Partida Rol por web

-Lo lamento mucho Doctor Smith. Como ya supondrá estamos aquí para hacer terapia. Esto es lo que pasa cuando se vive en el extresante entorno de la ciudad. -Me disculpo sentándome de nuevo en el sillón y ofreciéndole mi mejor sonrisa.

El doctor os mira con un gesto de enfado en sus labios y solo dice:-Pues quedese quieto y sigamos con la cura, que no se como te has podido hacer estas heridas a no ser que anduvieras entre vigas metalicas o algo parecido, tendre que desinfectar y rece por que no termine perdiendola-

Rose calma a Tiffany diciendo:- Ya me comento el doctor Muñoz que podria tener desperfectos y me envio un cheque bastante grande por ello... No os preocupeis por eso, al fin al cabo solo es un florero y no especialmente bonito- En tanto el doctor Smith termina de entabletar una de las piernas de Cole , mientras refunfuña entre dientes:- El famoso doctor Muñoz y sus malditos métodos de choque, no se que pretende, siempre encerrado en su casa y dando dinero a espuertas. Sino fuese porque me parece un buen tipo diría que esta de atar...-

-Algo de razon si que tiene doctor. No entiendo lo bastante de psicodrama como para criticar.
Pero la impresión de que iríamos mas rápido si pudiésemos al menos compaginarlo con algunas sesiones convencionales. ¿Me podría indicar la dirección del doctor Muñoz? -Pregunto en un tono que me esfuerzo por que suene casual.

El hombre arquea las cejas extrañado y te pregunta:- ¿Habeis venido en busca de terapia y no sabeis la dirección de vuestro médico...? Sin duda ese hombre es muy extraño, pero sino os la ha dicho él sera cosa suya yo no tengo que meterme en sus asuntos- Mientras sigue curando la otra pierna que esta mejor que la otra aunque eso no signifique demasiado...

Las palabras de Rosa y el actuar del doctor volvieron a centrarme luego del ataque psicótico que había tenido minutos antes. Evidentemente Muñoz se estaba divirtiendo de lo lindo con nosotros y lo peor del caso es que allí lo consideraban alguien generoso y bueno. Si supieran qué tan bueno es su querido dr. Muñoz...

Con indiferencia, acerqué una silla hasta donde Cole estaba siendo atendido y le pedí a la mujer que nos trajera café o algo caliente para beber. Habíamos pasado mucho tiempo sin comer nada y realmente empezaba a sentir hambre.

-Tiene usted toda la razón. Realmente no entiendo esta terapia, porque de antiestrés no tiene nada. Nos ha tenido todo el día de aquí para allá, jugando a la búsqueda del tesoro por todo el pueblo...-una búsqueda del tesoro mortal -y yo no me siento ni una pizca menos nerviosa que antes... Rosa ¿cuando has dicho que vendría el doctor para hablar con nosotros?- era un manotazo de ahogado. Si Smith no largaba prenda, tal vez la buena mujer sí lo hiciera.

Rosa que vuelve con los cafes que deja en la mesa contesta a Tiffany:- El doctor Muñoz me dijo que hablaría con vosotros por telefono, ya os ha hablado varias veces si mal no recuerdo- Rosa se ve francamente nerviosa, quizás empieza a sentirse asustada de tener a estos extraños huespedes que parecen tener algunos secretos que esconder. En tanto el doctor Smith esta terminando los vendajes y empieza a recoger sus cosas dando este consejo a Cole:- Yo que usted no haría muchos esfuerzos, lo peor que tiene es su pierna derecha, pero tampoco me fiaria de la izquierda, olvidese de correr y no es poco que puede andar con algún apoyo, le paso estas recetas para que las busque en la farmacia, tranquilizantes y demás por si el dolor empieza a ser insoportable.-

Rachel mira como el doctor cura a Cole, ahora sin ilusiones ni nada de eso. No hay gusanos, ni sierras ni caras desfiguradas y malvadas. Lo que quieren es que cejen en su intento de descubrir la verdad y ganar ese juego diabólico. Tienen que ponerse en marcha, si no morirán.

-Bueno... nosotras iremos a buscarlo, a ver si lo encontramos... tú quédate aquí jugando con el niño.

El niño sabe que ahí hay gente malvada y que van a por nosotros.

-Así es Cole, has caso a Rach, nosotras traeremos tu medicina- ya mi voz volvía a sonar casual y despreocupada. Sin embargo la respuesta de Rosa me había vuelto a enfurecer. Muñoz continuaba sin dar la cara. Sólo por teléfono nos había hablado y ni siquiera podíamos estar seguros de que realmente se tratara de él o algún maldito psicópata. Aunque cada vez más me convencía de que él era el maldito psicópata.

¿Qué demonios quiere este tipo? si nos hubiera pedido tarjetas de crédito o alguna cuenta bancaria lo entendería, pero... que tenían para perder Kim o Jamal? acaso pensaba quedarse con la destartalada moto de Alicia? No lo entiendo... francamente no lo entiendo y si esto no acaba de una vez terminaré más loca que una cabra. Y el maldito que me trajo a este lugar se habrá salido con la suya. No lo permitiré... como que me llamo Tiffany Sanders, no dejaré que me destruyan!

-Aguardame un momento chica- dije apurando mi café antes de salir disparada para mi habitación. Necesitaba calzado nuevo porque mis costosos zapatos se habían perdido la noche anterior. -Voy por unos jeans y unas zapatillas.

Agarro la mano de Rachel con gesto de agradecimiento y la acerco a mi. -Intentar localizar a Muñoz en la guía, o conectaros y buscarlo en el colegio de médicos -Susurro en su oído intentado que su almizcleño aroma de miedo y sudor deje de distraerme.

-Gracias chicas. Tu también debieras cambiarte Rachel

Tomas. Me doy una ducha y después visitamos Kursk, vale -Me despido con una agradecida sonrisa mientras me encamino a mi habitación.

Decidis dejar a Cole en el hostal, está demasiado herido como para ser de utilidad en el caso de que ocurriria alguna escena peligrosa como la que ya os habeis enfrentado, pero asi se quedan solo dos sujetos contra el mal que parece desplegarse en el pueblo. Cole ayudada por Tiffany suben a sus habitaciones para cambiarse, Rachel espera en el hall mientras que el dr Smith recoge sus cosas y se despide practicamente refunfuñando, aunque el si parece ser el único que sabe a ciencia cierta donde esta el Dr. Muñoz.

Cuando el doctor se marchó, cargué parte del peso del cuerpo de Cole y lo acompañé hasta la puerta de su habitación. Creía que a partir de allí, el podría encargarse solo, pero por las dudas le pedí que me llamara en caso de necesitar ayuda. Sin perder tiempo, luego fui hasta mi propia habitación.

Al llegar allí, un nudo atenazó mi estómago. Aún recordaba el episodio que había vivido el primer día antes de desayunar y el temor de que algo así me volviera a ocurrir me asaltó repentinamente.

Déjate de bobadas Tiff... el verdadero horror está allí afuera y tu te dispones a ir hacia sus garras voluntariamente... ápurate, el tiempo corre.

Sin dilatar más la situación, corrí hasta mi maleta en busca de ropa cómoda y calzado deportivo. Si iba a tener que correr, mejor estar preparada. Rebusqué también entre mis cosas algo que pudiera sernos de utilidad, pero no encontré nada que utilizar como arma. Sin embargo, el desodorante en aerosol y la pinza de depilar nunca se sabía cuando iba a tener que apuñalar un ojo o cegarlo con gas.

Haciendo caso del consejo de Cole, va a su habitación para cambiarse de ropa. Antes de entrar inspira un par de veces para alejar los sucesos del primer día de su cabeza. Lo que hará será entrar como alma que lleva el diablo y cambiarse rápidamente. No tiene ganas de encontrarse con ninguno de esos monstruos que intentan matarlos como si les fuese la vida en ello.

Entra en la habitación y corre hacia la maleta a medio deshacer. Saca unos pantalones, una camiseta y unas sandalias planas. Se quita la ropa que lleva y se cambia a la velocidad del rayo. Tras eso, salde de allí sin olvidarse el arma que antes le ha dado Cole ni el libro que les mostrará las pistas.

Para vuestro alivio, no sucede nada extraño en el interior de vuestras habitaciones. Al parecer os han dejado unos minutos de tregua, quizás la escena del médico era la última "broma" por lo menos en un tiempo. Con lo más parecido a objetos utiles en vuestra posesión, os reunis en la entrada principal, donde el niño ahora descansado parece seguir su eterno juego de soldaditos, por un segundo no os podeis dejar de preguntar, que es en realidad él o que poderes tiene como para mantener a las criaturas que os han estado acechando, pues querais o no, en realidad las visiones no os han dañado directamente en el hostal.

Al salir afuera os dirigis al pequeño aparcamiento en él se encuentran vuestros coches y los de los muertos, la motera y Jamal jamás volveran a por sus vehiculos... Os quedan dos lugares que visitar, por supuesto otros dos lugares tan extraños como los otros y que no parecen tener ningún enlace en común, excepto quizás la mente pervertida de vuestro torturador.

Venga... XD peleando por cada post :P

Con el libro en mano se dirige a uno de los coches, mira a Tiffany.

-Bueno... quedan dos lugares para visitar... nos separamos o vamos juntas?

Abre el libro para ver que le indica. En las ocasiones anteriores le ha sido de utilidad, así que espera que esa vez también pueda indicarle lo que hacer.

Saco un par de bolsas de basura de mi equipaje para proteger los vendajes y me doy una rápida ducha. Después guardo la ropa sucia en otra bolsa y la dejo al fondo de la maleta. Me tomo mi tiempo para vestirme de nuevo, limpio mis botas y les doy grasa de caballo y betún.

Con las ideas algo mas ordenadas bajo con cuidado las escaleras.

-Rose tienes algún ordenador para que me conecte? -Pregunto a mi sufrida anfitriona. Mientras recojo la guía de teléfonos sobre el mostrador y comienzo a buscar el numero del doctor o el del colegio de médicos del condado.

Distraidamente jugueteo con un clip hasta que me doy cuenta de la presencia de Tomas. -¿Supongo que eres muy joven para haber oído hablar de Paperclip?

La pregunta de Rachel me dejó pensando. Por un lado, el tiempo corría y debíamos visitar los sitios aquellos cuanto antes. Por otro, ir solas era casi un suicidio. De todas maneras, a esa hora y sin haber dormido nada en mucho tiempo, mi cabeza no estaba lo suficientemente lúcida como para tomar una decisión argumentada, así que hice lo primero que se me ocurrió: buscar una moneda en mi bolso y dejarlo librado a la suerte.

-Cara, vamos juntas; cruz, cada una por su lado.

Arrojé la moneda al aire y dejé que cayera por el pavimento. Tras unos segundos se estabilizó y al ver el resultado no pude evitar reír con amargura. El destino quería acelerar las cosas.

-Bueno, parece que la suerte ha hablado. Donde prefieres ir tu?*- mientras Rachel decidía, fui hasta mi coche, abrí la puerta del conductor y arrojé mi bolso en el asiento contiguo.

Abajo está Rosa limpiando la recepción pues trozos del jarrón que ha tirado Tiffany que se han desperdigado por todo el lugar, ante tu pregunta la solicita Rosa te informa:- Tengo un pequeño portatil, pero de todas maneras si tienes algún dispositivo puedes conectarte pues tenemos wi-fi en el local. Pero sino tiene se lo traigo en un momento. Espereme aqui, no debería moverse mucho, si quiere se lo subo a la habitación- Rosa desaparece al interior de su sempiterna cocina, hacía las habitaciones interiores, donde supones que tendra su aparato.

El niño en tanto sigue con sus juegos de guerra, aunque parece no haberse percatado que le hablas, distraido examinando el exterior, como si estuviese esperando algo. Cuando ve un anciano paseando a su perro se le queda mirando siguiendo su camino con esa cara abstraida que tienen los chicos con su enfermedad, el hombre se queda mirando todo el rato hacía vosotros, esperando a que los coches de Rachel y Tiffany se marchen hacía sus destinos.

Al sacar vuestros mapas para recordar los sitios que no habeis ido, están marcados con un liquido rojo pastoso los 3 por los que habeis pasado, sin duda una de las "bromas" de quien esta jugando con vosotros, solo quedan dos de ellos, uno habla de una casa colonial que sirve como casa-museo y él último es un parque al aire libre con distintas estatuas, figuras y artilugios de la guerra de secesión, sino fuera por todo lo que habeis pasado, casi diriais que os estais yendo de turismo en vez de hacía un peligro para vuestra alma y cuerpo...

Me acomodo en la salita con el portátil de Rose y busco el colegio de médicos del condado y el del estado con la esperanza de localizar la dirección del doctor. Después repito la búsqueda que ya realice en la biblioteca. Añadiendo ahora los datos nuevos como nombres completos, matriculas de los vehículos de mis compañeros, y empresa que hace las obras en la Lonja.

-Ya que me tengo que quedar aquí al menos intentare descubrir algo.