Partida Rol por web

Ya estaba listo desde antes que todo se dispusiera, sin embargo tras la tension de aquellos diez minutos en que Itan se debatia con aquel veneno por un momento crei que todo acabaria de la peor. Ahora era mi momento, aquello podia ser justicia y de lo contrario simplemente me serviria para borrarle esa estupida sonrisa al maldito de Ser Vilem, no le dejaria mi vida gratuitamente, sin importar que fuera la sucia artimaña que tuviera en planes le dejaria un bello recuerdo de mi parte antes de que lograra hacerme reunir con mi amada Elenor.

Me acerco al centro de la plaza, con la espada en la diestra y el escudo calzado en la izquierda, mi semblante es lugubre pero no por temor a la muerte sino por el contrario por el respeto que la misma me merecia, uno de los dos moriria y en el peor de los casos ambos.

-Ser Vilem, aun estas a tiempo de arrepentirte por tu falta de honor y coraje. He enfrentado a las hordas de los engendros tenebrosos y vi como un enorme troll se llevaba puesto a toda una columna de hombres. Creeme no me temblara el pulso para enterrarte mi espada entre el gorjal. 

Morrowir y Ser Vilem se miden con la mirada a una decena de pasos de distancia. El soldado viste armadura pesada, escudo mediano, yelmo abierto,  espada larga en la mano y daga al cinto. 

Mueve la espada a uno y otro lado con un silbido del metal contra el aire y se pone en guardia. 

Todos los demás, se abren en círculo con Ser Gelda en lo alto de la escalera del ayuntamiento flaqueada por sus guardaespaldas. Itán se recupera apoyado en las escaleras del ayuntamiento. 

Ser Vilem empieza a girar despacio alrededor de Morrowir estudiándole y con la sonrisa socarrona en el rostro. De repente, da un paso hacia delante y alza la espada sobre su hombro...

Kazurh, se recome por dentro por no poder intervenir. Agarra el hacha con fuerza y se le ve colorado por el esfuerzo.

Parece que con el inicio del combate, quien quiera que esté ahí arriba empieza a moverse. La ventana se abre apenas unos centímetros más. La punta de una flecha aparece despacio. No parece que vaya a disparar ahora al combate pero es posible que lo haga si Morrowir se separa un poco o si Ser Vilem lleva las de perder.

Comienzo a invocar un hechizo para traer el viento helado, me centro en el individuo de la ventana y trato de vislumbrar su rostro para descargar toda mi ira.

Con el escudo en alto y la espada lista comienzo a medir a mi oponente, le dejaria tirar su primer golpe despues de todo tenia que evaluar sus fortalezas y debilidades antes de escoger como luchar esta batalla. Ademas no se me salia de la cabeza que intentaria algo definitivamente sucio.
Espero su estocada para bloquearla con mi escudo y rechazar su proximidad dando una zancada hacia el costado y empujandole al mismo tiempo.

Tras engullir el remedio, no noto nada inmediatamente, pero al momento empiezo a sentir el calor... Aumentando desde la misma raíz de mis huesos, poco a poco, cada vez más, hasta que empieza a parecer fuego líquido que intenta traspasarme la piel por todos mis poros, y sólo puedo encogerme y gritar...

Cuando consigo tomar de nuevo conciencia de mí mismo, me encuentro frío y débil, ya sin esa energía salvaje en mi interior, y suspiro audible e interiormente...

Desde donde me encuentro, sentado en las escaleras del ayuntamiento, observo la situación. El duelo ha comenzado. Mi pérdida de consciencia me impide estar al tanto de las medidas que hayan tomado Artros y Lilith para prevenir el más que seguro sabotaje del duelo limpio que tendría que celebrarse, así que, ante la atenta mirada de ser Gelda, sólo puedo intentar aportar mi granito de arena esperando que sea suficiente. La enviada del Arl bloquea la entrada al ayuntamiento, así que, como haciendo que me desperezo y estiro los músculos, intento rodearlo para, fuera de la vista de soldados y autoridades, intentar trepar por un lateral o acceder por una entrada de servicio, para intentar llegar cuanto antes al lugar desde el que temo que intentarán atentar contra la vida de Morrowir.

Tratar de advertirle ahora sólo conseguiría distraerle...

Morrowir alza el escudo y espera el embate de Ser Vilem. El caballero, gira despacio en torno de Morrowir hasta que de golpe, alza la espada sobre su cabeza y la deja caer con fuerza contra Morrowir. Por suerte, éste interpone el escudo en la trayectoria del golpe y logra desviarlo. La espada de Ser Vilem resbala en el escudo con un fuerte sonido metálico.

Mientras, Lilith desde atrás, alza su vara y deja ir el hechizos. En la ventana del segundo piso del ayuntamiento, se produce una pequeña nubecilla de escarcha y se oye un grito de sorpresa. Una flecha vuela errática hacia el cielo para ir a caer en un tejado cercano.

Las miradas se vuelven hacia el lugar del grito. Un soldado de ser Vilem aparece rodeado de escarcha en la segunda ventana del ayuntamiento con un arco descargado en las manos. 

- ¿Qué significa ésto? - grita Ser Gelda echando mano a su arma.

Pero ese momento lo utiliza Ser Vilem para con rabia cargar contra Morrowir.

- Muerteeeee - grita

- ¡Ser Vilem, alto! - grita la mujer, pero ya es tarde y el caballero carga hacia Morrowir.

Mientras, aprovechando la confusión Itán se pierde tras el ayuntamiento.

Rodeas el ayuntamiento y encuentras una puerta trasera no cerrada con llave. El interior está tranquilo y sólo oyes voces y gritos de los infectados provenientes de las salas delanteras.

Te internas y encuentras unas escaleras que suben.

La situacion pasa rapido aunque no llego a observarla del todo por estar enfrascado en el combate si me figuro un tanto de lo que ha ocurrido, cuando finalmente Ser Vilem carga contra mi con toda su furia, veo que se le ha desvanecido su sonrisa de triunfo y entiendo de cual era su plan. Matarme a traicion con una flecha en la nuca.
-No mereces la muerte digna del duelo, sino que deberian desterrarte a las profundidades a que te devoren los terrores que la habitan, asi moriras entre tus propias inmunidicias y sollozando como la niña cobarde que eres!

Correspondo a su adelantando mi estocada buscando el hueco de la axila sabiendo que podia ser un golpe letal aunque no mortifero.

Perfecto, Lilith había conseguido detener al asesino, solo debíamos poner en evidencia a Ser Vilen y... *¿pero qué...? ¡Por andraste!* termino de decir sorprendido, Ser Vilen (segado por ira, al parecer) estaba arremetiendo contra Morrowir, y aunque ahora estaban en igualdad de condiciones, nada aseguraba que no hubiese otro tirador bajo su mando en las cercanías.

-¡Ser Gelda!- le grito para tener su atención -¡Los hombres de Vilen no son de confiar, uno les ha mentido y otro intentó asesinas a mi compañero, no sabemos que otras artimañas este empleando Ser Vilen para alterar el duelo ¿creé usted que el duelo sigue en igualdad de condiciones? hay que hacer algo, ahora!- termino de decir esto con el arco en alto, era evidente que mis palabras no eran solo para Ser Gelda, y que de no hacer nada lo haría yo

(5, 4, 1) -1 según mi ficha= 9 >_<

- Disculpad Ser Gelda - me arrodillo clavando mi vara en el suelo - Esa flecha que ha aterrizado fuera de su objetivo iba directa hacia mi compañero Morrowir, de no ser por mi intervención hubiera...Ya veis mi señora que Sir Vilem es artero y no es de fiar y no es capaz de defender su honra limpiamente.

Ser Vilem carga contra Morrowir como un toro. Su armadura de placas brilla a la luz del atardecer. Morrowir con los pies firmes en el suelo le espera con al espada levantada y el escudo presto. El soldado carga con tajo lanzado con la fuerza suficiente para seccionar la cabeza de Morrowir, pero éste último descarga su espada contra Ser Vilem antes de ser atacado. El acero impacta con fuerza entre el gorjal y el peto haciendo saltar sangra y consiguiendo que falle el ataque de Ser Vilem. El soldado retrocede unos pasos aturdido por el improvisado golpe. La sangre corre por su armadura.

- ¡ALTO SER VILEM! - grita Ser Gelda - ¡Es una orden! 

Se gira un momento a uno de los guardaespaldas.

- ¡Atrapad a ese! - señala el balcón antes de volverse de nuevo al combate. Uno de los guardaespaldas corre hacia el ayuntamiento.

- ¡Te mataré! - ruge ser Vilem lanzándose de nuevo sobre Morrowir.

- ¡ALTO SER VILEM! - grita de nuevo Ser Gelda corriendo hacia el combate seguida por el otro guardaespaldas.

Mientras en el balcón la nube de escarcha sigue rodeando al arquero que mueve su mano hacia el carcaj.

- ¡BASTARDO! - grita Kazurh mientras enarbolando el hacha, echa a correr hacia el combate.

La situación se había salido de control, en nada los soldados al mando de Ser Vilen entrarían al área de duelo, así como lo hizo Kazurh, y esto se volvería una batalla campal. Pero lo que le preocupaba no era que tuviesen que enfrentarse a una, ya habían tenido varias, sino los ciudadanos que morirían en el fuego fruzado.

Me acerco a Lilith para llevar a cabo un plan -lilith, esto se va a volver una batalla en poco tiempo, si lo guardias que custodian a la gente infectada se unen al enfrentamiento, trata de sacarlos junto al alcalde y llévalos a un lugar seguro para que la anciana les de la cura, o todo habrá sido en vano-.

Dicho esto, me acerco a la zona del duelo, tomo una flecha y la dejo sobre el arco, listo para tensar ante algún otro tirador que encuentre.

- Así haré, suerte.
Me acerco a la muchedumbre, atenta. Girando en círculos mi bastón. La situación se había desbordado y estaba a punto de desarrollarse una batalla. Los guardias tendrían que ayudar a Ser Galem y allí estaba yo para alejar a la gente del campo de batalla.
- Señor alcalde, gente detrás de mi.

A toda prisa, subo las escaleras deteniéndome tan sólo un momento para sacar la daga de mi bota, atento por si escuchase cualquier sonido que pudiera alertarme de la presencia de guardias.

Parece que Lilith ha conseguido distraer al arquero, menos mal...