Partida Rol por web

Hugon se rascó la barba pensativo. ¿Debían marcharse a Carcassonne o encontrar a la familia del pobre Louis? Ambas opciones no le gustaban, pero debía escoger. Qué hago... qué les digo... Marquand espera mis palabras... Hugon miró uno por uno a sus vecinos, sin llegar a decir nada. Señor... sea lo que sea... no me abandones. Hugon respiró hondo, cerró los ojos y habló:

- Está bien Louis, busquemos a tu familia. Nos necesitan.

Acabamos de dar la vuelta a la abadía. ¿A donde vamos? Si la familia de Louis está por aqui se nos ha debido pasar alguna puerta por alto. Y ya he visto demsiadas cosas raras. Louis tu diras por donde quieres que empecemos...

Oh, señor en verdad nos has abandonado si ni en la casa de Dios encontramos a nuestros seres queridos...

Los cuatro campesinos, confundidos, debaten sobre que hacer. Están perdidos y desorientados, la continuada tormenta de nieve, ahora mezclada con el humo del incendio no ayuda para calmar los nervios. Algo en el aire os dice que las cosas no están en orden.

La mujer encontró un mapa todavía sin traducir por el único de los 4 que sabía leer es la única pista que podían seguir, además de terminar de recorrer todo el recinto, siempre atentos...

Le tiendo el mapa al único que ha sabido leer las especificaciones dadas en el mismo pues el resto no logramos ver más que el plano de la abadía.

El miedo me tiene saturada, tengo los cinco sentidos (incluso los demás si tuviera más) a flor de piel. Cualquier olor, palabra más alta que otra o giro inesperado me pueden acarrear un ataque al corazón... estoy segura. Y me aterra.
Sé que algo no me convence del plano de la abadía que encontré pero no termino de comprender qué es.

Algo falta... algo crucial... ¿qué es?

 AAaaagh!-Estallo Marquand- Que esta pasando? Esto debe ser obra del mismisimo diablo. No entiendo nada! Necesito encontrar a nuestras familias y acabar con todo esto- le temblaban las manos y parecia furioso pero empezo a respirar cada vez mas tranquilamente y murmuró algo. Despues miró la hoja intentando ver algo, aunque no sabía que buscaba.

- Déjame ver ese mapa.- dice Louis mientras le arrebata el mapa de las manos a Laurille con un gruñido. Estaba bastante alterado y no sabía que hacer ni a donde ir, tal vez ese mapa tuviera la solución a la primera parte de sus problemas, donde ir.

Puedes ver que al lado de la calavera que ocupa el sitio de la biblioteca está escrito: Catacumbas y fosa común.

Eso pone en el mapa que encontró Laurielle.

Miro atentamente y lo observo todo con muchísimo detalle, cuando veo algo que me llama muchísimo la atención.

Aquí digo señalando con el dedo la biblioteca Aquí pone Catacumbas y fosa común... Puede que los supervivientes hayan bajado para protegerse de los demonios, o puede que ese sea el foco de los demonios... De todas formas, yo voy a ir.

¿Me acompañareis? Necesito ayuda, todos necesitamos ayuda... y tenemos que salvar nuestro pueblo del demonio...

Pero antes tendremos que armarnos...

 Pues claro que te acompaño, si mi mujer o mi hija están ahi dentro pienso rescatarlas, aunque tenga que pasar por encima del mismisimo demonio. -respondio Marquand- y toda defensa es poca cuando se lucha contra él, pero al menos tenemos esto-mientras movia la espada- y al señor para protegernos...

Catacumbas... eso suena horribemente mal... pero tal como dice Louis, que es el más entendido, hay que intentar averiguar qué sucede y tratar de encontrar a quienes no estaban en el pueblo, pienso a punto de romper a llorar por una mezcla de miedo y del recuerdo de ver cómo mataban a mi marido convertido en un monstruoso ser. Esa imagen me perseguirá hasta el fin de mis días... pero he de encontrar a mis hijos.

- Vayamos pues, Louis. Confío en ti y quizá hallemos algo de luz entre tanta oscuridad. - respondo a la pregunta de si le acompañábamos con seriedad y con la voz temblando.

Volvéis por donde habíais salido de la biblioteca, a cubierto de la ventisca mezclada con el humo y las cenizas del extinto incendio. Todo sigue igual, el rastro de sangre se pierde en la piedra que hay en el suelo, no queda rastro del cuerpo. El monton de arena parece haberse extendido y sigue húmeda.