Partida Rol por web

Ajeno a todo lo que acotencia al rededor y enfocado en el combate con Ser Vilem. Escucho su grito de furia y comprendo que es presa de la desesperación de una muerte deshonrosa. Me preparo para dar un mandoble con toda la potencia para intentar dejarle herido al borde de la muerte, suplicando por un perdón que ni el hacedor le otorgaria.

Ser Vilem se revuelve como un animal herido; pero antes de que pueda alzar su arma, la espada de Morrowir le alcanza de nuevo en el torso con un fuerte golpe que impacta en la coraza metálica y afecta al organismo del guerrero, un reguerillo de sangre surge de los labios de Ser Vilem. Pero eso no evita que con una desesperada acometida alcance a Morrowir bajo el peto y hunda con saña la punta de su espada en el vientre del guerrero. Morrowir grita de rabia y ese momento lo aprovecha Ser Vilem para lanzar un fuerte puntapie contra el guerrero y lanzarlo al suelo. Morrowir cae estrepitosamente a escasos dos metros de Ser Vilem. La sangre mana abundantemente por debajo de su coraza.

Kazurh se lanza a la rellerta con un grito pero es Ser Gelda quién primero se interpone entre ambos guerreros. Amenaza a Ser Vilem con la maza. El guardaespaldas se mantiene con el arma desenvainada junto a Ser Gelda. 

- ¡¡Ser Vilem, deponga el arma... se ha deshonrado en esta lucha y tengo que arrestarle!!

Kazurh llega junto a Morrowir para ayudarle.

Ser Vilem respira agitadamente doliéndose del golpe. El odio y el ansia de muerte brillan en sus ojos. Los soldados se mantienen dudosos en si intervenir o no pues Ser Gelda depende directamente del Arl mientras que ser Vilem depende del Bann.

La gente se abre haciendo un amplio círculo. 

Te mueves despacio hacia unos crujidos de madera y pronto te hayas en una habitación que parece el despacho del alcalde y que da a un balcón. En le balcón y rodeado de escarcha, hay un arquero poniendo la flecha en la cuerda y muy concentrado en lo que hay abajo.

Mientras retrocedo, no pierdo la vista del arquero. Lo veo maniobrar y colocar una flecha. No podía permitir ello entonces apelo la energía hurgando en el Velo. Este maldito traidor perecería bajo mi lanza arcana.

Aquel bastardo era un hueso duro de roer, aquella estocada hubiera acabado con más de un guerrero, ambos lo sabiamos y me habia costado descuidar demasiado mi guardia por lo que su golpe fue completo y tan potente que me tiro al suelo mordiendome los labios de dolor.
Mientras intento levantarme sin saber que estaba pasando alrededor, simplemente con la intencion de lanzar un ultimo ataque veo a Ser Gelda, Kazurh y otros soldados nos rodeaban y habia interrumpido la contienda. Aun con la espada empuñada avanzo cauteloso a la espera del desenlace de la situacion.
- Ser Vilem, una muerte en combate es demasiado honrosa para ti, mereces pudrirte en las profundidades

Con el ceño fruncido observo al arquero y corro buscando una posición en la que mi lanza arcana esté a tiro.
- ¡Maldición!¡Espero acercarme a tiempo!.

No había logrado ver otros tiradores, pero me sorprendo al ver que el primer tirador aún no estaba abatido, y como necesitaba que Lilith estuviese atenta para rescatar a los pueblerinos, la apoyo con el arco, total entre antes terminásemos con el mejor.

Aprovechando la concentración que presta el arquero a lo que tiene bajo él, me aproximo lo más silenciosamente que puedo a su espalda, daga en mano, y busco el punto de incapacitación más accesible entre su armadura, sin preocuparme si es letal o no.

Kazurh ayuda a Morrowir a levantarse y entre los dos se enfrentan a Ser Vilem. Ser Gelda y su guardaespaldas también se interponen en medio. Ser Vilem aprieta los dientes agarrándose la herida. Grita de rabia y girándose echa a correr cojeando hacia el castillo. 

Ser Gelda, señala el soldado al guardaespaldas y éste, echa a correr detrás de él. Ambos se pierden tras unas casas.

Mientras, en el ayuntamiento, todo es demasiado rápido. El arquero se apresta a disparar cuando Itán surge de la oscuridad a su espalda y le clava la daga en los riñones. El arquero, emite un gemido callado y deja caer el arco para volverse hacia su atacante que retrocede con la daga preparada. Justo en ese momento, Artros deja ir su flecha que se clava profundamente en la espalda del arquero. Y apenas un momento después, un destello mágico cruza la plaza para envolver al hombre en un brillo azulado. El arquero gravemente herido cae al suelo semincosciente. 

Ser Gelda se vuelve a Morrowir. 

- ¿Estás bien?

La fortuna me sonríe y consigo acercarme en silencio al arquero emboscado, al que apuñalo sin más miramientos. Sin embargo, no consigo ser lo suficientemente preciso como para lograr un golpe letal, y me preparo para luchar... Tan sólo para observar un instante después cómo Artros y Lilith acaban el trabajo.

Tras un leve suspiro y una media sonrisa satisfecha, limpio mi daga y registro al moribundo, con la sana intención de despojarle de aquellos bienes por cuyo valor estimase una lástima que le acompañasen a la tumba.

Aún hemos de salir de una pieza de todo este lío...

Con ayuda del enano me ppngo de pie y cuando se acrrca Ser Gelda trato de mantenerme solo con dignidad.
-Es solo un rasguño, aunque no crro que Ser Vilem pueda ir muy lejos en el estado que le he dejado. El combate ha quedado inconcluso cual es el veredicto del Arl?

Itan, aparte de objetos personales, consigues varias piezas de bronce y cobre, y una de plata. Además, te haces con una bonita petaca forrada de cuero y medio llena de licor, un saquillo con dados de cuerno y una pequeña bolsita con lo que parece "polvo de hadas". Aparte de las armas, claro.

Ser Gelda alza una mano pidiendo calma mientras su único ojo otea el lugar por donde se perdió Ser Vilem y su mano juega con la maza. Al poco, el guardaespaldas aparece con Ser Vilem casi arrastras ya que el soldado apenas puede mantenerse en pie. La mujer espera tranquilamente a que ambos lleguen cerca de ella. 

- Ser Vilem... por el poder que me ha conferido el Arl, está bajo arresto y será llevado a Fuerte Sagrario, bastión del Arl donde será juzgado por su comportamiento hoy...

Se vuelve a Morrowir. 

- Vos quedáis libre al igual que vuestros compañeros a falta de que los enfermos mejoren.

Señala al otro prisionero.

- El será llevado también al bastión como cómplice. Atadlos y vigiladlos...

El guardaespaldas, con ayuda de un soldado un poco temeroso de Ser Vilem, procede a la labor mientras Ser Gelda se encamina al ayuntamiento a comprobar el estado de los infectados.

Os quedáis en la plaza frente a frente con Ser Vilem, atado con las manos en la espalda y sentado en el suelo junto al soldado que os emboscó. Ambos están vigilados por el guardaespaldas. Hay otros tres soldados que no saben muy bien cómo actuar. La gente forma círculo en torno a vosotros y los prisioneros.

- ¿Estáis bien, chicos?

Afortunadamente no todo había salido como me temía. Sir Vilem. ese vil mal nacido había sido arrestado y Morrorir estaba vivo. Formaban un buen equipo, si Atros no se hubiera dado cuenta del arquero en la ventana, las cosas hubieran sido diferentes. Gracias al Hacedor que el grupo reaccionó a tiempo para solventar la situación.