El disparo de Lilith consigue aturdir por un momento al atacante, el tiempo suficiente para que Kazurh se lance sobre él y le desarme. Al poco, llega Morrowir sudando y resoplando. El tipo viste armadura de cuerdo duro de soldado, lleva una espada corta al cinto y un carcaj a la espalda. Caído en el suelo está un arco largo. Hay dos flechas clavadas en el suelo para su pronto carga. Está claro que no es un chasind sino un soldado fereldano.
El tipo se mantiene tendido bajo el hacha de Kazurh pero no hace amago de responder a Morrowir.
Rápidamente avanzo con actitud decidida, mi primera intención es abatirlo con mi magia, pero trato de refrenar mis instintos asesinos desatados a raíz del miedo y la determinación.
- Dame una razón para que no te fulmine con mi lanza arcana, soldado - Lilith estaba furiosa - Contesta, estás tendido con un hacha sobre ti y tienes la osadía de permanecer impasivo, ¿Acaso no valoreas tu vida?
Descargo un puñetazo al suelo junto al rostro del soldado al tiempo que le digo:
- Si valoras tu vida, comienza a hablar. NO tenemos tiempo para perder y quiero respuestas. Quien te ha ordenado que nos ataques?
Motivo: intimidacion
Tirada: 3d6
Resultado: 4, 1, 2
intimidar: 4,1,2 +2 (fuerza) +2 (foco intimidar)=11
Pronto estáis todos en torno al soldado. Kazurh, mantiene el hacha sobre el cuello del soldado. Lilith prentende persuadirle de que hable pero el soldado se limita a ignorarla con gesto de desagrado. Sin embargo el golpetazo en el suelo de Morrowir le hace reaccionar así como la mirada asesina del enano.
- Ser Vilem... fue Ser Vilem... nos dijo que quería el musgo a toda costa... - traga saliva - nada de supervivientes. Nos mandó para hacernos con el musgo...
Tras acercarme a duras penas hasta el lugar del interrogatorio, consigo escuchar las últimas palabras.
Ser Vilem... Si quisiera el musgo, habría enviado a sus hombres con nosotros... Lo que quiere es evitar que haya una cura... ¿Está detrás del origen la plaga, o trabaja para quien la provocó? Le sería más fácil asesinar a Stoyanka... ¿Por qué no lo habrá hecho?
Tras pensar rápidamente, hablo a mis compañeros esperando que me sigan el juego, pues me encuentro demasiado débil para llevar a cabo mis intenciones.
- Registradle... No le creo... Vamos a dejarle en bolas al muy cabr**... atado a un árbol... Igual consigue escapar mordiendo la cuerda... o igual no... Pero debería habérselo pensado antes de intentar acabar con nosotros...
Esperando que la amenaza le haga soltar más detalles, voy sacando mi cuchillo por si se le ocurre intentar algo raro.
Tal vez sea mejor llevarlo con nosotros, puede que lo necesitemos, nunca se sabe...
Me incorporo lentamente, el brazo me duele mucho. Ya no estamos todos en tan buenas condiciones como a la salida, y un hombre por su vida pelea también como cualquier otro, en el caso que nos atacaran los chanid.
-Creo que Itan tiene razon, podriamos dejarle atado y desnudo. Los chasind no tardaran en llegar por aqui y con la rabia amarilla nublandoles la razon hasta quizas decidan devorarlo.
Digo reforzando las amenazas de mi compañero con una postura feroz e intentando un acercamiento para despojarle de sus pertenencias.
-No nos servira de nada más puesto que estoy seguro que no sabe nada de porque Ser villem le envio a dispararnos.
Motivo: intimidar
Tirada: 3d6
Resultado: 2, 1, 1
- Sí, buena idea - respondo siguiéndole el juego al guerrero - Sí, mejor dejarlo atado indefenso a merced de esos rabiosos es el mejor merecido que podamos darle.
Fijo mirada en el mal nacido que casi nos acribilla a flechas esperando ver miedo en sus ojos, probablemente acabaría cediendo, necesitabamos llegar al fondo del asunto.
El soldado, dada su situación se amedrenta y está dispuesto a hablar.
- No lo sé... de verás... no lo sé... sólo lo sospecho - os mira uno a uno mientras habla con miedo - Creo que quiere hacer méritos a vista del Bann y.... - traga saliva - por la hija del Alcalde... quiere ser su salvador ... De verdad, no sé más... lo juro... lo juro... si él no consigue la cura está dispuesto a que nadie lo haga aunque tenga que sacrificar a medio pueblo...
- Vaya... Pues ahora le creo. Pero sigo pensando que no nos servirá de nada, nos estorbará y si puede tratará de ganarse la recompensa ante nuestro caballerete. Yo le ataría igualmente y volvería cuanto antes a Sothmere intentando evitar cualquier grupo armado...
Tras hablar lanzo una aviesa mirada al mercenario que ha estado a punto de acabar conmigo.
-LLevemoslo con nosotros, yo respondere por él. Aunque dudo que Ser Villem tenga contemplaciones con sus soldados.
Digo por toda respuesta mientras saco una soga y me apresto a desarmarlo y luego atarlo, para reanudar la marcha en cuanto hayamos atendido nuestras heridas más graves.
Usen los unguentos que queden!
- Más te vale que no nos traicione -respondo con gesto amenazador - Y respecto a Ser Vilem, se merece que le demos su merecido y librar ese pueblo de tamaño desgraciado.
Estoy furiosa, capaz de sacrificar un pueblo entero por gloria y poder. Los nudillos de mis dedos están blancos debido a la presión que ejerce sobre mi báculo por la furia. La prioridad era llevar el musgo pero por el Hacedor que ese Vilem no quedará impone aunque mi vida se vaya por ello.
Os decidís a usar el engrudo que os dio la anciana. Es como una pasta con un olor bastante desagradable, que restaña las heridas y calma los dolores.
Queda decidir lo que hacéis con el prisionero.
Recuperáis todos los PP y PV.
Además. como me siento magnánimo os dejo subir a nivel 3.
Tomandolo bajo mi responsabilidad lo ato con las cuerdas que nos quedan y le despojo las armas, para luego emprender el camino hacia Sothmere. Esperaba no toparnos con más enviados de Ser villem, y que este despreciable soldado mantuviera su lengua suelta cuando tocase decir al sheriff y al resto del pueblo lo que su Ser habia intentado hacer a los portadores del musgo.
Volvamos de una vez al maldito pueblucho a acabar esto de una vez.
Y tu mujer, ni se te ocurra montar un numerito con Sir Vilem. No estoy dispuesto a montar otra cruzada por humo.
- Estoy e acuerdo - respondo categóricamente - llevemos el musgo ya, la salud de la gente depende de la cura.
Y fijo una mirada fulminante a Artros.
- En todo caso el asunto de Sir Valem será cosa mía - respondo manteniendo una mirada desafiante - Nadie te pide que intervengas, pero evidentemente el asunto de la cura es prioridad
La milagrosa pasta de Stoyanka consigue que deje de pensar por un momento en mis magulladuras... incluso la herida de flecha ha dejado de sangrar. Verdaderamente, la anciana es una auténtica curandera, y empiezo a creer que podrá curarnos de la plaga. Antes de ponernos en marcha, observo cómo Lilith y Artros discuten, e inmediatamente intento mediar entre ellos: no podemos permitirnos perder más tiempo ahora que estamos tan cerca de nuestro objetivo.
- Mucho me temo que nuestra cura pase por desenmascarar a este "caballero" -matizo con retintín-, amigo Artros. Quizá nos veamos obligados a luchar, si lo que dice el prisionero es cierto, antes de poder dar el musgo a la anciana. Así que bien puede ser que el deseo de Lilith se cumpla incluso antes que el nuestro, y con el necesario y gustoso concurso de nuestra ayuda, por nuestro propio bien...
Tras una mirada conciliadora y resuelta para el explorador y la maga, preparo arco y carcaj y me dispongo a partir junto al resto del grupo.
- Sugiero que nos pongamos en marcha cuanto antes, nos queda muy poco tiempo y se nos han acabado las medicinas de la anciana. Morrowir, espero que tu mascota no nos ralentice, o le abatiré yo mismo.
Oé, oé, ya semos niver tré :DD
Os ponéis de nuevo en marcha. Por desgracia, ya no tenéis más sogas y tenéis que limitaros a atar al prisionero las manos con su propio cinturón. Las flechas del acosador son bienvenidas para reponer vuestras casi agotadas flechas.
El cielo parece daros una cierta calma en el viaje de regreso como presagiando la tempestad.
Finalmente, coronáis la última loma. Sothmere yace más abajo a una milla o así. Podéis ver claramente los pabellones de la fiestas medio caídos y aún ondean los pendones y banderolas en los postes. Pero en la plaza en lugar de diversión hay una decena de postes clavados al suelo y rodeados de madera. Una multitud está congregada frente al ayuntamiento.
Contemplo el destino final. Es el fin del camino pero ni mucho menos nuestra misión no concluye aquí. Mucho me temo que todavía quedan cabos que atar y luchas que superar. Exhausta y abatida obligo a mis pies a dar mis últimos pasos, no todo había acabado y gente enferma necesitan la cura. Aprieto más el paso, pido a mis pies un último esfuerzo.
- Vamos allá - mis palabras pretenden ser un ímpetu de esperanza y ánimo pero surgen sin mucha convicción - Vayamos allá.
Perdón el ritmo. Con mis niñas y mi esposa de vacaciones es difícil sacar algo de tiempo para Comunidad Umbría.
- Espera Lilith -le pido a la vez que levanto un brazo en señal de parar cuando veo que comienza a andar. Tú. ¿Cómo te llamas? -le pregunto al soldado. Quiero que me tome en serio y voy a llamarle por su nombre para poner más énfasis en la importancia de que me preste atención. Tras esperar a que me responda, continúo:
- Bien, -X-, ¿qué son esos postes de ahí abajo? ¿Qué hace toda la gente frente al ayuntamiento? Y ¿dónde están apostados los hombres de ser Vilem? ¿En la empalizada?
Pretendo sacarle toda la información útil de la situación actual en Sothmere al soldado, antes de adentrarnos entre sus casas.