Partida Rol por web

Así a ojo de buen cubero, la aldea podría reportaros unas mil piezas de oro en mercancías y objetos personales. Y puede que mil más si capturáis a sus habitantes para venderlos como esclavos.

Capitán, segun he visto en la aldea podemos sacar una buena cantidad de mercancias y más si queremos exclavos. 

Llevándome una mano a la nuca y rascándome la cabeza ummm, dejadme pensar. Algo relacionado con lo que decís, pero un poco mas sutil....¡ya está! ¡Procaz! Le voy a llamar procaz digo acercando la mano a Procaz para darle otra galletita. ¿Has oído? A partir de ahora te llamaras Procaz.

Ya intentare enseñarle algo, aunque no eres el mas indicado para decir eso comento sonriendo mientras señaló a Mr. Plugg con la cabeza

mientras deciden si atracar y bajar o seguir, empiezo a juguetear con Procaz

Prrrrocaz, Prrrrocaz parlotea mientras come la galleta. Una vez acabada, comienza a revolotear por el,barco hasta posarse sobre un cabo

Rrrron, rrron. ¿Donde esta mi rrron?

Venga. ¡A tierra! Ya es hora de estirar las piernas un poco.

Nicholas miró duramente al escuchar a Harper hablar de esclavos, pero luego se relajó ante la vuelta de la conversación al nombre del loro.

Me parece que le gusta. Si quieres que te ayude a enseñarle trucos dimelo, no se me dan bien los animales.

La orden del capitán de bajar a tierra era algo que estaba esperando el joven.

Eso esta bien. Ya tenía ganas de poder bajar. Llamaré a Alcaudón. Seguro que también se alegrará de sentir tierra firme aunque sea por poco tiempo. Y así aprovecharé para equiparme, que ya no me fio de las islas.

Cuando el Grindylow Embrujado vira hacia la costa, varios de los isleños sacan diversas armas y se arriman a la playa con perros de caza dispuestos a defender su hogar mientras el resto sale despavorido hacia el interior del atolón. Al parecer no sois bienvenidos.

Al ver que Procaz ya salía volando hacia la isla, alargo la mano para detenerle espera, no vayas todavía. No sabemos si podemos, o queremos, intentar hablar con ellos o buscar otro lugar digo mirando a nuestro capitán para ver si vamos a seguir con la idea de ir a la costa o no buscár problemas

Viendo la reacción de los nativos, Feijud se dirije a Malickud.

A ver, contramaestre, háblales con tu labia y cuéntales que no queremos hacerles nada malo.

Ante el incómodo silencio, miro un tanto expectante a Malic, esperando a ver si puede hacer uso de su locuaz verborrea.

El gnomo sacude la cabbeza para salir de las ensoñaciones de cántaros bambolenates, ambrosía y turgencia. Con cuidado, deja a su mono sobre un rollo de maroma y le advierte con un dedo índice.

Quédate aquí, compañero. Exponerse a recibir una flecha de hostiles es un privilegio que el Capitán guarda para sus Oficial de Intendencia- Malickud mira de soslayo a Feijud y luego de nuevo al mono cuchicheando-aunque me trate de nostramo, el muy zoquete...

Malickud saca un pañuelo blanco de la casaca y lo agita por encima de su cabeza mientras se dirige a la proa y se coloca en un lugar visible sobre el mascarón.

Buenos días, amables isleños. Tenemos la bodega a reventar de exquisito pescado fresco y necesidad de aflojar nuestras pesadas bolsas en algún pueblo acojedor y este es tan buen lugar como cualquier otro para fondear. Esta tripulación está compuesta por marinos formales y discretos que se portarán con correción, palabra de honor.

Viendo que las palabras del gnomo podían ser poco convincentes, me dirijo a la bodega y subo una caja de pescado, que muestro a los indígenas para que vean que no ayudando en es ninguna mentira.

Ni siquiera los esfuerzos combinados del locuaz Malickud y la gentil Sandara consiguen apaciguar los encendidos ánimos de los isleños. Al parecer, pesan más los años y años de sufrir el vil acoso de los infames piratas de Los Grilletes. Uno de los defensores del poblado llega incluso a escupir hacia el agua con desdén tras vuestras reconciliadoras palabras.

Harper se acerca al capitán, y le susurra. Parece que no funciona, tendremos que coger por la fuerza. No crees?

Desde luego la situación parecia tensa. Los indigenas estaban entre furiosos y temerosos. Y si la zona era visitada normalmente por piratas se podía entender la razón. Probablemente no estarían muy por la labor de confiar.
Tanto Nicholas como la pantera se acercaron al gnomo.

Supongo que estaran cansados de que les saqueen y les ataquen. Quizás si les damos algo nuevo aparte de violencia podamos conseguir un puerto seguro aquí en el futuro.

El joven trató de seguir la linea de malickud.

Escuchad. No queremos haceros daño, necesitamos un sitio donde fondear. Y seguro que podeis sacar provecho del pescado que llevamos. Además seguro que teneis cosas que nos interesen. Podemos sacar provecho mutuamente de la situación. E incluso quien sabe, si nos tratais bien incluso podemos evitar que algunos desaprensivos os hagan nada en un futuro.
¿Qué decis? ¿Acaso no os interesa ese tipo de protección?

¡A ver! ¿Acaso hemos venido aquí sajando con los sables y lanzando antorchas a las chozas? Si no nos dejáis fondear, seguro que pronto vendrán piratas sanguinarios como los que conocéis y entonces sí que os arrepentiréis.

Acercándome a Feijud, agarro el símbolo de Besmara Debéis creernos cuando decidmos que venimos para intentar establecer relaciones comerciales, pero no dudéis que, en caso de que lo necesitarámos arribaríamos a vuestras playas para abastecernos, por lo que podéis sacar provecho o ser destruidos

Tras estas palabras, pronuncio unas pequeñas palabras mientras manipulo las olas cercanas a los indígenas, creando una especialmente alta que, rompe lo suficientemente cerca de ellos para que se den cuenta que, podría arrastrales a ellos en caso de haberlo deseado.

De repente, sale de uno de los cabos donde estaba posando esperando y comienza a volar por fuera de la borda mientras no para de gritar

Arribar, arribar.....brrrr, destrrrrruiiiiiidos, brrrr

Las amenazadoras palabras del capitán del Grindylow Embrujado son suficientes para que las dudas hagan mella en las precarias filas de los ínfimos defensores del poblado. Primero uno, luego dos y finalmente todos, incluso los perros, salen huyendo como alma que lleva el diablo selva adentro. En pocos segundos, mucho antes de que fondeéis la nave para bajar a estirar las piernas, no queda ser viviente alguno a la vista.

Harper baja a tierra firme y empieza a registrar y recolectar todo lo que les puede ser útil.