Partida Rol por web

Tras aproximadamente una hora de marcha forzada, llegamos al punto más elevado de la colina, y cuando observamos a nuestro alrededor seguimos sin ver señales de ninguna emboscada Chasind. Tras mirar unos momentos a uno y otro lado, tiempo que aprovecho para recuperar el aliento, comunico a mis compañeros mis inquietudes:

- Si esos Chasind que vimos ocultarse en la espesura han dado un rodeo y tratan de interceptarnos en esa ciénaga, podemos ser presa fácil para sus trampas o emboscadas, sobre todo por lo peligroso del terreno y por ser ellos nativos de este lugar. A pesar de que el tiempo apremia, quizá deberíamos hacer alto aquí, y descansar hasta que empiece a clarear al alba. Al menos, este lugar es defendible...

Tras secarme el sudor de la frente, espero a escuchar las opiniones del resto.

El camino se hace largo y tedioso en ascenso, a cada recodo creo adivinar una figura recortada entre sombras, pero despues termina siendo solo un arbol o mi cansada mente jugandome una mala pasada. Finalmente en la cima asiento  a las palabras de Itan.
- Creo que debemos acampar aqui la cienaga de por si ya sera suficiente enemigo como para encima sumarle la posibilidad de que nos embosquen los guerreros del poblado Chasind. El cuervo parece decirnos que nos apresuremos pero a menos que tengamos una forma de no perdernos entre la oscuridad, el camino dificultoso y la niebla que parece poblar el resto de camino, aconsejo que no demos un paso más y montemos guardias.

- Es posible Itán - afirmo - aunque piensa que han tenido ocasión de hacerlo y no lo han hecho ¿Por qué esperar superándonos en número?.

Estoy cansada y necesito tomar aliento. El súbito silencio me causa inquietud pero estaba atada de manos. Se sentó en una roca. No le pareció mala idea descansar en la ciénaga, montarían guardia pero en un posición ventajosa. 

- Busquemos un lugar que dificulte una posible emboscada - fija su mirada en el guerrero - tienes razón, no debemos ir a ciegas, hay que esperar - su mirada se pasea en las sombras lentamente hasta detenerse en los ojos del elfo - relájate, Itir, nadie esos chasind no nos atacarán.

Trataba de aparentar tranquilidad, pero sus miradas furtivas trasmitían inseguridad, pero era una reacción instintiva y no ayudaba a nadie a calmar los ánimos.

- Tenemos que calmarnos y no precipitarnos, tranquilidad - mis palabras más bien  estaban destinadas a autoconvencerse que a tranquilizar.

LLegamos a la ciénaga y ya me falta el aire pues soy el que más ha corrido.

TAl vez antes de adentrarnos necesitamos parar un poco a recuperarnos.

Me siento en cuclillas para recuperarme confiando en que mis compañeros den la alerta si ven algo.

Os limitáis a vigilar desde lo alto de la loma mientras el sol se va poniendo lentamente oculto entre las cada vez más oscuras nubes que se ciernen sobre el horizonte. El cuervo grazna desde lejos como reclamando vuestra atención. 

Desde lo alto de la loma no os resulta difícil ver a los cazadores chasind moverse de una cobertura a otra; pero manteniendo las distancias.

Mientras el sol se pone y observas la lejanía, sientes latir mas fuerte tu corazón y tu mirada se va volviendo progresivamente amarillenta... sientes la Rabia crecer en tu interior... Ya han pasado dos días...

Mientras el sol se pone y observas la lejanía, sientes latir mas fuerte tu corazón y tu mirada se va volviendo progresivamente amarillenta... sientes la Rabia crecer en tu interior... Ya han pasado dos días...

- Hay que decidir que hacer - comento tras dibujar en el suelo garabatos con un palo a modo de pincel - los chasind nos acosan, ignoro si es que se aseguran que nos vayamos o simplemente están esperando a que el sol se ponga. ¿Qué hacemos, pasamos la noche y nos  protegemos aprovechando la posición ventajosa o nos adentramos en la oscuridad arriesgándonos a que nos den caza? Sea lo que sea, tenemos que tomar esta decisión de forma consensuada.

Maldita sea... Ya vuelve... ¿Dónde las tengo?

Me alejo del grupo hacia un borde del montículo, como queriendo otear desde mejor posición el paraje circundante, mientras busco rápidamente en mi bolsa una de las dos botellitas que me quedan del brebaje de Stoyanka. Tras mirar a uno y otro lado, por si alguien me ha seguido, la descorcho y bebo rápidamente su contenido, arrojando el recipiente a lo lejos una vez lo he apurado.

Cuando consigo tranquilizarme, vuelvo al lado de Lilith y el resto.

- Por mí continuaría. No queda mucho tiempo. Pero creo que yendo a oscuras por esa ciénaga, es posible que perdamos aún más tiempo. Descansemos, al menos unas horas.

Al terminar de hablar, no obstante, miro hacia el cuervo, pensando que quizá trata de decirnos algo con sus graznidos. Intento determinar si el lugar desde el que nos llama la tenaz ave es más defendible que este...

Noooo... Si es sólo un pajarraco...

No aún no, tenemos que seguir un poco más. Aún nos podrían atacar si nos durmniéramos.

Sólo un poco más hasta perderlos un poco de vista o al menos que un ataque se pueda ver bien desde la lejanía.

En la oscuridad nos pillarían totalmente desprevenidos.

- Pararemos aqui, Itan y yo haremos la primer guardia el resto descansen lo que puedan. Luego seguiran Kazurh y Artros. En cuanto las primeras luces comiencen a insinuarse marcharemos por la cienaga siguiendo al pajarraco. De ninguna manera debemos continuar un paso más ahora, solo lograriamos perdernos o caer en una emboscada.
Concluyo decidido, no dejaria que arriesgaran sus vidas tanto como la mision que nos traia hasta aqui.

- Y que te hace pensar que no nos seguirán si seguimos un poco más - mis ojos se clavan en los del pícaro que disentía - de todas maneras la mayoría está de acuerdo con quedarnos y yo también por lo que tendrás que aceptar la decisión.

Va a ser una noche muy larga y tensa. El cielo cubierto y oscuro no presagia nada bueno. Desde lo alto de la loma, podéis ver a los chasind merodear pero no decidirse a atacar. La luz va cayendo. Creáis una especie de empalizada ridícula en torno al campamento. No hacéis fuego porque os haría un blanco muy sencillo para los arqueros chasind.

Así que con Itán y Morrowin como primera guardia os disponéis a descansar...

.

..

...

Un grito sorprende a Itán y Morrowir y despierta al resto.

¡¡Chasind!!! 

Pero no, el grito provenía del campamento. El elfo y el guerrero miran en torno con las armas desenvainadas. Artros se agita de forma convulsa y su piel va tomando un fuerte tinte amarillento. Su boca espumarajea y su mano se aferra al mango de la espada...

ME incorporo con el corazón latiéndome con fuerza.

- ¿Que ocurre, nos atacan?

Mis ojos se pasean por el campamento esperando encontrar a los chasind sobre nosotros. Entonces puedo ver a mi compañero debatiéndose entre convulsiones.

- ¿Artros que te pasa?

Puedo ver las caras de desconcierto y preocupación en los rostros de sus compañeros.

Comienzo a soñar inquieto, siento calor, agobio, no puedo respirar, imágenes violentas sin conexión me vienen a la mente y de repente el blanco, la nada...

Espada en mano casi di un brinco al ponerme en pie y buscar de donde provenia el grito, corriendo acompañado por Itán, llegamos donde Artros junto con la hechicera que habia sido alertada por lo mismo.
Su aspecto no me gustaba nada, empuñe la espada dispuesto a atravesarle el corazon si intentaba alguna cosa en contra nuestra.
La rabia lo esta dominando, debemos llegar rapido a nuestro destino o acabar con él antes de que se vuelva en nuestra contra
Digo con practicidad aunque muy poco tacto, a decir verdad despues de sus ultimas actuaciones no me molestaba en lo más minimo darle una muerte rapida antes de que terminase matandonos o haciendo que nos maten.

- ¡Maldita sea! - grita el enano al ver el estado de Artros - ¿Ha tomado la poción de la bruja? - pregunta inquieto y mirando sobre todo a Itán que parece desconcertado.

- ¡Sujetadle! - ordena mientras rebusca entre las ropas de Artros en busca de las botellitas que les entregó la anciana-bruja.

- ¡Es necesario que se tome el brebaje! - dice mientras destapa el bote - ¡Abridle la boca!

Vierte el contenido en el gaznate de Artros que tose y se atraganta.

- ¡Por los dioses, sujetadle más fuerte!