Partida Rol por web

Nueva York. Probablemente la joya de Estados Unidos, una ciudad que reúne lo mejor y lo peor de la sociedad norteamericana y también lo mejor y lo peor de la sociedad superheroica.

Pero por desgracia o fortuna Werner no ha venido a Nueva York para acudir a espectáculos, ni a las fiestas, aunque nunca se sabe. Las razones de Werner para estar en Nueva York tienen que ver con Latveria, al menso en parte, pero ante todo esta aquí para asistir a una cumbre en la ONU. En condiciones normales hubiese podido enviar un delegado, pero las cuestiones a tratar en esta cumbre afectan a todo el planeta. El asunto principal, la llamada crisis mutante.

Mucha gente habla de la crisis mutante para referirse a los meta humanos en general, antes de Engendro V se hacían diferencias pero en la actualidad, todos caen en el mismo saco. Cualquier líder mundial que se precie de estar bien informado, ha visto el endurecimiento de las leyes contra los meta humanos en estados unidos y otros países del mundo, y en los últimos tiempos el asunto a trascendido el nivel gubernamental llegando a pie de calle, ocupando telediarios y periódicos que critican la represión o exaltan al publico según sus inclinaciones políticas, y en realidad los primeros son muy escasos.

Pero los rumores dicen que Estados Unidos esta tratando de crear un frente común mundial para atajar de una vez la crisis, y a la luz de las últimas noticias, incluyendo el atentado perpetrado por mutantes contra instalaciones farmacéuticas estadounidenses es evidente que no les van a faltar apoyos.

¿Puede Latveria convertirse en un refugio para los meta humanos de todo el planeta? ¿Es siquiera deseable que esto ocurra? Sea como sea es evidente que Werner Von Doom no puede esquivar este asunto por mas tiempo, porque un frente común no solo atentaría contra los llamados superhéroes o supervillanos, sino también contra gente como el propio Werner.

Hace dos días que llego a Nueva York, y se ha reunido con algunos líderes, pero el presidente de Estados Unidos no se cuenta entre ellos, y por las noticias que le trae su cónsul, no conseguirá verle en esta visita.

La agenda de reuniones era agotadora, pero sobre todo era la calidad de los representantes que buscaban reunirse con Werner lo que más hastiaba al joven líder. Países como Cuba, China o Afganistán buscaban en von Doom a un reflejo de su padre y a un posible aliado nuclear o político, sino militar. No podía mandarlos a paseo como hubiera querido, porque habría sido poco inteligente. Aunque no estaba de acuerdo con la mayoría de decisiones de su padre, una de ellas sí la respetaba: nunca se había cerrado puertas.

Aquel día estaba sentado en su habitación del hotel, escuchando el Concerto in A Minor de Yehudi Menuhin, un artista que se había nacionalizado latveriano para placer del joven, porque apreciaba enormemente sus obras. Completamente desnudo salvo por un batín, Werner von Doom meditaba sus posibles decisiones más adelante.

Sin duda alguna, convertir a Latveria en un refugio de metahumanos podría resultarle beneficioso, sobre todo porque podría disponer de una gran potencia bélica en pocos meses. Pero no le interesaba aquello, al menos, no por ahora. Latveria había quedado destruida y todavía quedaba mucho por hacer. Sí que había reclutado mutantes, por supuesto, pero había sido de forma discreta y eran individuos particulares.

El telefono de la habitacion sono interrumpiendo tu momento de tranquilidad, y al descolgar encontraste la voz de una de las hermosas rececpionistas del hotel al otro lado.

- Señor Von Doom, lamento interrumpirle. Hay un hombre que desea verle, se ha identificado como Terrence Lafleur, y nos ha pedido que le indiquemos que desea reunirse con usted en privado. ¿Debemos dejar que suba?

Por supuesto reconoces el nombre del embajador canadiense. El claro ejemplo de la union entre ingles y frances que se da en algunas zonas del pais nordico, y un hombre con un gusto excelente. De hecho no es el tipo de persona que se presentaria en tu hotel sin avisar, a no ser que se tratase de algo verdaderamente importante.

Sin duda Lafleur era de aquella clase de persona con la que Werner habría gustado de ver más a menudo si no implicara tener que cubrir una distancia de miles de kilómetros cada vez. Educado, elegante, y con un gusto por la ropa y la música que hacían que todo lo demás no importara. De los pocos habitantes del planeta tierra con los que Werner podría mantener una agradable charla durante horas.

- Que suba, señorita. Gracias - respondió. 

Con un gesto de la mano, el auricular voló suavemente hasta su plataforma, y el líder político y militar de Latveria se dispuso a vestirse adecuadamente. Aprovechando que se encontraba a solas (sus guardaespaldas se encontraban custodiando el pasillo y la puerta, ya que había reservado toda la planta para él) liberó sus poderes y trajo de su armario un elegante traje de seda importada, sin corbata, que le habían hecho a medida. Le gustaba usar sus habilidades mágicas cuando nadie le veía. No por miedo, ya que Werner von Doom no temía a nadie. Pero prefería que cuantas menos comparaciones hicieran con Victor, mejor.

Dos golpes en la puerta, y la voz de tu guardaespaldas anuncian la llegada del embajador.

Cuando la puerta se abre y lo deja pasar, el rostro del hombre te dirige una sonrisa cortes y te ofrece la mano. Por alguna razón viste un traje de etiqueta, mas apropiado para una fiesta que para una visita informal. Dado que esta anocheciendo solo puedes suponer que quizá vaya a acudir a algún evento tras vuestra reunión.

Me alegro de volver a verle señor Von Doom dice con formalidad mientras te estrecha la mano ¿Ha tenido un buen viaje?

Un apretón corto pero firme, ese tipo de cosas decían mucho de una persona. 

- Nunca me acostumbraré al JFK... demasiado tumulto - respondió educadamente - Pase, por favor, no se quede en la puerta.

Werner se dirigió hacia el pequeño mueble donde tenía algunos licores, y extrajo una pequeña botella de licor ambarino que era su favorito: un licor de Latveria con tonos dulces de miel.

- No es que no aprecie su compañía - dijo, mostrando la botella a modo de ofrecimiento - Pero ¿a qué se debe esta inesperada visita?

El Embajador te sorprende cuando rechaza la copa que le ofreces con un gesto de su mano.

Vera señor Von Doom, en realidad le confieso que no es una visita social. Se apresuro a responder Lafleur, quiza temiendo agotar tu paciencia si no abandonaba las formalidades. Quizá no sea la forma más protocolaria de hacerlo, pero quisiera que hablásemos sobre los motivos que le han llevado a asistir a esta cumbre. Mi gobierno no ve con buenos ojos lo que esta ocurriendo al sur de nuestra frontera, es mas, estamos realmente preocupados con lo que parece una radicalización de las posturas estadounidenses en este sentido.

Werner ocultó su desconcierto al volverse hacia el mueble-bar cuando el embajador canadiense mostró sus verdaderas intenciones. ¿Por qué había decidido entablar una conversación de ese calibre de esa manera? ¿Intentaba pillarle con la guardia baja? No entendía por qué se estaban haciendo las cosas de ese modo, pero no le gustaba nada que le quisieran arrinconar.

- Debo decir, señor Lafleur, que me sorprende el motivo de su visita - dijo, arqueando las cejas - Si fuera una persona con una agenda hermética sería algo comprensible que intentara localizarme de esta forma... pero soy un hombre con un horario muy flexible.

Le ofreció asiento y él hizo lo propio, en un sillón orejero que miraba hacia la puerta.

- Sabe que mi posición en esta cumbre es muy complicada, señor Lafleur. Al fin y al cabo, tengo que lidiar con las malas lenguas que no hacen más que decir que sólo intento seguir los pasos de mi padre... ¿A qué se refiere con radicalización? - dijo, desviando la conversación de la pregunta del embajador y llevándolo a su terreno.

Algo ocurre con el Embajador, eso esta claro, pero no aciertas a concretar que.

Lo siento de veras señor Von Doom Ahí esta de nuevo, excesivamente formal. Pero la situación esta cambiando rápidamente según hablamos, como para esperar a pedirle una cita.

Tras sentarse donde le indicabas continúa.

¿Acaso seria eso tan terrible? Pregunta el hombre cuando te refieres a seguir los pasos de tu padre Un hombre que protegió su tierra y a los suyos. Temido y respetado por todos. Parece a punto de añadir algo más, pero no lo hace, y en su lugar atiende tu pregunta. Radicalización, si, persecución contra los mutantes, no es que antes fuese muy distinto, pero ahora se ha extendido también a otros meta humanos, y es solo cuestión de tiempo que traspase las fronteras si no se ataja ahora. Por eso le pregunto, ¿que opina usted de este asunto? ¿Acaso va a decirme que apoya la creación de ese frente común a nivel mundial?

Te respondió el narrador II por el off, pero claro , es cierto que aquello es un mar de locura.

Puedes hacerlo en pirncipio por cada respuesta que te den, pero has de tener claro que las tiradas deben ser ocultas, de modo que tu no sepas cuando fallas, ni si el te esta mintiendo o te oculta algo.

Y por supuesto, si alguno dice que no se tira más insingh, es lo que hay XD.(Algún motivo tendremos XP).

De todos modos Dire II, dijo que si que podías tirar por cada respuesta- reaccion XD.

Algo buscaba el embajador, y no era precisamente su compañía. Werner cada vez estaba más molesto porque no le gustaba en absoluto que la gente le intentara engañar. ¿Acaso no sabía de lo que era capaz? Debía de intentar sonsacarle algo más de información antes de decir algo que pudiera manchar su imagen de cara al resto de países de la ONU.

- Señor Lafleur, alguien me dijo una vez que el Miedo era el arma más poderosa que existe - dijo Werner, relajándose sobre el sofá - Pero claro, lo decía el mismo hombre que intentó conquistar el mundo decenas de veces por la fuerza. ¿En serio cree que el mundo entero podría ponerse de acuerdo contra los metahumanos, cuando en toda su historia nada en absoluto ha conseguido unir a todos los países? Hablo de las religiones, de las guerras, ideologías...

Lafleur sonríe cuando hablas del miedo, y casi sin pensar responde.

Lo es.

Continuas hablando sin prestar atención a sus palabras, hasta que tu cerebro salta como un resorte con una idea absurda. Esas no pueden ser las palabras de Lafleur. Sin darse cuenta de tu reacción el embajador continuo hablando.

¿Acaso es tan difícil de creer? Ya ha ocurrido antes, a menor escala, pero sucedió. Y parece que ahora volverá a suceder.

- Sí, pero es complicado. Es como lo que me contó la última vez que estuvimos charlando, respecto al tratado que firmaron las grandes empresas canadienses de pesca a fin de establecer unas normas para no ahogar los bancos - dijo Werner sin mirarle directamente a la cara - Era muy complicado, casi imposible de que eso sucediera, y sin embargo...

Por supuesto, en ningún momento había hablado con el embajador de ese tema, pero había algo que no le terminaba de convencer, y sabía de sobra que había muchas maneras de suplantar a alguien e intentar algo contra él. A su padre le habían intentado asesinar, ¿por qué a él no?

Si Lafleur (o quien quiera que fuese) confirmaba aquella historia, se encargaría de que el usurpador lo pagara muy caro. Nadie jugaba con Werner von Doom...

El embajador sonrie.

Precisamente. Respondio Y aqui nos enfrentamos a una situacion identica. Puede parecer dificil pero acabara ocurriendo. Por eso he venido a preguntarle de que lado esta usted señor Von Doom.

Werner sonrió sádicamente. Una profunda satisfacción inundó todo su interior cuando su presa cayó en la trampa sin darse cuenta. Le encantaba manejar los hilos de esa manera y que los incautos, y todos aquellos que eran inferiores a él, tanto intelectual como personalmente, bailaran a su son. Lo más fácil era incinerar a ese impostor inmediatamente, pero quizás le sería más útil como fuente de información.

- Dime, ¿en serio se me considera un objetivo tan fácil ahí fuera? - dijo, entrelazando los dedos y poniéndolos sobre sus labios - ¿Qué pretendías haciéndote pasar por Lafleur, seas quien seas?

Clavó la mirada en el tipo, y se preparó para lo que tuviera que pasar.

El hombre se queda en silencio, mirándote sorprendido durante un largo instante. Por un momento te preguntas si realmente has acertado, si no habrá sido todo fruto de algún tipo de confusión. Pero entonces Lafleur sonríe y….

…y ante tus ojos su cuerpo cambia hasta convertirse en el de una hermosa mujer, una mujer a la que reconoces inmediatamente. Sin moverse de su sitio, baja la mirada sin que su sonrisa desaparezca.

En absoluto. Responde. Pero es usted alguien difícil de ver, y estoy segura de que jamás me hubiese recibido… de esta forma.

La mujer cruza las piernas lentamente, apoya sus manos en la rodilla que queda encima y pestañea un par de veces. Habías visto su foto en más de una ocasión, pero en vivo es mucho más hermosa e infinitamente más sensual.

¿He sido mala? Pregunta con picardía. Arrastra sus manos desde la rodilla hasta medio muslo y añade. Puedo compensarle por su tiempo...

Werner relajó visiblemente su postura al comprobar que realmente se trataba de Raven, una de las más increíbles mutantes que había podido ver en su vida. Con la habilidad de transformarse en otras personas, adoptando tanto su aspecto como su voz, era la espía perfecta. Y ahora se encontraba en su habitación.

- Aunque la oferta es sumamente tentadora, señorita Raven - dijo, abriendo las manos - Debo decir que lo que más me interesa ahora mismo es saber por qué se ha reunido conmigo de esta forma y ha intentado averiguar mi postura respecto a la actual situación con los metahumanos.