No tardas mucho hasta dar con alguien que sabe algo de tus ojos. El profesor Petros dice que sabe como desarrollar tu talento pero que tendrás que invertir gran parte de tu tiempo libre en él.
Mis ojos siempre habían sido que me intrigaba, sobre todo desde que aquel Inquisidor se fijó en ellos y me trajo aquí.
Para mí eran igual que el resto... Normales... Redondos... Sí, algo blancos, pero los otros niños tenían diferentes colores de ojos. ¿Por qué el mío no podía ser blanco?
De manera que con aquellas dudas, empecé a preguntar a algunos profesores sobre ellos, hasta que me dijeron que Petros podía ayudarme.
- Disculpe Profesor Petros. - Digo con timidez un día que voy a verle. - Me habían dicho que podía hablar con usted... Sobre... Sobre mis ojos...