Partida Rol por web

Savage Worlds- Sangre en la nieve

Escena I - Un cuerno en la noche

Cargando editor
02/08/2016, 09:00
Director

Estáis pasando el invierno en un poblado llamado Trundheim, bien porque seáis del poblado o por alguna razón os ha pillado el invierno y os ha obligado a quedaros allí a esperar el deshielo de primavera. Trundheim está situado en algún lugar del gélido norte.

Sus habitantes son saqueadores y guerreros, pero es la estación de invierno, donde pasan los duros días y noches disfrutando de sus ganancias mal logradas con sus familias y amigos. Hacia el sur hay mares congelados.
Hacia el este y el oeste clanes rivales. Y al norte altas montañas, donde se dice que viven los trols y grandes manadas de hambrientos lobos. Son los trols quienes suponen la amenaza que Trundheim debe afrontar.

 


 

Despiertáis con las primeras luces de la aurora. Sven Sjurson, quien se encargaba de las guardias durante el último turno de noche, despierta a la aldea con su cuerno de alarma. Está cubierto de sangre y sufre una fea herida en la cabeza.
Cerca se encuentra el hogar del jarl Steinar, caudillo de la aldea. El muro de troncos del gran salón se encuentra caído y el jarl yace muerto en un charco de sangre y tripas congeladas.

Cuando se recupera de la conmoción, Sven os relata lo sucedido.
“Algo terrible surgió de entre la oscuridad. Me preparaba para el combate, ¡pero el monstruo era tan grande que ocultaba la luna! Casi llegue a golpearlo cuando blandió una enorme clava contra mi cabeza. Lo siguiente que recuerdo es despertar entre la nieve, ahí, y... al jarl Steinar muerto”.

El cuerpo del jarl muestra el sangriento desenlace. Grandes marcas de garra cubren su cuerpo y parece que el golpe mortal le golpeó en la garganta.

La hija del jarl, Brynhilde, está desaparecida: su cama volcada violentamente y las pieles arrojadas de forma caótica sobre el suelo.

La nieve cercana muestra grandes huellas descalzas, los pies parecen tener al menos 45 centímetros de largo. Las huellas se alejan hasta desaparecer, se está cociendo una fiera nevada que rápidamente comienza a cubrirlas.

Conforme Sven relataba lo sucedido e inspeccionábais los alrededores de la tienda, más y más miembros del poblado se fueron congregando en torno a la tienda.

Los guerreros quieren salir en busca de Brynhilde, pero la voz de un anciano se alza sobre las demás

-Jarl Steinar muerto, el clan ha quedado sin liderazgo. Los  Jucks, los Farregan, los Thorkellson  (clanes rivales), intentarán aprovechar la situación para hacer una incursión en nuestra aldea aunque estemos en pleno invierno. La expedición que salga en busca de Brynhilde no puede estar compuesta por más de cinco hombres, el resto debe quedarse a proteger Trundheim.

La guerreros asienten ante la sabiduría del anciano, aunque se les ve apesadumbrados por no poder lanzarse al rescate.

Notas de juego

Bueno, bueno, esa es la situación y el comienzo de la aventura. Pero no nos aceleremos, la primera semana la usaremos para rolear un flashback.

¿Quienes sois? ¿Qué hacíais en la aldea? ¿Sois miembros del clan u os vistéis atrapados allí por el invierno?

Al rolearlo estaréis también definiendo la ambientación y a vuestros propios personajes. ¿Hay magia por todas partes?¿Hay artefactos extraños y poderosos?¿O bien es una ambientación más histórica sin otros elementos sobrenaturales que la presencia de Trols?

Si hay magia ¿abunda la magia?¿está perseguida?

Cargando editor
02/08/2016, 10:51
Brux Ilgûrdensøn

Ni recordaba cuanto tiempo llevaba siguiendo las huellas de los que habían asaltado su poblado y asesinato a su familia. Las huellas avanzaban hacia el oeste evitando los poblados grandes, siempre al oeste. Su caza había empezado a finales del verano y el invierno se le había echado encima.
Hacía unas semanas que había llegado a Trundheim y había negociado con Jarl Steinar su estancia en el pueblo a cambio de ayudar en lo que pudieran necesitar en previsión de la llegada de las primeras nieves
El cuerno le despertó arrancándolo de su pesadilla. Ni siguiera se lo pensó, agarró la espada y salió desnudo de la casa en la que lo habían alojado. Lo primero que vio fue que nadie estaba atacando la aldea. Relajó sus músculos sin dejar de buscar en su entorno. Lo primero que vio fue la sangre y después a Sven Sjurson, seguramente contando lo que había pasado, aunque para Brux sólo era ruido de fondo.
Jarl Steinar yacía sobre la nieve, muerto. No era su problema, nada que le incumbiera ni pudiera solucionar. Su atención volvió a centrarse en la conversación cuando se mencionó a Brynhilde. El recuerdo de sus dos hijas asesinadas le llenó de rabia y aún más saber que hasta que llegara la primavera no podría seguir con su venganza. Se acercó al anciano que había hablado, no sabía si era o no alguien importante en el pueblo; pero parecía que iban a escucharlo.
Si necesita voluntarios estaré listo en diez minutos – tras lo que se dirigió a la casa a por sus pieles y el resto de sus armas. Su oferta estaba hecha, ahora cosa del pueblo aceptarla o no.

Cargando editor
02/08/2016, 15:44
Aramarri Bereshaad

Desde pequeño el Jarl Steinar había sido un padre para mi. Al quedarme huérfano, él me acogió, y me cuido como si fuera su hijo. Cuando crecí me enseño el arte de la espada y del arco, así como el de la hoja doble. Cuando vi su cadáver, no pude evitar soltar una lágrima que se convirtió en hielo puro cuando tocó el suelo. Escuché que el anciano buscaba no más de 5 personas para buscar a la hija del Jarl, la que para mi fue como mi hermana, y no me lo tuve que pensar dos veces.

Yo iré en busca de Brynhilde y vengaré al Jarl, sea lo que sea la cosa que lo mató, me aseguraré de matarla con mis propias manos. Iré a prepararme.

Digo, mientras voy a mi chabola a por lo necesario en esta expedición.

No puedo dejar que la muerte del Jarl haya sido en vano, juro por Odin, el padre de todos y por Thor, su hijo que encontraré a la mala bestia y le daré caza, si es necesario entregando mi vida en ello.

Mi mente, cegada por la furia, hace que aceleré el paso, pero mientras estoy preparándome, se me ocurre meditar 10 minutos, 5 por el Jarl y 5 para calmar mis nervios. Tras ese breve descanso, estoy preparado para lo que sea.

Cargando editor
03/08/2016, 01:47
Inga Sigursson

- ¿Y por qué han de ser cinco hombres y no dejas sitio para una mujer, anciano? Ya os he demostrado el poder de mi magia y si ese Jotun (gigante ó troll) mide solo la mitad de lo que ha dicho el vigía, estoy segura de que mis dotes curativas, serán de utilidad.
Por lo demás... Las mujeres parimos soportando unos dolores que ningún varón podría soportar. Somos seres superiores.

Yo soy extranjera y aunque vuestro pueblo me ha acogido generosamente, seguiré mi camino cuando el tiempo mejore y quizás nunca volváis a saber de mí en esta vida... En cambio si me apetece vengar la muerte de quien con abundancia me acogió, me proporcionó comida y me dio calor cuando el dios Frey me sorprendió a mitad de camino con su poderosa nevada.

Pueden ir los hombres que quieran... Pero yo también seguiré las huellas de ese Jotun sea lo que sea mientras vosotros solucionáis vuestras rencillas sobre qué Jefe de Clan la tiene más grande para ser el nuevo rey.

Cargando editor
03/08/2016, 12:33
Brux Ilgûrdensøn

Ilgûrdensøn escuchó el discurso de la mujer sin apenas interés. Como siempre que sucedía una desgracia todo el mundo se tensaba. Tenía claro que no había sido la intención del anciano dejar fuera a las mujeres, en las tierras del norte cualquier mujer era capaz de valerse por si misma o no sobrevivía a las razias de los clanes rivales, el duro invierno o a los designios del dios tuerto.
La mujer estaba dispuesta a morir para demostrarlo y para pagar la deuda de honor con el pueblo que la había acogido. ¿y él? Brux sólo quería algo que hacer que le impidiera pensar.
Mujer, nadie duda de tu valía – le dijo sin levantar la voz – el jefe del pueblo está muerto sobre la nieve sin que nadie haya podido evitarlo y su hija desaparecida. Ya hay bastante tensión sin que extranjeros como tú o yo vengan a aumentarla. Dicho esto, por mi parte, tu ayuda es más que bienvenida.

Cargando editor
03/08/2016, 13:46
Inga Sigursson

Por toda respuesta, Inga mira al que acaba de hablar y esboza una leve sonrisa mientras asiente con su cabeza lentamente.

Está satisfecha por no haber tenido que porfiar más por ser aceptada en la partida de caza.

Notas de juego

¿Cómo demonios habéis hecho para ponerle a la "o" la rayita atravesada y la "a" con circulito arriba?

Cargando editor
03/08/2016, 21:28
Director

Varios de los más aguerridos guerreros del clan amagan con dar un paso adelante para lanzarse a la búsqueda, pero cuando vosotros os ofrecéis voluntarios para la expedición, se hacen a un lado como señal de reconocimiento. Saben que estáis tan capacitados como el que más.

Entre ellos está Alfuhuirïn Uïsahdar, un elfo de las nieves, conocidos estos por ser capaces de comunicarse con los espíritus que habitan los fríos vientos de las planicies heladas, las gélidas aguas de los fiordos y las afiladas rocas de las montañas.

Por su parte Gukmur, enano tallador de runas del clan de los esculpepiedras, lanza una mirada de aprobación hacia (pj de UnAngelVerde), de quien es anfitrión y valedor en el poblado.

Todos ellos dan un paso atrás porque reconocen vuestro derecho a tomar parte en la expedición por la valía que habéis demostrado en más de una ocasión, ganándoos su respeto.

Notas de juego

Quiero que cada uno de vosotros narre el flashback alguna experiencia heroica en la que demostró sus capacidades y con la que se ganó reconocimiento de los habitantes de Trundheim.

Puede ser algo en lo que intervenga la magia, el combate, el talento, la maña... cualquier cosa.

No hay límites. Puede ser tan escueta y brutal como "Maté una manada de dragones con la dentadura postiza del jarl Steinar". O podéis usar 10 páginas para narrar cómo le curasteis la pata a una ardilla del ártico que resultó ser el animal totem del poblado... es vuestra historia, escribid lo que más os llene.

 

Cargando editor
04/08/2016, 10:38
Brux Ilgûrdensøn
Cualquiera de esos hombres que dan un paso atrás tendría más derecho y razones que Ilgûrdensøn para ir a esta caza. Miró al elfo, no tenía dudas que él los hubiera guiado más rápido y era mejor rastreador que cualquiera de los que iban a ir. El tallador debía ser un difícil rival incluso para el Jotun más grande. Podía seguir con cada uno de los del pueblo. Todos deseaban y merecían ir. Eran importantes para la aldea, en cambio Ilgûrdensøn sólo era una espada más aunque se hubiese ganado el respeto de los guerreros. Ese era el motivo por el que  Ilgûrdensøn hubiese querido ir solo aunque sabía que no podía impedir que el cachorro de Jarl fuera. Reconocía en aquel cachorro el mismo deseo de venganza que lo llenaba a él. En cuanto a la mujer, en fin, ningún hombre discutía con una mujer cuando ya ha decidido algo. Y reconocía que sus conocimientos místicos serían muy útiles.
 
Aquella cicatriz sin terminar de curar en su pecho era el motivo del respeto del pueblo. Cuando Jarl Steinar le permitió pasar el invierno en su aldea se integró en las tareas para preparar al pueblo. Recolectar leña, cazar, reparaciones de tejados y cualquier cosa que lo mantuviera ocupado. Por momentos incluso olvido que no era su aldea. Una fantasía, una ilusión con la que engañarse hasta el deshielo.
 
Diez días habían pasado desde que se acercó al río a relevar a la matrona al cargo de los niños que acercaban las cestas con pescado hasta el pueblo. El grito de aquella mujer fue casi tan potente como el gruñido del oso que se lanzó sobre ella. Ilgûrdensøn se maldijo por haber dejado su espada en el poblado mientras corría hacia la posición de la mujer sacando su daga del cinturón. 
 
No pudo hacer nada por la mujer y a punto estuvo el oso de arrancarle la cabeza de un zarpazo. Escuchó los pasos de los niños corriendo hacia el poblado. Trató de mantener al oso en su sitio haciendo un arco de izquierda a derecha con su daga pero sólo consiguió que la zarpa derecha cruzara su pecho.  Otra cicatriz más que adornaría su cuerpo si sobrevivía. Se lanzó sobre el oso abrazándolo para quedar fuera del alcance de sus garras. Fue una estupidez por partida doble.
 
Su cara estaba demasiado cerca de los dientes del animal, si no acababa pronto con él no lo contaría. Además al estar abrazado al plantígrado los guerreros que se acercaban no podían ayudarle. Buscó clavar la daga en el cuello del animal y falló, apartó la cabeza y sintió el dolor de los dientes de aquel monstruo en su hombro izquierdo. No era el momento para preocuparse por los daños. Volvió a intentar clavar la daga y esta vez si seccionó la arteria. En cuanto sintió que aflojaba la presión lo empujó hacia un lado para evitar que le cayera encima. Se acabó.
 
Con la piel de ese oso podría hacerme una armadura nueva fue lo único que pensó antes de caer inconsciente.
 
Como siempre en su vida lo único que podía aportar era muerte y en los ojos de esos bravos que daban un paso atrás para que él saliera de cacería podía ver muchas otras cosas. Padres, madres, hijos, futuros líderes y emociones que él ya había olvidado. Sacudió la cabeza sacando de ella cualquier idea que no fuera seguir el rastro de la criatura.
 
Las nornas lo habían elegido hace mucho tiempo para matar y él no era quien se iba a desviar de ese camino ahora.

Notas de juego

Pues yo estoy escribiendo desde la tablet pero recuerdo que en Windows los carácteres especiales eran alt + un número en el teclado númerico. Por ejemplo

Cargando editor
04/08/2016, 23:54
Aramarri Bereshaad

Mi historia se remonta a unos años atras, cuando la guerra contra una aldea vecina estaba sucediendo. El ejército estaba luchando fervientemente contra los enemigos, pero estos, motivados por su líder, seguían luchando. Harto de eso, decidí que era la hora de que su líder pereciera, de modo que en el campo de batalla junto a una compañía de 30 recios hombres acometimos en contra del líder y su guardia personal, 100 hombres de armas, entrenados, pero no fueron rival. Finalmente, derribé del caballo al líder, y cuando éste suplicó por su vida. En ese momento vi que ese hombre solo era fuerte desde su posición privilegiada, sin entrar al campo de batalla, y no le importaba cuantos murieran mientras él siguiera conquistando tierras, así que de un espadazo le cercené la cabeza. Fue en ese entonces cuando el éjercito huyó, completamente desmoralizado, dando a mi clan una gran victoria, y mayor fiesta que la precedió.

Cargando editor
05/08/2016, 13:50
Inga Sigursson

Inga recordaba ahora que lo había mencionado, como había llegado allí.

Ella provenía de las tierras del sur. Tierras también vikingas donde su madre la enseñó desde pequeña los secretos de las hierbas y sus poderes curativos... Y también cuando fue creciendo, los rudimentos de las artes mágicas. Todo ello, destinado siempre a hacer el bien de sus semejantes y protegerlos de todo mal.

También tuvo que hacer caso a su padre, triste por no tener un descendiente varón que continuara su estirpe. Inga se esforzó en hacer todo lo que un varón podía hacer y quitando la fuerza física, podía desbancar a cualquier muchacho o varón en muchas actividades. Pero estamos en el crudo Norte. Y la fuerza física es importante para la supervivencia. La ley del más fuerte, se impone a la mínima oportunidad pero ella aprendió a defenderse con la espada. La suya era ligera y no tan pesada como las que usaban los hombres, similares a mazas y martillos. No. Su espada era ligera. Sutil. y sus tajos, abrían hendiduras en la carne tan mortales como los de los mandobles. Quizás no eran tan espectaculares, pero si igual de efectivos.

De esa manera, Inga aprendió el arte de luchar con rapidez, con destreza y habilidad. Su forma de luchar casi era un baile que  a la vez hipnotizaba y mataba. Muchos de los hombres que habían caído ante ella, lo habían hecho cuando aún sonreían burlándose de la mujer a la que se tenían que enfrentar y ¿Por qué no decirlo? Deleitándose de las bellas curvas de su anatomía. Sencillamente, menospreciaban su talento. Y ese era un tremendo error que cometían. Normalmente, el último de su vida.

Pero en los años que vivió en su aldea natal, no era muy normal que tuviera que usar la espada y sus habilidades se centraron más en la curación y la magia. En conocer la vida de los dioses allá en el Valhalla y en aprender las invocaciones que proporcionaban sus fuerzas y virtudes.

La codicia de los hombres y su ambición de poder, destruyeron aquella idílica estabilidad. Unos clanes y otros comenzaron a envidiar y pretender las tierras y posesiones de los otros. Al principio solo fueron pequeñas escaramuzas que se traducían en pequeños robos sin mayor consecuencia... Pero poco a poco, la intensidad de las agresiones creció y creció. Las aldeas de un clan, llamaban a las aldeas que pertenecían a su misma sangre y lo que empezó como simples discusiones por el derecho a unas tierras y unos mares, degeneró en una guerra de dimensiones gigantescas, involucrando a clanes, familias, poblados... Regiones enteras que entraban en liza en uno de los bandos por el simple pretexto de una agresión inventada o una promesa (falsa o no) de tierras y riquezas.

Todos fueron llamados en mayor o menos medida a participar y cuando después de los años, finalizó la contienda... No quedaba nada. La mayoría de los pueblos y aldeas, quemados y arrasados. Las familias diezmadas, los rebaños exterminados y los animales que quedaban, famélicos e incapaces de servir de alimento. Los barcos, hundidos e incapaces de servir para pescar.

La región fue así presa fácil para otras gentes que, enteradas de la situación, vinieron con sus poderosos barcos, riquezas y ejércitos y reclamaron aquella tierra para si.

Inga prefirió no soportar aquella nueva realidad. Hacía tiempo que la guerra le había quitado todo lo que amaba: Su familia, su casa, su aldea entera... Allí ya no quedaba nada para ella, así que recogió sus pocos enseres y comenzó su viaje al Norte ¿Por qué hacia el Norte? ¡Quién sabe! Los nuevos invasores de su tierra venían del Sur y no le gustaron sus usos ni sus costumbres. No iban con su carácter y había oído que allí, más al Norte había gentes como ellos. Vikingos. Quizás en algún lugar recóndito, hubiera un sitio para ella donde volver a empezar y donde sus habilidades fueran valoradas.

Viajó mucho tiempo sin rumbo fijo, yendo aquí y allá sin decidir quedarse en ninguno de los pueblos que visitó hasta que un día, en mitad de uno de sus viajes de un pueblo a otro donde comerciaba con sus pócimas y ungüentos, fue sorprendida por una gran ventisca de nieve. Durante mucho tiempo anduvo sin rumbo fijo hasta caer al borde de la extenuación en quien sabe qué paraje. Hubiera sido su fin si no llega a ser por una partida de hombres del poblado que, lejos de profanarla, la recogieron y llevaron a su hogar donde salvaron su vida y la restablecieron al mundo de los vivos.

En agradecimiento ella permaneció allí como curandera... Pero sentía que aquel no era el lugar que los dioses le habían reservado en el mundo... Y quizás los acontecimientos ahora la habían puesto ante la oportunidad de volver a ponerse en camino...

Notas de juego

Por cierto, deberíamos definir si por fin hay algo de fantasía o no... Porque hay diferencia para mi personaje en ser maga o solo una simple bruja o curandera.

Cargando editor
05/08/2016, 14:42
Director

Notas de juego

UnAngelVerde quiere ser un enano y como nadie se ha opuesto, será una ambientación de fantasía. Pensando en ello escribí en un post más arriba que en el poblado había un Elfo de la nieve y un Enano tallador de runas.

Si alguien en su historia cuenta que hay dragones de tres cabezas, pues los hay. Si no, pues no los hay. Así de simple.

¿Qué tipo de magia hay? Pues el que vosotros defináis. Tú eres la maga/clériga/psiquica/hechicera.... lo que quieras. Así que tú decides hasta donde llegan los poderes del tipo de usuario de magia que seas. También decides si esos usuarios de magia son respetados o perseguidos. Si la magia está por todas partes o sólo contados individuos tienen un don especial para usarla.

Cargando editor
05/08/2016, 15:01
Kroggar Krieggen

Mi gente ayudará con las defensas del pueblo, y siempre pueden traer sus cosas de valor y a los niños y ancianos a Sol en Sombra. propuso Kroggar con una sonrisa Yo voy a buscar a la dama.

Kroggar era extranjero también, pero sólo un poco. Todos los Thunderfist, el clan de los exploradores, lo eran, y por eso también todo pueblo, por el tiempo que estuviesen ellos en él, sería su patria.
Kroggar llegó al pueblo trayendo algunas noticias de otras comunidades de los Hijos de Thor, y desde entonces había tomado el pueblo como base de operaciones, dado que este estaba al centro del valle que había sido asignado para él y su grupo. Bajo el pueblo humano existía otro asentamiento conocido como Sol en Sombra donde habitaban enanos de varios clanes, y que de la misma forma que con la aldea superior, controlaba varios caminos y permitía el fácil desplazamiento de los mensajeros por toda la comarca. Así, Kroggar terminó asumiendo ambos pueblos como su pueblo.

Todos conocían a Kroggar como un bribón. No era malvado, pero solía jugarles malas pasadas a todos los que él consideraba malas personas y en particular a los orgullosos y soberbios, y nadie podía decirle nada porque sus pies eran ligeros, su rastro secreto y sus hachuelas de mano muy certeras. Por suerte, un bribón de su clase no era ningún problema para gente como la que habitaba allí, con un Jarl bueno y justo y un pueblo trabajador y honesto. A este tipo de gente que a él si le gustaban solía ayudarlas en el tipo de trabajo que necesitaran, siempre dispuesto a deslomarse por un amigo y siempre listo para ofrecer una cerveza y una historia a cualquiera. A pesar de ello, Kroggar no se sentía bien con todo esto, simplemente se mostraba así para dar algún tipo de signo de normalidad al terrible evento. Lo esperaban de él luego de sus hazañas. Para el pueblo, él era el RompeHielos, y perderlo en este momento era algo que, tras haber perdido al Jarl... no se podían permitir.

Kroggar había llegado al pueblo hace ya unos 5 años. En una de sus muchas entregas de mensajes y exploraciones para encontrar a los enemigos de los dioses, los Jotun que habían salido de su helado reino de Jotunheim, él había avanzado casi hasta el pueblo. En ese momento, el pueblo estaba pasando hambre porque dos Jotun habían bajado desde las montañas heladas y habían impuesto un bloqueo en los caminos que salían del pueblo hacia sus campos y graneros, y los pobres granjeros que eran la sangre vital del pueblo ya no tenían ninguno nada que entregar para pagar el peaje impuesto por los sucios y moquientos Jotun.

Kroggar esa mañana había despertado con los labios pegados por una boca seca, como Loki tenía los labios cosidos tras preparar los regalos de los dios, por lo que ese día contaba con la bendición de Loki, su dios patrón, y sentía que podía ocuparte. Por eso decidió ocuparse de los Jotun. Primero, se fué con una carreta llena del último licor fuerte del pueblo, tras rogar que le permitieran usarlo para recuperar su libertad (claramente, no les contó que tras una inspiración del embaucador Loki). Tomó el camino principal, evitando las rutas de Sol en Sombra aunque estas estaban colapsadas por el caminar de los Jotun, y se acerc+o a donde sab+ia que los Jotun habían juntado su "Aduana" reclamando la mitad de cuanto tuvieran lo viajeros para ir y para volver. Les dijo a los Jotun que iba a buscar caza, y que les llevaba cerveza para apaciguar sus estómagos, y mientras estos bebían barriles y barriles de cerveza, él revizaba su entorno. Habían montado entre dos riscos, en un cuello de botella, su aduana y ahi mismo estaba su campamento y todo lo que habían robado y abusado de los pobres pobladores. Con ello, haciendo acopio de su astucia, preparó un plan.

Primero, robó una gema que tenían en su campamento los gigantes, que adormilados por la cantidad de licor, no sabían ni donde estaban. Luego, pasó del otro lado e hizo señales con runas mensajeras que los EsculpePiedras le habían dado para que todos los que podían tensar un arco agarraran un arco y subieran a ambos riscos por una escarpada subida a campo traviesa que era casi imposible de subir. Asi, apostó a 20 hombres de cada lado de la "aduana" desde la parte superior. Todos sacaron sus flechas de hierro de mejor calidad, y Kroggar pasó. Denuevo los Jotun bebieron y ya ahora apenas se podían mover, por lo que Kroggar emprendió la vuelta y dejó ver la gema que había robado sobre uno de los barriles, estando a una distancia segura. Cuando los gigantes fueron a buscar su gema, enfurecidos y estúpidos, dieron la espalda a los arqueros y estos los tuvieron a tiro. Kroggar dió la señal de disparar, y pronto 20 flechas se clavaron en la nuca de cada uno de los gigantes, acabando con sus vidas.

Ese verano, cuando llegaron las incursiones estacionales, el pueblo contaba con una calavera de Jotun a cada lado de la entrada, y bahían hecho un toldo hacia adentro del poblado con las costillas como soporte. Ese verano no hubo ninguna incursión, y las riquezas que los gigantes habían acumulado permitieron darle a todo el pueblo un año sabático para que las tierras, escuálidas y sobreexplotadas de los campos se repusieran.
Y la gema, bueno, Kroggar tiene el bolsillo muuuuuucho mas abultado desde esa aventura, y la confianza del pueblo.

Notas de juego

Soy un enano pícaro/explorador/bardo mujeriego y alegre. Espero que estemos todos felices.

Cargando editor
08/08/2016, 18:50
Rurik Ulfson

Rurik era un chico cuya historia era un misterio, salvo para el jarl y su familia, el resto del clan solo sabe que años atrás un niño harapiento llegó a su pueblo y el jarl le aceptó y le dio un hogar. Al principio era huraño y no establecía relación con nadie, pero con el tiempo se fue abriendo mostrándose más amigable. Se ha ganado el reconocimiento de todo el clan por sus amplios conocimientos de los alrededores, siendo de gran ayuda en todas las partidas de caza o preparando estrategias bélicas teniendo en cuenta el terreno.

Cuando preguntaron por voluntarios para buscar a la bestia que había terminado con la vida del jarl Rurik saltó como un resorte. -​ Yo iré, al fin y al cabo supongo que necesitaréis alguien que os guíe por el bosque.- Además no iba a dejar salir indemne al ser que terminó con la vida de la persona que le dio un hogar.