Partida Rol por web

Todo aquello resonó en la voz de la clérigo. ¿Qué querría Torch de aquella sustancia? Nada bueno, sin duda. O quién sabe. Pero nadie interesado en un veneno era de fiar, a los ojos de Davan. Los venenos sirven para matar, intoxicar... Son propios de gente que antepone sus intereses a los de los demás.

Pero toda aquella misión tenía un buen fondo, que era el de salvar Absalom. Ello significaba salvar más vidas de las que podía arruinar aquel veneno.

Confió en sus compañeros, ya que sentía que sabían lo que hacían. Al menos la mayoría de ellos.

Ves varias cosas: agujeros en las paredes en los cuáles parece haber alguien vigilando, algunos resortes que parecen trampas que podrían actuvarse desde la gran silla del Gran maestre por lo que puedes ver, entre las sombras parecen haber escondidos por lo menos dos criaturas listas por si su amo les hace una señal.

De acuerdo. Una parte del veneno, y un pequeño trabajo. ¿De que se trata, Torch?

El Gran Maestre sonríe y se frota las manos:

- Pues ha llegado hasta mi una colección de extrañas cajas. cajas en las que suelen guardarse objetos maravillosos y la persona que se ocupaba de esos asuntos aquí quería ganar más de lo acordado y ya no tra...ba...ja....para....mi..., bueno..., ya no....trabaja. Así que si sóis capaces de abrir al menos 3 de las 5 cajas qie hay en la sala de al lado y me traéis su contenido, quedará saldada la cantidad que os falta para que os de la información. Recordad que tengo a varios adivinos trabajando para mi, así que...si queréis seguir trabajando, no intentéis robarme. ¿De acuerdo?

De acuerdo, vamos a ver esas cajas.

Nakús se dirigió con Lirianne al lugar donde se encontraban las cajas y se acercó a ella mientras en un susurro le decía algo...

Lirianne, nos vigilan atentamente. Hay varias personas preparadas en las sombras para atacarnos así como otras cuantas más en alguna especie de pasadizos secretos o habitaciones que hay tras las paredes. Eso sin contar las múltiples trampas que he atisbado por el lugar.

Debemos ser muy cautos...

Esto es simple, se hace lo acordado y todos felices. Ya sabemos que es peligroso, así que no hagas tonterías y todo solucionado, Yargos nos aviso.

De acuerdo!- dijo el enano desviando la mirada a nakus.

-Veamos esas cajas -dijo Davan, aliviada de que el trato con aquel malintencionado no hubiese supuesto ninguna tarea repugnante.

Siguió a sus compañeros hacia las cajas.

Os lleva uno de los guardias hasta una sala dond epodéis ver 5 cajas diferentes:

- Caja 1: Un barril de acero con la cara de un demonio en el centro.

- Caja 2: Una caja roja con tres caras doradas, la primera seria, la segunda enojada y la tercera pura rabia.

- Caja 3: Un cofre de piedra decorado con relieves de hiedra.

- Caja 4: Un cofre tallado en granito en una sola pieza con ningún tipo de abertura visible.

- Caja 5: Una caja de madera rectangular con intrincadas caligrafías, en su tapa hay 10 pequeños orificios aún más extraños.

Tras admirar momentaneamente cada caja, Khyron se acerca a la segunda, la de color rojo.

Nakús no sabía muy bien que hacer en aquella sala... Abrir cualquier cosa sellada llevaba su tiempo y siempre se corría el riesgo de que la trampa se activase matando al manipulador. Sin embargo parecía clara la decisión, abrir la caja o sufrir la ira de los esbirros del Gran Maestre Torch.

Con muchas dudas, Nakús se dirigió al barril de acero con la cara de un demonio en el centro y empezó a escrutarla con la mirada, tratando de adivinar la posible debilidad de aquel barril.

Parece que la cara de demonio podría girar si se la toca o se la hace girar.