Partida Rol por web

Rantos seguía dolorido por el golpe pero asintió silente a lo que su hermano dijo...no obstante Morgause se le echó encima y Rantos le acabó echando una mirada de desaprobación a su hermana. El joven heredero tampoco la interrumpió pero cuando acabó se sentó al lado de su hermano, a pesar que estaba deseando que el maestre lo viera. Cuando se sentó sí que le dijo a Morgause:

-Morg, se ha disculpado, es obvio que no quería que sonaran sus palabras así, hemos llevado esto muy lejos- para sorpresa de todos, y probablemente de Tristan, su hermano mayor salió en su defensa en un acto de amor fraternal sincero. El también pensaba que se había dejado llevar por el fragor del entrenamiento y las armas

Todavía a su lado le dijo a su hermano y con una mueca de dolor por las heridas le dijo:

-Te has vuelto muy fuerte hermano, no sabes cuanto me alegro, de verdad... y veo garra en ti más allá de la fuerza física y además has sabido dar un paso atrás cuando algo que has dicho ha podido sonar mal, así que no solo estás más fuerte, sino más sabio-su hermano le puso la mano en el hombro reforzando sus palabras- lo que he dicho que querías protagonismo es injusto, es verdad que ya deberías participar de los eventos de esta casa y es normal que reclames tu lugar y estoy seguro que buscas nuestra seguridad-Rantos sacudió la cabeza negando para si mismo- todavía te veo como mi hermano pequeño que siempre lo serás en mi corazón y a veces olvido que eres un hombre ya... pero te tendré en cuenta como mereces, porque realmente lo vales. ¿Me acompañas a ver al maestre?  -dijo con una sonrisa dolorida.

Lady Alyse, dolorida se incorporó lo más rápido que pudo, pues la armadura incomodaba bastante según que movimientos. - Me honra, ¿un nombre para vuestro caballo..? dejéme pensar...- dijo mientras de despojaba del agobiante y pestilente yelmo y con una rodilla hincada en la arena. Entonces saludó a Morgause, sonriendo tras su comentario, que le llegó desde la grada, y vocalizó claramente un Gracias, pues con tanto polvo tosía y no estaba como para gritar. Acompañó el agradecimiento con un gesto de la mano indicando que no se había roto nada. Sabía que siempre podía contar con el ánimo de su prima y eso le daba ánimos.

Ya erguida del todo, Alyse no tuvo que meditar mucho, sonrió y de un gesto se echó el cabello hacia atrás – Llámele Capaz.- dijo bautizando al caballo. - Este animal ha demostrado su valía para el menester que se le ha requerido y fue prejuzgado injustamente por mí. Capaz es un buen nombre. Aunque sin duda, la habilidad de su jinete es el factor que ha marcado la diferencia. Reconozco que el vínculo entre ambos es de admirar. - añadió elogiando a Sir Heine y su montura - Siempre aprendo de vos y agradezco sus lecciones, tomaré nota y entrenaré mis carencias, pero ahora...- dijo acompañando con una sonrisa desafiante - ¿Qué me dice una inmediata revancha?, ahora mismo, a pie, con la espada.- A Alyse le cubría un manto de polvo, y su armadura ya no lucía tanto, pero sonreía cómo siempre ante la posibilidad de otra contienda, las palabras de su prima bastarda le habían impulsado.

Lord Vignar decidió intervenir para zanjar el asunto de una vez.
-Bueno fue suficiente de discusiones.- Dijo aplaudiendo con sus fuertes manos para llamar la atención. -Ambos han peleado bien y solo tengo que decir sobre el combate que Seas un poco más precavido cuando atacas de esa forma. Me enorgullece tu temeridad pero me preocupa tu defensa.- Dijo a su Primogénito.

-Y con respeto a la discusión quiero que tengan presente que no soy inmortal y que algún día no estaré sentado en mi mesa compartiendo el pan con mi familia, pero antes de que eso suceda me asegurare de que todos tengan un excelente pasar.- Dijo acercando su opinión a la de su hijo Tristan.
-Has peleado bien te felicito por el entrenamiento.- agregó dándole una cariñosa palmada en el hombro a su segundo hijo. Ahora que esto está zanjado veamos la pelea de Lady Alysse y Ser Heine.- comentó un poco más animado.

-¡Sácale los ojos sobrina!- Dijo vitoreando a Lady Alysse.
-¡Córtale la lengua Ser Heine!- Dijo Ahora Vitoreando al caballero.

A pesar de que parecía no  tener un favorito en el combate, aquellos que estaban cerca del señor lo vieron apostar dos dragones de oro a que su sobrina vencería a su caballero.

Ser Heine tirá iniciativa

- "Capaz" -dijo con una sonrisa acariciando al animal- un nombre muy adecuado, en efecto. Me encanta, gracias Lady Alyse.

El caballero se armó con su escudo y una espada larga de práctica. Giró un par de veces la espada con la muñeca haciendo un molinete y dio un par de cortes al aire para ver que estaba bien equilibrada. Cerro los ojos un momento, inspiro profundamente y soltó el aire por la boca. Sabía perfectamente que el combate a espada contra la joven tenía las de perder. Una cota de malla como la que llevaba el caballero no era rival para el armadura que vestía Lady Alyse. Aquel podía ser un factor determinante, ya que en habilidad marcial poco o nada se llevaban.

Abrió los ojos buscando los huecos entre la armadura de la joven, abriendo las piernas y colocándose en posición de combate.

- Me alegra saber que el nombre es de su agrado. - Poder dar nombre a la montura de un caballero ungido como pago por su derrota era una señal de confianza y concordia ente ambos. Siempre había sentido admiración por Sir Heine y estaba contenta de que aceptara el nombre propuesto.

Observó como el experimentado caballero inspiraba y se preparaba para el combate. Alyse sonrió al oir los brutos vítores de Lord Vignar animando a ambos. Sin duda, el humor de su tío era fiel al lema de la casa “Caerán aplastados”. Progresivamente su sonrisa se transformó en un rostro concentrado.

Un mozo le acercó una espada larga de entrenamiento y su escudo, cómo no, con el puño Kelmstiern representado. Esta vez no caería en el error de subestimar al rival. No se confió al observar la cota de mallas de Sir Heine, pues era conocedora de que no distaba mucho de la protección que le ofrecía a ella su armadura de escamas. Sabía que el caballero, era además un hombre ágil.

Alyse fijó su mirada en los ojos de Eberhard, pues en sus largos entrenamientos con su difunto esposo, Lord Clemonth Cressey, aprendió que la dirección de la mirada delataba el objetivo del rival. Además, el tener un enfoque alto le ofrecía un campo de visión capaz de percibir todo el cuerpo del enemigo. Muchos cometían el error de mirar a los pies o el arma del contrincante. Su técnica le permitía anticiparse en más de una ocasión.

Alyse tomó la iniciativa lanzando un rápido pero clásico ataque ortodoxo por el flanco derecho de su objetivo y a media altura, desplazándose luego hacia el mismo flanco. Siempre cuidando su postura y sin dejar de mirar a los ojos de su rival.

Sir Heine recibió un rotundo golpe de la guerrera, pero no estaba a dispuesto a caer sin luchar. Buscando los huecos bajo las axilas lanzó una fuerte estocada (con la punta roma, por supuesto) hacia su contrincante.

Atiendo con educación a las palabras de Rantos. Intento que no se me note, pero mi hermano me incomoda y estoy muy poco receptivo a lo que dice.

-Ve tu, Rantos. Voy a ver como terminan los combates. Estaba pensando si terminar practicando con Lady Alyse o Sir Eberhard, aunque después de ver semejantes golpes se me están quitando las ganas de llevar esta armadura -termino, señalando el combate.

-Prefiero ir a asearme y descansar.

Rantos asintió:

-No pasa nada, iré solo...no te voy a obligar tampoco hermano, precisamente acabo de decir que mereces mejor trato y más autonomía, por lo que no te voy a presionar - si que había cierta decepción en el tono de Rantos, pero no la expresó.

-Me quedaré un poco más* y me marcharé a que me vea el maestre el golpe-dijo algo dolorido.

Alyse recibió un corte en la axila, Sir Heine supo buscar los puntos débiles de su armadura. Nada más notar la humedad de la sangre y la palpitación de la parte interna del brazo, un rostro de rabia respaldado por un instinto feroz brotó de Lady Alyse en forma de contraataque, en un movimiento totalmente reflejo. Recibir un roce por parte de la espada rival provocaba en Alyse una respuesta frenética y violenta que podía hacerle perder los estribos en más de una ocasión. Su capacidad de ataque se vio mermada tras el preciso corte de Eberhard, pero no iba a rendirse fácilmente. Tras el golpe, si Sir Heine no era vencido Alyse se lanzaría sin piedad a por el segundo asalto.

Al ver el arrebato de ira de mi prima, me pongo en pie, preocupado, y dudando sobre como actuar. Miro a Lord Vignar. ¿Debería detenerse el combate?

-¿Padre...?

Sir Eberhard, después de recibir un par de golpes importantes se lanzó con todo contra la joven. Si pretendía llevarse la victoria debería sudar sangre para arrebatarsela.

- ¡¡Ha!! -dijo sonriente al tiempo que daba un golpetón.