Partida Rol por web

Sophie escuchó a unos y a otros, hasta que terminó por rascarse la cabeza cuando dijeron lo de la serpiente y el portal.

- Sí, tenemos que salir todos June... pero lo mismo lo de la serpiente es una pista...¿Uróboros? Nunca había escuchado nada por el estilo- se sinceró- ¿Un portal dices? Si es una especie de puerta puede conducir a cualquier sitio... ¿La salida?- dijo algo esperanzada- o... otra cosa peor, ten cuidado Jules- recapacitó temerosa mirando de reojo la superficie quebrada de cristal- ayudaré con las maderos- resolvió finalmente por si del espejo le daba por salir una mano o un bicho.

Al mirar los maderos y ver el esfuerzo de Trevor por tratar de abrir el candado Sophie se acercó a él, se urgó entre el pelo y cogió una orquilla.

- ¿Me permites?- le dijo al hombre mientras enderezaba la pequeña pieza de hierro a modo de ganzúa y se ponía a manipular el cierre.

-Probablemente-dijo James-Si mis sospechas son ciertas, estas tablas están puestas para evitar que entre la luz y active el portal al reflejarse en él. Fuera está sonando esa sirena. La he oído antes, en Bar Harbour...y no presagiaba nada bueno.

Y finalmente la pelirroja coloca su fragmento en el espejo. Entonces las roturas del espejo retroceden lentamente con un sonido agudo hasta solo abarcar un tercio del espejo, dejando solo la parte dañada donde falta un fragmento.

El espejo trae recuerdos se sueños que se hunden en lo profundo de los recuerdos de Jules, y nada a flote queda para que ella saque en limpio con su examen sobre el espejo dañado.

Solo una pieza faltante, un fragmento del tamaño de un codo es lo que se encuentra perdido. La conclusión reside en hallar ese pedazo para resolver el acertijo y revelar lo que el espejo oculta.

¿Donde se encontrará el fragmento?

Una habitación simple, con una cama doble, una pequeña mesa y un par de sillas rematan el amueblado, dejando el paso hacia un pequeño baño con una ducha y un inodoro con un lavatorio. Encima de la plenilunio de la ducha un pequeño tragaluz, situado a casi dos metros de altura, deja pasar el tenue brillo de un día nublado y brumoso.

La habitación tiene la ventana tapiada a cal y canto y la puerta fue tapiada por maderos y clavos desde su interior. Quizás lo único llamativo es un gran espejo que cuelga en la pared sobre la cama.

El espejo esta roto, astillado y con piezas faltantes..

El tragaluz del baño se encuentra bastante algo para el alcance de cualquiera de los presentes, aunque es posible apilar objetos hasta llegar a la altura suficiente o simplemente escalar unos sobre otros.

La tenue luz diurna que entra desde el tragaluz solo sirve para iluminar pobremente el baño, principalmente el área de la ducha. A la habitación solo llega la penumbra producida por el rebote de la luz del tragaluz.

Las ventanas de la habitación están tapiadas a cal y canto. Lo cual es imposible de romper, necesitando una maza o similar para lograr un hueco en la pared.

En cambio al retirar las maderas que obstruyen la puerta es posible abrirla al forzar su cerradura.

Luego, con ayuda de una horquilla para el pelo de Sophie, los tres logran abrir la puerta al trabajar sobre la cerradura de la puerta. Finalmente logran entreabrir la puerta y otear el exterior…

A diferencia de la tenue luz de un día nublado y neblinoso que entra por el tragaluz del baño, la puerta revela el exterior nocturno del patio abierto del motel, donde la oscuridad es absoluta, tan oscura como nunca. No hay cielo, ni horizonte ni suelo que percibir.

El único farol disponible se convierte en una isla, iluminando un pequeño circulo a su alrededor donde lo demás es oscuridad viviente. El silencio sepulcral acompaña a la perfección la escena y el frio remata las sensaciones de los espectadores...

Hasta el farol la distancia es de cuatro o cinco metros de caminata a la deriva...

Los recuerdos abruman de repente, dejando un amargo sabor en el sentir de Jules cuando ella misma de pequeña se perdía en el laberíntico tormento de sus pesadillas y cuando realmente creía haberlo superado, allí se encuentra un espejo que le remite a todo lo vivido. Y por esa razón tras escuchar a su padre, ya sabiendo que falta un trozo de espejo para obtener lo que tiene en mente, deja aquello no sin antes asentir a Sophie. 

Avanzando por la sala, se acerca a James para revisar las heridas ya que luego de haberlo encontrado, sumado a todo el esfuerzo físico que ha realizado el hombre, es lógico que puedan sangrar en demasía o infectarse en el peor de los casos. Este lugar siempre apesta a putrefacción y un rasgo de debilidad, puede ser la muerte asegurada de la forma más perturbadora que pueda existir. 

- Déjame limpiar esas heridas, vendar y quizás suturar... Padre, ya sabes. -  afirma sin preguntar siquiera, decidida en sus acciones para no darle la posibilidad a James de que se niegue. 

Sophie asomó la nariz por la puerta entreabierta, al otear el horizonte que se les presentaba un escalofrío recorrió su espina dorsal al tiempo que se le erizaba la piel. La oscuridad era tan absoluta y el silencio tan ensordecedor que nada bueno podía presagiar.

- No es bueno...- susurró cerrando la puerta con rapidez como si temiera que algo los pudiese ver. Entonces al mirar nuevamente la habitación se dio cuenta de un detalle en la ducha había un tragaluz y a través del mismo se podía divisar una tenue luz...- ¿Cómo es posible que el tragaluz esté iluminado mientras que en la calle es todo oscuridad? Creo que debemos salir, pero no por la puerta... no se ve absolutamente nada, es como... como- la pelirroja pensó con rapidez buscando el mejor calificativo para las sensaciones que tuvo al ver el exterior- como una oscuridad acechante...- miró nuevamente al baño- ¿El espejo o el tragaluz, pueden ser la salida?

La atención de Jules fue magnífica, curando sus heridas con profesionalidad. Luego el detective se quedo unos minutos en la cama recuperando, hasta que parecía encontrarse mejor. Así que se levantó y le dio las gracias a Jules mientras el resto conseguía abrir la puerta hacía la oscuridad.

-Muchas gracias Jules, estoy mucho mejor- dijo con una sonrisa.

Entonces escucho a la Stark mientras se acercaba a la puerta del baño.

-Tienes razón, ¿cómo puede entrar luz por el tragaluz cuando afuera la oscuridad lo absorbe todo?

El detective entró en el baño, echando un vistazo genérico en él, antes de centrar su atención en el tragaluz, a ver si veía algo fuera.

Al sacar la cabeza para ver el exteriór Trevor dió un paso atrás, aquella oscuridad era antinatural. Todo indicaba que encontraban en la habitación de un motel de carretera perdido de la mano de Dios.

-¡Joder!, alguien tiene una linterna... ejem... una linterna potente- Sin una fuente de luz Trevor no se atrevía a salir demasiado, no quería perderse en aquella negrura.

Entonces atendió a Sophie, indicaba que el espejo podía ser la salida. Trevor no comprendía nada de lo ocurría en aquel lugar por lo que decidió no dar nada por sentado, además aquel espejo hacía cosas raras.

Se acercó a la pelirroja con cierto interés.

-Vaya, se repara solo ¿no?, ¿que pasari si encontramos el trozo que falta y se lo ponemos?- Efectivamente al espejo le faltaba un trozo y Trevor pronunció en voz alta las preguntas que posiblemente todos sus compañeros se hacían.

-Tienes razón, ¿cómo puede entrar luz por el tragaluz cuando afuera la oscuridad lo absorbe todo?

Sophie, con tantos palos que había recibido a lo largo de aquella pesadilla parecía haber sido capaz de controlar el instinto de salir corriendo y gritar... o salir gritando mientras corría que venía a ser lo mismo, ya que estuvo a punto de morir y lo cierto es que no le apetecía morirse, por eso había optado por tratar de averiguar que pasaba para en caso de tener que correr hacerlo por el mejor sitio y odbiamente la puerta con su oscuridad acechante, no era la mejor opción.

- Creo que tenemos dos caminos... o dos opciones, si elegimos mal vamos a tener problemas. Llegamos aquí de manera poco normal, por tanto la salida tampoco es convencional. Por tanto el tragaluz puede ser una salida distinta a la de la puerta... o al menos eso parece.

-Vaya, se repara solo ¿no?, ¿que pasari si encontramos el trozo que falta y se lo ponemos?

- Sí... se reparó sólo cuando le puse el trozo encima... según Jules el espejo es una especie de portal- miró a la rubia de la katana para comprobar que la había entendido bien- supongo que si le ponemos el trozo que falta el espejo se recompodrá, sí... y nos ofrecerá otro camino... o ya no se. Nunca antes había estado aquí y tampoco sé por qué lo estoy.

Por mucho que pareciese algo imposible, a través de la puerta se veía una calle sumida en la oscuridad de la noche, mientras que, al mismo tiempo, por el tragaluz se veía que era pleno día. Como si aquel lugar no fuese ya lo bastante extraño y tenebroso.

No tengo ni idea… pero yo no pienso salir a esa oscuridad- dije, respondiendo tanto a Sophie como a Harry -Y esa cosa  puede ser aun peor- añadí mirando es espejo, desconfiando completamente de él. Los espejos nunca me habían traído nada bueno, y no pensaba arriesgarme con uno que parecía gritar peligro por todo lo alto.

Hemos de trepar- sentencié, levantándome con dificultad e intentando arrastra la pequeña mesa para colocarla debajo del tragaluz.

-El tragaluz sin duda es la solución.

Parecía que Jane por fin estaba arrimando el hombro en lugar de dar problemas. James sonrió para sí al verlo y la ayudó a apilar muebles que les permitieran llegar más fácilmente hasta el.

Con un ultimo esfuerzo la joven Bartlevy obtiene el resultado que busca al tratar las heridas de su padre, cambiando el sentido del vendaje para favorecer la circulación y el movimiento de James. Ahora el hombre recupera fuerzas luego de la curación.

Harry luego de su merecido descanso finalmente toma la iniciativa al revisar cada palmo del baño en busca de algo inusual. Entonces el investigador descubre que el botiquín con espejo del baño se encuentra parcialmente suelto de la pared. Al mover el botiquín encuentra un agujero en la pared y dentro del mismo halla un fragmento de espejo, que casualmente coincide con la parte extraviada en el espejo de la habitación.

En cambio el tragaluz, por su notable altura, nada aporta. Siendo necesario ganar altura para otear desde su abertura.

De este modo el hallazgo de Harry situá a la pregunta de Trevor en un peldaño importante, y la conjetura de Sophie adquiere una posibilidad que en cada minuto, por loco que parezca la idea, se torna factible.

Posteriormente Jane y James acumulan muebles, apilando estos para ganar altura y llegar hasta el tragaluz. La escalada simple de la joven permite que esta vea de cerca el tragaluz y desde allí el angulo de visión alcance a descubrir un parque contiguo y las copas de los arboles. Todo lo visible, desde luego, se encuentra empapado en la densa niebla y la tenue luz propia de un atardecer menguante.

El problema inminente a considerar es el reducido tamaño del tragaluz del baño, cuya función

es permitir el ingreso de los rayos solares y evacuar el vapor de la ducha. Con algo de esfuerzo alguna de las chicas puede trepar por allí. Quizás Sophie por ser la más alta...

Sophie miró el tragaluz con una mezcla de esperanza y temor... el temor era algo que llevaba de serie desde que entró en aquel mundo de pesadilla, pero es que aunque parecía que la opción estaba clara no se fiaba de nada de lo que veía ni tocaba y tras la prudencia demostrada por Jules con respecto al espejo, lo mejor era tratar de arriesgarse con el tragaluz, algo en lo que todos estuvieron de acuerdo el problema es que a pesar de que habían apilado todos los muebles disponibles para formar una especie de escalera, no era suficiente y encima les iba a tocar a una de las chicas probar puesto que la apertura era pequeña. Un vistazo rápido a sus compañeras y a ella misma le hizo darse cuenta de que debería haber comido más pan con chocolate para estar menos esbelta y menos leche, para haber crecido menos... porque estaba claro que la mejor opción era ella "Pobre yo..." pensó con mucha amargura.

- Iré yo...- dijo procurando no pensar y tratando de aparentar entereza cuando en realidad estaba cagada de miedo para después agradecer que le hubiera dado por llevar vaqueros en vez de la preciosa falda de franela que tenía reservada para los fines de semana...- echadme una mano para subir- pidió a sus compañeros y compañeras encaramándose en la rudimentarias escalera rumbo a lo desconocido...

El detective llevaba un rato mirando y tocando el botiquín, hasta que consiguió encontrar, detrás de él, la parte del espejo que faltaba. Cuando se giró y lo enseño a los demás, vio como habían juntado los muebles para que alguna de las chicas pudiera subir por el tragaluz.

-Jules, podrías echar un vistazo al botiquín, quizá encuentres vendas o algo que puedas usar con esa gran habilidad que manejas.

Entonces se acercó al espejo, y sin meter aún el fragmento que había encontrado se fijó en que encajara. De mientras la joven Stark se ofreció a subir ella, y mientras la ayudaban, el detective preguntó al resto del grupo.

-¿Qué hago? ¿Lo pongo ya a ver que pasa? ¿O preferís esperar a que Shopie eche un vistazo antes? Ya sabeis que las cosas aquí pueden cambiar de repente...

Sara se había pasado todo ese rato pensando en lo que acababa de suceder, en lo que acababa de aprender. Lo que para los demás probablemente habrían sido unos largos minutos, para ella apenas habían consistido en escasos segundos en los que su mente trataba de poner en orden los recuerdos de Sally. Ordenarlos y aceptarlos. Así que... ¿aquéllo era lo que había ocurrido? ¿Ese era el pasado de Harry? ¿Su Harry?

Sara se sentó a los pies de la cama, cerrando los ojos y tapándose la cara con las manos. Vale, estaba bien. Aquél había sido el pasado de Harry, pero ¿y qué? Todos cometían errores... Todos lo habían hecho en el pasado y Harry ya se había arrepentido, una y mil veces... ¡Si hasta las sacó a ella y a las niñas de Bar Harbour! ¿Es que todo aquello no había sido suficiente para demostrar que ahora era una persona diferente? ¿Es que no había servido para nada? ¿Cuántas veces más tendría que pedir perdón? ¿Cuántas veces más iban a recordarle todo aquello?

Unas suaves lágrimas comenzaron a caer por las mejillas de la mujer, pero como tenía las manos delante del rostro, nadie pudo darse cuenta de aquello. Escuchaba a los demás mientras investigaban la habitación, apagadas su voces tal que lejanos ecos. Sabía que debía ayudarlos, creía que podría ser de utilidad, con el espejo, el latín... Pero su cuerpo no se movía. 

Por su cabeza todavía se sucedían las imágenes de varios lustros de discusiones y peleas, de gritos... y después, de agua. Todo ese vacío que antes había en su memoria, en su cabeza, en sus recuerdos, aquella profunda negrura que siempre le provocaba esos sentimientos de incertidumbre, había desaparecido. En su lugar, sólo recuerdos amargos y duros, el dolor de una parte de Sally que necesitaba su venganza... Por supuesto, Sara imaginaba que eso no había sido todo, pero el resto de Sally ya había perdonado a su marido mucho tiempo atrás. Esta Sally era lo que quedaba...

Pero entonces... ¿quién era ella? ¿Quién era Sara? Era el momento de volver a enfrentarse a aquella pregunta de nuevo. Tiempo atrás, cuando aquellas dudas asaltaban su mente, la mujer las había alejado de sí, tratando de esconderlas tras un alto muro de felicidad y presente con Harry y su hija, Jane. Y cada vez que pensaba en ello, cada vez que la incertidumbre la embargaba, erigía más alto el muro que la separaba de aquellas preguntas. 

Sin embargo, había llegado el momento de derribarlo. Sara no lo dudó, empujó las piedras de su mente con facilidad y la negrura de su pasado volvió a asediarla. Antes de Harry no había nada... ¿Por qué? Ahora podía deducirlo, ahora por fin lo sabía.

Porque antes de Harry, ella no existía. 

De alguna manera, por alguna razón, ella había sido creada en Bar Harbour. De alguna forma, los sentimientos de arrepentimiento de Harry habían hecho que ella surgiera, que pudiese existir, para que el detective pudiese redimirse. Y así lo hizo, la rescató. Por esa razón Sara no tenía recuerdos previos. Por eso no sabía cómo había llegado a aquella isla... Porque en realidad, ella nunca había "llegado". Ya estaba allí, siempre lo estuvo. 

Así que ahora Sara ya tenía recuerdos. Los ecos del pasado de Sally revoloteaban por su mente, llenando ese vacío, esa negrura que siempre la había dominado. 

Y Sara los aceptó. Contra todo pronóstico, sus labios sonrieron. Ahora, por fin, entendía. Ella era producto de la redención de Harry, no había nada antes, pero sí después. Y lo que hubiera antes era de Sally, así que los guardó en su memoria, abrazando los recuerdos que, aunque amargos, le servirían para recordar lo que un día fue su pasado inexistente y para ser feliz con el Harry que tenía ahora. 

En ese momento escuchó a su marido haciendo una pregunta. Recomponiendo el gesto de su rostro, sacó la cara de entre las manos y se levantó de un salto.

-¡No! No pongas el fragmento todavía -le respondió, consciente de que la joven que no conocía estaba asomándose por otro lugar-, si estamos en lugares separados y el espejo activa algo, es muy posible que la chica se quede sola otra vez... Intentemos permanecer juntos -terminó, con una nota de determinación en la voz. 

Visto que aún no colocarían el fragmento del espejo Trevor no dudó en ofrecerse para ayudar a Sophie.

-Yo mismo te ayudo- Dijo servicial. Cruzó los dedos de sus manos dejando las palmas hacia arriba para que Sophie las usara a modo de peldaño. Mientras subía no pudo evitar mirar a la chica con cierta lascivia al tenerla tan cerca, pero trató de mantener las formas.- Ejem...- Murmuró mientras la impulsaba.

Tras acumular y apilar como buenamente pude y con la ayuda de James, los suficientes muebles como para que se pudiese llegar hasta el tragaluz, me dejé caer a un lado, apoyándome en la pared para recobrar el aliento. Estaba claro que no me encontraba precisamente en buenas condiciones, por lo que, interiormente, agradecí que Sophie se ofreciera a trepar.

Si... ve tú. Llegarás mejor- le dije, pues al fin y al cabo, era la más alta de las tres, mientras que el resto tendrían dificultades para caber por el tragaluz. Y evidentemente no iba a dejar que mi madre se arriesgase a trepar sin saber que había fuera -Voy…- dije cuando pidió ayuda, aunque a pesar de ello, no me levanté de inmediato… las heridas en mi espalda parecían pesar demasiado como para permitírmelo. Entonces, el estúpido de Harry se ofreció a completar el espejo.

¡No!- grité al mismo tiempo que Sara, aunque el motivo era bastante distinto -Y si aparece otra de esas jodidas cosas por ahí- dije, señalando al espejo incompleto.

- Claro. - responde a Harry mientras revisa el Botiquín con cierta minuciosidad, cogiendo lo que puede servir y lo que no para futuras complicaciones. Y mientras Jules se ocupa de lo meramente médico, observa cómo han apilado los muebles para acceder al tragaluz, dejando que la pelirroja pueda observar que hay del otro lado. Lo bueno es que al contar con ayuda, la rubia se acerca hacia el lugar donde está Harry con el espejo. 

- Como dicen, aguardemos a Sophie. Luego probamos con esto, yo también quiero saber. - agrega tras mirar a los ojos a su Padre, pensativa en parte ya que esto siempre le trae recuerdos de su pasado y no son para nada buenos. Al menos le causa un poco de gracia como el hombre mal hablado contempla a la pelirroja con cierta "lascivia", le resulta curioso y gracioso a la vez.  

Pero al ver que su hermana, si la bastarda está herida, inhala profundo y tras pensar que necesita también de sus habilidades médicas, decide acercarse a ella para curarla. También debe velar por ella, aún cuando tiene sentimientos encontrados, cuando realmente no han podido establecer un lazo que las una más allá de la sangre, de lo concebido. 

- Te callas y me dejas revisar tus heridas. -  advierte al llevar unas gasas, alcohol y demás elementos para curar a Jane. 

La joven Stark se quedó paralizada cuando la mujer del pelo blanco... Sara, dijo que si activaban el espejo ella se podía quedar sóla, la pelirroja palideció visiblemente ante semejante perspectiva pero antes de que declinara subir por el tragaluz para evitar que el espejo se los llevase a todos sin ella... supuso un alivio que el resto de sus compañeros declinara rehacer el "portal" hasta que Sophie investigara, fue entonces cuando recibió la ayuda de Trevor.

- Gra...gracias- le dijo al hombre mientras era ahupada por este, la pelirroja tenía una buena condición física, es más solía ir al gimnasio de manera alterna por lo que acceder al tragaluz no tenía por que ser complicado, sin embargo quizás fruto de los nervios y notar que la estaban mirando, el pie de Sophie resbaló haciendo que esta cayera hacia abajo quedando su trasero a escasos centímetros del rostro de Trevor, azorada trató de enderezarse- Perdón... perdón...- lo que le llevó unos segundos de contoneo hasta que con la cara roja como un tomate alcanzó el tragaluz con las manos tras apoyar los pies sobre los hombros del hombre, un ligero empujón y estaría fuera.

Me callaré si me da la gana- le espeté a mi supuesta hermana, alterada por que se hubiese acercado sin decir nada, aunque me controlé lo suficiente como para no alejarla de un empujón y permitirle curar mis heridas. Al fin y al cabo, buena falta me hacía… aunque detestase que fuese ella quien lo hiciese y no pudiese evitar tensarme cada vez que me tocaba ni tampoco disminuir las ganas de mandarla a paseo.

Por dentro, era como un gato con el lomo erizado y listo saltar… aunque no sabía bien si para alejarme o para atacar, por lo que, intentando distraerme, aparté la vista de ella y acabé posando mis ojos en Trevor, quien estaba ayudando a Sophie a subir al tragaluz. O más bien aprovechaba la excusa de ayudarla para mirarle el trasero, a lo cual por cierto no ayudó el hecho de que esta se resbalase de repente y lo dejase a escasos centímetros de la cara de Trevor.

¡Tú!- le grité a este -¡Que tenga un buen culo no te da derecho a mirárselo, así que deja de comértelo con los ojos!- le espeté, descargando sobre él parte de mi frustración… aunque bueno, se lo merecía por mirarle el trasero a la pelirroja.

Trevor no se esperaba aquel movimiento por parte de Sophie y no pudo evitar mirar su trasero como un ratoncillo hambriento observando un hermoso queso. Pero los gritos de Jane hicieron que la mirada de Trevor abandonase aquellas hipnóticas redondeces.

-¡Eh, tranquila tu eh!, que fué ella quien me lo plantó en la jeta. Joder, como os ponéis algunas con estas movidas.- Dijo con cierta frustración. Entonces el pie de la dueña de aquel portentoso trasero se clavó en su clavícula al usar su hombro como escalón.-Uf, y eso que no llevas tacones. - Exclamó con dolor. - ¿Que? ¿se ve algo ahí arriba o solo oscuridad?