Partida Rol por web

Gangsta's Paradise

Instituto Ravenwood, Queens. Nueva York

Según Elaine, la víctima cuyo asesinato frustró su antigua manada es una chica llamada Chelsea Clark, estudiante de último año del instituto Ravenwood. Para la ocasión Zoo ha accedido a dejar su forma lupina y asumir la forma humana: un joven mestizo de tez pálida y el largo pelo recogido en gruesas rastas. La presencia de Eshia sigue a la manada desde la Umbra.

El instituto se encuentra en una barriada marginal del distrito de Queens, asolada por la delincuencia callejera, sucia y con las paredes llenas de pintadas. La mayoría de transeúntes pasan junto a la manada sin mirarla, repelidos de forma inconsciente por la Rabia de los cinco Garou. Sí que hay algunos que desde lejos le tiran fotos a Bianca con el móvil o se burlan de su aspecto.

Caraculos - comenta Zoo - Chupapollas, comemierdas, paridos por el culo, esnifadores de pegamento, abrazafarolas, bebecharcos... - se detiene al ver las miradas extrañadas del resto de la manada - ¿Qué? No hay palabras como esas en mi lengua y me sienta bien decírselas a quien se meta con Bianca.

El instituto es un feo edificio cuadrado rodeado de un grueso y alto muro de hormigón, más parecido a una prisión que a un centro de enseñanza. Desde fuera sólo se ven ocupadas la mitad de las aulas. Pandillas de jóvenes holgazanean alrededor del instituto o dentro del recinto mientras fuman, beben o hacen pequeños trapicheos a plena luz del día.

¿Y ahora qué? - pregunta Zoo mirando a Bianca...

Elaine mira por encima de sus gafas de sol los alrededores del instituto, con una mala sensación recorriéndole la espina dorsal. Frunce el ceño ligeramente al ver que hay gente que le está sacando fotos a Bianca, pero su cara muestra una expresión de sorpresa al escuchar las palabras de Zoo.

-Aquí la gente va armada...- comenta con tranquilidad.- y estoy segura de que ellos, a diferencia de mi, han entendido lo que has dicho. Y tampoco sé a qué viene tanto bullying, parece como si nadie hubiera visto nunca a una chica pálida.- Mira un momento su teléfono y se frota los ojos un segundo. Después de una ducha y de cambiarse de ropa se siente un poco mejor, pero la claridad de la mañana le ha provocado una ligera jaqueca.- Bien, la chica a por la que iban el otro día se llama Chelsea Clark y...”estudia” o como queráis llamarlo en esa especie de edificio de ahí.- Comenta con cierto nivel de repulsión en la voz señalando el instituto.- No es un buen barrio, es mejor ir con ojo.- Se gira hacia Bianca con una sonrisa amable.- ¿Cómo prefieres hacerlo?

Antes de acudir allí la joven había instado a todos a que se vistieran con las ropas más sencillas y menos llamativas. Nada de marcas ni cosas que hicieran ostentación de su nivel social. Ella había cogido una sudadera gastada de su padre que le quedaba algo ancha y unos sencillos vaqueros.

Llevaba dinero escondido en el interior de su sujetador solo por si acaso, pero su intención era otra. - Vamos donde dice Elaine - dice escuetamente mientras enfunda sus manos en los bolsillos de la sudadera y echa a andar cuando los demás lo hagan. Parecia que la joven estaba más seria que en otras ocasiones pero la situación lo merecia, obligandola a mirar a los lados a cada momento por si percibia algo raro

- Habrá que preguntar a los espiritus. Alguno sabrá si algo ponzoñoso como el wyrm ha estado por aqui, cuanto y como.... - habló con la cabeza baja para que sus palabras no llegaran a nadie más que los que tenía cerca. Luego se concentró para poder percibir los espiritus del lugar y si lo lograba saber si reaccionaban a sus palabras

La verdad es que no está tan mal estar por ahí. Después de ponerme mis vaqueros rotosos y la sudadera más vieja que tengo, casi me siento como si estuviera por casa. Bueno, sí, si no fuera por la cantidad de gilipollas que hay echando fotos a Bianca. Pero puedo mirarles mal y no hay problema. Sin preocuparme mucho, sigo a los demás, riéndome en silencio de lo que va soltando Zoo, aunque no entienda ni la mitad, hasta que llegamos a la cárcel en la que estudia la tal Chelsea. 

- ¿Y por qué no preguntamos directamente por ella? Qué cazzo, a lo mejor vieron algo raro por aquí o saben dónde vive...

Me callo al ver que Bianca está haciendo cosas de espíritus y me encojo de hombros y echo un vistazo alrededor. Aunque sea para mirar mal a quien nos esté haciendo lo mismo o vigilando por si alguno se acerca demasiado.

Cuando Bianca había avisado de la ropa no pude evitar reírme, sabía que el aviso no iba por mí pero aún así mi ropa no era especialmente de marca ni mucho menos. Con una camiseta negra de los Maiden bastante gastada y una chaqueta castaña aparte de los vaqueros de siempre me junto con el resto por la mañana. Las fotos que toman de Bianca me ponen un poco de mal humor, aunque no salto tanto como Zoo o Gina. Sin embargo lo que dice el lupus sí que llama mi atención, por no hablar ya de la reacción del resto.

- Te falto follahormigas, chupacables, aborto de mono, cierrabares, zurcefrenillos, muerdealmohadas entre otros muchos...- le comento divertido, la verdad es que no me esperaba que Zoo supiera tantos insultos humanos. Sin embargo dejo el tema de lado poniendo algo más serio.- Ya sabes como actúa la gente ante lo diferente, y el juzgar rápido es muy común, en fin armados o no los tiroteos no suelen ser por un par de insultos a plena luz del día. Aunque no descarto que alguno se haga el listillo y nos apunte con una. Así que como tampoco queremos llamar demasiado la atención.- más de lo que ya lo estamos haciendo.- mejor dejar pasarlo. ¿Vale, Zoo?

Por lo demás me quedo atento a la decisión de la alfa y me encojo de hombros cuando decide preguntar a los espíritus, era un buen punto como otro cualquiera para empezar a buscar pistas pero lamentablemente poco podía hacer para ayudarla me centro en el siguiente paso según nos acercamos al instituto.

- ¿Qué preferís preguntar a los profesores o arriesgarnos con los del chavales en sí?- pregunto en general, era consciente que los profesores nos mirarían raro por ser de la edad de sus alumnos pero por otro lado no sería tan peligroso. Aparte de eso no digo nada mientras me mantengo con la antena puesta para lo que pueda escuchar de la gente a nuestro alrededor. 

Los sentidos de Bianca se abren a la Penumbra, permitiéndole ver el reflejo espiritual del instituto y sus alrededores. Lo más destacado es la enorme mole gris del edificio con su cemento picado, sus herrajes herrumbrosos y los cristales agrietados. Cables eléctricos medio pelados llevan la electricidad a luces ictéricas y ordenadores que funcionan de forma intermitente y sobre ellos luchan elementales de electricidad, pequeñas arañas Tejedoras y repulsivas Perdiciones. El ambiente de violencia y hostilidad se refleja en forma de siluetas de cadáveres dibujadas con tiza en el suelo y las paredes, rodeados de agujeros de bala y armas blancas tiradas por ahí o clavadas en el suelo, rodeadas de jeringuillas repletas de líquidos viscosos y brillantes.

Los muros son más altos y gruesos, coronados por hileras de cristales afilados y manchados de sangre. Las pintadas tienen aquí mensajes mucho más ofensivos y violentos, y los dibujos de los grafittis representan escenas perturbadoras de torturas, abusos y prácticas sexuales vomitivas. La reja de la entrada está envuelta en varios cables de alambre de espino herrumbrosos de los que cuelgan trozos de tela o pedazos informes de carne.

El asfalto y las aceras están oscurecidos por huellas de neumáticos, salpicadas de socavones y con varias baldosas rotas. Las pocas farolas que hay arrojan conos intermitentes de luz que se pierden entre asfixiantes jirones de smog.

Numerosas Perdiciones deambulan por el lugar. Las más grandes lo hacen en solitario y las más pequeñas se agrupan en enjambres que persiguen a pequeños espíritus solitarios y los acosan con navajas o pequeñas armas de fuego o intentando que les compren drogas producidas por ellas mismas. Eshia está a poca distancia de la manada, escondida tras un contenedor lleno a rebosar de basura y rodeado de bolsas que nadie se ha molestado en recoger.

Con todo, aún hay lugar para la esperanza: en el edificio pueden verse dos ventanas que no están tapadas por rejas y cuyos cristales se ven limpios y sin grietas, y varias Perdiciones intentan en vano atravesarlas produciendo un molesto repiqueteo al chocar con ellas. La luz que sale de esas ventanas atraviesa la oscuridad como un faro y confunde y enfurece a las Perdiciones. Una presencia débil que los engendros del Wyrm se empeñan en destruir…

La joven tiene que llevarse una mano al estómago y controlar un poco su rabia interior ante todo lo que captan sus sentidos en aquel plano del mundo espiritual. Su mirada se dirige unos segundos donde está Eshia pero intentano no centrarse mucho en ella, no quiere que los otros la descubran y le hagan algo.

- Antes del instituo aquí existía otra cosa... - mumuró con una voz que denotaba el asco y el dolor que le generaba ver todo aquello. ¿Una carcel quizás? Desde luego había sido un sitio desde donde había intentando escapar mucha gente, obteniendo la muerte en la mayoría de los casos debido a la imposibilidad de saltar aquel alto muro lleno de cristales y alambres*

- Tenemos que llegar allí - alzó un dedo de su mano libre para que vieran el recorrido que más o menos iban a seguir y sin bajarla, volvió con ellos, sus ojos aún fijos en aquel punto luminoso aunque ya no era eso lo que veía.

- En ese punto no pueden entrar.... ellas - hizo un mohín de disgusto recordando las perdiciones. - Colaborarán mejor que... cualquier otro. ¿vamos? - preguntó ahora mirando uno a uno, esperando confirmación u otra alternativa que seguir

Ante el gesto de Bianca, que parecía una mezcla entre nauseas y furia contenida, no me cuesta mucho imaginarme lo horrible del lugar. Sin embargo el punto que señala es dentro del propio instituto, calculo más o menos que debía ser en el segundo piso y al tercera o cuarta clase a la derecha.*

- Bueno somos jóvenes que vienen al instituto, deberíamos poder entrar sin demasiados problemas.- la cosa era ya que llamábamos mucho la atención y que terminarían por pararnos  pero esa manera era casi tan buena como otra para preguntar por Chelsea.- Eso sí Zoo guardate los insultos, por divertidos que sean, y Gina procura no matar a todo el mundo con la mirada. Es difícil pero cuanto menos llamemos la atención más fácil sera entrar.- todo esto lo comento sin parar el paso mientras avanzo con el resto hacia el lugar que indicaba la alfa.

Elaine procura no mirar fijamente a Bianca mientras la chica habla, más que nada porque supone que varias personas mirando fijamente a otra van a provocar otra nueva muestra de atención por parte del resto. No obstante sí enarca un momento las cejas y mira dubitativa el instituto.

-Pues me temo que no ha cambiado mucho...

Cuando dan la idea de “somos estudiantes” dirige una mirada de clara duda a su atuendo. Vale, ha intentado por todos los medios cumplir las peticiones de Bianca, pero lamentablemente no tenía gran cosa en su armario que pudiera encontrarse entre los asiduos a ese centro educativo. Por lo menos el abrigo de ante era sencillo, y se había puesto un gorro de lana para intentar cubrir su cabello blanco. No lo ocultaba del todo, pero por lo menos lo disimulaba un poco. Los vaqueros eran de marca pero apenas se veían gracias al largo abrigo, y cualquier mujer de cualquier parte de NY podría tener esas mismas botas. O al menos eso quiere pensar ella. Por las gafas no le pueden decir nada, son órdenes del médico.

Mira un momento a Ewan y sonríe con amabilidad.

-Nunca he ido al instituto así que no sé si vamos a conseguirlo, pero merece la pena intentarlo.- Se encoge de hombros y sonríe, medio dando ánimos a Bianca ya que la chica parece un poco agitada por lo que sea que haya visto.- La clave es la confianza: si entramos como si fuera lo que tenemos que hacer dudo que nadie nos pare...y dudo que a nadie le importe que entremos. Éste sitio no parece precisamente Alcatraz.- Hace un mohín al ver un intercambio de drogas particularmente evidente.- Me refiero a la seguridad, debo decir. Es como la incubadora de Alcatraz...

Iba a responder a Ewan cuando Bianca vuelve a hablar. Sea lo que sea que ha visto, me da que tiene algo que ver con el asco que da este sitio. Me encojo de hombros ante el comentario del pelirrojo, como si no pudiese hacerle mucho más y luego miro sorprendida a Elaine. Vale que tenga otras obligaciones como nosotros, pero no haber estado nunca en un instituto...

- No creo que sea muy difícil entrar... Normalmente la gente intenta salir de estos sitios, antes que entrar. Así que ya nos preocuparemos luego. - tras echar un último vistazo a la zona y ver que nadie nos intente hacer algo, le hago un gesto a Bianca con la cabeza. No es que no respete a la alfa a la cabeza, pero si tanto ha llamado la atención, dentro va a ser igual o peor - ¿Quieres que vaya yo a la delante? No te preocupes, no me voy a separar de ti.

Sólo voy a matar con la mirada al que se meta contigo. Lo siento, Ewan. Me quedo esperando por si prefiere ir ella primero, dispuesta a quedarme a su lado por el mismo motivo, antes de avanzar hacia el interior de la cárcel para adolescentes.

La manada sigue las indicaciones de Bianca hasta llegar a la cuarta planta del instituto. Tras un breve vistazo al pesadillesco reflejo umbral del instituto, Bianca descubre que su objetivo es el despacho de la directora K. Dillard. Desde el pasillo se escucha la amortiguada conversación entre dos voces. Zoo abre la puerta y entra sin preguntar.

A pesar de que los muebles del despacho están viejos y muy gastados, el ambiente es limpio y ordenado. Tras el escritorio hay sentada una mujer afroamericana entrada en años que le dedica a Zoo una mirada entre sorprendida y fastidiada. La otra ocupante de la habitación es una mujer rubia de aspecto serio vestida con una cazadora de cuero y unos vaqueros.

Se llama a la puerta antes de entrar, chico - le riñe la directora - Al menos espera a que termine la conversación ¿Quieres?

Sin embargo, la otra mujer no parece enfadada sino divertida - Oh, está bien, directora Dillard - coge la carpeta que hay sobre la mesa y se levanta - Le mantendré informada. Gracias por su cooperación.

De nada, agente McEnzie - se despide la mujer. Cuando sale del despacho la directora se queda a solas con la manada - No me suenan vuestras caras ¿Sois nuevos?...

Y avanzamos cual tropa de asalto- bueno quizás estoy exagerando pero es que da gusto ver como la gente se aparta ante la mirada de Gina.- hasta llegar a unos pisos más altos de lo que yo esperaba. Sin embargo eso no es nada cuando veo el cartel de la puerta sin que pueda evitar que Zoo la abra sin pensar.

Genial habíamos ido directamente a al despacho de la directora y como era de esperar ésta no se lo toma demasiado bien.

- Por supuesto y disculpa pero es que venimos un poco ansiosos.-  me disculpo por todos aunque al final no parezca que haga falta preocuparse pues la mujer con la que estaba entrevistándose ya daba por zanjada la conversación. Por supuesto no se me pasa por alto lo de agente y me guardo el nombre. El colegio se veía que era un sitio lo bastante problemático para que la mujer no estuviera en el mismo caso que nosotros pero nunca se sabía.

Sea como sea ya estamos a solas y hace la pregunta del millón.

- No exactamente, somos amigos de Chelsea Clark y hace días que no sabemos de ella y estábamos bastante preocupados.- hago mi mejor expresión de preocupación mientras miro un momento hacia mis compañeros como si buscara su apoyo, para acto seguido mirar directamente a la directora.-  Ha venido al instituto, por lo que nos contaba parecía algo asustada del lugar, como si alguien la siguiese. ¿No sabrá nada usted o si por algún casual ha venido hoy a clase?

La mujer enarca una ceja, divertida por las zalamerías de Ewan - ¿Chelsea Clark? No tenéis aspecto de ser amigos suyos. Puedes tomártelo como un cumplido.

¿Por qué? - pregunta Zoo

Pija, rarita, macarrón, sudaca y carabonita - contesta mientras va señalando a Elaine, Bianca, Gina, Zoo y Ewan - Eso sería lo más suave que os diría - Suspira - Dios sabe que intento ayudar a esa chica cada día pero no me deja llegar hasta ella ¿Tenéis algo que ver con esa agente federal que acaba de llevarse su expediente?...

Ella ha decidido ir en último lugar por el pasillo, lo que le da tiempo a observar las cosas y a mantenerse en un discreto segundo plano. Enarca las cejas y avanza en cuanto ve a Zoo avanzar hacia la puerta, pero no le da tiempo y el muchacho traspasa el umbral. Sin tocar a la puerta. Sin avisar de su presencia. Interrumpiendo una conversación. Menos mal que nos dijeron que fuéramos cautos...

Mira a las dos mujeres, analizando sus conductas mientras se saca el gorro y las gafas de sol. Con los objetos en las manos mira con curiosidad el despacho, buscando datos acerca de la mujer de color que tiene delante. Ni pestañea cuando dicen el nombre de la agente federal, pero lo memoriza para preguntar después. Lo que falta es que los federales vayan más rápidos que de costumbre...

Ewan se adelanta y le deja hacer con una sonrisa disimulada por su investigación acerca de los diplomas que la mujer tiene en las paredes. Sigue muy atenta a la conversación, dispuesta a ayudar, pero al mismo tiempo intenta hacerse una idea de la personalidad de la directora y de cómo usar esa información para conseguir sus objetivos.

Al escucharla llamarla “pija” hace un ligero gesto de saludo con la cabeza, y se acerca un poco más a la mesa para asistir a Ewan en caso de que lo necesite.

En cuanto llegamos a la puerta del despacho, miro a Bianca sorprendida. No es que me haga ilusión hablar con la directora pero... ¡ZOO! En el momento en el que me giro, veo cómo abre la puerta y me llevo la mano a la frente, entrando rápidamente tras él aunque ya es tarde. Me quedo con la boca cerrada mientras Ewan nos presenta, pero me veo obligada a decir algo cuando nos responde de esa forma. 

- Es más común que me llamen "spaghetti", ma che coglione... - miro a la directora con el ceño fruncido - No sabemos quién es la federal, pero sí no fuésemos amigos suyos, ¿por qué cazzo nos íbamos a preocupar por si está bien? Además está claro que no le va a contar sus problemas a un adulto y menos a la directora, eso es de perdentes. No se ofenda, pero es la verdad. - me enconjo de hombros con gesto más calmado y hablando con sinceridad con la mujer - Nosotros sólo queremos ayudarla.

Era lo malo de dar palos de ciego, pero ante la respuesta de la directora quedaba claro que Chelsea no era la típica alumna que pasaba desapercibida y para colmo si en un colegio como éste ya destacaba por ser problemática casi mejor que no pensara que eramos amigos suyos. Elaine parece estar más atenta a la conversación que querer participar en ella y sinceramente por ahora era mejor, aunque no podía notar la ironía de que la colmillo no hablase mientras que el caminante hacía lo contrario. Sin embargo la que no se corta ni un pelo es la italiana de mecha corta. Apoyo mi mano en su hombro para intentar tranquilizarla, aunque solo por unos segundos, antes de volver a dirigirme a la directora.

- Hay muchas razones para preguntar por ella.- hago un gesto de disculpa.- Vale, no somos exactamente sus amigos. Pero sí, es probable que preguntemos por lo mismo que ha venido esa federal. Todos hemos perdido amigos en los últimos meses y la policía no nos dice nada, los medios se callan todo y sinceramente nos estamos desesperando por saber algo. Por azares del destino sabemos que Chelsea está metido en esto también, es probable que como la próxima víctima.-no sabía hasta que punto serviría, pero mientras hablo pongo mi mejor cara de preocupación, esa con la que conseguía hasta engañar a mi abuelo.- No queremos hacer ninguna locura, ni ponernos en peligro... solo saber que les ha pasado a nuestros amigos.

La agente McEnzie piensa lo mismo que vosotros - responde la directora - Os diré lo que le he dicho a ella: Chelsea está asustada. Ha recibido amenazas por las redes sociales y al menos una vez se han colado en su casa para fotografiarla en la ducha o en momentos íntimos. Como podéis suponer está muy enfadada...

Tú también - la interrumpe Zoo de repente - Te preocupa.

La mujer le dirige una mirada de sorpresa. Al no saber qué contestarle al lupus decide seguir como si no lo hubiera escuchado - ... por lo que no os extrañéis si se pone borde con vosotros...

Saludó con una sonrisa amable a la agente de policia que se marchaba. Después se quedó en un discreto segundo plano, dejando que fuera su manada quien comenzara a entablar conversación con aquella mujer, la cual parecia que se hacía más dura de lo que realmente era. Desde luego que lo que había visto seguramente proveendría de ella y de los espiritus que la rodeaban.

Avanzó un paso más para hablar con suavidad y tono amable - ¿Entonces sería posible que usted interviniese para poder hablar con ella? - su voz denotaba sincera preocupación - O al menos indicarnos donde encontrarla y poder preguntarle. Hablar con gente que ha pasado lo mismo a veces ayuda... - sonrió con tristeza

Elaine camufla un gesto de estupor girándose hacia la pared al oír hablar a Gina. No entiende el idioma que habla la joven mezclado con inglés, pero no suena particularmente elegante. La continuación del Ragabash la hace perder un poco el talante serio y oculta la sonrisa en un amago de colocarse el cabello detrás de las orejas. Esa es una de las razones por las que su padre no soporta a los Ragabash, y que haya dicho tan a la fresca lo de “no ponerse en peligro” debería haber provocado que la pared se resquebrajara.

La tienen casi convencida por lo que parece, incluso Zoo ha puesto su granito de arena. Al final se gira a medias hacia la mujer, que parece estar genuinamente preocupada por Chelsea. Tiene muchos diplomas en la pared, lo que indica que podría haber trabajado en dónde le diera la gana en vez de quedarse en Little Alcatraz. Eso demuestra que tiene que tener otro motivo que no sea el status social. Dinero tampoco puede ser, Elaine está casi segura de que no está precisamente en una situación desahogada. Lo que la deja con la misma impresión que tiene Zoo: se preocupa por los chicos a su cargo, y quiere lo mejor para ellos.

-Es muy normal que esté asustada después de todo lo que le ha ocurrido, señora Dillard. Y que quiera recuperar su vida. Cualquiera se...pondría borde con todo lo que le ha pasado.- Comenta con un tono de voz bajo y conciliador.- Si usted nos ayuda intentaremos que Chelsea se sienta un poco mejor, ¿de acuerdo?.