Partida Rol por web

Rizzen consigue hacer un ataque digno, dirigido contra el abdomen del guardia, su arma ectoplásmica ioniza el aire al trazar el arco mortal.

Szordrin es un borrón de sombras en movimiento, de forma repentina salta y realiza un ataque imposible desde el aire que supera las defensas del paladín, su espada corta se clava en la cabeza del humano, que cae fulminado con una tremenda brecha en la cabeza por la que sale sangre y una sustancia viscosa.

Assim ignora al guerrero que le ha herido y ataca al guerrero que inició el combate con Szordrin, su estoque penetra por la espalda del guerrero y sale por su pecho, al desplazarse hacia la sacerdotisa se da cuenta de que sin duda el paladín está ya con su dios, la brecha en la cabeza y la herida del pecho son mortales de necesidad.

Shibole consigue reponerse de la tremenda sensación de repulsa que le produce este lugar y vuelve a pedir la ayuda de Lloth para curar a Assim.

Yilmaz duda unos instantes antes de retroceder un par de pasos y disparar en rápida sucesión dos flechazos, el primero falla, pero el segundo consigue herir en el brazo al paladín.

El paladín ataca aullando de rabia al ver a su compañero herido de muerte y ataca a Assim con saña   ¡NO TE SALVARÁS CABRÓN!
Su ataque cosigue impactar al drow en el pecho, que no cae muerto gracias a la maligna intercesión curativa de su diosa.

Rizzen se mueve con movimientos erráticos, más parecidos a los de un borrachín de taberna que a los de un guerrero entrenado en una casa drow, apenas distingue entre sus compañeros y sus rivales.
Su intención es atacar al paladín que está enzarzado con Szordrin, pero una voz en su cabeza le previene de la inutilidad de esta acción y hace que cambie la dirección de su ataque en el último momento, logrando impactar contra el segundo guerrero, y vengando así, en cierta forma la terrible herida sufrida por Assim.
Incrédulo, Rizzen decide abandonarse a sus nuevos instintos, parece que por momentos puede escuchar los pensamientos de sus compañeros y de sus enemigos…

¡RÁPIDO TRAED LAS BALLESTAS!  Todos podéis con claridad las voces y los ruidos de movimientos que vienen del pasillo…

Yilmaz parece haber puesto el piloto automatico... no deja de disparar y moverse lo minimo...

Viendo que uno ha caído, avanzo sonriendo hacia el segundo Veo que todos sois unos cobardes. Pero tranquilo, que pronto te reunirás con tu amiguito del alma, que parecía que le querías mucho mientras hablo, avanzo un paso, apoyando la rodilla en tierra y soltando un golpe horizontar que golpea en las piernas del paladín.

Assim, muy malherido, todavia es consciente de la situacion e intenta golpera nuevamente al paladin, pero tras la perdida de tanta sangre su golpe es debil y mal colocado.

Lo siento señora, no voy a aguantar mucho mas digo a la sacerdotisa mientras me muevo rodando hacia atras, quedandome a las espaldas de Shibole

Shibole, viendo que los golpes de los paladines han causado mas daño del esperado, decide actuar.

Con un chasquido de su latigo, lo lanza hacia el brazo de su adversario, el cual se enrosca en el brazo que porta el arma

Mientras alargo el látigo y escucho los ruidos procedentes del pasillo, me doy cuenta que el tiempo empieza a ser un problema, y debemos de acabar cuanto antes con este paladín si no queremos enfrentarnos a toda la guarnición, Assim, vete a la celda del gordo e interrógale, a ver si es más útil vivo que muerto.

Assim se retira del combate, malherido, y se sitúa tras la sacerdotisa.

El paladín recibe el golpe de Szordrin con entereza, consigue recuperar el equilibrio gracias a un preciso flechazo que se clava en su espalda. Reacciona con rapidez lanzando un ataque contra el enemigo que hasta ahora parece más peligroso, la espada del paladín se clava en la armadura del drow a la altura de la clavícula con un chirrido que os pone los pelos de punta MUERE CRIATURA MALIGNA grita el paladín antes de darse cuenta que su ataque no ha herido a Szordrin.

La sacerdotisa consigue atrapar la espada del paladín con su látigo, pero el brazo del sagrado guerrero es demasiado fornido para la debilucha Shibolé y no consigue desarmar al guerrero.

Parece que el paladín quiere poneros las cosas muy difíciles, cualquiera diría que está esperando la ayuda de los guardias…

Rizzen describe un arco ascendente con la cuchilla psíquica y hace sangrar al paladín.

Recuerdos a tu dios, escoria.

Es evidente que Rizzen no atraviesa su mejor momento, pero cumple con su obligación y ataca con éxito al paladín, un chorro de sangre brota del cuello del humano, que pese a las heridas sigue en pie con firmeza.

El combate está durando demasiado, y el cansancio comienza a hacer mella. A pesar de todo, sigo enarbolando con decisión la espada y, tras esquivar el golpe del paladín, me agacho e intento rajar los tendones de la rodilla

Rápido, tenemos que acabar con esta escoria, o tendremos a toda la guardia encima en pocos minutos.

Yilmaz continua en modo automatico... se mueve poco y dispara todo lo que puede...

Renqueante, tropezando con sus propios pies en más de una ocasión y apoyándose en la pared para coger fuerzas, Assim trata de cumplir la orden de la sacerdotisa y regresar al pasillo de las celdas. Aún herido como está, su instinto de rata de cloaca le hace husmear tras cada recodo para tratar de evitar el peligro.

Tú, comemierda, cof, cof... - toso entre siseos, sin poder evitarlo, a la puerta de la celda. Apunto la ballesta cuidadosamente, aunque tengo que apoyarla en los barrotes para fijar la punteria en la gorda panza del prisionero - Ya me estás diciendo qué es lo que te hace tan valioso, o te perforaré la barriga y tardarás tanto en morir que se te hará tan largo como todo el puto tiempo que has vivido llenando esa fofa barriga...

El golpe de Szordrin deja al paladín en precario equilibrio, sin embargo no cae, estos humanos parecen ser de acero, sin embargo esa idea desaparece de vuestras mentes al ver como una de las flechas de Yilmaz atraviesa el cuello del paladín, que por fin se derrumba, entre sus los sonidos guturales que salen de su boca en los estertores de su muerte alcanzáis a entender   mal… ditos   él, él me vengará   su mirada, clavada en el sarcófago se vuelve vidriosa y por fín expira.

Os encontráis en la sala, sin enemigos a la vista, el sarcófago iluminado por los cuatro pebeteros de las esquinas parece más amenazador tras las palabras del paladín, un escalofrio recorre vuestras espaldas…

De repente nnos gritos os sacan de vuestro momento de acojone   RÁPIDO ESTÁN EN EL SANTUARIO, VOSOTROS DOS DELANTE, VOSOTROS DOS DETRÁS…. ¡¡vAMOS!!