Partida Rol por web

Teddy, se dio cuenta que la forma más rápida de acabar con aquella situación, era seguirle el rollo al director, por lo que suspiró y finalmente hizo lo que le pedía. - Luke ¿puedo tocarte el pene?

No. - dijo simplemente el siempre reservado Luke.

Muy bien, muy bien. - asentía. - Ahora que queda claro que solo el sí es sí, espero que paséis una buena velada, podéis disfrutar del ponche, de la música leve que acompañará el festival hasta que ocurra el baile principal y - frunció el ceño, volvió a adoptar una posición salvaje y señaló a Leslie. - ¡Qué cierres la boca Leslie, me cago en todo! - aunque Leslie no estaba diciendo nada en aquél momento, lo cual hizo que la chica mirara con cierto miedo al director.

El director carraspeó y volvió a colocarse de forma normal. - Y recordad encontrar una pareja antes de que comience el baile principal, pues tal y como cuenta la leyenda, a la pareja que ilumine el foco que imita una luna roja, estará unida por la sangre en algún momento, de una forma u otra. - finalmente, el director levantó un brazo y el foco blanco que lo iluminaba, se apagó, haciendo que los demás pudieran continuar con la fiesta con normalidad.

Llegó junto a Bárbara con una sonrisa de oreja a oreja. Iba vestido con un traje que tenía algunos detalles florales en uno de los laterales, se había peinado para la ocasión y portaba una cadenita de oro que se tocaba de vez en cuando con un gesto involuntario.

Al llegar saludó a varias personas con la mano, incluso algunas que no conocía. Se sentía bien, realmente bien y emanaba esa sensaciones por todos su poros. Con el asesino entre rejas, la imbécil de Elba entre rejas y todo controlado, era el momento de disfrutar. El alcohol también ayudaba, sin duda.

Miró a Bárbara con una sonrisa, le guiñó un ojo. Le tendió su brazo ofreciéndole entrar a la fiesta junto a él.

A River le dio el tiempo justo para hacerse con unos pantalones negros y una chaqueta ahora demasiado pequeña para su padre, y bajó disparada hacía el coche de Ryan, no queriendo hacerles esperar. Llevaba el pelo suelto, algo raro en ella, pero es que todavía lo llevaba húmedo de la ducha. En cuanto se acomodó, sacó el móvil y se hizo una selfie con gesto serio y el signo de la paz con los dedos ocultando parte del rostro.

-Oh. Es una buena idea, podemos luego pasarnos.-asintió medio distraída, terminando de mandar un mensaje.-Eso es lo que intentamos descubrir. Cualquier hilo del que tirar es bueno, ¿no?

Lo del padre de Diana llamó su atención.

-¿En serio? ¿Por qué, ha pasado algo?-se giró hacía la chica, esperando oír de ella aquellos detalles que Ryan no podía confiar sin su permiso. Especialmente le preocupaba lo de que igual no era la víctima sino el perpetrador.-¿Necesitaréis ayuda para vigilarlo? Sino, quizás podamos dividirnos e investigar a alguien más...-y entonces, negó con la cabeza, cayendo en algo.-Espera, no, no tiene sentido que Ghostface ataque hoy. Avisó de que iba a hacer algo y ahora el sitio estará lleno de policias. Creo que lo que quiere es meternos miedo, no atacar. ¿Cómo sino escaparía tras matar?

Entre el gimnasio que le recordaba al de Carrie, las puertas cerradas y que los organizadores podrían haber metido un poco más de luz en la sala... River seguía creyendo que el festival sería un lugar seguro, pero no pudo evitar sentirse atrapada.

Y su traje no ayudaba. No estaba acostumbrada a llevar ropa formal durante tanto tiempo seguido, ni a sentir el pelo suelto. Con las prisas se había dejado el coletero en casa, así que intentaba apartarse los mechones de pelo como podía de la cara, pero estos se resistían a quedarse quietos.

Mientras seguía al grupo con el que había venido, buscó a su alrededor, intentando distinguir entre los presentes a Mickey. A quienes sí localizó fue a sus amigos, a pesar de que fuera gracias a una esperpéntica charla del director.

-¿Qué se ha metido?-preguntó en referencia al hombre, chocando sus puños a modo de saludo.

Teddy no se giró al escuchar la voz de su amiga, simplemente profirió un. - Pues que es gilipollas, siempre ha sido así. - suspiró, se le notaba cansado después de aquél discursito.

Se giró lentamente para ver lo despampanante que iba a su amiga. - Me alegra que estés bien River y... - la miró de arriba a abajo. - Muy elegante. Si no fuera por tu cara, pensaría que eres una persona completamente distinta. - bromeó, aunque se echó atrás ante la idea de darle un abrazo, no sabía si arrugarle el traje le haría gracia.

Al final ha sido un día tranquilo hoy ¿eh? - intentó seguir la conversación. - No ha muerto nadie hoy, no ha pasado nada fuera de lugar. - miró hacia la puerta. - Te diría que incluso parecía que hemos vuelto a la normalidad si no fuera porque tenemos a los maderos impidiendo que salgamos a meternos un buen verde.

Bua, ya ves. - asintió, decepcionado, al ver que su amigo remataba las pocas esperanzas que Luke tenía de fumarse un canuto.

      No iba a mentir, nunca había prestado mucha atención a nada en verdad en este tiempo dentro del campus , pero quizás estaba cometiendo un gran error por estarme perdiendo las perlas que iba soltando el dueño de este cotarro ... quien tiene poder, decide hacia donde corre el rio, ¿ no ? ... 

    Bueno... - comentaba cerca del grupo de River con un vaso de la ponchera - Dijo algo de "demosT'lar no 'enel miedo" y " consenT'imient'o ese", ¿ pol que no pregunT'al direcT'o lo si podel ? - y apuntar hacia el escenario en donde de vez en cuando el brillo de los lentes del director se reflejaban con la iluminación

Ryan se quedó bastante ilusionado al ver todo aquello que habían montado en el gimnasio. Era bueno ver algo de normalidad, eso aportaba algo de esperanza y tranquilidad al joven quien estaba ciertamente apabullado por todo lo malo que había estado pasado últimamente.

Observó la llegada de Jordan y si bien se alegró de verlo sano y salvo, decidió no acercarse al ver que iba acompañado por Barbara. Mejor no meterse en ningún berenjenal del que no iba a poder salir y darle pie a que se metiera con él delante de todos.

El discurso del director no le dejó indiferente y es que él también tenía una pregunta para alguien de los presentes ¡pero le daba demasiada vergüenza hacerlo! Por lo que decidió armarse de valor y continuar con el plan que tenía acordado con los demás. - Yo iré primero, id disfrutando de la fiesta vosotros, ya me relevaréis. - dijo bastante seguro de sí mismo a sus compañeros de viaje.

Se acercó con paso firme a Alex Eggers y profirió a hablarle de lo primero que se le ocurrió, con tal de tenerlo cerca y evitar que se marchara. - ¡Oye! Leí que la masturbación trae consigo una notable mejora en el léxico. Me quedé absorto ante tal afirmación carente de raciocinio. Me exacerba cuando de soslayo, un petulante enarbola cultismos de rimbombantes, como banales corolarios cuyo efímero fin es obnubilar... - se quedó callado un segundo. - Eeh... ¿qué opina usted? Seguro que ha investigado sobre el tema.

Cogí algo. Creo que era un vestido de mi madre. Algo bueno, supongo, porque me quedaba bien.

Joder, es que cierta mente estoy superbuena, pero me visto con trapitos a lo Black Sabbat y normal. Quería creérmelo, al igual que se lo creía Barbara. Quizá sus lecciones de moda, por una vez, no estaban tan mal. Pensar en aquella pija me hizo cerrar los ojos fuertemente, y gruñí. Lo mismo con el maquillaje. Ahora parecía hasta normal, frágil... y eso me jodía.

¡A la mierda!

- Como digáis algo, os mato a todos.- Dije al entrar en el coche de Ryan, consciente de la pinta, no mala, pero tan distinta a lo habitual que solía llevar, que me sentía hasta incómoda.

Me crucé brazo en mi asiento, con el bolso de por medio.

- Vosotros echarle un ojo de vez en cuando.- Dije mirando a Diana por si quería ella decir algo mas. Al fin de cuentas, era su padre.

Lo primero que hice, al salir del coche de Ryan fue fumarme un cigarrillo. Lo necesitaba.

Ver allí a todos, vestidos de gala o casi... joder, yo no encajaba allí, y menos vestida como iba. A mi parecer era como si estuviera disfrazada con ropa salida de la zona chula del H&M. Solo me faltaba la goma de oreja a oreja, pues el maquillaje de zorra ya me lo había puesto también.

Y entraron el Rey y la reina del insti: Bárbara y Jordan.

Los miré, pero no sé si con envidia o con pena. Sobre todo con uno de ellos. Bajé la mirada cuando Barbara pasó. Ahora sí que había ganado ella. ¿Esperaba un resultado distinto? ¿Quizá que me invitara a mí como venganza por perder la apuesta? Quizá me hubiera gustado, aunque tenía clarísimo que, aquello que decía el Director, iba sobre todo dirigido a aquellos dos. Odiaba estas cosas, o al menos lo que suponían. Aunque era inevitable esperar, con esperanza, ser la elegida... tan solo una vez.

En realidad nunca habíamos podido hacerlo. Casi todo eran referencias a antiguos bailes de graduación y cosas que se ven en esos seriales de pre adolescentes. Ahora era un baile, ¿sangriento? Joder, como cambia el mundo.

- Joder, River.- Dije acercándome a Lazslo y River, por lo menos, para quitarme de en medio y no ser atropellada, literalmente por las burlas o por el séquito de Barbara.- Te has puesto to buenorra.- La guiñé un ojo.

Vi como el capullo número uno se acercaba al padre de Diana. Bien, así me gusta Ryan, tomando la iniciativa. Sonreí orgullosa de él. Quizá se estaba haciendo un hombre y dejaría de necesitarme para defenderlo. Hasta que hablo de... cosas... manuales. Hice rodar los ojos hasta ponerlos en blanco durante un momento.

- Necesito... otro cigarrillo.- anuncié al mini grupo empezando a alejarme hacia los aseos, pasando que quizá había puesto demasiadas esperanzas en el conductor del Ryanmovil. Me sentía algo agobiada.- Además se me está metiendo el tanga por el culo. Ya sabéis... cosas de chicas con culo.

Estaba todo cerrado, pero esperaba que los aseos no. Salvoq ue el asesino estuviera entre nosotros, sería jodido que entrara. ¿No? Al pasar cerca de Leslie la guiñé un ojo y le susurré.

- ¿Quieres uno, princesa? ¿Te vienes?- Hice un gesto hacia los aseos, pero no me detuve para ver si venía o no, aceptando así la invitación.

Leslie, que seguía aturdida con lo que había pasado con el director, solo volvió en sí al escuchar los comentarios de Sam. - ¿Eh? - preguntó al principio, sin tener muy claro lo que había escuchado, hasta que su cerebro finalmente lo acabó de procesar. - Yo, bueno, no fumo, pero te acompaño, a ver si pierdo de vista a ese capullo. - dijo finalmente, para confirmar así la invitación de esta.

Había ido en busca de Sam para tratar de buscar una “solución” a su indecisión. No había sabido si llevar la evidencia a la policía o no, pero nunca había pensado que su padre podría haber estado involucrado en los asesinatos. De la cafetería, Diana volvió a su casa en modo piloto automático, masticando las palabras de Sam. 
Le había respondido? O había solo balbuceado frases inconexas e ininteligibles? Que coño le había contestado a Sam era algo que Diana no recordaba bien.

Una vez en su casa, siguió a Merced de su ansiedad. Viendo delante de sus ojos un sinfín de escenarios posibles en los que su padre terminaba preso, muerto, muerto estando preso y demás futuros igual de pesimistas. 
Fue a la habitación de su padre y abrió el guardarropas. Se puso a revisar los vestidos de su madre, todos eran elegantes, y de alta costura. 
Hasta tenía un vestido negro Chanel que nunca en la vida le entraría a Diana, no con sus 4 o 5 kilos de más. De hecho, la mayoría de ese guardarropa estaba fuera de su alcance en cuanto a cintura. Diana chasqueó la lengua y abrió la parte del vestidor que le correspondía a su padre. Eligió un traje, pantalón de vestir, camisa y corbata. Y un saco. Le quedaban un poco ancho en los hombros, pero por lo demás encajaban bastante bien. Solo faltaban los zapatos, y en eso fue un poco más femenina, eligiendo sí unos zapatos finos de su madre. Stiletos negros, de punta en V. Estaba lista.

Una vez en el Ryanmóvil no se sorprendió al ver que River tmbn iba de traje, pero sí le parecía que a su amiga le quedaba mucho mejor. 
 

Se quedó callada durante el viaje hasta que hicieron mención al tema de su padre, el cual la traía en vilo. - Encontré entre las cosas de mi padre un celular. Un teléfono móvil que le envió el asesino, y mediante el cual le cuenta todos los asesinatos cometidos para que mi padre los pueda dar en las noticias como notas exclusivas. Envía la información desde un numero oculto, y le cuenta de antemano donde va a estar, pero no a quien asesina, sino que de eso hace un resumen una vez ha perpetrado los delitos. Dice que esta noche en el festival va a volver a atacar, y le pidió a mi padre que vaya, que le aseguraba y garantizaba su seguridad. - resumió la muchacha. - Sam piensa, o tiene la teoría de que el celular es un chivo expiatorio, y que mi padre puede ser al menos uno de los asesinos. Yo no iría tan lejos, pero si ha sabido donde se iba a cometer los crímenes, y no ha dicho nada hasta que no se hubieron confirmado. Es un canalla, por dos segundos de fama se ha vendido. - concluyó, y al mismo tiempo decidía que iba a llevar el celular a la policía. 
 

Una vez el Ryanmóvil llegó al festival, Diana se separó un poco del grupo y fue a buscar a la Sheriff. Estaba segura de que siguiendo la amenaza del asesino, y del mensaje público de que atacaría en la fiesta, la policía tenía que estar vigilando el evento. 
Diana tenía solo un objetivo claro. Entregar ese móvil a las autoridades y dejar que su padre pague lo que había hecho. Por lo menos que se investigue hasta qué punto había estado involucrado.

Si bien Diana no fue capaz de encontrar a la Sheriff, todo estaba rodeado de policías, incluso estaba aquella excéntrica detective que solo hablaba con frases extrañas. Se acercó a cualquier policía y le requisó el teléfono, con un agradecimiento, aunque también le dijeron que no iban a hacer nada hasta que terminara el baile, pues podrían alertar al asesino y querían pillarlos con las manos en la masa.

Aunque le prometieron que, en cuanto todo aquél festival terminara, iban a detenerlo para interrogarlo, pues era, por lo menos un cómplice en todo aquello. También le recomendaron que de momento no se preocupara y continuara con normalidad, para no levantar ningún tipo de sospecha.

¿Pero qué coño quieres? - decía con cierta molestia el periodista al ver que se le había acercado el chico y le decía una sarta de tonterías. - ¿Esto es algún tipo de estratagema para hacerte el interesante, destacar de los demás y pedirme un autógrafo? - negó con el dedo. - Dije que no iba a dar autógrafos, chavalín.

Se cruzó de brazos, realmente parecía molesto. - Estoy aquí, jugándome la vida, pues soy un periodista súper importante y por ello, un objetivo para el asesino, para evitar que recibáis las noticias y la verdad de todo lo que sucede con este caso. ¡Pero no me va a silenciar!

La atención de River seguía puesta en buscar a su padre, prestando apenas la atención suficiente para enterarse de lo que pasaba alrededor. Hacía mucho que no le veía fuera de casa, ahora estaba llena de curiosidad y preocupación. Como un padre que quería asegurarse de que su hijo está bien, y de paso, enterarse de qué amistades tenía, solo que además ahora estaba la posibilidad de que hubiera un asesino suelto por ahí. Sobre todo si la teoría de que el móvil era un chivo expiatorio resultaba ser verdad.

-Sí... ninguna muerte, ni ninguna cosa extraña.-repitió casi las palabras de Teddy, buscando la mirada de Lazlo, Sam, Diana y Ryan. Por segunda vez en el día tenía que morderse la lengua, y no sabía hasta cuando podría seguir haciéndolo.

El comentario de Sam la dejó un poco descolocada. Primero que iba elegante, ahora que estaba todo buenorra y el guiño... Para River, que solo soñaba con el momento en el que poder quitarse el traje, era extraño que se fijaran tanto en ella.

-¿Puedo devolverte el cumplido o me matarás?-le respondió una vez se recompuso, queriendo devolverle lo que ella veía todavía como una broma. 

Enseguida la chica se marchó al baño, lo que le dio una idea a River. Agarró del brazo a Luke y empezó a tirar de él hacía la pista principal.

-Luke, vamos a por ponche. Ahora volvemos, ¿vale?-explicó al resto del grupo. Con suerte, dando una vuelta vería mejor quienes estaban en el gimnasio, y de paso resolvería otro asunto.

River tomó un camino más largo de lo normal hacía el ponche. Quería echar una buena mirada a la pista, sí, pero también aprovechar a hacer algo que ya sabía que no le iba a gustar. Se acercó a su amigo, asegurándose de que nadie más les pudiera oír, y le susurro:

-Oye, Luke, en confianza, ¿todavía te queda?

Entonces vio a su padre, y sintiendo un peso menos sobre sus hombros, cambió la trayectoria para poder ver con quien estaba, y luego acercarse a saludarle. 

Luke, se había dejado arrastrar con cierta pesadez, hasta que finalmente se separaron de los demás. - Ni bailo, ni puedes tocarme el pene. - le dijo a su amiga, hasta que ella aclaró la situación.

Si, algo tengo. Pero está todo lleno de maderos y detectores de humo. - afirmaba antes de quedarse mudo completamente. No acostumbraba a hablar tantísimo.