Partida Rol por web

Te levantas sobresaltado cuando escuchas los golpes en la puerta de tu casa. Estás todavía resacoso de la cogorza de ayer, el ruido te molesta y las horas....¿qué hora será? no estás seguro pero tiene que ser temprano, demasiado temprano.

Una voz tras la puerta te pide que abras-¡Diego, despierta....se que estás ahí!¡Abre maldita sea!-Si no abres es posible que tierla puerta abajo.

Te levantas de manera apacible. Lo primero que ves es a María que está dando el pecho al niño en una butaca. Cuando ve que te has despertado te mira y te sonríe.

  ¡Vamos holgazan! ¡Arriba, hay mucho trabajo que hacer hoy!-y es cierto, pues queda otro día duro de matanza y de fiesta por la boda del barón

… ¿Pero qué cojones?...

Diego se agarra la cabeza al incorporarse en su camastro, pues con solo pensar siente como los sesos bailan alegres en su cabeza.

- ¡Voy! ¡Voooooy! – Dice atándose los calzones y echándose un camisón sobre los hombros. Se acerca a la puerta y la abre, quedando cegado por la luz externa. - ¿!Que pasa!? – Suelta el alguacil entrecerrando sus ojerosos ojos.  

Cuando abres la puerta te encuentras a José Luis que está sujetándose el gorro con las dos manos y estrujándolo. Te mira con aire de preocupación y te dice- Es mi padre, ha desaparecido. Ayer no vino a casa. Pensé que estaría borracho tirado en una cuneta.....pero no lo encuentro.¡Ayudame Diego, le ha pasado algo malo! ¡Lo presiento!

El soñoliento alguacil suelta un bufido de resignación. José Luís tiene la providencial costumbre de amargar a los demás, pero mientras no aparezca su mujer será soportable.

- Ahora salgo José Luís… - Y entrecierra la puerta para terminar de vestirse en menos de un minuto. Cerrando el baúl donde guarda sus ropajes echa un último vistazo a la casa, no le había dado tiempo de encender la chimenea y ya enrollaría el colchón cuando volviera. Antes de salir coge de un hueco en la pared su pequeño zurrón con algo de carne seca, pan viejo y un cuchillo, así como su maltratado garrote, al parecer van a andar bastante y no querría vérselas con los maleantes de ayer con las manos vacías.

Diego sale de la casa encarado al pilón que hay junto a ella para meter la cabeza directamente en el agua. Al sacarla se dirige al paisano mientras el agua aún chorrea.

- Bueno, vamos… ¿Dónde lo viste por última vez? -

José Luis pareció dudar, pasado un rato dijo como si se hubiese iluminado su mente-¡En la iglesia, estabamos en la iglesia! ....después marchó con Manuel y Fernando.....no sé que harían pero imagino que darle al vino en la taberna del Telmo.....lo normal, pero por la noche no vino y nos echamos a dormir y por la mañana tampoco estaba. Así que me he asustado y he venido aquí a pedirte ayuda ¡Algo le ha pasado, lo siento aquí!-y se golpea fuertemente el pecho con el puño derecho.

- Uuuuhmmm … - Diego musita mientras mira al cielo y se manosea la frente. La maldita resaca no le deja pensar con claridad, pero la práctica de años y años resolviendo este tipo de problemas (normalmente de menor gravedad, algún animal u objeto extraviado) basta para saber cuáles son los pasos a seguir.

… Por la noche no estaba en la taberna de Telmo, y cuando vigilaba a los rufianes no vi a nadie más. A Fernando lo recuerdo dando por culo con el cerdo a medio día …

- Tranquilo, José Luís, tranquilo. Tú déjame a mí que yo me encargue, que para eso estoy – El alguacil se gira y se pone a caminar hacia la taberna. - Vamos a hablar con Telmo primero, si estuvo en la taberna debería saber con quién y cuándo se fue -

-Se me pegaron las sabanas mujer!!- digo mientras estiro los brazos y lleno la alcoba con un gran bostezo -Tiene delito, justo hoy que vienen todas esas bocas a comer de gratis, que bien nos gusta en estas tierras llenar la panza cuando el que paga es otro.

Me visto lo más rápido que puedo, beso a Maria en la mejilla y me dispongo a salir a buscar ayuda para empezar con el marrano. Que el proceso es largo y requeriremos la ayuda de todo aquel que pueda en el pueblo

Tu mujer acepta el beso con una sonrisa, se cuelga al niño a la espalda y se prepara para un día duro de trabajo. El niño parece estar mejor y que se le han pasado las fiebres....cosas de niños.

Sales a buscar ayuda, vas primero a las casas de los jornaleros que siempre están buscando trabajo y suelen estar dispuestos.....bueno Juan a lo mejor no, pero acaba trabajando por la cuenta que le trae. Cuando vas a casa de Lucas te extraña que sale cabizbajo y con cara de pocos amigos, la Adela no sale para trabajar. De los campesinos sale Alfredo y la Nieves, siempre dispuestos a ayudar.....cuando vas a casa de Juan Manuel, este no está. Su mujer te echa a voces, diciendo que quién eres tú para pedir que SU familia se manche las manos.....luego bien que querrá su parte del marrano,pero con la Poncia ya se sabe.

Entráis en faena y aparece Diego acompañado de Juan Manuel, a este se le ve cariacontecido, como si algo malo pasara.

Llegáis a la puerta de la taberna y ya hay un buen jaleo montado. Está casi todo el pueblo ayudando con la matanza. Por lo menos queda trabajo para todo el día y parte de mañana. Al que no se ve es a Fernandito, que habré salido con las ovejas bien temprano, ni a ninguno de los viejos. Tampoco está Adela ni, por supuesto, la familia de Juan Manuel. La viuda y el cura tampoco, pero esos se dedican a cuidar lo divino y dar placer a lo humano, pero de trabajar nada de nada.

Telmo por supuesto, está liderando el trabajo, y su mujer, con el niño a cuestas va dando vino a quien lo pide.

El maldito vino lo deja a uno para el arrastre… el derroche de energía y voluntad de los paisanos de Diego le hacen sentir algo defraudado consigo mismo, pero pronto recupera la compostura. Tiene una misión, encontrar a Paco, y no debe perder el tiempo con perezas mentales.

Antes de entrar en el meollo, se gira hacia José Luís con una cómplice mirada no carente de autoridad.

- Déjame hablar a mí, no armes ningún alboroto ¿vale? -

Se acerca a Telmo entre el gentío

- Telmo, machote, a los buenos días – Dice con naturalidad, apoyando la mano sobre su hombro, pero intentando no molestarle en sus tareas. – Veo que estas hasta arriba con el marrano, pero necesito que me digas cuando viste a Paco por última vez… -

En plena faena con el marrano y rodeado de algunos de los aldeanos que han tenido a bien echarme una mano veo llegar a Diego que viene acompañado de Jose Luis

Veo que estas hasta arriba con el marrano, pero necesito que me digas cuando viste a Paco por última vez… -

Después de pensar un rato mientras afilo el cuchillo pal cochino -Se marchó con Fernando y Manuel. Fueron de los últimos en dejar la taberna. ¿Que pasa pues? ¿Vendréis a echarme una mano? Aqui hay tajo del bueno -digo jugando con el filo del cuchillo- Lo pasaremos bien!

Diego se rasca la nuca con una media sonrisa vergonzosa.

- Pues va a ser que no, el cochino tendrá que esperar. Paco no volvió a casa anoche, y aquí su hijo anda preocupado – Dice señalando con la cabeza a José Luís. – Seguro que anda extraviado en algún sitio durmiendo la mona… ¿has visto a Fernando o Manuel por aquí? – La última pregunta es más retórica que otra cosa, ya que el alguacil estaba de puntillas mirando por encima de las cabezas de los demás en busca de alguno de los dos viejos.

 ¿has visto a Fernando o Manuel por aquí?

No les he vuelto a ver desde ayer. Por ahi atras anda Alfredo, el zagal de Manuel. Ha venido presto a echarme una mano con el gorrino. No puedo ayudarte a buscarles. Ando con bastante jaleo aqui en la taverna. Pronto vendrá todo el mundo y aun queda mucha matanza por hacer y mucha comida por preparar

- Gracias, Telmo. Si lo hallo pronto te echaré una mano –

Me dirijo presto hacía Alfredo, apenas cruzo la mirada con Nieves y voy directo al grano.

- Eh, Alfredo, ¿sabes dónde puedo encontrar a tu padre? -