Partida Rol por web

Brandán sonrió, encontrando en el tema de los libros una leve distracción a lo que había acontecido hace escasos minutos...y eso a pesar de que la sombra de lo que aquel tipo implicaba seguía arrastrándose por su mente.

- No creo que haya ningún problema. Lo cierto es que poca gente se acerca a esa parte de la biblioteca, así que podemos estar bastante tranquilos. -dijo mientras lanzaba una mirada a Rosa, ocupada ordenando una serie de ficheros, con datos de autores, títulos,... que ocupaban buena parte de la estantería ubicada tras la mesa de recepción. Tendría para rato.- Vamos. Me gusta la idea del parque...es más, eso implica ciertos descuentos ¿no?-añadió guiñándole un ojo.- Apuesto a que a más de uno la idea le resulta interesante, y creo que conmigo ya puedes contar.- A continuación, más seriamente, siguió.- Es muy raro sí. Pero si realmente olía, eso implica que tiene algun tipo de capacidades que le permiten hacer lo que ha hecho ¿no? Lo que me gustaría saber es cuales son...

La guió hasta el fondo de la biblioteca. Las estanterías repletas de gruesos tomos con los lomos desteñidos y ajados los recibieron. Y Brandán los miró lentamente, paseando más despacio, con un respeto casi religioso. En la parte superior de las estanterías, allí donde sólo se podía alcanzar mediante una escalera, se ordenaban varias cajas marcadas con códigos numéricos. Brandán los señaló.

- Aquí tenemos piezas muy antiguas. Los tomos ya lo indican con su aspecto, pero arriba, en las cajas, se guardan algunos pergaminos que datan incluso del siglo dieciocho. Lo que, para una biblioteca humilde como ésta, es todo un tesoro.-se quedó recorriendo un rato con la mirada aquellas piezas.- Nos cuesta, pero tratamos de mantener algunas de estas piezas con nosotros...aunque la mayor parte de ellas acaba en lugares más importantes...Por eso trato de salvar la mayor parte de ellas cuando tengo un rato libre, transcribiéndolas y adaptándolas, para la biblioteca, y para mí por supuesto. Mis favoritas están allá. -se dirigió al fondo del armario cargado de libros, con lo que llegaban al rincón más oscuro de la biblioteca, donde sólo había una pequeña mesa llena de papeles y libros.- Mi lugar de trabajo preferido...y donde se encuentran recogidas las grandes leyendas del pasado. La historia de los héroes que fueron...y de los que ansían volver...aunque sea en el cuerpo de otros. -el tono de voz de esa última frase había sonado muy distante, como si se perdiese en sus ensoñaciones. A continuación, tras unos segundos, se giró sonriendo.- Bueno, te pediría que no leyeses lo que hay sobre la mesa...aún lo estoy desarrollando, y con suerte puede que lo estrene más bien pronto. no sé que tipo de lectura te interesa exactamente...algo tipo Lovecraft decías...mmm, lo cierto es que entre estos libros, muchas leyendas esconden hechos bastante poco reconfortantes...y todas las leyendas tienen algo de verdad. Te sorprendería saber la cantidad de referencias soterradas al Wyrm que se esconden en muchos de ellos...

Finalmente, alcanzó un tomo cercano a él de una de las estanterías. No tenía título alguno escrito en el lomo. Se lo tendió a la contemplaestrellas.

- Para empezar, éste no esta mal. Un conjunto de leyendas de viajeros recogidas por un escritorzuelo que no sabía lo que en verdad estaba escribiendo. Muchas de ellas hablan de duendes y pequeños demonios de la noche...No obstante, si lees entre líneas, sabrás ver que muchas de esas cosas no son tan imaginarias como parecen. -sonrió.- Yo me pondré a trabajar aquí un rato, por lo que he visto Rosa ya ha hecho mi trabajo mientras estábamos fuera, asi que puedo encargarme un poco de organizar mi santuario.- dijo, mientras se disponía a cargar con algunos de los tomos de la mesa hasta las estanterías.

Anne ríe por lo bajo ante la mención del descuento.

- El tema del dinero se lo dejo a José jajaja De hecho, aún no sé cuanto me va a pagar por las clases que doy allí. A mi con que me de para comer, me vale. Ya sabes que gasto poco – guiñándole un ojo – Pero prometo invitaros al menos a unas tapas con el primer sueldo.

Se encoge de hombros al hablar de las capacidades del tipo, bajando aún más la voz al contestar.

- Que huela no quiere decir que tenga que ser poderoso. El problema del olor, es que detecta tanto peces pequeñitos, pequeñitos, como ballenas. Puede ser incluso el criado de alguien que está empezando en el negocio… Por eso siempre prefiero observar antes de actuar. Tratar de conseguir toda la información. A veces hay que tirar de una hebra pequeñita para llegar a la madeja.

Conforme Brandán le va enseñando los tomos antiguos y hablar de los papiros antiguos, su cara refleja más y más fascinación.

- Uauh. Te echaré una mano a copiar esos textos. Sin duda le vendrán bien a la biblioteca y a nosotros. – guiñándole un ojo – Muchas veces las personas no saben el valor real de lo que escriben ni de lo que leen. Tú dime con que quieres que me ponga primero y puedo trabajar en alguna mesa de por aquí… - mira alrededor – preferentemente una con una pared en la espalda y que mire al pasillo – guiñándole un ojo, aunque está claro que esa última frase la ha dicho su paranoia; espalda siempre cubierta, vigilar siempre quien se acerca, nunca dejarse coger desprevenida.

Anne estuvo trabajando en el libro designado por Brandán hasta la hora de cierre, momento en el cual le ayudó con cualesquiera preparativos llevara a cabo para ello.

Tras esto, primero recorrió con Brandán la Biblioteca entera para asegurarse de que no se había quedado ningún rezagado; no era cuestión de que alguien viera a un par de lobos andar por entre aquellos libros.

Una vez asegurada, sonrió a Brandán cáldiamente.

- Al fin solos – guiñándole un ojo pícara – No te olvides de quitarte la ropa antes de la transformación, si no la tienes dedicada. Creo que lo mejor será hacer dos o tres pases por toda la biblioteca, siguiendo algún orden lógico para no dejar atrás ninguna zona y para asegurarnos bien.

 Dicho esto, se transformó ella misma en loba en un cambio rápido y fluido, como quien se quita o pone una chaqueta. Abrió bien su tercer ojo, feliz de no tener que llevarlo cerrado ni tener nada que le obstaculizara su vista.

Comenzaba la inspección de la Biblioteca.

Brandán se aseguró con varias pasadas de que estaban bien solos...Por suerte al final decidimos no poner cámaras de vigilancia. Asintió ante el plan de Anne. Tal vez esta vez consiguieran algun rastro al que agarrarse como a un clavo ardiendo. Se encargó de aseguraar todas las puertas y bajar persianas, toda precaución era poca.

- Sólo espero que no nos vea nadie en estos momentos.-comentó mientras se desprendía de la ropa, y tratando de no mirar a Anne: había situaciones en las que ese hecho al que poco a poco se estaba acostumbrando se volvían un tanto más incómodas que otras.- A saber lo que podrían pensar...-rió entre dientes imaginándose la situación. Ya podía escuchar a Rosa llamándole "Brandán el salido".

Dejó la ropa acumulada en un montón en su lugar de trabajo, y adoptando forma de lobo se dedicó a recorrer las hileras de estanterias, haciendo especial hincapié en la zona en la que había descubierto a aquel hombre.

Cualquier rastro, por débil que fuera, era relevante.

Brandan, estas totalmente convencido de haber hallado el olor...

Brandán se detuvo cuando creyó captar unas trazas del olor de la figura. Se dedicó a seguir su rastro en el interior, tratando de vislumbrar la ruta que había seguido por el interior, identificando estanterías y tomos en ellos ubicados, temáticas, etc...

Irremediablemente, sabía que el olor les llevaría al exterior. Pero trató de recordar el mismo, para poder seguirlo una vez estuvieran fuera. Memorizar cada matiz, cada pequeña pincelada dulzona o ácida, para ser capaz de recordarlo en otra ocasión. Una vez lo hubo hecho se volvió hacia Anne, moviendo la cola, y moviendo la cabeza en un gesto de asentimiento, para darle a entender que algo hbía captado.

Cuando sales a la calle Brandan, el olor se dirige en direccion al tumulo, que por supuesto, no es la misma que tomo el hombre que seguisteis. Eso puede tener muchas explicaciones, ¿cual es la que ves tu?

Cuando Brandan va a salir a la calle, Anne se transforma de nuevo en humana. Al fin y al cabo, al menos uno de los dos necesitará manos para abrir las puertas que han cerrado con llave.

- Espera, Brandán. – entendiendo que ha encontrado el olor – Parece que tu nariz ha cogido algo que la mía no. ¿Es ese olor a cloaca y perfume? Parece que el maldito vino por las cloacas, quizás para que no pudiéramos seguirle luego el rastro.

Mira con algo de desconfianza hacia la calle.

- No debemos salir los dos en forma de lobo. Alguien podría vernos y eso sí llamaría la atención. Imagínate, dos lobos, o perros en el mejor de los casos, saliendo de la Biblioteca. ¿Tienes por aquí alguna bolsa para que lleve tu ropa? – mientras lo mira fijamente, tratando de evaluar si Brandán podría pasar por un perro en vez de un lobo.

Brandán se quedó algo desconcertado, primero ante las palbras de Anne acerca de lo que ella había captado, y segundo, una vez hubo abierto al puerta, por la dirección que tomaba el olor. Se volvió hacia ella, ladeando la cabeza y bajando las orejas, mientras ejecutaba una especie de ladrido semejante al de un cánido, pero con marcadas diferencias al mismo tiempo. El idioma Garou, por el cual quería transmitirle a Anne una negativa ante su pregunta. Aquello no era lo que él había captado...empezaba a preguntarse si no habría identificado su propio olor o el de Anne y estaba tratando de seguir un camino erróneo.

A continuación, recibió la apreciación y escrutinio de Anne un tanto indignado. Y, no obstante, los motivos que tenía para sopesar si podía o no pasar por un perro eran más que razonables. Volvió al interior de la biblioteca, marcando pose, mientras erizaba el pelaje rojizo y alzaba cola y orejas para dejar clara su herencia, sin dejar de mirar el gesto de Anne desde sus verduzcos ojos.

- Vaaale, vaaale – contestó divertida ante la mirada de Brandán – Eres un lobo precioso, se nota el pedigrí – bromeando un poco para quitarle hierro al asunto – Te pido disculpas por haberlo pensado tan siquiera. Venga – señalándole de vuelta a su ropa, sin haber llegado a abrir la puerta – tendrás que vestirte. No podemos pasearnos por el centro de la ciudad como lobos. Eso sí llamaría la atención. Ahora hay un montón de gente por estas calles. – le observa un poco divertida, aún con ganas de chincharle amistosamente un poquito más – Por cierto, ¿el rojo de tu pelaje es natural o te lo tintas? – dando un paso atrás y mostrando las manos abiertas ante la nueva mirada de Brandán, mientras sonreía un poco – Vaaale, era otra broma nada más hombre. Es un color muy chulo. En serio. – sonriendo amablemente.

Espera hasta que Brandán se transforme y vuelva a vestir.

- Intentaré seguir su rastro fuera, pero sin poder transformar el hocico por fuera… será complicado. Ts, es una lástima que la gente no tire a los contenedores capas con una buena capucha. Una ahora me vendría de perlas – aún sonriendo – Podríamos ir a buscar las alcantarillas que haya por los alrededores. Sobre todo por donde le perdimos la pista. Ahora ya al menos conocemos su olor.

Brandán fue alterando su aspecto para pasar a forma homínida mientras asistía a la sarta de bromas de Anne con una ceja arqueada y una media sonrisa en el rostro.

- Para cuando gustes te paso cita con mi peluquero...mientras no te pasees desnuda por su local.-respondió sonriendo, mientras buscaba su ropa y procedía a vestirse.

Asintió ante el plan a seguir de Anne, si era la única pista que tenían más valía que la siguieran ahora que aun estaba el rastro fresco. A continuación se acercó a la puerta y sosteniéndola extendió su mano hacia el exterior.- Las damas primero. Guíanos hasta la alcantarilla más cercana...por cierto, deberías plantearte mejor los lugares a los que llevas a tus compañías a dar un paseo...-añadió guiñando un ojo.

- Jo, ¿por qué? – poniendo morritos a Brandán – Normalmente, cuando me paso desnuda por los locales, me hacen descuentos muy interesantes – exagerando aún más los morritos - ¿No te gusto sin ropita y sin pelitos?- continúo coqueta el juego que ella misma había empezado

Ante el ofrecimiento de las “damas primero”, se giró teatralmente para ver si venía alguien detrás de ella.

- Ah, oh, vaya, te referías a mí – sacándole un poquito la lengua aún con ganas de guasa – Bueno, a falta de alguien mejor, imagino que yo pasaré por dama – guiñándole un ojo – Otro día te llevo por el margen del río, te lo prometo. Es muy chulo. – sonriéndole.

Conforme salían al exterior volvió a hacer el truquito de la nariz de antes, recordando una vez más a la embrujada de la serie en un momento furioso haciendo conjuros a diestro y siniestro.

En caminó sus pasos por donde habían seguido a aquel tipo, atenta al suelo a donde hubiera tapas de alcantarilla, y tratando de captar su olor por el camino, sobre todo antes de girar la esquina, ya que allí lo perdieron.

- Joder Anne...estás enferma.- comentó riendo ante las insinuaciones coquetas de la contemplaestrellas. Desde luego, la mujer era incorregible.- Por cierto que te tomaré la palabra también a lo del río. Estás acumulando una lista de tareas pendientes para conmigo bastante interesante: tai chi, paseo por el río, birrilla, visita al museo, playa nudista,...que sepas que me las apunto todas.- añadió sonriendo, mientras salían al exterior.

Brandán siguió a Anne en su búsqueda, mirando alrededor, en parte para observar si eran observados por alguien sospechoso, en parte para buscar pistas, y en parte porque sabí que si miraba a Anne directamente mientras hacía su truquito de la nariz, no podría evitar reirse de nuevo.

- ¿Enferma? – contesta con voz inocente, llevándose la mano a la frente – Pues yo no me noto fiebre. ¿Quizás tú me quieras tomar la temperatura? – tras lo cual ya no aguanta más y estalla en carcajadas – Jajajaja, perdona, Brandán. Ya paro. No quiero hacer sentir incómodo – le sonríe amable – No te preocupes, que no olvido mis compromisos, aunque no sé si Rosa me prohibirá el acceso a la biblioteca si me ve venir a recogerte más a menudo… - sonriéndole pícara.