Partida Rol por web

Steelface ya estaba esperando uno de los ataques, así que había apuntado, se sorprendió de la velocidad de los perros, pero aun así descargó una lluvia de balas sobre los perros que tenía delante.

- Calla. - le espetó Artemis a su rehén apretándole con más fuerza. Sostener al guardia solo le dejaba con un brazo libre, pero mientras le quedasen balas en el cargador, aquello serviría. Además, no era tan buen tirador, de modo que tendría que hacer que cada bala contase.

Artemis apenas se asomó por el marco de la puerta lo justo para tener buen ángulo de tiro, y se tomó su tiempo apuntando a una de aquellas bestias mágicas hasta que finalmente disparó

La ráfaga del fusil de asalto de Steelface ametralla a dos de los canes infernales antes de que puedan llegar a las posiciones del grupo, esparciendo sangre y tripas por todo el lobby. ¡¡Sin embargo al dirigir el fuego al último de los chuchos un icono de advertencia aparece en el display de su arma inteligente informándole del encasquillamiento!!

Casi inmediatamente Nébula sale de su escondite y lanza un acrobática patada contra el perro que se ha librado de la ráfaga. Pero en el último momento éste se aparta y el golpe sólo conecta parcialmente, derribando al perro pero dejándolo indemne.

Saltador aprieta el gatillo y el disparo atraviesa el cráneo del otro de los chuchos. Renegado apunta cuidadosamente pero al cubrirse con el rehén su puntería no es perfecta y su objetivo se aparta ágilmente de la trayectoria del disparo.

Los runners han hecho un buen trabajo eliminando a la mitad de los perros infernales. Pero el resto se abalanzan sobre Catapult y Saltador, el restante se retuerce intentando mutilar a Nébula desde el suelo.

El tiempo que Download necesita para hackear el servidor está costando caro a sus compañeros: tres operativos en armadura de combate y con armas largas se acercan corriendo por el pasillo opuesto. Dos esprintan para alcanzar las columnas del lobby mientras el tercero dispara su arma contra Steelface mientras corre...

Nebula torció el gesto al comprobar el poco daño que le causo a la bestia, aunque por suerte bastó para derribarlo y que este tuviera que atacar desde el suelo, por lo que logró esquivar sus fauces sin demasiados problemas.

La mala noticia vino con la llegada de las tropas de asalto tan fuertemente blindadas que no seria nada sencillo acabar con ellas. Con una mirada preocupada miro en dirección a Download preguntándose si le faltaría mucho para acabar. Aquello ya no era una simple infiltración sigilosa, y sus capacidades cada vez eran menos adecuadas para el trabajo.

 Viendo que el daño elemental de electricidad ha sido eficaz pero no suficiente vuelvo a repetir la jugada aunque dado que estan ahora mas cerca la potencia del conjuro es menor. 

 Pero tanto poder en tan poco tiempo pasa su factura y mi puntería falla estrepitosamente aunque no es una perdidida total pues el oponente blindado junto enfrente e nosotros se la come entera.

El orko interpuso su brazo instintivamente entre las fauces de la bestia y él. La tenaza era fuerte y desgarra carne y tendón con furia implacable. Sin embargo, lo que hubiera dejado fuera de combate a cualquier otro, para el runner no fue más que un rasguño, por lo menos a nivel mental. Concentró su energía, liberó su mente y el dolor fue mitigado por la voluntad de su ser. Sus capacidades se impusieron a sus receptores neuronales e hicieron creer a su cerebro que el daño no era el que realmente había asumido...

-¡Scheiße!

No pudo evitar soltar el taco en su lengua materna, inclinando su cuerpo y ocultándose gracias al humo todas las balas fallan por poco su cuerpo.

Con el Smartlink expulsó el cargador todavía lleno y mecánicamente movió la palanca de cierre hacia adelante y hacia atrás varias veces para expulsar el cartucho defectuoso, cuando lo consiguió colocó un nuevo cargador* todavía en cuclillas.

La bola de rayos sale desviada pero de todas maneras explota lo suficientemente cerca para hacer que uno de los guardias blindados se electrocute y tenga que apoyarse momentáneamente en la columna para recuperar el aliento...

- Mierda - fue todo lo que le pasó por la cabeza al elfo en cuanto llegaron los operativos de combate. Sus enemigos aumentaban en número por momentos.

Hubiera preferido ahorrar aquella munición, diseñada contra armaduras y no contra animales por muy mágicos que fueran, pero no había tiempo para cambiar de arma, los operativos armados aún estaban lejos y el resto de runners lo estaban pasando mal al ser acosados por aquellos perros llameantes, de modo que abandonó aquella prudencia y continuó disparando a los sabuesos individualmente, asegurándose un impacto certero en lugar de un tiro letal más complicado.

- Cubríos!! - gritó a sus compañeros en previsión a los disparos del equipo armado

Nebula decidió "bailar" al rededor de la bestia derribada hasta situarse en una zona mas a cubierto de los tiradores que acababan de hacer acto de presencia. Deseando deshacerse de una vez del dichoso animal, lanzó una nueva patada contra su cabeza.

Pero de nuevo a duras penas fue capaz de alcanzar a ese animal sobrenatural que parecía no quedarse quieto en ningún momento.

Teniendo encima a aquella bestia Ian no pudo más que apuntarla y disparar una ráfaga dirigida hacia ella con la esperanza de derribarla. Sin embargo, las heridas y la fatiga empiezan a pasar factura al Orko, el cual lanza un muy mal disparo a su objetivo a pesar de la corta distancia. 

El disparo de Renegado derriba en esta ocasión al perro infernal que acosaba a Catapult, pero sus compañeros no tienen tanta suerte. El disparo de Saltador lo único que hace es destrozar un monitor cercano y Nébula parece que no ha descansado bien y el perro infernal hurta el cuerpo ante su patada incluso desde el suelo...

Los guardias acorazados siguen con un avance sistemático de manual: uno de ellos esprinta para llegar a cobertura (y se queda un poco corto) mientras los otros dos disparan sobre Nébula y Steelface.

Mientras tanto, el rehén de Renegado elige ese momento para hacer su jugada: le da un empujón al elfo e intenta escapar corriendo en dirección contraria a los perros....

Nebula desespera al comprobar que no es capaz de eliminar al maldito perro en llamas por mas que lo intenta. Por momentos empieza a pensar que pueda tratarse de algún tipo de ilusión y que estén jugando con su mente, pero aquellas ideas desaparecen cuando ve aparecer a dos de los guaridas por la izquierda y uno de ellos dispara su arma contra ella. Por puro instinto flexiona las rodillas y se agacha para dejar que los proyectiles vuelen sobre la cabeza. Si no empezaban a eliminar objetivos aquello iba a terminar muy mal.

Steelface recibió un impacto que le hizo soltar un gruñido, pero no estaba fuera de juego todavía, por suerte su armadura había parado la mayor parte del impacto.

Había logrado eliminar al sabueso, pero no tuvo tiempo para alegrarse ya que el guardia decidió que era un buen momento para zafarse y escapar. Sin pensárselo dos veces, Artemis le asestó un puñetazo para intentar mantenerlo controlado. Si los operativos armados eran tan crueles como se esperaba del cuerpo de seguridad de las SS no tendría gran valor como rehén, pero aún valdría algo como escudo humano.

La situación se estaba desmandando cada vez más, y no le gustaba nada que llegarán refuerzos tan pesados.

-Chispitas, !VAMOS¡- dijo intentando meter prisa a su hacker.

El orko sintió como la adrenalina se disparaba dentro de él, ayudada por sus poderes físicos. Más le valdría emplearse a fondo ahora o lo tendrían muy crudo para salir de ahí.

 Estoy al límite de mis fuerzas pero me debo a mi equipo, así es el credo del padre Oso cuida y protege a los tuyos, y aqui y ahora estos son los míos y haré todo lo que pueda para protegerlos.

 Así pues vuelvo a invocar al gran padre mientras canalizo y lanzo otra poderosa bola da rayos, que esta vez si impacta en donde yo quería   y envuelve a los tres oponentes blindados en una esfera de crepitantes rayos.

 La retroalimentación de canalizar el maná es esta vez muy fuerte y a pesar de mi voluntad y entrenamiento todo mi cuerpo se sacude con espasmos, que aprovecho para dejarme caer al suelo y tomar un respiro.

  Estoy al limite del abismo de la inconsciencia, andando peligrosamente por su escarpado filo.    

El ex-rehén de Renegado esquiva el apresurado puñetado de éste mientras la bola de relámpago de Catapult deja casi inconsciente a uno de los guardias y aturdido a otro. El tercero, sin embargo, tiene la suerte de su lado y no resulta afectado por la electricidad.

Mientras los runners intentan reponerse lo mejor que pueden, reciben las ansiadas noticias del hacker del grupo:

¡¡He encontrado el archivo, pero tengo compañía!! Necesito sólo un par de segundos más.

La cosa seguía mal. Y el retroceso estaba empezando a ser una molestia, por lo que decidió lanzar un puñetazo al perro que le acosaba. El golpe fue mal dirigido, y a duras penas alcanzaba al infernal ser. 

-O ese maldito hacker consigue descargar esos datos prontos o estamos fritos...