Partida Rol por web

(Percepción astral) En uno de sus cambios a percepción astral, Catapult detecta la forma de un elfo de piel oscura vestido con túnica que atraviesa el techo del piso 10. Su forma astral parece brillar de manera especialmente intensa frente al gris entorno del espacio astral que ocupa la mole de cemento y hormigón.

Se limita a flotar durante unos segundos delante del grupo y echar un buen vistazo a sus componentes, fijándose por último lugar en Catapult. Al verse observado por el shaman, saluda, burlón, llevándose la mano a la sien de manera parecida a un soldado que saluda a su superior. A continuación se deja caer, atravesando el suelo hacia los niveles inferiores del edificio.

Señores, señorita nos han descubierto en el astral ,a toda hostia  a por el objetivo , en minutos tendremos a toda la seguridad sobre nosotros. 

Ante la alarma de Catapult Ian instantáneamente se pone en guardia protegiendo la puerta cogiendo cobertura tras uno de esos arbolitos.

-Catapult, ¿qué viene a por nosotros?- dijo el orco con muy poca seguridad en su voz.

A pesar de que no le importaba enfrentarse a nadie en una buena pelea, las criaturas del mundo mágico le infundían un gran respeto, y sabía que probablemente si ha habido criaturas de ese tipo podrían encontrarse más perfectamente. Es algo irónico, teniendo en cuenta que Saltador es un practicante de las artes arcanas, pero sus poderes de adepto distaban mucho de ser como los que disponen los seres de otros planos.

Soltó al guardia dejándole a su lado apoyado contra la maceta enorme y apunto en un arco de 90º a su alrededor con la Ares.

Artemis contemplaba cómo download realizaba su trabajo, echando miradas ocasionales a la puerta, cuando Catapult les soltó el chivatazo. Con un gruñido de inconformidad, preparó la pistola Ares que les había proporcionado su contacto y sujetó al jefe de los guardias que tenían como rehén, usándolo como escudo humano mientras mantenía ala pistola cerca de su cabeza.

No soportaba medidas defensivas mágicas. Antes habían eliminado a los elementales gracias al elemento sorpresa y a la ayuda de Catapult, pero no creía que pudieran repetir la hazaña si enviaban a más de aquellos seres contra ellos.

- ¿Cuanto calculas que tardarás? Cada segundo cuenta. - 

​Llevo C4, siempre podemos volar el ascensor nada más salgan.

​No tenían mucho tiempo, si querían podia empezar a colocarlo, si no cogería cobertura y les esperaría con el dedo en el gatillo.

 Tras Informar de lo visto en el astral me dirijo a tomar cobertura con el arbolito más cercano.

Tras sopesar acercarse a los ascensores, lo descartó por quedar demasiado lejos del grupo. Aun así busco cobertura detrás de otro arbolito, junto a la otra sala de ordenadores intentando ocultarse de la vista (l-19)

Los runners se parapetan tras cobertura cuando súbitamente se activan los ascensores. Las puertas se abren para revelar a unas criaturas caninas envueltas en llamas que miran a los metahumanos con impresión hambrienta...

-!JODER¡ ¿QUÉ LECHES ES ESO?- 

Saltador cada vez tenía más la sensación de que habían golpeado un avispero con un palo y que ahora las avispas rabiosas iban a por ellos. El cansancio se iba notando y al orko le estaba costando reaccionar con tanta rapidez como hasta ese momento.

-¡DOWNLOAD, DATE PRISA HAY QUE SALIR DE AQUÍ YA¡

Una vez recogidos los datos saldrían del edificio lo más rápido posible, aunque aún les quedaba el problema de llegar hasta la zona de encuentro... Ya se ocuparían de ese problema cuando llegara... ojala llegara.

(Parazoología) Estas bestias son perros del infierno; aparte de sentidos aumentados y feroces mandíbulas, poseen un aliento de fuego y armadura natural. También son inmunes al fuego.

Con una rapidez sobrenatural y antes de que los runners puedan alienar sus armas con ellos, los cánidos se mueven como una exhalación lanzándose contra la primera línea de defensa del grupo. Cuando están a poca distancia abren sus fauces para proyectar su aliento de fuego, prendiendo fuego a los árboles ornamentales tras los que se ocultan Catapult, Saltador y Steelface y amenazando con alcanzarles a ellos.

Amordazado, el rehén de Renegado comienza a lloriquear: -¡¡Diommmm miommm, mo quiro mmmmorir...!!

​El elfo esquiva las llamas con facilidad con una sonrisa de suficiencia.

Las llamas consumen el follaje del arbolito y tiznan de negro la base del macetero pero milagrosamente permanezco intacto. 

El cabreo y la frustración hacen que no me pare a pensar siquiera el daño que puedo recibir, pero antes siquiera que el rayo de fuego termine de pasar mis ojos han fijado el lugar donde proyectar una bola de rayos que acabe con todos los hellhounds, en la última décima de segundo  reduzco el mana canalizado reduciendo ligeramente la cantidad de maná evitando alcanzar de nuevo mi máximo. 

Una explosión casi tan poderosa como la anterior se expande en un frente de crepitante energía eléctrica que envuelve a los chuchos del infierno y que desaparece a solo un palmo de nuestras jetas.

Pero he canalizado demasiado poder en bruto en muy poco tiempo y mi cuerpo comienza a sentir los estragos de canalizar todo ese maná. Un latigazo de dolor recorre todo mi cuerpo  contrayendo mis músculos en un espasmo mientras un gruñido escapa entre mis dientes apretados.

¡¡Cállate!! Los únicos que van a morir son los que se me enfrenten. Consigo articular mientras la sed de sangre que lucha por poseerme se trasluce en el tono de mis palabras.

Un coro de aullidos lastimeros informan a Catapult y al resto del grupo que el estallido de energía eléctrica ha herido a los perros infernales, aunque ninguno de ellos resulta derribado...

Nebula salio a toda velocidad de la sala de servidores, y buscando con la mirada al objetivo mas cercano se aproximo sin abalanzarse para evitar en la medida de lo posible aquellas llamas. Procurando mantener la máxima distancia posible, giró sobre su propio eje y lanzó una patada a la cabeza de la bestia. El impacto no dio de lleno, tal vez por la excesiva prudencia que había adoptado, pero esperaba que la potencia de este fuera suficiente para dejar al perro fuera de combate.

- ¡Que no escupan fuego de nuevo!

Cuando vio a ese ser abrir la boca y empezar a soltar llamas el instinto de Ian le hizo esconderse detrás del macetero, viendo como el arbolillo se quemaba por la ráfaga infernal. Con el segundo ataque el orko fue algo más justo al esquivarlo, ya no podía usar la frondosidad de aquella planta para confundir a su enemigo, pero aún así solo noto el sofocante calor de refilón y no acabó envuelto en llamas. 

-Malditos seres infernales...

Afianzó su Ares, se asomó de su cobertura y descargó una ráfaga sobre el perro más cercano esperando que tras el rayo de Catapult cayeran con facilidad. Al apretar el gatillo el arma escupió las balas con precisión hacia el objetivo, solo una hábil esquiva por parte de aquel engendro podría salvarle de recibir el impacto.