Partida Rol por web

- ¡Muxboll! -exclama el trasgo chascando sus dedos.

Al instante, uno de los pixies que revoloteaba por la oficina acude como una bala arrebatando el papelajo de las garras de Venkeyutt y marchándose con las mismas.

- Un segundo, por favor -indicó Hanfing entrelazando las manos con la mirada perdida.

Se escuchó cierto revuelo, pergaminos volando, y botellas quebrándose en el fondo del almacén y, en menos de tres minutos, el pixie Muxboll regresó con un rollo lacrado que dejó caer en las manos de Hanfing. Este lo tendió hacia el frente para el que lo cogiera.

Cogí el papel para leerlo inmediatamente y girarme extrañado hacia el resto de mis subordinados.

- ¿Qué es un semielfo?- pregunté.

 Zakuz no está para negociaciones ni para atender a los caprichos del supuesto hechicero. Agotado por el combate se sienta en un rincón y comienza a lamerse las heridas, a falta de un conocimiento curativo superior.

- Como uno de esos humanos, alto con orejas picudas. - dijo en un arranque de inspiración, aunque lo cierto era que él tampoco estaba muy seguro

- ¿Qué más da? Solo tenemos que ir y darle su merecido, si hace falta quemamos la aldea entera y listo.

Anselmo se acercó al histérico sacerdote y le dijo con voz medida:

-Sssssh, hay mejores formas de traerle la muerte a un ser con parte de elfo que quemarlo, los cadáveres calcinados no sssson nada nada atractivosss, y ademáss, si quemamos la aldea no podremos essstar seguross de haber acabado con él y sseguro que tanto nuestro líder como su atractivísimo Señor Oscuro querrán alguna prueba más allá de un montón de ceniza.

- Está bien, pues hazle lo que te parezca - dijo secamente intentando no imaginarlo, pues ya había visto lo que le gustaba hacer con los cadáveres.

Al girarse vio al trasgo herido limpiarse las heridas a lametazos, oh, que criatura tan agresiva y en aquel aspecto tan indefensa, justo como le gustaban al dios trasgo.

- Ven aquí pequeño, deja que te ayude con eso^* - dijo concentrando su poder para solucionar un poco el problema con sus heridas, para poco después dirigirse de nuevo al viejo encargado - Tendremos que irnos pronto. Oye, tu ¿Sabes donde podemos abastecernos? -

- Decidme lo que necesitéis y veremos que se puede hacer -responde Hanfing sorbiendo un moco que empezaba a colgarle.

- necesitaremos un mapa y provisiones - comenzó a anunciar levantando los dedos a la que nombraba objetos - monturas, y algo para espabilar a este pequeño herido y que no volvamos a  perder a otro trasgo inutilmente^*. -

al terminar, se giró hacia los demás con una sonrisa de suficiencia en el rostro

- Ah, sí, bien... -murmulla Hanfing recogiendo un cuaderno, dándose la vuelta y metiéndose entre las estanterías.

Lento pero constante, el trasgo va dejando sobre la mesa un mapa del Valle del Cuervo, una bolsa con material de curandero, y varias pociones con las siguientes etiquetas: Poción de Dormir (x1), Poción de Disfrazarse (x1), Poción de Agrandar Persona (x1), Poción de Curar Heridas Leves (x4).

Mientras tanto, uno de los pixies se dedica a revolotear alrededor de Zakuz pinchándole con su dedito.

- Supongo que esto será suficiente... -comenta Hanfing cuando termina su labor y comienza a escribir un par de notas en dos papelajos que entrega a Venkeyutt sellados-. En uno tenéis una permiso para que en las cocinas os den a cada uno raciones de viajes para 3 días, y con el otro os darán alguna montura en las caballerizas. ¿Algo más? -termina clavando el codo en la barra y apoyándose en su puño con la mirada perdida.

Anselmo habló tras la larga retahíla del clérigo con el "funcionario". Se había quedado un poco mirando a la hinopia repasando mentalmente todo lo que necesitaba y lo que no. 

De repente vino en sí, como si se hubiera tirado dos semanas sin abrir la boca, y dijo con su habitual voz pesada:

-Puess ademáss, algunos de nosotross utilizamoss armas a distancia. Así puess, munición de ballesssta sería bienvenida para asegurar el no llevar una pesada arma para nada. Y bueno...-echó una mirada a los demás-algunos de nosotros quizás tengamoss ciertass necessidadess que curbrir, así puesss, algún tipo de protección para el miembro trassgo-viril sería de utilidad.

Fijó sus ojos en el aspecto decrépito del trasgo que tenía delante, empezó a calcular lo que le quedaría de vida, y empezó a resultarle hasta casi atractivo.