Partida Rol por web

El doctor e Iju se separaron del resto tras indicarles, y al instante teníais a más de una docena de empleados repartidos por el lugar dispuestos a ayudaros en lo que fuera que necesitarais.

- no es tan difícil usar el virtual pixel, ya aprenderás tranquila...

Dice Iju mientras da algún que otro saltito buscando algo.

- no creas que hablo de ese SOAN a cualquiera pequeña, además sus enemigos son también enemigos del mundo, no solo suyos - dicho esto fue tras Iju, que iba dando saltitos buscando algo.

Si bien alcanzaron a Aysha y Cameron por el lugar, estos se perdieron entre las filas...

Un hombre se sorprendió por lo que veía - ¿eso es un ordenador retro? Y ¿dices que quieres uno nuevo? Tal vez yo te pueda ayudar un poco con eso.

- Puedes acabar tus compras primero claro, me interesaría saber si puedo recuperar alguna pieza de esa hermosura... - dice indicando tu portatil.

Cameron aguardaba una respuesta afirmativa de parte de Aysha y afortunadamente esta llegó, entonces observó a través de la ventanilla y se preparó para descender recordando que tenía el culo al aire. Todavía le dolía la cintura horrores dependiendo de cómo moviera el cuerpo, en consecuencia cuando adelantó el torso en pos de bajar el pie, arrugó el cejo. De todas formas debía apechugar y esperaba recuperarse pronto.

Ni bien estuvo afuera del vehículo, miró hacia dentro y pensativo entrecerró la mirada mientras la chica también abandonaba el coche.
—¿No tienes nada para taparte, Aysha? Llevas sólo la bata —avisó murmurando.

A continuación le permitió hablar con Vincent e Iju y analizó el entorno ostentando cara de desgano. Haberse enterado de manera tan despreocupada acerca de la muerte de sus progenitores le afectaba bastante.

En cuanto alcanzaron las tiendas buscó ropa deportiva más que nada. Además deseaba vaqueros, zapatos, camisas y abrigos, pero terminaría llevando lo justo y necesario.
—Por cierto, ¿qué harás a partir de ahora? —preguntó cauteloso.

Aysha no se había enojado con Amanda cuando se rió de su comentario. Es más, quería hablar con ella luego porque le interesaba averiguar qué sabía la chica porque, a diferencia de Lizbeth, su personalidad no rebosaba de egolatría y su único punto negativo fue el hurgar en un cuerpo. La castaña de mareó al recordarlo, y con lo que le preguntó Ivanna y la advertencia de Vincent... Simplemente ya no podía más. Agradeció en silencio que Shizu e Ivanna no estuvieran ahí y luego iría a buscarlos, y luego de estar dándole la espalda a Cameron todo este tiempo, éste notó que mientras ella buscaba un vestido para probarse su cuerpo temblaba.

-No sé... No sé qué haré-le temblaba la voz y cuando se giró a verlo, el chico podría notar que Aysha lloraba, su nariz roja y ojos acuosos indicaban que llevaba así un buen rato-Yo anhelaba despertar y ver a mis padres, ya más viejos; pero vivos... Y... Y... Resulta que pasaron más de 200 años, tenemos poderes, nos han atacado dos veces y valemos más muertos. ¿Cómo es que los demás parecen tomarlo bien? ¿Acaso no tienen sentimientos?-se cubrió su rostro con las manos, dejando de lado que aun portaba la bata. Llevaba conteniéndose mucho tiempo y si no se había desmoronando fue porque Shizu se apoyó en ella. Ahora que tenía tiempo para sí, ya no quiso soportarlo más.-¿A Vincent y a Iju les cuesta comprender esto o qué? Sí, hay que resignarnos... Pero.. ¡Por Dios! No ha pasado ni un día, ni uno... -continuó sus sollozos queriendo gritar, arrojar cosas... pero sabía que no ganaría nada si lo hacía. Ya no podía perder nada -¿Cómo... Cómo habrán tomado la noticia de que ya no me iban a volver a ver? Y tus padres, Cameron... ¿Cómo reaccionarían?

Aysha seguía llorando sin atreverse de ver a Camerún. Le daba algo de vergüenza mostrarse en ese estado y más con esa bata, por lo que retomó la búsqueda de algún vestido a la vez que intentaba controlar su llanto. Sí, tenían ese SOAN y podían hacer muchas cosas, pero no podría volver a ver a sus padres ni a sus amigos. Toda la vida que conoció se había esfumado.

-Espero que no me odies por querer verte con algunos modelitos. - Reí muy por lo bajo mientras iba a una de las tiendas - Mientras tanto ¿Te gustaría que habláramos un poco? Me gusta conocer a la gente que me rodea. - Tenía muy claro lo que quería hacerle probar y nadie me lo iba a impedir. Lo malo de este mundo nuevo, y de la gente que había en el, era que me iba a costar dominar a todos, y ya Aysha cuesta de por sí, Amanda ni me lo planteaba, pero tenía alguna idea de que hacer con Ivanna, Shizu y Jess. En especial Jess, que era la que veía más vulnerable, por ello mi atención se centraba más en ella.

-Por cierto, si quieres puedes llamarme solo Liz, si te parece demasiado largo, pero no me llames Elisabeth. No se lo dije antes a esa que se hace llamar nuestra dueña, pero odio mi nombre como tal, por eso lo modifiqué un poco, aunque no llegué a hacerlo legal. - Empezar con mi nombre imaginé que podría ser un buen hilo de conversación para que ella se soltara un poco más - ¿Y tu? ¿Tu nombre solo es Jess? Y escuché antes eso de "amo", siento ser entrometida, pero estaba preguntándome si realmente eras una sirvienta y no solo lo hacías por educación, lo de servirnos - Fue entonces cuando me giré hacia ella y le guiñé un ojo con una sonrisa si bien picara, también parecía transmitir amabilidad y tranquilidad.

Entonces cuando nos terminamos de acercar a una de las tiendas fui rápidamente a señalar un vestido de sirvienta - Me gustaría que te probaras esto, por favor. Solo quiero ver como te queda, lo prometo. - Puse mis manos como pidiendo realmente un favor. Sí, quería verla vestida de sirvienta siempre, pero... No sería una buena forma de que ganara confianza en mi. - Y para que no te sientas mal, yo también me lo probaré ¿Vale? - Era una buena manera de ver como nunca iba a ser, pero siempre me pareció un tanto sexy llevar un traje de sirvienta.

Negué con la cabeza con un poco de corte por lo que dijo -N-no... no te preocupes. Estoy bien- le respondí. Luego pregunto si quería hablar de mientras -Vale Lizbeth... sin problemas- le asenti a la chica. Entonces dijo que sólo la llamase Liz, que su nombre no le gustaba -¡Oh! Pe-perdón, no lo sabía... disculpame Liz- me disculpe con ella por si la había molestado al llamarla Lisbeth. Me preguntó por mi nombre -Bu-bueno... mi nombre completo es Jessie Yanis Pennyworth... pero es más fácil llamarme Jess. Podeis llamarme como prefirais- le respondí a la chica educadamente.

Luego pregunto por todas las veces que había llamado "señor" y "amo" al chico que había muerto, a quien yo conocía de antes. También decía si eso de servirles lo había dicho literalmente o sólo por educación -Si... fui parte del servicio doméstico de la familia Varians. Mi función es... era ser la mano derecha de su hijo Ben, servirle en todo lo que me pidiera; y para ello me criaron- le explique intentando no volver a pensar en Ben -Lo de serviros lo dije como cortesía... aunque supongo que es lo mismo- terminé diciendo. Ya está... ya vuelvo a tener señores... muchos y muchas señores y madames... además de servir más aún a Eji ya que literalmente parecía ser de su propiedad. Nunca estaré sólo, debería dejar de pensar que puede que si.

Miré algo de ropa por la zona en la que estábamos... por el panorama y las prendas que veia ya me imaginaba que me iba a hacer probarme. Y cuando vi el vestido de doncella, no pude más que soltar un leve suspiro de resignacion. Ella decía que sólo quería vermelo puesto, y con ese tono y la promesa de que tambien se lo pondria puede que fuera verdad... pero seguía sin ser una prenda que me apasione -Ains... de acuerdo Liz. Me lo probaré para ti...- dije mientras lo cogía. Me dirigí a un vestidor y me cambie esa bata de paciente que tenía por el conjunto de sirvienta... Y se lo enseñe a Liz. Se notaba que me incomodaba -Ya está Liz... ¿Como me queda?- pregunté... era evidente que no me gustaba; pero tampoco me atrevía a decírselo después de haberme pedido que me lo pusiera. Tambien vi que ella se lo había probado, parecía que no mintió -A ti te queda bien...- dije de forma correcta y educada. Me gustaría que me diera su opinión y me dejase elegir cosas... aunque sea un triste traje gris al menos.

-Me gusta tu nombre, Jessie. - Dije alegremente mientras íbamos a los probadores - Es bonito, y directo. No sé porque acortarlo más. Además, Jessie pega más con tu cara. - La miré a los ojos cuando le dije aquello, como queriendo transmitir algo de alago con la expresión, al igual que lo hacía con mis palabras. Mi objetivo real era que se sonrojara, pero no sabría si lo conseguiría. Aunque entonces empezamos a hablar de aquel tema serio y antes de llegar la tienda la detuve, poniéndome a su altura y acariciándole la mejilla - Lo siento de veras. Debías quererle mucho ¿No? - Intenté ser empática. No era mi fuerte, pero lo hacía en las ocasiones que tuviera que hacerlo y en aquel momento Jessie parecía necesitar más a alguien que la entendiera. Con ello ya tenía una pista

Ya una vez nos habíamos cambiado había salido para verla a ella. Realmente estaba bien con aquel uniforme - Te queda muy bien a ti también. - Sonreí sinceramente - Aunque igual te quedaría mejor otro tipo de vestido... Pero gracias por hacerlo, eres una buena compañera de compras. ¿Nos probamos algunos más antes de decidir? - Y fue entonces cuando empezamos la maratón al más puro estilo Pretty Woman, llevando a Jessie un poco obligada. Escogí muchos vestidos, entre aquellos algunos uniformes, y también algunos bañadores también. También dejé que ella escogiera algún vestido que otro.

Cuando ya llevábamos algunos la paré y de nuevo me puse a su altura dándole un beso como "recompensa" en la frente - Gracias por aguantarme un rato Jessie. Realmente tenía ganas de soltar un poco los músculos, pero creo que ya voy a dejar de hacerte sufrir. Pero antes escúchame - Le agarré bien, delicadamente, por las mejillas, haciendo que me mirara a los ojos - Iju, no es tu señora, ni tu ama, ni nada. No le pertenecemos, ninguno de nosotros. Está bien que seas servicial, y está bien que quieras ayudar a alguien haciendo trabajos por dicha persona, pero tu Jessie, eres tu. No dejes que esa tía te domine. Y si no eres capaz de hacerlo por ti misma y necesitas ayuda, yo te protegeré. 

Luego la solté y miré para otro lado tratando de desviar mi mirada - Es la primera vez que voy a hacer esto... pero igual creo que con ella funcionará - ¿Te puedo contar un secreto, sin que me temas y sin que se lo digas a nadies? - Pero realmente no esperé a que respondiera, sino que la comprometí - Antes de la criogenización, vivía en la más absoluta comodidad, tenía todo lo que quería en todo momento, se podría decir que era una malcriada que dominaba a algunos... Y realmente me gusta dominar a la gente pero, al contrario de lo que hacían todos los niñitos ricos malcriados, yo protegía a la gente que se quedaba conmigo. Puede que a veces me portara mal, pero nadie hace daño a lo que me importa. - Esperé a ver su reacción y suspiré

-Pero el pasado es el pasado, y evolucioné un poco. - dije levantandome - Me sigue gustando dominar, pero respeto a la gente que me trata con el mismo respeto. Por eso, por mi no te preocupes, aunque me agradarás mucho si sigues tratándome tan servicialmente. Aunque ya me gustas bastante - y le dí un toquecito en la nariz. - Por eso me gustaría que fueramos amigas, ni sirvienta, ni señora. ¿Te gustaría ser mi amiga? - Le pregunté sin más

Tras su respuesta para bien o para mal miré a toda la tienda buscando el vestido que quería - Ahora toca elegir ya la ropa que nos quedaremos. Yo ya lo sé pero ¿tu tienes pensado algo? ¿Te gusta algo de lo que ves que quieras llevar puesto Jessie? - Le sonreí sinceramente y amable mientras esperaba que dijera su decisión.

Sentir el abrazo de Cameron le exaltó, pero al mismo tiempo le recordó la calidez de ese gesto. ¿200 años sin sentir eso? Parecía que el cuerpo lo resentía, pues estaba habituada a compartir tal acción con sus padres y ahora amistades de antaño. Aysha sentía su dificultad al respirar por su congestión nasal, además de su respiración alterada por querer controlar su llanto. Se había "mantenido" fuerte por el bien de sí misma... y ahorita se sentía frágil y rota; pero sabía que pronto debía recoger sus pedazos y volver a unirlos. 

Si se rompe un jarrón y lo reparas, siempre quedarán las fracturas aunque se hayan pegado bien.

Sí, se permitía llorar, lamentarse, buscar culpables... pero luego tendría que mirar de frente la situación y adaptarse. Así, la castaña se permitió quedarse así un par de minutos más para después comenzar a limpiarse el rostro y suspirar hondo, escuchándose la complicación de hacerlo por todo el sentimiento acumulado.

-Gracias, Cameron... Y tu también... necesitas relajarte-el pelirrojo había sido de los primeros en alterarse y aunque él no estaba tan emocional como ella, sabía que él intentaba mantenerse sereno-... Y... creo que respondiendo a tu primera pregunta... supongo que habrá que ver cómo es el mundo ahora-su tono de voz aún era triste, entrecortado; pero hacía un enorme esfuerzo para controlarse.

-Ver cómo son las leyes actualmente... el ritmo social... aprender cómo manejar este SOAN... -se giró para verlo de frente y relajar sus hombros. Aún brotaban lágrimas, pero se las limpiaba con su brazo o dedos, según la rapidez con la que lo quería hacer-.. tendremos que seguir las órdenes de ellos por un tiempo, y cuidarnos en extremo porque, si es cierto lo que dijo ese Vincent, tendremos enemigos por un largo tiempo.

¿Habría vestidos de su época? Con su mirada intentaba buscar prendas que le gustasen o fuesen de su agrado... hasta que encontró uno y lo tomó a la brevedad a la vez que buscaba algún probador*, además de ir agarrando prendas que combinaran entre sí.

-Vamos a cambiarnos... nos vamos a enfriar si seguimos con esta bata-sonrió triste, enjuagándose por última vez y mirando a un lado sin atreverse a sostener la mirada, pues aún le daba pena haberse puesto así en público. Su nariz aún era roja y sus ojos del mismo tono, pero quería estar bien y se notaba-. Perdona que me hayas visto así... creo que solo quería desahogarme y ya... ¿Y tu qué harás, Cameron? 

Me sonrojé un poco cuando Lisbeth me dijo que le gustaba más Jessie que Jess... Todo el mundo me solía llamar así; por lo que se me haría raro si empezase a llamarme así... al menos no me llamaba Yanis. Cuando me preguntó si le quería mucho con su mano acariciando mi mejilla... no quise responder, solo miré abajo en silencio. En realidad... le odiaba, y una parte de mi se alegraba de que estuviera muerto... pero el servicio no debe pensar eso de sus empleadores; por eso preferí guardarme la respuesta.

Con su comentario sobre el vestido de doncella, me sonroje... si, seguramente me quedase bien; y eso era lo que más odiaba. Yo ya pensaba que esto había acabado cuando Lisbeth me dijo de buscarme más ropa; o mejor dicho más vestidos -Ains... como tu quieras Lisbeth- le dije con resignación. Lo siguiente que ocurrió era lo que me esperaba: un montón de vestidos que me estaba dando la chica, otros varios uniformes de doncella... y hasta bañadores. No me gustaban los vestidos... pero me los probé todos por Lisbeth, por no hacerle el feo (aunque los bañadores no, no podía, simplemente me daba demasiada vergüenza probarme esos bikinis y bañadores delante de ella). Aunque... siempre que ella no veía... aprovechaba y cogía otra clase de ropa: un par de trajes, ropa de calle, otros bañadores más normales... me los tenía que probar dentro del probador sin salir de este para ver si me quedaban bien a escondidas de Liz... me sorprendió mucho ver que me gustaba un conjunto amarillo... me gustaba... nunca me había dado cuenta de que ese color me gustaba... aunque siempre tenía un aspecto muy infantil; pero creo que eso no lo iba a poder solucionar.

Por fin terminamos de probarnos ropa. Liz me lo agradeció con un beso en la frente que me volvió a sonrojar -No... no hay de que Lisbeth. No ha sido nada...- le respondí, aunque luego me dijo que escuchase lo que me iba a decir -Si, te escucho- le dije mientras trataba de que no me doliese mucho el agarre de mofletes. Fueron unas palabras sobre que no considerase a Eji mi jefa y que si no podía imponerme dejase que ella lo hiciera por mi. Y después de eso parecía que me iba a decir algo más importante y secreto todavía... la verdad es que su secreto me lo esperaba y no me pillaba muy de nuevas. Después de años conviviendo con un niño rico malcriado malvado, pues ya empiezas a reconocer a esa clase de personas por como se comportan y su forma de hablar... y por el hecho que lleva arrastrándome a todos lados. Simplemente fingí algo de sorpresa... sería feo y de mala educación aparentar nada después de que me hubiera dicho algo importante -Tu lo que intentas es que trabaje para ti ¿no?- pensé.

Y sus siguientes palabras y su proposición de que fueramos "amigas" me lo confirmó... si, definitivamente quería un perro faldero que hiciera lo que le pidiera... ains... -S-si... me gustaría...- le respondí timídamente. Si... definitivamente mi futuro es el servicio; supongo que si me criaron para eso no puedo aspirar a mucho más. Quizás si tuviera más voluntad o auto-confianza me lo pensaría mejor... pero de momento, si no puedo servir a nadie... ¿de que sirvo si solo se hacer eso? Por lo menos ella parece que me tratará mejor que Ben. Además sigo recordando el gesto que hizo de cubrirme con el cuerpo cuando sonaron disparos... espero tener razón en que eso no se finge.

Después de esto, la chica terminó preguntándome que ropa quería llevarme... si, tenía una lista hecha. Un par de trajes grises, un uniforme de mayordomo... ains, un vestido de doncella (el primero que me dio Lisbeth... por no hacerle el feo... ains), un conjunto de invierno, un par de bañadores y... -Si... me gustaría salir con esto puesto...- dije con mucho corte sacando la sudadera amarillo chillón con los pantalones cortos y una camiseta. Es muy infantil... pero creo que poder vestir colores por una vez en mi vida me hace cierta ilusión, en lugar de tantos uniformes y ropas grises.

Seguí a Ivanna sin soltarle la mano y no tardamos en perder a Aysha y Cameron, había tanta gente que incluso a pesar de que ellos tan sólo iban un poco por delante nuestra fue más que suficiente, también influyó que yo estaba más pensado en cómo podía influir mi cara con la ropa que debía llevar que hacía donde íbamos. Pero no me importo en lugar de eso me fije en un tienda de ropa de invierno cerca nuestra y a la vez que la señalaba tire un poco de mi compañera para ir hacia ella. Hice las compras que quise* y me cambié en el probador de la tienda para al fin quitarme esa vergonzosa bata de hospital. Luego cuando volví a reunirme con Ivanna fuera del probador y con la ropa pagada volví a intentar hacer lo mismo que cuando cree aquella esfera pero con una libreta y un boli para escribir en ellos: "Ahora te toca a ti aunque no me importa si buscas más ropa para mi siempre suelo vestir así."

Quedó sola al fin, no le dijeron si podía o no comprar en ese lugar electrónica pero esa duda pronto se disipó cuando se acercó un hombre demasiado interesado en sus "pertenencias", La chica levantó una ceja y se giró hacia él, estudiándolo, era casi como un friki promedio, como si en 200 años no habían evolucionado demasiado. 

 — claro que quiero uno nuevo, quiero lo mejor que puedas ofrecerme, y que me enseñes a entrar a los sistemas... digo, — reformó sus palabras — quiero que me enseñes como se usan las redes hoy en día — levantó sus cejas, eran peticiones extrañas  de seguro para alguien que no supiera que era una chica de hace 200 años — no me interesa comprar nada en particular, mi ropa está bien, sólo quiero un portátil... tecnología, eso es lo que necesito, ah, también tengo esto — le mostró sus cascos y el IPod que traía — ¿me ayudarías? — pone carita de niña buena, para ver si lo convencía. 

El tipo te mira sonriendo - jejejeje, sabía que eras de las mías, esa forma de querer "aprender" ¿seguro que no sabes ya? Jeje, pero si estás dispuesta a vender esas magníficas piezas, supongo que has tenido problemas... La zorra peliverde se ha apartado bastante, nos vamos?

El tipo hizo una placa de 1m. De diámetro y se subió a ella, ofreciéndote su mano - solo espero que no sea alguna trampa de esa tipa... Creo que no se le ocurriría nunca ofrecer piezas de computadora...

Su silencio hablaba por ella sola. Era increible como algunas veces, las personas decían más sin decir nada, que tratando de ocultarlo entre mil millones de palabras sin sentido. Por lo menos, algo que me alegraba de ver en ella además de su sumisión, era ver que era sincera, y no parecía querer mentir sobre algo que no quería hacerlo, a pesar de que no hablara tampoco de ello.

Cada vez conocía más cosas de ella, y poco a poco tenía una idea más clara de lo que debía conseguir. En especial con las situaciones en las que empecé a poner a Jessie con todo el tema de probarse un monton de ropa. Era divertido ver como sufría, y ya necesitaba hacerselo a alguien. Lo más seguro era que me odiara por todo, pero me sorprendí el nivel de sumisión que tenía - Sin duda muchos años de educación en el servicio... Pero incluso llega a rayar el limite de la esclavitud... No obstante... - Pensé para mi mientras ibamos cambiandonos.

Ya luego cuando terminamos con la ropa, y tras que le soltara todo el discurso a Jessie, ella me respondió, aunque la forma en la que lo hizo me dejó con algunas dudas - ¿De verdad? - Y tras unos segundos de confusión la abracé apretujandola un poco - Bieeeen. Ya verás que seremos muy buenas amigas. - Sonreí alegremente, aunque realmente quería tratar de extrapolar un poco esta relación, la base de la amistad era la primera que quería. Ahora solo restaba la ropa que ibamos a "comprar" ante lo cual sonreí y esperé a ver cual era la ropa que quería Jessie.

Cuando la ví con aquel pantalón y la sudadera, no me sorprendí, pero la miré de arriba a abajo y finalmente sonreí con un amago muy leve de risita - Pues la verdad, te queda muy bien. Parece ser que el amarillo no solo define tu pelo, sino que también te define a ti, y aunque no sea un vestido o similar, parece ser tu estilo. Si de verdad te gusta todo eso, compralo. Llevaté todo lo que te guste y quieras. - Me acerqué un poco más a ella y me agaché hasta su oreja para susurrarle - Aprovecha que la que paga no eres tu. - Y me separé para sonreirle. - Y ahora voy yo. Quiero que me digas que te parece, a mi me ha encantado, pero siempre es bueno tener una segunda opinión - Me metí en el probador y entonces me cambié hasta finalmente ponerme lo que quería y al salir di una pequeña vuelta sobre mi misma, dejando hondear la falda con aquel giro y acabando mirandola con un guiño

-¿Me queda bien? ¿Estoy guapa? Se sincera por favor. Siempre me ha gustado este estilo de vestimenta y nunca he podido probarme un vestido así. - Dije mientras alisaba mi falda y esperaba con una sonrisa la opinión de mi compañera de compras.