Partida Rol por web

Una vez Threkor nos da la señal, la cosa esta clara entrar y a saco con lo que se encuentre en el edificio. Lo primero que veo cuando separo la cortina que hacía de puerta es a uno de esos seres de cristal. Está claro lo que hay que hacer, golpearlo hasta que caiga.

- Hora de despedirse.

Ha llegado el momento del combate, otra vez contra esos peligrosos enanos de cristal.

La acción coordinada resulta un éxito. En cuanto Threkor descubre la tela Alhandra se abalanza sobre el no-muerto asestándole un potente golpe con su maza en toda la frente. La cabeza del enano se inclina violentamente hacia atrás quedando en un escalofriante y grotesco ángulo. Tras este golpe aparece Threkor. Su espada corta corta el cuello del enano añadiendo más horror a la escena.

Khala y Raith entran tras ellos y, aprovechando que han conseguido coger por sorpresa al no-muerto, aprovechan para rodearlo.

Mi maza encantada destroza la capa de vidrio que protegía al zombi enano de nuestros golpes y Threkor aprovecha la ocasión para degollar al repugnante no-muerto. Sin embargo, éste se obstina en permanecer en pie y yo no dudo en acometerle de nuevo con la esperanza de que mi siguiente golpe sea el definitivo.

Ella no estaba hecha para la lucha. Aunque sí que llegó a entrar para no pisar más el suelo resbaloso, permaneció en la retaguardia, junto a Édirél. El pasaje era estrecho y no quería estorbar a sus compañeros. Procuró, eso sí, estar atenta a cualquier amenaza, tanto para ella como para sus compañeros.

En el primer momento mis compañeros y yo mismo cargamos contra la tambaleante criatura intentando abatirla con la mayor celeridad posible, pero aparte de un par de golpes bien colocados por parte de mis compañeros que hacen tambalearse a la criatura parece que esta se mantiene en pie. Ataco con mas rabia que arte, intentando quitar de medio al muerto ambulante.

- Cae maldita sea.

Alhandra aprovecha la inercia del primer golpe para preparar el siguiente. Su Maza golpea al no-muerto justo al otro lado de la cabeza. Su deformada cabeza rebota ahora violentamente hacia el otro lado. Los dos golpes de la Cannith y el corte del pícaro son demasiado para el enano zombie del vidrio. Cae al suelo con total indiferencia quedando tan quieto y muerto como nunca hubiese tenido que dejar de estarlo.

Dentro del edición veis una sala más grande y espaciosa. Escucháis unos pasos, un ruido metálico y de nuevo otros pasos. Aparece frente a vosotros un hombre joven y de aspecto marcial. Lleva una librea sobre una cota de mayas. En la librea muestra una garra de color verde. En su mano derecha lleva un manual. Al veros empieza a gritar...

-¡Alarma! ¡Alarma!

Su rostro refleja la sorpresa de veros en ese lugar. Aquellos que aún no habéis entrado escucháis los gritos de " alarma".El sonido llega muy amortiguado por los gruesos muros del edificio. Estáis convencidos que es casi imposible que su llamada llegue hasta el campamento que visteis más al sur.

Sin embargo, por detrás de él aparece alguien más. Una mujer morena con cota de mallas, escudo pesado, espada larga y el mismo símbolo de una garra verde sobre la librea...

Mi maza encantada termina de despachar al zombi enano pero nuestro triunfo dura muy poco antes de que alguien se ponga a dar la voz de alarma. No tardo en descubrir a la pareja de guerreros que nos aguardan más adelante y me temo que estos dos parecen estar muy vivos.

Engancho la maza a su sujeción en mi cadera y empuño mi ballesta, ya preparada, antes de apuntarla hacia los desconocidos.

―¡Shhhhh, silencio! ―chisto al gritón, al tiempo que señalo al cadáver del enano― Si soltáis vuestras armas y os mostráis cooperantes, ninguno de los dos tiene por qué acabar como ese despojo de ahí. Decidme, ¿quiénes sois y qué habéis venido a hacer a Cantera Carmesí?

El enano cae como un saco de patatas, parece que la rubia sabe defenderse después de todo, lo malo es que no hemos sido lo bastante rápidos y ya han dado la alarma.

- Eso chicos, no jodais a una Cannith cuando viene a su propia casa.

Habían sido mis compañeros los que terminaron el trabajo con el enano, pero apenas habíamos concluido con este problema cuando uno nuevo acudió a nosotros. Dos humanos se presentaron ante nosotros armados, pidiendo refuerzos y listos para combatir. Preferían que nuestras diplomáticas evitaran el conflicto antes que tener que batirme el cobre con estos mercenarios.

- Shanna, Alhandra, espero que podáis arreglar esto con las palabras.

Khala miró a los recién llegados como una fiera a sus presas.  Estaba más que lista para seguir batallando, casi a punto de lanzarse. Raith se mostraba más tranquilo, pero su mano seguía sujetando con firmeza su arma, y sus piernas estaban tensadas, posicionadas para moverse en cuanto fuerza preciso. Alhandra señaló a los recién llegados que si no querían acabar como el enano no muerto, más les valía rendirse. La tensión casi podía cortarse con un cuchillo, y Shanna no haría sino aprovecharse de aquello. "Abandonad toda esperanza de que llegen refuerzos. No pueden oiros." declaró la princesa, empezando a caminar hacia ellos, como si no supieran amenaza alguna, y estuviera tan segura de 'sus' poderes y 'habilidades del combate' (inexistentes, pero shhh) como lo estaba de las de sus compañeros. "Bajad las armas, tiradlas al suelo, o perderéis la cabeza sujetándolas. Y ahora, ¡responded las preguntas de Alhandra!" la señaló con la cabeza, manteniendo su semblante muy muy serio.

Me situé cerca de Alhandra en estado de alerta. Shanna y Khala había interpelado a la pareja, así que no tenía sentido seguir interviniendo. No sabíamos quienes eran, pero el emblema de la garra verde debía significar algo aunque no supiéramos exactamente qué.

Quizás la influencia de Alahandra y de la Casa Cannith haría que no tuviéramos que combatir contra ellos. De momento tenían toda la intención de defenderse , pero nuestra superioridad nos daría toda la ventaja, y ellos lo sabían.

Si soltáis vuestras armas y os mostráis cooperantes, ninguno de los dos tiene por qué acabar como ese despojo de ahí. Decidme, ¿quiénes sois y qué habéis venido a hacer a Cantera Carmesí?

 Las palabras de Alhandra son contundentes y no dan lugar a error. El soldado parece vacilar y mira a la mujer. Threkor se sitúa junto a Alhandra. El resto apenas tenéis tiempo para intercambiar unas palabras.

La mujer se lanza al frente en una potente carga. Sus pasos resuenan sobre el empedrado justo antes de descargar un potente espadazo contra Raith. El guerrero se cubre justo a tiempo con su escudo desviando el golpe. El soldado reacciona de la misma forma. Se abalanza sobre Khala. Su mangual dibuja un círculo en el estrecho pasillo golpeando el codo de la exploradora. El dolor del codo es nauseabundo pero...El soldado baja la mirada justo a tiempo para ver como Khala retira su espada doble de su ensangrentado vientre. Ni se ha dado cuenta que, durante su carga, aquella exploradora había preparado su arma contra él. Al abalanzarse tan sólo había sido necesario sujetar con fuerza el acero parta que la afilada punta traspasase su cota y su estómago con cruel eficacia.

Estoy a tiempo de tirar crítico, no me acordaba de q la espada doble es 19/20

Mis palabras no parecen introducir ni un ápice de sentido común en la pareja de saqueadores. Bien al contrario, se lanzan a por nosotros en un silencioso reconocimiento de que no deberían estar aquí y han sido pillados in fraganti.

Disparo mi ballesta contra la furibunda mujer y retrocedo rápidamente para dejarle hueco a Threkor y no tener que enzarzarme cuerpo a cuerpo con ella.

No se si da, si impacta serán 20 de daño.

Al final ni siquiera las palabras de Alhandra y Shanna sirvieron para para la violencia entre los guardias y nosotros. Sin mediar palabra cargaron, ya no habría vuelta atrás. La mujer armada vino hacia mi con toda la intención de aplastarme la cabeza, por suerte puede reaccionar a tiempo colocando el escudo entre su arma y yo.

- Mala elección.

Lanzo un espadazo para abrir hueco entre ella y yo, aunque sin la suficiente fuerza como para causar un daño.