Partida Rol por web

La enorme armadura se había acercado hasta él. Lo cual le facilitaba el tener que ir a por ella, y trató de cortarle la cabeza con su hacha. Lo cual no logró por poco. Rugiendo cual oso Grizzly enfurecido juntó sus dos manos y golpeó cual maza. El sonido de la dureza contra el metal resonó por la sala.

No os olvideis de los soldados. Acabad con ellos cuanto antes y luego ayudanos contra la armadura. Pero no les dejeis que se escapen.

El golpe de Paul con su fuerza osezna resono por toda la sala. La cabeza de la armadura parecio hundirse unos cinco centimetros por el golpe, pero volvio a su normalidad. El golpe no resulto efectivo y esta seguia atenta a las maniobras de los presentes.

Genial- pensé, maldiciendo nuestra suerte al ver a los dos soldados y la armadura esperándonos tras la puerta. Armadura que además parecía estar siendo capaz de resistir cada uno de los golpes que iba recibiendo -Espero que los soldados no aguanten tanto- me dije, al mismo tiempo que afianzaba mis pies en el suelo, preparándome para lanzarme hacia delante.

Yo me encargo de ellos- le dije a Paul, tras lo cual me impulsé hasta llegar justo entre medio de ambos soldados, cambiando rápidamente de dirección para encararme a cada uno e intentar alcanzarles con mis garras sin por ello disminuir mi velocidad, alejándome de ellos y tomando distancia antes siquiera de que tuviesen tiempo de responder.

Adam golpea con rapidez a los dos soldados, asi a la armadura. Los enemigos no pueden reaccionar, aunque los golpes no resultan del todo eficaces y solo el Soldado B recibe un arañazo por la espalda dejandolo algo herido. Luego se aleja en distancia hasta la parte sur de la sala.

El soldado A enfoco sus disparos contra Adam, el cual estaba al final de la sala, pero la rafaga fallo dando contra la pared. El segundo intentó atacar a Virginia, pero tambien fallo el disparo. Despues de disparar, buscaron covertura de nuevo tras la vagoneta. 

Viendo que la armadura empezaba a resistir los golpes, pienso en mi lindo compañero. Quizas tenga la suficiente fuerza para retenerlo y que el resto pegue bien fuerte. Sin duda los soldados podrían ser bien liquidados por Adam, no deberian dar problema alguno.

Con una mano acaricio la parte superior de Octobot. Este responde con vibraciones y luz en su ojo. Se le notaba el cariño y cuidado que le ofrecía como mascota.

Atrapa y reten a la armadura con todas tus fuerzas.

Mi querido Octobot agita con fuerza sus brazos extendiendolos y se lanza con fiereza sobre la armadura.

Octobot intenta atrapar con sus seis brazos a la armadura, pero esta con su fuerza logra librarse y seguir amenanzando al grupo. Desde su interior se podía oir la risa del hombre que la manejaba:

Jajajja, esta armadura es invencible. Veis como vuestros ataques son inutiles.

Sin duda me estaba poniendo nerviosa ante los ineficaces movimientos que estabamos realizando. Aquella armadura parecia reirse de nosotros. Por precaucion activo mi escudo protector, que me envuelve en una sensacion que poco me acostumbraba, pero me salvaría de muchos golpes. Algo enrabietada, me fijo en la vagoneta y alzando mi mano, le reduzco la gravedad para moverla. Veo como se levanta lentamente, y con un gesto rapido, la lanzo contra la armadura por su espalda.

Virginia consigue levantar la vagoneta, dejando al descubierto a los dos soldados que buscaban cobijo detrás de ella. Con su movimiento brusco, esta es disparada contra la armadura. Al ser algo descontrolado, esta no llega a su objetivo, y se estampa contra la pared dejando una grieta en ella del golpe. Su posicion bloquea la puerta norte.

Andrew se mordio el labio, nervioso. Esto se estaba poniendo feo. Sus brazos una vez mas comenzaron a mutar, esta vez tomando el aspecto de la corteza y, al final de los dedos, unas enormes garras tan largas como las del director Logan, aunque seguramente ni de cerca tan resistentes.

Iba a hacer lo impensable: Tenia que distraerla lo suficiente para que sus compañeros la flanqueen la armadura. Esperaba que no tardaran mucho, fuera esto realidad virtual o no, una quemadura era una quemadura. Cargo contra la armadura y dio rapidas cortadas, tratando de mantenerse en movimiento para no ser un blanco facil.

Andrew ataca ferozmente dejando a un lado su defensa para abocarse en pleno ataque. Dudando de la dureza de sus garra vegetales, estan resultan eficaces y la armadura recibe bastantes rasgaduras, dejandola tocada, y limitando sus acciones. Ésta afectada, se limita a responder con el potente lanzallamas que abarca una linea recta facilmente esquivable. Solo Paul y Andrew se encuentran en el área de fuego con lo que reciben el impacto.

Esta vez el ataque de Andrew resulto efectivo y la armadura quedo tocada, pero aun seguia luchando. Pude notar como el calor del lanzallamas paso rozando el traje pero no hizo ningun daño. Con espada en mano, me lanzo otra vez para asestarle un espadazo potente.

Venga chicos, ahora está débil!

Bethany ataco con fiereza, pero no surtio efecto el espadazo y la armadura resistio plenamente. El lanzallamas aun desprendia humo del disparo anterior, y parecia prepararse para lanzar otro.

"Mierda, mierda, mierda!" solo llego a pensar Andrew cuando el cañon de la armadura comenzo a brillar con la amenaza del fuego. A pesar de haberse corrido un poco de la trayectoria del lanzallamas, las flamas lo alcanzaron y apreto fuertemente los dientes de dolor al sentir el fuego lamiendolo.

Al ver que no había logrado acertar a la armadura con la vagoneta, una expresión de frustración congestionó su rostro. Sin embargo, ésta se le pasó rápido cuando vio el brazo lanzallamas de aquélla calentándose de nuevo. 

-¡Mierda! -instintivamente, la joven dio un salto hacia atrás y trató de parapetarse tras Justin, que era el único que no se había movido y continuaba alejado del fragor del combate- ¿Por qué diablos tiene que ser fuego siempre? -se quejó con un hilo de voz, con las piernas temblándole ligeramente. 

Sin embargo, Virginia sabía que Andrew también tenía el mismo miedo que ella y, aún así, su amigo había saltado ferozmente contra la armadura, situándose a su alrededor y superando su miedo. No podía ser menos. No iba a ser menos. Además, ¿qué diría su padre si se enteraba de que se había rajado en medio de una batalla y además sabiendo que era una simulación? No. No contarían eso de ella. Tragó saliva y, tomando ejemplo del joven que arañaba la maldita armadura con sus garras vegetales, se concentró en los dos hombres que ahora sin vagoneta estaban al descubierto. Dio un paso hacia un lado saliendo de detrás de su amigo y levantó las manos en dirección a uno de ellos: tenía toda la intención de levantarlo del suelo y lanzarlo sobre el otro, para hacerlos caer a ambos y que sus compañeros pudieran atacarlos más fácilmente sin miedo a que los disparasen.