaba, por vez primera, enormemente agradecida.

Lo miré atónita. Hasta que me sentí incomoda y aparté la mirada a un lado. Entonces noté escozor en la oreja, me lamí la patita y me acicalé. Luego pasé a lavarme el pecho que estaba algo desordenado, luego entre los dedos, entonces… ¡me acordé! Le estaba ¡¡enormemente agradecida!!

Di varios pasos hacía él, y pasé mi morro, mi cabeza y el lado entre su pelaje, antes de sentarme a su lado. -Prrrrrrrrrrrrrrrrrrr…- Ronroneé feliz a mi amigo al que seguiría a cualquier infierno para devolverle el favor. No podía evitar mover mi pequeña y deformada colita de “conejo” con felicidad. “¡Para que luego oiga decir a los tontos humanos que los felinos negros traen mala suerte!” Pensé –Prrrrrrrrrrrrrr…

Entonces… ganó la motita de polvo que pasó rodando por la calle y me vi con la misión sagrada de seguirla.

Cualquiera nos puede traicionar no, traicionar es tan... de barriobajeros... y requiere tanto esfuerzo...

Lúculo y Rayas no eran asunto suyo... ¿Quién en su sano juicio no se habría buscado una familia nueva o un mote molón después de ver que en la cartilla del veterinario ponía en humanense "Lúculo"?

Aunque como no quisiese llamarse culo..

-Pff... culo- dejó escapar por las ventanitas del hocico una carcajada en forma de resoplido tras el murmullo y se agazapó flexionando las patas para apoyar el escuchimizado vientre en el suelo, arrepintiéndose en el acto de haberlo hecho. Ihhhh qué frío... tendría que haberme puesto el jersey de punto de la humana.

Había dejado de prestar atención a las discusiones y, con los ojos cerrados suspiró -No os matará ser mínimamente elegantes y dejar de hablar de furrrrrcias y comentarios fuera de lugarr- abrió un ojo y la pupila vertical les dedicó abierto desdén- Yo voto porque les haya captado alguna de esas organizaciones humanas de "ayudemos a los gatitos" y les tienen encerrados con todo tipo de lujo y sin que tengan que mover un dedo.... suerrrte la suya, mew.-Era estúpido que tuviese que recordarles el tema "central" sobre el que preguntaba el coronel Bigotitos siendo Sphynx conocido de sobra por no interesarse más que por sí mismo y que Felicia se pasease de un lado a otro persiguiendo lo que parecía una pelusa aleatoria quitaba todo tipo de autoridad a lo que decía.

Al escuchar la voz del "pelado" me detuve. Había olvidado por completo porque estábamos ahí. Dejé correr y alejarse la motita de polvo e intenté centrarme.

-Creo que vi a Rayas, o algún gato parecido, hace media semana al restaurante de pasta italiana. Parecía que estaba al acecho de una lasagna desprovista de propiedad.- Dije divagando mi mirada sin saber si aquello apartaba algo al caso. -Podría buscar por allí, a ver sí consigo encontrar su rastro.- Aseguré decidida y con convicción olvidando mi escaso olfato. Me picó el interior de la oreja y me rasqué en vano con la pata trasera.

Zoe se sienta y comienza a lamer su pata para acicalarse despues la cara,escucha atentos a sus compañeros y a Felicia,no se si estaran en la zona italiana,pero lo que si se escucha en las calles es que cuando abren un bar de humanos amarillentos desaparecen muchos gatos en ese barrio... podria intentar preguntar por la zona

De repente, entre tanta pelea de gaticos y creciente frustración del coronel (que por su expresión preferiría estar compartiendo un baño con un perro), llega un gatico gordaco o gataco. Es Lúculo. Lúculo no es el gatico más brillante de la vecindad, pero siempre se presta a hacer cualquier gatería que se os pase por la cabeza. Su humano lo tiene tan mimado que incluso dejó a su pareja humana por tener más tiempo para cuidarle y engordarle.

-Mi coronel...- para a retomar aliento, lo que lleva su tiempo. Bigotitos se muestra más que impaciente, moviendo nerviosamente la punta de su rabo. Lúculo no parece tener prisa para hablar, hasta que Bigotitos le bufa de mala leche.

- Perdone... Mi coronel... ¡Han atrapado a Rayas! Estábamos... Ya sabe, haciendo esa misión que le encomendó a él y le han atrapado. Nos quitamos los collares como nos dijo antes de proceder, para no ser identificados- todos los gaticos caseros saben que si merodean con su collar puesto corren el riesgo de ser castrados, los humanos piensan que la depresión posterior a ser privados de atributos, os mantendrá en casa sin merodear.

- Antes de saltar el muro, me puse a perseguir un ratón... Y pasó una chica... Y dijo que Rayas no podía vivir en la calle, así que lo cogió y se lo llevó. Lo bueno, coronel, es que sé dónde lo llevaron, a la perrera- Lúculo hace una exagerada mueca de asco.- Lo malo, que no acabamos la misión que nos encomendó...

Al alejarse Felicia después de su muestra de cariño, Bola de nieve se queda sentado, sin moverse, en la misma postura y mirando al vacío con los ojos de par en par. Un escalofrío de placer recorre su cuerpo, aunque no llega a sentir mucho más, puesto que está castrado y carece casi totalmente de celo. -Meeww.. Pues sí que ha merecido la pena, ésto si que no me lo esperaba. Es placentero. Sería adictivo para algún gato débil, seguro. 

Volvió a centrarse en sus maquinaciones habituales y se incorporó rápidamente al oir a Lúculo. Se dió la vuelta y fue corriendo hacia la fuente. Dió un salto y se subió. Volvió a darse la vuelta quedándose de frente a los demás, al lado del coronel. Incluso sentado, Bigotitos seguía siendo más grande que Bola de Nieve. Cosa fácil, puesto que éste era más pequeño que la mayoría de gatos adultos. Si silueta negra se difuminaba con la negrura del cielo. Sólo resaltaban prácticamente sus dorados ojos. Aunque eso sería con la visión de un humano, claro. Con aquella postura, alzó la voz para que todos le oyeran.

-Constestadme a ésto! No somos libres los gatos? No tenemos derecho a decidir por nosotros mismos? Por qué dejamos que los humanos nos capturen para sus fines y nos quiebren nuestras vidas? Abrid las mentes! Somos libres! Nos dan de comer y nos ponen una cama para que no muramos! Porque somos sus prisioneros y no tendría sentido que muriéramos! Nos acarician para que estemos agusto y así que parezca que no estamos alli como un juguete! Para ellos, somos juguetes! Es un error pensar que nosotros somos sus dueños.

Con la emotividad, una bola de pelo surge desde lo profundo de su garganta.. pone el cuerpo tenso, baja la cabeza, abre la boca..

-JJJJJJJJ... Auu.. JJJJJJJJJ.. Cof, cof, glup... Ejem.. No somos sus dueños! Eso es el sentimiento de libertad que se manifiesta de esa manera! No lo reprimáis! No es vuestra casa, es la de ellos! Por eso les molesta que rasquemos sus cosas con las uñas con las que nacimos para cazar y alimentarnos! Y nos las liman! Por eso nos castran, para que no nos reproduzcamos! No tenemos derecho a la reproducción?? Es nuestra especie!  Sabe Rey de Los Gatos por qué lo hacen. Y nos visten con sus ridículas ropas que no son naturales para nosotros y rascan y pican! Es eso lo que queréis? Entonces no sois gatos, sois otra cosa. Una nueva especie subyugada por los humanos!

Mira a Marfelina:

-Por qué "tus" humanos no te soltaron cuando se curaron tus heridas? Por qué te recogieron, te curaron y luego te quitaron la libertad?? Nos recogen de la calle, evitan que muramos para sus fines! Ellos decidieron por tí. Decidieron que tenian que curarte, y decidieron que no tenias derecho a ser libre. No eres más especial que otros gatos para ellos. Eres su juguete, estabas rota y te repararon! Tenemos que ponernos en marcha! Pero para ellos teneis que abrir la mente!

Se baja de un salto y cae en el suelo de nuevo y sigue hablando a todos. 

-Estoy seguro de que tal vez Marfelina tenga buenas intenciones y que no hará nada malo queriendo. Pero podemos confiar en que llegado el momento sabrá tomar la decisión correcta? Eso también es una forma de traición.  

Sigue andando, se aleja un poco como le gusta estar, observando, y comienza a intentar explusar esa maldita bola de pelo.. -Coff, cofff, JJJJJJJJJJJJJJ...

Bigotitos bufa con disgusto y niega una vez más ante tanta incompetencia. Queda unos segundos pensativo, mirando a los gaticos. Madre de Bastet, qué iba a hacer ahora y con ese atajo de gatos imbéciles, cuyos únicos pensamientos se reducían al celo o la comida.

-Somos muchos los gaticos aquí presentes... Recuperaréis a Rayas, con la ayuda de Lúculo, y haréis la misión que le encomendé antes de ser atrapado- sentencia, rezando en su interior porque esos gaticos pudieran dar pie con bola en algún momento de su vida.

-Os dividiréis en dos grupos de cinco y asignaremos las misiones. Espero que os esforcéis... Por una vez- añadió desesperanzado, tanto gatico casero y rollizo sería un problema y lo sabía.- Antes de que habléis y os decidáis... Debéis saber que Rayas antes de elegir a Lúculo como acompañante, se lo pidió a alguno de vosotros hasta donde sé. Cuidaos del gatico faldero y sospechad de cualquiera de vosotros, pues él os hará fallar la misión.

Escucho a Lúculo, y despues las palabras de Bigotitos. Procedo a mirar seria y con sospecha a los compañeros. Escrutando.

- Yo voy por Rayas...Eso que le han hecho es una atrocidad. A ninguno nos gustaría estar en su piel. Hay que sacarlo de ese sitio dirigido por humanos estúpidos y faltos...Que me acompañe quien guste. - y miro alrededor, esperando la iniciativa de los candidatos.

Seguíamos contrastando informaciones y propuestas cuando llegó uno de los gatos perdidos. Y no traía, precisamente, buenas noticías. Aquello significaba que la noche no terminaría temprano. Dejé caer la cabeza algo abatida ocultando el hocico bajo mis patitas negando la situación que se presentaba.

No obstante, el inspirado discurso del gato ninja y sus palabras me inspiraron, sacándome de mi apatía. Hinché mi moteado y blanco pecho orgullosa, de nuevo, de lo que ahí hacíamos y de pertenecer a la raza felina. Estaba decidida a hacer uso de mis habilidades que, si normalmente ofuscadas por mi torpeza podían hacer de mí una buena gata de guante blanco como inspiraba mi nombre.

Por desgracia, las malas novedades no terminaban ahí. ¿Había un traidor en el grupo? ¿quién podía ser? Me preguntaba insegura y desconfiando de los que me parecían más sospechosos. Miré uno a uno a todos los que estaban ahí, no tenía ni idea pero me dije que Bolita de nieve no podía ser. Así que tenía claro con quién iría, no quería que me traicionasen y acabar como el pobre Rayas. Tras bostezar irresolublemente, me vestí de convicción y me puse detrás de Bolita de Nieve dispuesto a seguirlo. Ojala Sphynx, Ofelia, Alfred o algunos de los que parecían tan capaces también se sumasen.

Mientras la chachara sin sentido parecía continuar, Alfred seguía limpiando su pelaje brillante y negro. Hasta que apareció aquella bola de pelo de ojos saltones  cual nombre le recordaba a un tipo de lechuga*. Traía malas noticias, que no eran de extrañar a estas alturas. Se tapó los ojos con ambas patas cuando escuchó lo de rayas - que atrocidad... - se incorporó y moviendo la cola de un lado a otro, muy deprisa habló hacia el Coronel - yo me uno a buscar a Rayas, no podemos dejarle ahí... tomo el mundo sabe que el pienso que dan allí es de mercadona - erizó el lomo solo de pensar semejante bazofia.