Partida Rol por web

La chica andaba distraída esperando un nuevo ataque verbal de Beth y escuchando bastante incrédula las palabras de Caleb. El chico le caía bastante bien pero le daba la sensación de que se negaba a ver la actitud de su hermana hacia los demás, obviando todos los defectos de ella. Estaba a punto de decir algún comentario mordaz cuando la voz de Alexander a su espalda la sorprendió. ¿Remodelar su vestido? Antes de que pudiera preguntar, un sonido como de desgarro y el frío en la espalda le dio la información necesaria como para saber a que se refería el chico. Por suerte para ella, sólo le había dejado la espalda completamente al descubierto hasta un punto peligroso, aunque si hubiera estado de pie ahora mismo estarían contemplando su figura desnuda.

Su cara pasó rápidamente de la extrema palidez al total sonrojo, reflejando desde su humillación hasta su rabia.

Rápidamente se aguantó el vestido como pudo con el brazo y mano izquierdos y se giró para propinarle un sonoro guantazo al chico.

- ¡Ni se te ocurra volverme a tocar estúpido, idiota, pedazo de…!- la chica no pudo acabar la frase porque la rabia le ahogaba las palabras. En su lugar, le volvió a propinar otro guantazo y volvió a mirarlo con furia -. Ya me puedes ir dando tu ropa.

Su tono no admitía reproche, más bien transmitía la advertencia de que si no se satisfacía rápidamente lo que decía le daría otro golpe, aunque quizás el siguiente fuera en lugares más delicados para el chico.

Aquel primer guantazo era exactamente lo que yo habia estado esperando, algo que me hiciera reaccionar de una ves y me sirviera de escarmiento por lo que habia hecho, el segundo ya fue algo mas deloroso y despreciable pero aun asi era tolerable, aunque sabia de sobra que la cosa no habia terminado aun Nissa no se conformaria solo con eso- No- le dije cuando me dijo que le diera mi ropa- Voy a arreglarte ese vestido y darte uno mejor de seda de la mas alta calidad te guste o no- aquellas palabras estaban claramente preparadas y dichas con la intencion de que ella siguiera con su estado de furia, no obstante era cierto que podia arreglarle el bestido y hacerselo de seda, pero de seguro ella optaria por seguir golpeandolo-

Beth continuaba obsrevando el tablón, tan roja como un tomate por las palabras de Caleb y viendo que no había ni una misión interesante.

Tsk... tocará esperar...

No se atrevía a darse la vuelta y enfrentarse a los demás así que permaneció mirando como muy interesada el tablón. Hasta que... las palabras de Alexander le llamaron la atención y el sonido de tela rompiéndose terminó por hacer ver a Beth que el comentario de su hermano había sido olvidado. La curiosidad pudo con ella. Miró en dirección a Alexander y... ¡Qué sorpresa! Nissa estaba implicada.

Al ver su cara tan roja que podía competir con la suya, Beth no pudo evitar sonreír, sorprendida y alzando las cejas.

No soporta que yo sea el centro de atención ni para cosas malas.

Los tortazos vinieron instantáneos y por cada golpe que Nissa le arreaba al pervertido de Alexander, Beth sonreía más ampliamente.

Una forma más sencilla de hacerla enojar... aunque es algo vulgar, todo hay que decirlo.

Escuchó la orden de Nissa al chico y su rotunda negativa además de que hablaban de vestidos de seda. Pensó en si meterse en la conversación o mejor no adentrarse tanto en terreno pantanoso. Se acercó al oído de Rina y le susurró:

- Te apuesto una cena a que Alexander se gana una patada muy dolorosa. Además se lo tiene bien merecido. Es jugar muy sucio. Ni yo lo haría.

Cojo el anuncio de "peligro en la granja", cuando suena el primer tortazo.

-¿Pero qué pasa?...-

Entonces lo veo todo. Alexander es idiota. Escucho lo que me dice Beth y asiento.

-Y si no se lo da Nissa seré yo. ¿Es que es idiota? A lo mejor se lo pido a Kramer...-

Decido que mejor espero a ver que hace Nissa, y si no ya veré que hago pero mejor no enfadarme.

-¿A alguien le apetece ir a hacer un trabajo que parece sencillito?- comento en voz alta -Necesito uno o dos compañeros.- no se lo ofrezco a Beth ya que ella acaba de pasar de cogerlo.

Sin previo aviso, la chica le arreó una patada en la entrepierna, aunque con lo de estarse aguantando el vestido, casi se cayó al suelo de culo mientras soltaba una retahíla de insultos más propio de los ambientes que frecuentaría una ramera que del suyo. Para algo llevaba años ayudando a su padre en una posada.

- ¡No utilizaría tus vestidos de seda ni como trapo! - Nissa se volvió aún hecha una furia hacia Rina - Iré contigo.

Cualquier cosa con tal de dejar de pensar en eso. Dios, como estaba deseando volver a su casa y eso que esa misma mañana había tenido prisa por largarse de ahí.

-Eso es todo- digo tendido en el suelo sujetándome mis partes por el dolor y sin poder quitarme de la cabeza aun el haber obligado a mis amigos a pelear y sobre todo el hacerlos desaparecer.
 

Me medio levanto y me vuelvo acercar a Nissa arrastrando los pies y sujetándome con la mano derecha mis partes, mientras intento tocar la izquierda  lo poco que quede de su ropa si lo consigo se transformara al instante en un Golem y ella quedara desnuda

Kaito, que había permanecido cenando tranquilamente rehuyéndole la mirada a Beth, vio lo que estaba ocurriendo. La actitud de Alexander le pareció bastante ofensiva y cuando le rasgó la parte de atrás del vestido a Nissa Kaito no pudo evitar molestarse pensando que si le hubiera hecho eso a su hermana ahora Alexander se estaría llevando una buena paliza. Intentó quedarse quieto observando a Nissa pegarle golpes el cual parecía quererlos. La patada le dolió incluso a él y así pensó que estarían en paz; sin embargo, Alexander no lo dejó ahí y Kaito se vio obligado a intervenir.

Antes de que se viese cualquier parte del cuerpo desnudo de Nissa él había llegado hasta ella y la había tapado con su chaqueta la cual era muy larga, de manera que lo único que se viese de Nissa fuese su cara y sus piernas.

- No vuelvas a intentar eso.- le dijo en tono amenazante a Alexander. Kaito estaba furioso de solo pensar que le podía estar pasando aquello a su hermana en esos momentos.- Si quieres que te peguen, pídelo por favor. Será suficiente la próxima vez.- luego se dirigió a Nissa con una sonrisa amable.- Vamos, mi hermana tiene ropa muy bonita. Y, créeme, no lo hago por compasión. Mi hermana se enfadaría mucho conmigo si no coges algo de su vestuario ahora. ¿Me harías el favor de ahorrarme el enfado de mi hermana, Nissa?

Nissa asintió a las palabras de Kaito y, por primera vez, bajó la mirada y mantuvo la cabeza gacha para que los demás no pudieran verla, no pudieran ver las lágrimas de ira y humillación que se agolpaban en sus ojos. Su mayor deseo en ese momento era salir corriendo, huir de las miradas de todos, pero su orgullo se lo impedía.
Sencillamente se quedó ahí, mirando al suelo tozudamente, dispuesta a seguir a Kaito en cuanto el lo dijera.

Beth continuó observando, al lado de Rina el lamentable espectáculo. Alexander se estaba comportando como un bárbaro y la actitud que estaba teniendo con Nissa era de lo más lamentable. Si algo no soportaba Beth era que se tratase de forma tan vejatoria a las mujeres, incluso si se trataba de Nissa. Pero, ¿qué podía hacer? Ya había hecho suficientes buenas acciones que manchaban su personalidad con el resto.

Lo siguiente ocurrió deprisa. Alexander volvió a la carga y antes de que sucediese, la chica se temió lo peor. Si Nissa quedaba desnuda delante de todos mancharía el orgullo de los nobles, pues, aunque ya no era una de ellos Beth sabía que la chica conseguiría volver a lo más alto algún día, además de que se hablaría más de su cuerpo que del de Beth, que no estaba dispuesta a caer tan bajo para ganarle la partida. Pero una vez más se volvió a equivocar al no meterse de por medio.

Kaito apareció en escena, tapando a Nissa y ofreciéndole subir a las habitaciones de arriba. Algo se apoderó de Beth. Le molestaba que aquellos dos subiesen a solas.

Quizás hubiera sido mejor que yo hubiera hecho algo. Tsk... acaba consiguiendo las cosas con tanta facilidad...

Observó a Nissa y a Kaito. Ella lloraba, quizás de rabia o quizás de vergüenza. Beth mentiría si dijese que en aquellos momentos sintiese lástima por ella, pues lo que más le molestaba era que Kaito estuviese con ella.

- Yo también me voy a dormir.

Anunció en un susurro a Rina, mientras continuaba mirando a aquellos dos. Le dio un beso en la mejilla a su hermano. Estaba dispuesta a escuchar su conversación. Cuanto más supiese lo que ocurría entre ellos, mayor sería el reto.

Los ojos de Krats iban de un lado a otro, como los de un búho asustado. Le sorprendía la cantidad de dardos envenenados que se tiraban entre Beth y Nissan, las incontables arrebatos emocionales de Caleb (esto incluso le dio escalofríos) y la extraña maniobra de Alexander dejando desnuda a Nissan. Eso último le pareció sumamente inadecuado, una cosa era bromear o ser algo sarcástico, pero se había pasado. Los golpes le parecieron apropiados y luego la patada…
-Uuuu- no pudo evitar murmurar y poner cara de dolor. Estaba seguro que se acordaría de su estupidez al otro día, pero aun así seguía intentando cambiar el vestido de Nissa, por suerte Kaito intervino.
Había escuchado el pedido de Rina, así que salio de donde estaba, esquivando algún compañero que iba a buscar mas comida, para dirigirse hasta ella. Leyó rápidamente la misión, evaluando si sus habilidades serian útiles para sus compañeros. No era lo que se diría un guerrero puro y duro, pero se defendía bastante bien ante un enemigo, sobre todo si no lo veía venir.
-Rina, si aun necesitas un compañero estaría dispuesto a ayudar- dijo poniendo una mano en su pecho y mirando a la chica a los ojos. Tenia la teoría que así sabría siempre lo que los demás pensaban, claro que por el momento raras veces acertaba.

Cuando Kaito interviene bajo el brazo y sencillamente sonrrio y me alejo en direccion a la puerta arrastrando un poco las piernas y sujetandome la entrepierna aun por el dolor del golpe de Nissa, sabia que me habia ganado el odio de muchos ese dia pero eso era lo que necesitava que me miraran asi con el mismo odio con el que tendria que mirarme yo en el espejo que me recordaran cada dia el odio que sentia hacia mi mismo y asi evitar que volviera a suceder nunca mas, ya haria algo para compensar a Nissa ya que la pobre no tenia culpa alguna de lo que acababa de suceder, pero ahora saber que su mirada de odio estaria alli para siempre era algo que necesitaba, y aun me resultaba raro pensar en que nadie mas hubiera intentado golpearme pero eso no era ya importante sencillamente sali arrastrandome del gremio y sin haber conseguido dejar de pensar en las cosas que me atormentaban.

Nada mas cruzar la puerta del gremio la luz me cego casi por completo, luz del sol que bañaba ahora toda la maravillosa ciudad, aquellas calles que tan bien conocia regadas a estas horas de gente que caminaba tramquilamente que hacia sus compras y se divertida, una ciudad rebosante de vida, una vida que no todos podia disfrutar de igual manera pero una vida, algun dia conseguiria descubrir el secreto para hacer los Golems perfectos dotarlos de una inteligencia y una duracion perpetua y entonces le daria a esta ciudad el mallor regalo una nueva vida perfecta que alludariaa combertir este sitio en el mejor de todo el mundo, pero mi sueño no era mas que una tonteria ahora mismo.

El dolor de mi entrepierna parecia estar remitiendo aunque sentia como en mi rostro aparecia una pequeña marca producida por el golpetazo, era mucho menos de lo que merecia en aquel momento asique devia estar contento, no podia hacer mucho mas asique camine por las calles sin un rumbo fijo sin mirar a nadie cabizvajo, arastraba mis pies casi todo el tiempo no solo por el dolor producido por el golpe de nissa tambien por que no me sentia con fuerzas de hacer nada.

Finalmente me detube frente a una tienda, ya era hora de levantar cabeza asique simplemente entre en la tienda en busca de magia liquida pra recargar mis guantes y para comprar si me quedaba algo algun bestido para poder regalarle a Nissa pero de forma anonima en pago por lo que le habia hecho hoy.

Mientras todos "enrredaban" en el gremio, las puertas se abrieron de golpe... y alguien a quien tardasteis unos segundos en reconocer entró con un caminar pesado, arrastrando su espada con su mano derecha y lleno de manchas de sangre. Su cuerpo parecia tener también muchas heridas, unas mas recientes y otras practicamente cicatrizadas.

Se trataba de Lithianv, el mago mas poderoso, después del maestro, del gremio. Se dice qu incluso mas que Kramer (aunque a Kramer se le continua considerando el mas fuerte por su fuerza sin igual). Se sentó en un banco y con una mirada seria, muy impropia en él, pues le recordabais como una persona muy animada y alegre, aunque dadas las circustancias de su cuerpo, era normal.

-¿Donde está el maestro? Tengo que hablar con él...

-El maestro está ahi detrás hablando con uno nuevo.-

Respondo. Siempre he respetado...incluso tenido algo de miedo, a Lithianv.

Tras responderle, miro a Krats.

-Si, será genial ^^ Nissa tú y yo. Aunque no sé si ella querrá salir mañana después de que el imbecil de alexander...Voy a preguntarle. De todas maneras, mañana a  primera hora en las puertas del gremio Krats ^^-

Subo tras Nissa.

Veo como entra Lithianv pero ni te me ocurre acercarme a el, no parece de humnor y yo tampoco lo estoy asique sigo mi camino hacia la puerta

Krats asiente con una sonrisa a Rina, su idea también era partir al amanecer, el día había sido muy largo y estaba francamente cansado. Justo en ese momento llega uno de los magos más poderosos que conocen, toda una leyenda y prácticamente una referencia para todo aquel que quiere llegar a ser el mejor. Krats lo observa de arriba a abajo, le sorprende mucho que alguien como el muestre un aspecto tan lastimoso.
-Esto huele muy mal- murmuro mas para si mismo que para alguien mas.
De repente todo cansancio desapareció de su cuerpo, su gran curiosidad le daba nuevas energías, así que con disimulo se sentó una vez mas esperando escuchar algo interesante.

La discursion empezo a tomar un rumbo que no me gustaba nada, pero no queria intervenir, total, solo parecia que estaban jugando. De pronto alguien aparecio en la sala, manchado de sangre preguntando por el Maestro del gremio, lo mire fijamente y me puse justo delante suyo. -¿Quien pregunta por el maestro?, no te conozco, a si que, no seria mejor que te identificaras primero y tal.- le digo serio mirandole a los ojos fijamente, mientras en mi mano derecha sostengo una cerveza y le doy un pequeño sorbo, sin dejar de mirarlo.

Justo cuando iba a seguir a sus dos compañeros en un arrebato de celos, alguien apareció y Beth quedó sin respiración unos segundos tras identificarle.

- Lithiavn...

Era el más fuerte de todos y hacía muchísimo que no aparecía por allí. Desde que se marchó una misión de clase S hacía bastantes meses. Se le veía más imponente que la última vez que lo vio y era ante el único con el que Beth no se atrevía a "jugar". Alto, apuesto, fuerte... lo tenía todo y por eso era inalcanzable.

Escuchó que Rina le contestaba y cuando Caleb se atrevió a hablarle así rápidamente le tapó la boca, temiendo que Lithiavn se enfadase.

- Es Lithiavn. Caleb, ¿no le recuerdas? Sé prudente.

Beth notó que el ambiente se había vuelto muy tenso. El silencio se había apoderado de la sala y todo lo que podía haber ocurrido antes ya no tenía importancia, porque el hombre que había vencido a un dragón sin ayuda estaba allí.

Tsk... ¿por qué me impone tanto respeto? Ni siquiera será de clase media-alta...