Partida Rol por web

Chelsey había sonreído al policía cuando comentó que si el jefe quería morir por sobredosis de colesterol, él no podría impedírselo, ella a la par levantó las manos, en realidad nadie podía hacerlo, pero el consejo quedaba en el aire.

La veterinaria se fijó en el libro que estudiaba la joven muchacha, la palabra Biología destacaba en mayúsculas y desde su posición, era perfectamente legible. Iba a abordarla, para hacerle un comentario pero Dwight se le adelantó, nada más ni nada menos que para.... ¿interrogarla?....

A la veterinaria le gustó la humildad de Jones, así que no dudó en guiñarle un ojo tras decirle -.. Claro que eres bueno, ya te digo yo que de lo contrario no te mantendría... - Posteriormente agradeció a Lily su disposición -...Espero tener suerte y conseguir esas tortitas..., gracias Lily... - volvió a fijarse en la nieta de Steele, era bonita y muy joven, una adolescente que aún no había dejado el instituto, según el libro que estudiaba. Chelsey pensó que tampoco había pasado tanto tiempo desde que ella tuviera su edad, ¿diez años quizás?... Parecía que fuera ayer...

La joven le señaló y el policía, el soltero de oro de la comunidad, miró en su dirección, estaba claro que ambos hablaban de ella. Chelsey no era tímida, de hecho su carácter social provocaba que se le apreciara en aquel lugar, ya no consistía en curar a los animales si no en encajar, hacía bizcochos para los encuentros comunitarios y en las verbenas nunca le decía que no a bailar con algún venerable viejecito. Una mujer encantadora, siempre y cuando no se le enfadase, por supuesto.

- No he podido evitar notar que me señalaba, ¿no estará intentando denunciarme ante la policía?... - sonrió la mujer a la nieta de Steele, claramente bromeando -... Soy Chelsey Dawson, bienvenida al pueblo..., no solemos ver caras nuevas por aquí..., a no ser que sean familiares o familias completas dispuestas a comprar ganado en la feria... Antes vi que estudiabas biología, si tienes algún problema podría ayudarte..., siempre me ha gustado esa asignatura...

Era inevitable mirar el trasero de Peter, era como decía Susy Smith, una amiga que criaba ovejas, entraban ganas de apretarlo para ver si realmente estaba hecho de acero o era blandito como un almohadón. Le costó no reírse en la cara del agente de la ley, pero si supiera la mitad de lo que se decía de él...

Y se acabó la diversión.

Sabía que se la estaba jugando mucho y posiblemente su abuela la estaría mirando con mala cara, eso por no contar que le podría traer más problemas de lo que se merecía la pobre anciana. Suspiró, esta vez resignada de que tendría que dejar de contestar y comportarse, sobre todo no mostrar una excesiva confianza a alguien que podría multarla.

Lo siento señorita Dawson.- Saludó a Chelsey y sonrió en un intento de disculpa sincera, no queriendo molestar a una desconocida por estar aburrida. Después, se giró con desgana sobre su asiento para estar de nuevo frente al mostrador y sus libros.- Isobel, visita familiar.- Apoyó un codo en el mostrador y dejó descansar la barbilla en la palma de su mano mientras miraba al agente sin saber si quería algo más o había terminado aquél “interrogatorio”. Para su sorpresa, antes de que pudiera seguir comprobó que la mujer a la que había señalado se acercaba con la oferta de su gran enemiga, la biología.- ¿Sí? – Su cara cambió por completo. Dibujó una amplia sonrisa aliviada mientras volvió a abrir el libro.- Pues me salvas la vida porque no pude asistir a este tema en clase y no estaba entendiendo demasiado.- Le enseñó la página en cuestión, donde podía ver en el titular “Alosterismo”.- ¿Te suena? Tengo que entregar un trabajo la semana que viene sobre esto y me estaba volviendo loca, empezaba a pensar que tendría que co…- Claramente iba a decir “copiar”, pero una mirada de soslayo al agente le hizo entender que no debía decirla en voz alta.- Confiar en que el profesor sea comprensivo.

Peter alzó la cabeza y sonrió a Chelsey Dawson, las personas más agradable del pueblo según la opinión de... bueno, según todo el pueblo sin excepción alguna que él conociera. Una mujer atractiva, fuerte y trabajadora.

—Veo que a ti sí se digna a responderte algo —le dijo abriendo aún más la sonrisa—. Aprovecha para preguntarla algunas cosas sobre ella, porque por lo visto yo debo tener cara de ogro.

Se despidió ligeramente con la mano derecha y se sentó de nuevo con el sheriff y su compañero.

- Oh no te preocupes, sentirás curiosidad siendo nueva en el pueblo, es normal... - le dice Chelsey quitándole hierro al asunto -...Encantada Isobel, ¿visita familiar? ¿quién es tu familia?... Conozco a todos los vecinos.... 

Cuando la joven señala el tema Chelsey eleva una ceja, cuando ella estudió la carrera el alosterismo se daba en primer curso en la asignatura de bioquímica.

- Es un tema que tiene su complejidad, para entenderlo debes tener claro qué es una enzima..., una enzima es una proteína que se une a otra sustancia, un sustrato y sirve para acelerar las reacciones, generalmente las metabólicas corporales... - le comenta mirándola, a ver si le estaba siguiendo o su desfase era mucho mayor -...La enzima funciona como si fuera una llave en una cerradura.... Pero a veces nos interesa que una enzima no haga su función por un tiempo o se acumule, esta regulación enzimática se llama alosterismo... consiste en unir otra sustancia en el sitio activo de la enzima para que no "quepa" en su cerradura... - queda pensativa -...tengo un par de libros de la facultad que habla sobre los tipos de alosterismo, es un clásico el de la hemoglobina que si bien no es una enzima, si no una molécula transportadora de oxígeno, puede venirte bien para explicar el proceso... Ven esta tarde a mi casa, puedo prestártelos y ayudarte si lo necesitas.... Así no tendrás que cop.... uys..., confiar en la amabilidad de nadie...- le guiña el ojo, todo el mundo había copiado en algún momento de su vida, no iba a escandalizarse por ello.

Peter parecía querer huir de la conversación y retirarse hacia el sheriff.

- ¿Ya se va?..., no tenga prisa hombre, que no voy a comérmelo.... Aunque tampoco me importaría... No le responde porque los hombres de uniforme imponen... ¿A qué sí Isobel?... - le guiña el ojo a la joven, esperaba que Peter no se retirase, al fin y al cabo donde cabían dos, cabían tres.

Peter se gira sonriente. Aunque su pundonor ha quedado ligeramente herido no quiere dar la impresión de ser desagradable. Además, pudiera ser que una chica de ciudad realmente piense que un uniformado sólo aparece en situaciones de peligro y en otras aún más desagradables.

—Lo cierto es que yo sólo estudié Biología en segundo grado —dice el agente sonriendo a Chelsey—. No se me dio nada bien, la verdad. Me gustaba más el baloncesto y el atletismo, aunque era más joven y pensé que llegaría a profesional.

Debido a su frustración en los estudios, Peter sentía una gran admiración hacia las personas que habían conseguido sacarlos adelante y que mostraban un gran saber en algún campo del conocimiento. El que fuera. Desde que llegó al lugar había visto cómo hacía todo lo que fuera necesario para trabajar honradamente y, además, era un pozo de cultura. Por mucho que él llegase a leer, y era un buen lector de los clásicos americanos, nunca llegaría a la altura intelectual de nadie. Y mucho menos a la de Chelsey Dawson.

—Espero que algún día dejes que te invite a un café, Chelsey —dijo Peter de manera casual, aunque se ruborizó ligeramente al darse cuenta de las implicaciones de una invitación así—. Me encantará hablar contigo de todas esas cosas que sabes —intentó arreglar lo mejor que pudo su descaro inicial que podría ser malinterpretado—. Cuando tengamos tiempo, claro. Ya me entiendes...

Chelsey casi sonríe más cuando ve que el policía descarta marcharse para seguir intercambiando algunas palabras. Era agradable, ¿por qué negarlo? Y no tenía el afán autodestructivo del sheriff de tapar sus vasos sanguíneos a base de colesterol, esperaba que así continuara durante bastante tiempo, sería una lástima con lo atractivo que lucía.

- Vaya uno de los chicos deportistas... - los más observados por las chicas del club de ciencias. La veterinaria tenía claro que si Dwight se hubiera criado en el pueblo habría sido el terror de las mujeres. Más o menos como Toby Scott, el chico más popular del instituto pero con un encanto que superaba con creces al endiosado portento del fútbol americano -...Yo en el instituto hacía atletismo, nunca fui de las mejores a decir verdad... - sonríe ampliamente -... vale seré sincera del todo, puedo ver tu mirada de poli buscando la mentira... En realidad me apunté a atletismo para que mis calificaciones generales fueran más altas, siempre se me ha dado bien las ciencias, las matemáticas e incluso la música, pero en eso de mover el trasero soy un completo desastre...Adoro el deporte, desde las gradas.... - comenta divertida remarcando la poca habilidad física que tenía y no obstante a pesar de ello, era atractiva, cuidaba mucho su dieta y caminaba kilómetros para evitar competir con el ganado vacuno en las granjas donde la contrataban.

La ironía de la vida es que los deportistas admirasen a las chicas estudiosas y precisamente lo mismo sucedía al revés. Cuando Chelsey cumplió los catorce años hizo un estudio exhaustivo junto con sus amigas del club de ciencias, para determinar qué factores ambientales influían en los hombres guapos y calcular las probabilidades de acabar con alguna de ellas. El estudio fue aplastante, los más guapos del pueblo cuidaban cerdos en las granjas de sus padres, un hecho que les provocaba unas grandes dosis de risas, y los valores de sus futuras conquistas salió con estadísticas por debajo del 15%, algo que tampoco se cumplió, en un pueblo como aquel, hasta la feas tenían oportunidades, era eso o una cabra.

Pero Chelsey ya no tenía aquella edad, había estudiado fuera y desde luego, había aumentado su amplitud de miras. Antes de estar con alguien por el qué dirán, prefería estar sola y la prueba evidente de aquello era su soltería, algo no tan común en aquella comunidad, siendo atractiva y agradable. Aunque tampoco era de piedra, y a pesar de que varios hombres del lugar merecían la pena, le faltaba esa chispa para comenzar a dar pasos a formalizar algún tipo de relación.

- ¿Un café?.... - aquello sí le pilló por sorpresa y notó como sus mejillas se tornaban carmesí -... Oh..., sí... claro...  claro cuando quieras... - Chelsey no quiso tomárselo a mal, aunque en el pueblo cuando alguien quería una relación seria invitaba a café o a dar un paseo por el campo. Cuando alguien deseaba echar unas risas o acabar en la cama, invitaba a una cerveza, la joven no sabía si Peter tenía claro aquello o no. No obstante, le atraía la idea de conocerle más  -...Yo por las mañanas suelo estar ocupada, pero siempre puedo sacar tiempo por la tarde... Así que de ti depende... Incluso si lo prefieres, podrías pasarte por mi casa, hago un bizcocho de chocolate delicioso, sé que está mal que sea yo quien lo diga, pero es realmente espectacular... El sabor queda impregnado en el paladar.... - y en las caderas sus carbohidratos -...¿O te gustan más los pastelitos de limón?....

Peter debía saber ya por las costumbres del pueblo que cocinar para una persona o abrirle las puertas de su casa era una manera amable de comenzar una relación de amistad. Y Chelsey Dawson había mantenido su mirada con un brillo particular en los ojos...¿ilusión?....

Isobel no entendió la marcha del agente con su respectiva explicación teniendo en cuenta que según ella había respondido a todo lo que le pidió. Igualmente poco le importó, achacándolo que sería la actitud propia de alguien de pueblo.

Además, toda su atención recaía ahora mismo en el temario y la profesora particular que había encontrado. No la miraba, no la necesitaba, ya que estaba pendiente de la explicación vaga que decía en el libro complementándolo con lo que decía, empezando a entenderlo.

Entonces esto debería ser… así.- Apuntó un par de cosas en la libreta llenando sus tareas, no del todo convencida, incluso borró lo que acababa de escribir para corregir la respuesta.- Vale, vale, ya lo entiendo.- Concentrada en terminar aquello que tanto la estaba frenando, empezó a rellenar uno a uno todos los huecos con la respuesta faltante, sintiendo que de golpe la biología era la asignatura más fácil de su curso.- Tía eres la leche, gracias. Te debo una bien grande.- Cuando mencionó sobre los hombres uniformados ni siquiera se giró para mirar a Dwight, posiblemente imaginándose hacia dónde iba dirigida la intención y, para ella, era algo que no le importaba demasiado. Se encogió de hombros como respuesta mientras seguía pendiente de su tarea.

Sin embargo podía escuchar de fondo la conversación entre la futura parejita, tampoco hacía falta prestar atención para hacerlo ya que estaban prácticamente a su lado. A diferencia de otras personas que podrían ver aquello como una escena romántica de cualquier película rosa, observando cómo el amor entre Dwight y Chelsey florecía en la hamburguesería de su abuela, Isobel sentía bastante rechazo demostrándolo en absoluta indiferencia. Su corta experiencia en la vida, no sólo lo que había sentido sino lo que había visto, le demostraron que esos momentos de timidez y mejillas sonrojadas sólo duraban un par de minutos antes de llegar a los gritos y reproches.

Ese recuerdo de la realidad volvió en forma de llamada al móvil. Escondido bajo el estuche, el teléfono comenzó a vibrar y a llenar el lugar con el politono de una canción famosa de Justin Bieber. Como la última vez sólo necesitó leer la pantalla para colgar la llamada de inmediato, poner el móvil en silencio y volver a esconderlo bajo el estuche, no queriendo escucharlo más.

Abu voy a dar una vuelta, que ya terminé esto.- Cerró el libro casi de un golpe seco, se bajó del taburete para agacharse sobre la mochila que estaba a sus pies, guardando todo dentro. Primero la libreta, luego el libro, terminó por el estuche... cuando llegó al móvil, en vez de llevarlo consigo, se tiró prácticamente sobre la barra, dejando los pies colgando a escasos centímetros del suelo, para poner meter la mano por el otro lado y dejarlo escondido bajo la barra. Estaba claro que no quería llevárselo consigo.- Si mis padres te llaman diles que no estoy, ¿vale? – Sonrió a su abuela, antes de aprovechar la cercanía para darle un beso en la mejilla.

Se colgó la mochila al hombro, cogió una última galleta más del bol de cristal y, si se lo permitían, saldría a dar una vuelta por los alrededores o estar simplemente fuera de la hamburguesería.

Peter sonrió a Chelsey encantado. Que una chica te invitase a su casa solo podía significar que quería estrechar lazos. Y eso era algo que le parecía magnífico. La ciudad tenía otro ritmo, más rápido, más insoportable, más insustancial. Aquí todo se pretendía construir poco a poco, desde una base de conocimiento mutuo y confianza. ¿No era ideal?

—Muchas gracias, Chelsey, estaré encantado de pasar por tu casa a probar lo que quieras preparar para mí.. aunque no abuses que tengo que mantenerme en forma tanto como pueda —y rio de una manera entre tonta y avergonzada—. Ahora debo volver con mis compañeros. Gracias de nuevo.

«Noticia de última hora», pensó para sí, «la chica más maravillosa de la localidad hace caso al tonto del pueblo. No todos los días los he tenido con un inicio tan bueno». Y, contento con la corta e intensa charla, se volvió hacia la mesa de la autoridad local sin acordarse siquiera de cómo se llamaba la jovencita estudiante con su libro.

-No, no hace falta, querida -dijo la señora Steele ante el ofrecimiento de ayuda de su nieta.

Lily se le acercó para decirle algo que no pudieron escuchar, pero todos adivinaron que se trataba de las tortitas.

-¡Oh, qué buena idea!¡Me encanta cocinar!

Isobel le indicó que si sus padres llamaban se hiciera negar.

-No te preocupes, amor, yo me encargo.

La joven muchacha se concentraba en el libro, escribía y reordenaba ideas mientras Chelsey seguía con sus explicaciones, hasta que finalmente Isobel vio la luz en el oscuro túnel de la Biología, una asignatura que con gusto era preciosa y todo tenía sentido, y sin él, era como tirarse sin paracaídas a un foso lleno de alimañas.

- De nada, oye si tienes más problemas, este es mi teléfono... - le da su tarjeta, parte de ser muy apreciada en el pueblo era precisamente por eso, invertía parte de su tiempo en ayudar siempre que podía, una tónica general de comportamiento que facilitaba la vida de los miembros de la comunidad.

Chelsey sonrió a Peter, parecía que ambos se entendían, más tarde quizás tendría al policía de invitado, dudaba si agasajarle con el bizcocho con granitos de chocolate o con el de arándanos... O quizás con los dos... No sabía Dwight lo que había hecho, si entraba en casa de Dawson, saldría rodando.

- ¿Abusar yo?.... No hombre, solo haré algo de refrigerio.... - y ahora que lo pensaba, también estaban los pastelitos de limón, y los hojaldres rellenos de merengue. Pobre Peter, muerte por sobredosis de azúcar.

La veterinaria observa cómo el hombre regresa a su sitio con el sheriff. No dejó de observarle en todo el proceso mientras a la par sonreía. El hombre más atractivo del pueblo iba a ir a merendar a su casa. Sus amigas no iban a creerlo cuando se lo contase, de hecho ya varias habían insinuado que a su edad, 27 años, ya debería estar pensando en vestir de blanco, y aunque para ella era aún pronto, entendía que el ritmo del pueblo era distinto al de la ciudad.

Chelsey volvió a su asiento y vio cómo Isobel le daba un beso a su abuela, tras esto escuchó a viva voz que iba a tener suerte con las tortitas. Era una mañana inmejorable.

Al haber llamado la atencion de la camarera, me llama la atencion la conversasion entre el poli hablando con las dos jovenes. No dejo de mirar a la mas grande, que por cierto, es del tipo que llamaria la atencion en cualquier pueblo.

-Podria decirme si hay algun trabajo disponible aqui o si alguno de los lugareños esta necesitando algun empleado por la temporada?-si llegase a decirme que no, tendria que asecarme a hablar con el sheriff o con su asistente... luego de que termine su "charla" con las muchachas- Mi estadia por aqui es corta, pero son dinero, seria eterna.

Reviso mi mobil para saber si hay algun mensaje que me de una esperanza de vida para conseguir dinero.

-Pues...  -respondió la camarera a la pregunta de Rick- No lo sé pero... ¿Qué hay de tí, Joey? -interrogó al mecánico- ¿No difiste que tu jefe no daba a basto? A lo mejor le vendrían bien un par de manos extra...

-No puedo prometer nada, pero pásate por el taller más tarde y habla con el jefe -le dijo a Rick

Chelsey no pudo evitar escuchar la conversación, y la verdad era que a veces necesitaba un par de manos fuertes para mover a los animales una vez estuvieran sedados, y aquel tipo buscaba empleo. Tenía claro que la mayor parte de los jóvenes de la zona no aceptarían trabajar para ella, porque sus padres solían tener ganado y deseaban huir de la dura labor de trabajar en el campo, casi todos preferían regentar locales de copas, negocios que a la larga no podían mantenerse, tampoco en aquel lugar se engullía tanto alcohol como para que fuera rentable ese tipo de negocios.

- Disculpa... - le dijo a Rick Sánchez -... Si en el taller no te dan trabajo yo podría contratarte por horas... Soy veterinaria y a veces cuando sedo a los animales debo moverlos sola, no me vendrían mal un par de manos fuertes... No soy una fuente de ingresos constante, pero suelen avisarme a menudo... Podría pagarte 10 dólares la hora... 15 si es domingo o de madrugada.... - comenta la mujer desde su asiento, cualquiera podría escucharla -....¿Dónde te alojas? ¿Tienes familia en el pueblo?

Pendiente de la conversación que se estaba produciendo debido a su de-formación profesional, Peter Dwight le hace una serie de gestos breves y rápidos a Chelsey indicándola que cuando termine quiere hablar con ella.

—Ese chico me da mala espina —les dice a sus compañeros de mesa—. Quizá no sea nada preocupante, pero prefiero preguntar un poco. Al menos a mí no me suena, ¿al alguno de vosotros sí? —preguntó, sabiendo que tanto el Sheriff como su ayudante contestarían negativamente.

Una vez salió fuera quedaba el problema de siempre… ¿dónde ir? No conocía a nadie de allí aparte de su abuela que trabajaba en la hamburguesería, desconocía el camino de vuelta hacia su casa y mucho menos tenía ide de qué había por esa zona. Tuvo la inercia de coger el móvil y mirar el google maps, pero lo había dejado detrás de la barra con tal no escucharlo más.

Suspiró, apoyando la espalda en la pared de la fachada de la hamburguesería y dejándose caer en el suelo. No tenía ganas de entrar, no todavía, así que se conformaría con descansar un poco fuera y otear a su alrededor por si veía algo interesante.

Grace ya tenía un par de pares de hojas escritas con ideas y dibujitos varios que hacía desde los tiempos de hablar por teléfono de tubo. De vez en cuando levantaba la vista de las paginas de su cuaderno o del libro para mirar cómo aquellos niños y niñas que hasta hace pocos años correteaban por las calles de la ciudad, ahora iban y venían flirteando como jóvenes con las hormonas en ebullición. Conocía a todos los padres de ellos, y los había visto crecer, y en lugar de sentirse vieja (porque según su criterio, no lo era) se sintió muy agradecida de haber podido sortear las trabas de la vida para poder ser feliz con otros, que también son felices.

Como el lugar no era muy grande y no había mucha gente, pudo escuchar que el joven rojizo necesitaba trabajo y pensó que podría venirle bien una mano en el Hotel.

_ Ey, muchacho _ le gritó a Rick _ Escuché que necesitas trabajo. Si mover animales sedados no es lo tuyo, quizás mover drogadictos de sus habitaciones o del estacionamiento quizás sí lo sea. A veces tengo que hacer un trabajo un poco riezgoso y ya estoy grande para enfrentar a ciertos personajes... Avisame si te interesa, te vendrán bien unos cuantos dolares...

Sorprendido de la cantidad de gente que podia escuchar una conversasion en un cafeteria, se sorprendio a ver que llamo la atencion del interes romantico de la mayoria de los jovenes del pueblo.

-tranqulas señortitas, podre trabajar para ambas si podemos ponermos de acuerdo. Despues de todo, animeles o personas drogadas o ebrias pensan demasiado para unas damiselas como ustedes. De momento no estoy alojado en ningun lugar, puesto que llegue hoy a la ciudad y no estoy familiarizado con nadie del lugar.

Miro al oficial con una sonrisa un tanto sarcastica y pregunto -Es hora del interrogatorio oficial? De ser asi, puede preguntar lo que quiera. Solo no se vaya a perder en mi ojos...-dijo eso levantando una ceja-.

Peter Dwight arqueó una ceja mirando al chico que le había hablado. Lo cierto es que no pensaba interrogarlo a no ser que le sugiriesen hacerlo, pero nunca le habían gustado los que iban de listillos. Y más si eran recién llegados a un lugar que él había jurado mantener dentro de la ley y el orden.

—Buenos días, señor —dijo Dwight con cara de pocos amigos—. ¿Sería tan amable de mostrarme su identificación, por favor? En este pueblo nos gusta saber quién viene a visitarnos.

Se levantó y, lentamente, se fue aproximando a la mesa del joven. No pensaba realmente que fuera a suponer una amenaza, pero siempre era mejor prevenir que curar. Y, por supuesto, no iba a permitir que Chelsey Dawson se pudiera relacionar con un desconocido que estuviese buscado por la ley.

- Woah, los hay con suerte. - comentó Claire en voz alta, habiéndose terminado ya el batido, mientras observaba esta vez de forma poco disimulada la situación con Rick Sanchez, el recién llegado. - A mi me costó un montó encontrar este empleo de repartidora. Ojalá hubiera sabido que lo único que hacía falta para encontrar dos o tres buenos empleos era entrar en una hamburguesería a primera hora y preguntar...

Claire rió, pero no era una risa amarga. Le había costado encontrar su empleo actual, pero estaba bastante contenta con éste.